Los Rezos Historia De Terror 2024

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Los Rezos Historia De Terror 2024

Los Rezos, Historia De Terror… Entré en prisión por última vez en el 2009, hace unos cuantos años salí de la cárcel, cometí una cantidad grotesca de crímenes, tantos que ni siquiera los recuerdo todos, pero, gracias a un esfuerzo de los abogados, el delito por el que fui condenado era mucho menor a cualquiera de los otros delitos que sí cometí, se me acusó de haber robado un arma de instalaciones militares.

Prefiero no revelar mi nombre, sí puedo decir que nací en el Estado de México, tenía 2 hermanos, mi padre era un criminal, tal vez por eso a mí se me hizo fácil, no me estoy intentando justificar, solo soy sincero.

Mi infancia fue dura, no nos faltaba comida, pero mi padre era borracho y violento, y eso cuando estaba en la casa, porque el señor solía ausentarse por semanas, debido a esa situación tan inestable, a mi madre se le hacía fácil meter a otros hombres a la casa.

En mi juventud me uní al ejército, ahí estuve varios años, era bueno pero también era muy conflictivo, recuerdo que en una ocasión hasta me agarré a golpes con un general, no recibí ninguna sanción porque para castigarme el general habría tenido que informar que yo le había dado una paliza, y por supuesto que no lo iba a hacer.

Después de varios años y en algún momento entre 1994 y el 2000, el presidente de la República decidió que algunos elementos seríamos consignados como parte de la Policía Federal, ay disculpen si no doy fechas exactas, pero es por mi seguridad.

Ya siendo Policía Federal nos asignaron como escolta de un señor que tenía muy buenas relaciones con personas importantes en la costa de Tamaulipas, no tardamos mucho tiempo para que descubriéramos que ese señor en realidad formaba parte de una organización criminal que tenía fuertes lazos con el gobierno, pero esos lazos no se habían generado en el sexenio de Cedillo, la relación del gobierno con esa organización criminal se forjó durante el mandato de Salinas.

Cuando nos dimos cuenta de lo que estaba pasando ya no quisimos salirnos, al menos en mi caso no fue porque en realidad me agradara la idea de trabajar como delincuente, pero entendía que salirme me costaría la vida, los demás tendrían sus motivos, el punto es que ninguno se rajó.

Ya siendo oficialmente integrante de la compañía criminal del jefe, viajamos hasta Oaxaca, a visitar a una persona que tenía un altar a la Santa Señora de la Muerte y de las Sombras, que es Ikú, un Orisha de la religión Yoruba, pero aquí en México se le conoce como la Santa Muerte.

El patrón estuvo platicando con esa persona, quería pedirle favores a la Santa Señora, para que bendijera a toda la compañía y sus operaciones.

El patrón y la persona del altar estuvieron hablando un buen rato, esa fue la primera vez que yo escuché algo sobre la religión Yoruba, esa persona le estaba explicando al jefe que el Orisha Ikú es el encargado de recoger las almas de aquellos a quienes ya se les terminó el tiempo.

Resulta que se podían hacer varios tratos con Ikú, lo que al patrón le interesaba era que su tiempo se prolongara todo lo posible y que el mal karma no lo persiguiera.

El dueño del altar le explicó cómo hacer los rituales, pero ya llegaremos a eso, lo importante es que esa visita al altar de Ikú, la religión Yoruba tomó un papel muy importante para toda la compañía.

Se volvió tan importante que al año siguiente, uno de nosotros se volvió Babalawo, que vendría a ser el equivalente de un brujo o un sacerdote, pero Yoruba.

Durante la siguiente hora voy a hablar mucho de los Orishas, de rituales y de la religión Yoruba en general, así que veo conveniente dar un poco de contexto.

Hasta donde yo tengo entendido se originó en Nigeria después de que Olodumare lanzara el aliento de la vida, lo que ocasionó que las figuras de tierra moldeadas por Obatala cobraran vida y se convirtieran en los primeros seres humanos.

Uno de los Orishas más importantes se llama Shangó, que es el equivalente a Horus y Zeus.

En la religión Yoruba se cree en la reencarnación, y ese tema va de la mano con los ancestros y con los espíritus.

En el siglo XIV cayó el Imperio Oyo, eso ocasionó que toda la región se sumergiera en una guerra civil, esa desestabilización permitió que muchos yorubas fueran esclavizados y trasladados a Cuba, Venezuela, Brasil, Haití, e inclusive llegaron esclavos yorubas a los Estados Unidos.

La mezcla de creencias religiosas y conceptos dio origen a nuevas religiones como la Santería y el Vudú.

Los Rezo Historia De Terror

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La religión Yoruba y sus derivados tienen muchas cosas muy buenas, pero nosotros claramente nos acercamos a la parte negativa, porque nuestro trabajo lo requería.

Sinceramente desconozco cuándo y porqué el patrón se interesó en todo ese asunto, no fue por un tema familiar, al menos no que yo sepa, es evidente que alguien se lo sugirió, y, aunque tengo mis teorías, yo estoy aquí solo para hablar de los hechos y no de mis suposiciones.

Y los hechos son que, a pesar de que todos nosotros nos hacíamos los malos y los machos, sí nos pesaba todo el camino de sangre que dejábamos a nuestro paso, aquello se volvió tan insoportable que yo y otros no podíamos conciliar el sueño.

El patrón se dio cuenta y trató de ayudarnos, porque, dejando de lado todos sus actos relacionados al negocio, ignorando esa parte, el patrón no era una mala persona, no trataba mal a sus empleados, porque no nos veía como empleados, él nos veía como familia y muchas veces nos lo demostró.

En esa ocasión nos dijo que en la primer oportunidad que tuviéramos nos podíamos mover a Nuevo Laredo, ahí estaba el Babalawo que era de los nuestros, por esas fechas estábamos en plena época de extensión.

Luego de 2 meses y un acuerdo con la DEA tuvimos una ventana para ir a Nuevo Laredo, cuando llegamos con nuestro compañero y le platicamos nuestra situación dijo que debíamos confesarnos, que eso nos quitaría un peso de encima.

El Babalawo empezó a preparar todo, como dije antes, ellos son el equivalente a un sacerdote, y por consiguiente pueden confesar, claro que un confesión Yoruba era muy diferente a una confesión católica.

El ritual de la confesión se realiza alrededor del fuego en presencia del Egúngún, que representa a todo el conjunto de espíritus de los ancestros.

Al Egúngún se le pide que las memorias ya no pesen y que los antepasados ayuden a seguir adelante.

El ritual funcionó, no es que los recuerdos desaparecieran, claro que seguían ahí, solo que ya no me atormentaban.

Esa confesión nos llegó justo a tiempo, porque a finales de año comenzamos a sembrar el terror entre los grupos adversarios de Tamaulipas, fueron meses muy violentos, murió muchísima gente, gracias a Ikú nosotros tuvimos pocas bajas en ese tiempo, por cada 1 que moría de los nuestros, caían 80 de los contrarios.

Cuando el jefe andaba con nosotros las operaciones se tornaban más dantescas, estando él no podíamos perdonar a nadie, mujeres, niño, y hasta perros, el jefe no quería sobrevivientes.

Fue por esas fechas que la locura se empezó a apoderar de muchos de los nuestros, con tal de impresionar al patrón hacían lo que fuera, recuerdo una ocasión, habíamos reventado un rancho de la rivereña, estábamos recorriendo el lugar asegurándonos de que no hubiera nadie que pudiera contar lo que ahí había pasado.

Entonces nos encontramos a uno vivo en la cocina, estaba herido, pero si lo dejábamos se iba a salvar, yo ya tenía mi arma lista, de pronto uno tomó un cuchillo dentado y le rebanó los cachetes, agarró un sartén y le dijo al jefe que le prepararía un platillo especial.

El patrón se acercó con el sobreviviente y le dijo que si su carne le gustaba lo dejaría vivir, y si no le gustaba se reuniría con sus parientes.

Para ese punto yo había visto y hecho cosas muy locas, pero comer carne humana ya era demasiado, por un segundo creí que el jefe solo lo había dicho de broma, pero no, les juro que vi como el jefe saboreó los cachetes cocinados.

Es una escena que todavía recuerdo con horror.

Después de eso, el segundo al mando consiguió ranchos para que cada uno de nosotros entrenara a su propio escuadrón, yo agarré a veintitantos pelados para entrenar, les pagaba 6 mil pesos por semana, esto es de cuando el dólar costaba 12 pesos o un poco más, no recuerdo el dato exacto.

Ya con mi propia gente el jefe me dejaba a cargo de misiones importantes, empecé con Reynosa, después me moví a Tampico, y tomando Tampico como centro de operaciones empecé a ganar terreno en Veracruz, hice tan bien mi trabajo que logré establecer una ruta que nos permitía adquirir producto en Guatemala y llevarla hasta la frontera.

En una de tantas incursiones por Veracruz me enteré de la existencia de un brujo que tenía fama de ser el más poderoso de todo el país, decían que gente de Europa viajaba solo para poder consultarlo, yo de brujería solo conocía lo básico, y lo que a mí me generaba curiosidad era saber quién era más fuerte, si un brujo o un Babalawo.

En la primer oportunidad que pude me presenté con ese brujo, cuando le pregunté él afirmó no conocerme, pero estaba seguro que yo cargaba con muchos muertos en la espalda, le pedí que me explicara, él agarró un espejo y lo puso frente a mi cara, me dijo que los ojos de un hombre siempre tienen aunque sea un poco de brillo, porque la mirada es el reflejo del alma.

Yo le pregunté eso qué tenía que ver, el brujo me pidió que buscara ese brillo en mis propios ojos, por más que me esforcé no pude notar ningún brillo y se lo dije, él me explicó que cuando el alma está podrida el brillo de los ojos desaparece, y el alma de un hombre solo se podía pudrir si iba por ahí arrebatando vidas, no le contesté nada, solo lo miré en silencio.

El brujo, sosteniéndome la mirada me preguntó qué era lo que yo estaba haciendo en su choza, le conté que yo era creyente de la religión Yoruba, santería pues, y le pedí que me dijera, según su criterio, quién era capaz de obtener más poder, si él y los suyos, o los Babalawos Yoruba.

El brujo me dijo que el simple hecho de que yo estuviera haciendo esa pregunta reflejaba mi completa ignorancia del tema, me explicó que no existe ninguna práctica mística que sea más fuerte que las demás.

Brujería, hechicería, Santería, satanismo, todas eran canicas idénticas, su efectividad no dependía de su naturaleza, sino de quién las usaba, cómo las usaba, y dónde las usaba.

Una persona de fe en Dios difícilmente podría utilizar de forma efectiva las prácticas del satanismo, por la simple y sencilla razón de que su corazón no estaba con Satán, pero que un cristiano no pudiera utilizar satanismo no significaba que el satanismo no tuviera poder.

Volviendo al ejemplo de las canicas, me aclaró que no era lo mismo lanzar una canica con la mano izquierda que lanzarla usando la mano derecha, evidentemente la canica seguiría siendo la misma, pero la fuerza del impacto cambiaría por completo dependiendo la mano que se utilizara para lanzarla.

También estaba la cuestión del lugar, resulta que, según él, las prácticas místicas estaban ligadas a las tierras que las veían nacer, y tales prácticas se nutrían de la tierra, eso no significaba que los hechizos aztecas fueran inservibles fuera de México, claro que servían en cualquier lugar del mundo, es solo que mientras más lejos de sus tierras se invocan las prácticas, menos efectividad tendrán.

Por lo tanto, un Babalawo de los buenos, cuyo poder místico había nacido en África, no tenía ninguna oportunidad contra un brujo promedio mexicano, porque los hechizos mexicanos de brujería tenían el plus de ser invocados en México.

Su respuesta no me causó ninguna gracia, por supuesto, como yo era partidario Yoruba, lo que quería escuchar era que los Babalawos hacían de agua a los brujos.

Le agradecí al brujo su sinceridad, y le pasé un fajo de billetes por la consulta y por demostrar que no me tenía miedo.

Por esas fechas el Babalawo se comunicó con el patrón para informarle que un gran peligro para él estaba a la vuelta de la esquina.

En Noviembre murió el jefe y el segundo al mando se convirtió en el nuevo jefe de la compañía.

Lo primero que hizo fue organizar una ceremonia con todos nosotros, incluyendo los escuadrones de cada uno, hicimos un ritual muy fuerte para renovar el pacto con Ikú, y así seguir garantizando el buen futuro de la compañía.

Sacrificamos animales y también personas, cuyos cuerpos fueron arrojados a la caja de un tráiler que contenía en su interior una máquina para cremaciones, luego de unas horas y ya para terminar la ceremonia, preparamos habanos con un poco de las cenizas de los sacrificados.

Con eso lo que estábamos haciendo era absorber los años que esas personas hubieran vivido de no haber sido por nosotros.

Muy enfermo, debo admitirlo, pero todos ahí estábamos metidos hasta el cuello.

Algunas semanas después, por alguna razón que no entiendo, me surgió la necesidad de visitar a mi madre, yo sabía que el nuevo jefe no me lo iba a permitir, porque la compañía estaba pasando por una serie de cambios, además de que éramos noticia a nivel nacional debido a ciertos sucesos.

Pero de todos modos dejé la casa de seguridad para ir a ver a mi madre, llegar desde Matamoros hasta el Estado México no iba a ser sencillo, obviamente no podía tomar un vuelo comercial, y tampoco podía agarrar una de las naves de la compañía porque quedaría registro de mi imprudencia.

Sin armas, sin chaleco, y sin radios, subí al viejo auto de uno de los nuevos reclutas, y me  fui.

Como era de esperarse, no llegué muy lejos, había recorrido menos de 10 kilómetros cuando un helicóptero me cerró el paso, era la mano derecha del nuevo patrón, yo sinceramente creí que iban a matarme, pero ese compa se portó bien, nos conocíamos desde que ambos marchábamos en las filas del ejército.

Me pidió una explicación, yo le dije la verdad, que quería ver a mi madre, él no respondió nada, solo movió la cabeza dándome a entender que lo que yo estaba haciendo era una estupidez pero que entendía.

Me bajó del auto y ambos subimos al helicóptero, desde el aire rafagueó el auto y luego lanzó una granada a un costado para que el auto se dañara pero que quedara evidencia de los impactos de bala.

Mientras íbamos de regreso a la casa de seguridad me dio un arma corta y me dijo que él no podía regresar conmigo sin que hubiera sangre que lo justificara, me tuve que disparar en una pierna.

Cuando bajé del helicóptero con arma en mano y sangrando de la pierna, sumado al hecho de que se habían escuchado las detonaciones y la explosión de la granada, se entendió que me habían tenido que sacar de una emboscada.

Me curaron la herida y me quedé en reposo.

Al día siguiente llegó una sacerdotisa, la había enviado el compa que me había perdonado la vida, ella llegó con algo llamado tablero de Ifá, me explicó que con el tablero podíamos contactar a los Orishas para hacerles cualquier pregunta.

Yo quería saber cómo estaba mi madre, la sacerdotisa lanzó los opeles, que son como conchas, lanzar los opeles da diferentes combinaciones y esas combinaciones se interpretan como el mensaje de los espíritus.

La respuesta que obtuve al preguntar por mi madre fue que estaba pasando por momentos de mucha angustia, que la incertidumbre no la dejaba dormir, no estaba preocupada por mí, estaba preocupada de que le hicieran algo a ella o a mis hermanos por mi culpa.

Oír eso fue decepcionante, me hizo recordar todos los malos momentos de mi infancia.

La sacerdotisa me preguntó si yo quería consultar alguna otra cosa con los espíritus, no tenía más preguntas para los espíritus, pero sí tenía algunas preguntas para la sacerdotisa.

Yo le pedí que me explicara todo sobre el tablero de Ifá.

Ella empezó diciéndome que el tablero de Ifá funciona con permiso de Olofin, que es el título divino por el que se conoce a Oduduwa, que es el Orisha de la creación, básicamente Olofin vendría a ser Cristo, que era el título divino por el cual se conoce a Jesús, por lo tanto, el tablero de Ifá funcionaba con la bendición de Jesucristo.

El tablero de Ifá tenía un total de casi 300 Odú Ifá, esos Odú Ifá son las unidades de algo que se podría entender como un Banco Universal y Atemporal de Información, las respuestas que da el tablero vienen de ese archivo místico, y debido a eso, en algunas ocasiones preguntas sencillas podían tener respuestas innecesariamente complejas, para situaciones como esa había que tener un amplio conocimiento de la Ley Hermética de Correspondencia, es algo difícil de entender en su totalidad, pero se puede reducir deliveradamente a una frase: “como es arriba es abajo”.

Mediante el tablero de Ifá se pueden obtener conocimiento prácticamente ilimitados, desde el origen del universo, el reino de los muertos, profecías, el mundo espiritual, hechizos, rituales, vidas pasadas y vidas futuras.

Claro que, mientras más ambiciosa sea la pregunta, más específica debe ser, el ejemplo que me dio la sacerdotisa fue: “no es lo mismo preguntar cuál es tu misión, que preguntar cuál es tu destino”.

Misión y Destino forman parte del Futuro, pero uno es la mano izquierda y otro es la mano derecha, además, las manos tienen dedos, y cada dedo tiene sus propios huesos.

Aparte, hay consultas que no se pueden hacer de la forma tradicional, es necesario realizar una modificación importante en los opeles, deben cambiarse, en lugar de conchas se deben utilizar molleras de bebés recién nacidos, de esa forma la consulta a los espíritus ya incluye un sacrificio.

Luego de aclarar todas mis dudas, la sacerdotisa procedió a retirarse.

Pasó mi tiempo de recuperación y volví a las calles.

En una ocasión, mientras andábamos en Tampico, conocí a una muchacha, preciosa la condenada, piel blanca, ojos azules, güerita de buena silueta.

Habíamos llegado a un restaurante, quitamos teléfonos, cubrimos las ventanas y cerramos las puertas, nadie podía salir ni entrar hasta que nosotros nos fuéramos, a cambio, todas las personas podían pedir lo que quisieran, nosotros pagaríamos todo por causar molestias.

Mientras comíamos, en una mesa al fondo, estaba ella sola, tomando una copa de vino, lo primero que pensé fue que su acompañante podía estar en el baño, pero cuando volteé a verla luego de 10 minutos ella seguía sola.

Le hablé a uno de los meseros y le dije que fuera a preguntarle a ella porqué estaba sola, el mesero fue con ella y cuando regresó me dijo que su novio se había retrasado debido al tráfico, pero como nosotros habíamos llegado a cerrar todo pues tendría que cenar sola.

Estuvimos ahí como 3 horas, nos levantamos y fuimos hacia la salida, pero antes yo me acerqué rápido con aquella belleza de mujer y le di un fajo de puros de a $500, le comenté que si aceptaba salir conmigo tendría eso y más.

Ella volteó a verme, dejó el dinero sobre la mesa y me dijo: “ya se van tus amigos, no te vayan a dejar”.

Luego se levantó y se fue hacia el baño dejando el dinero ahí, me retiré del lugar, ya estando arriba de las camionetas se nos acercó el dueño del restaurante para agradecernos la visita, yo le dije que en tal mesa había dejado un fajo de billetes, que lo agarrara pero que en mi siguiente visita tendría que decirme todo acerca de la mujer, si ella tenía citas médicas, yo quería saberlo.

Unos meses después la vi en la televisión, resulta que era modelo y había participado en un certamen de belleza a nivel estatal.

Fui a la oficina del nuevo jefe y le pedí que si surgía algún asunto en Tampico, lo que fuera, que me hiciera el favor de enviarme a mí.

Él me hizo un gesto y luego me dijo que de hecho sí había un asunto, pero que no tenía nada que ver con la compañía, era algo personal para él, resulta que un tipo se había pasado de lanza con una amiga del patrón, y pues la muchacha apareció sin vida, ojo por ojo, esas fueron sus órdenes.

Ese mismo día llegué a Tampico, no tardé mucho en encontrarlo porque era el dueño de un negocio medianamente grande, tuve la suerte de encontrarlo junto con su familia, su casa, ubicada lejos del centro, ardió esa noche.

Me comuniqué con el patrón para decirle que ya estaba hecho, él me dijo que mi recompensa eran 24 horas antes de regresar.

A primera hora de la mañana me lancé al restaurante aquel para hablar con el dueño, hizo un buen trabajo, supo decirme el lugar y la hora exacta en la que podría encontrar a la muchacha sola sin su novio.

Cuando llegué con ella, saliendo del gimnasio, sí se acordó de mí, me dijo que no perdiera mi tiempo, que ella no se involucraba con delincuentes, eso se me hizo raro, en ese año mi foto todavía no circulaba ni en el periódico ni en la tele, por eso le pregunté si ella sabía quién era yo, me respondió que no, pero que sí sabía quién era mi jefe, porque cuando lo vio en el restaurante lo reconoció de las noticias.

Le dije que me diera una oportunidad, que estando conmigo tendría el cielo y las estrellas, ella, con una mirada firme y una voz muy seca me dijo: “primero muerta”.

Caminó hacia su auto, y yo me mantuve a una distancia, puso sus cosas en el suelo para poder abrir la cajuela, se veía que pesaba, ella se agachó para tomar sus cosas y guardarlas, yo rápido me apuré a ayudarla, le dije que por lo menos me permitiera hacer eso, ella se apartó, yo levanté sus cosas y las puse dentro de la cajuela del auto.

Entre sus cosas había una botella de agua, le pregunté si podía darle un trago, elle me dijo que me quedara con la botella pero que ya la dejara en paz, agarré la botella, cerré la cajuela y me aparté para que ella pudiera irse.

En realidad no me quería tomar agua, lo que a mí me interesaba era la botella, porque de ahí había tomado ella.

Antes de ir de regreso a Matamoros llegué a Cuidad Victoria, fui con un Babalawo, le di la botella y le dije que quería que la mujer que había tomado de esa botella fuera para mí.

Él agarró la botella de agua, fuimos a su altar, me explicó que íbamos a recurrir a la Orisha Oshún para realizar un endulzamiento y dominio, que vendría a ser el equivalente a un poderoso amarre.

Vertió el agua en un frasco de vidrio vacío, luego le puso algunos pedazos de canela, luego agarró un hilo rojo y un hilo verde, hizo un nudo con ambos hilos y también lo metió en el frasco, fue a un mueble y trajo 5 velas amarillas, las puso alrededor del recipiente de cristal y las encendió, después partió una naranja en 5 pedazos y también los colocó dentro del recipiente, agarró una mezcla de azúcar con canela en polvo y la vertió sobre los pedazos de naranja.

El Babalawo me dijo que solo faltaba una cosa, me dio una cucharada de miel, yo debía retenerla en la boca pero no tragarla, visualicé a la hermosa mujer y luego escupí la miel dentro del recipiente.

Él agarró el frasco, como que le sopló o algo, luego lo cerró y ahí lo dejó, en el altar.

A los 2 meses que volví, no me pregunten cómo porque no lo sé, pero la güerita llegó a donde nos estábamos quedando para pasar toda la noche conmigo, a partir de ahí, cada que yo iba a Tampico me encontraba con la güerita.

Para finales del 2002, luego de arreglar un problema, ya teníamos bien arreglado el estado de Oaxaca, y nuestra presencia en el estado de Guerrero era cada vez mayor, sobre todo en Acapulco, esto lo pudimos hacer gracias a los Tailandeses, les cuento, cuando apenas andábamos calando el terreno, yo estaba en la Playa Caleta, me acerqué con una persona que vendía mariscos, y, sin venir a cuento, me comentó que era brujo, y que no cobraba mucho por hacer limpias, me dijo cómo llegar a su casa y que podía encontrarlo ahí después de las 8 de la noche.

Yo le comenté a uno de los que iban conmigo y le dije que sí iba a ir, él me preguntó si no era mejor que yo le pidiera eso a un Babalawo, saqué un cigarro de los verdes y le aclaré que no estaba interesado en que el brujo me hiciera una limpia, pero iba a ir porque esa gente, por un motivo o por otro, siempre tiene conexiones con los que controlan el bajo mundo, y esa información nos vendría muy bien para lograr hacernos con la plaza en un periodo de tiempo no tan largo.

En la noche fui con el brujo, lo agarré ocupado con una muchachita que fácilmente podría haber sido su nieta, el brujo se disculpó, dejó de hacer lo que estaba haciendo y fue a atenderme, yo saqué un fajo de billetes y lo puse sobre la mesa, le pedí que me contara quién le había conseguido a la chamaca y cómo estaba el negocio.

El brujo me dijo que cualquiera podía conseguir un poco de diversión por $200 dólares, pero podía llegar hasta los $2500 dólares dependiendo de la chamaca, el negocio era controlado por una organización que le rendía cuentas a un grupo de Tailandeses, ellos estaban agregados con el gobierno local, los Tailandeses pagaban una cuota fija para que su organización pudiera operar con libertad.

Me quedé con el brujo hasta que llegaron a recoger a la chamaca, me presenté con la persona esa, le dije que iba en representación de la compañía y que nosotros estábamos muy interesados en hacer negocios con sus superiores.

Un mes después concretamos una reunión, estaba nuestro líder, su mano derecha, yo, el representante del alcalde, el representante del gobernador, 2 Tailandeses y su traductor.

Con el gobierno acordamos pagar 14% más de lo que pagaban los Tailandeses para que nos permitieran operar sin que la policía se entrometiera, y con los Tailandeses acordamos un plan de exportación a Europa donde ellos se encargarían de la logística a cambio de un 14% de cada cargamento, además de que todo el presupuesto que ellos ocuparan para la logística también lo cubriríamos nosotros.

En Marzo del 2003 la compañía recibió otro golpe, los de Sinaloa llegaron a un acuerdo con el gobierno y agarraron a nuestro líder, y después de eso los nombres y fotos de todos nosotros salieron a la luz.

El señor siguió siendo muy importante aún estando en prisión, fue el encargado de que la compañía no se partiera en 2, pero por obvias razones alguien tuvo que asumir el mando, y así llegamos a otra ceremonia, era necesaria, el primer jefe terminó muerto y el segundo en prisión, si seguíamos así perderíamos poder.

Ese ritual fue muy diferente, en el centro del sitio había una gran lona blanca de 10×10, en esa lona había una montaña de unos 300 pescados, varios Babalawos participaron en el ritual, primero vaciaron litros y litros de manteca humana, después garrafones de miel, galones de aguardiente, montones de tabaco, y bultos de cáscaras de coco.

Después los Babalawos nos pidieron que cada uno de los que estábamos presentes pusiéramos $500 dólares sobre la montaña de ingredientes, si no traíamos efectivo podíamos poner cualquier cosa con un valor igual o superior.

Yo sí llevaba los $500 dólares, pero hubo gente que puso chamarras, carteras, relojes, botas, colores, cadenas y anillos.

Después los Babalawos le prendieron fuego al montículo.

Al paso de algunos meses las cosas parecían estar más estables, lo suficiente como para que uno de los compañeros pidiera permiso de ordenarse Babalawo, platicando con él, me dijo que lo que más le llamaba la atención era poder practicar vudú.

Se ajustaron los calendarios de la compañía y se celebró la ceremonia, varios estuvimos presentes.

Cuando llegamos, lo separaron del grupo y lo llevaron a un salón aparte, yo pregunté a dónde lo estaban llevando, me contestaron que antes de iniciar la ceremonia debían bañarlo en una tina con agua caliente y hierbas, después le tenían que rasurar todo el cuerpo, cortarle las uñas de los pies y de las manos, y vestirlo con una túnica blanca.

De la forma en la que me lo dijeron lo hacía parecer como si alguien fuera a ayudarlo, me explicaron que sí, que sería asistido por 2 vírgenes, para así garantizar la pureza de todo el proceso.

En lo que estábamos esperando nos pusimos a platicar sobre todo lo que nos había salido mal en Juárez, con tal de ganar terreno en la plaza terminamos involucrados con una secta que hacía cosas peores que las que nosotros hacíamos.

A la ceremonia también llegaron algunos guatemaltecos, eran de los Kaibiles, se habían unido a la compañía algunos meses antes del arresto del segundo jefe.

Luego de un rato salió el compa, le habían quitado todo el cabello, cejas, bigote, barba, y hasta los pelos de los brazos, de lo demás no sé porque traía la túnica blanca que habían dicho.

Todos fuimos a donde estaban los Babalawos, de inmediato empezaron a tronar los tambores, y los Babalawos empezaron a fumar 2 o 3 habanos al mismo tiempo hasta que todo el salón se llenó de humo.

Nuestro compa y un anciano que parecía tener todos los años posibles se pararon al centro, los Babalawos formaron un medio círculo, y nosotros completamos la otra mitad.

Se dijeron algunos rezos, entonces el anciano empezó a bailar de una forma muy incómoda, sus huesos se retorcían tanto que parecía que el viejo se iba a partir en pedazos, por momentos costaba mantener la vista en el centro.

Los tambores se detuvieron, y en ese momento fui testigo de una de las cosas más impresionantes que he visto, una ténue luz verde cubrió al anciano y luego se elevó como un metro en el aire, se mantuvo en silencio, levitando por unos segundos, después, con la voz menos humana que se puedan imaginar, se dirigió hacia el compañero y le dijo todas las cosas importantes que estaba destinado a hacer antes de su muerte, y también le advirtió que si sucumbía ante la ambición de poder sufriría una muerte horrible que solo llegaría después de una agonía desoladora.

La luz verde dejó de rodear al anciano y cayó al suelo de golpe, luego los Babalawos, con navaja en mano, se acercaron al compa y procedieron a grabarle símbolos cortando su piel, le pusieron los símbolos en la cabeza, orejas, cuello, pecho, espalda, brazos, estómago y manos.

Unas personas trajeron 2 cadáveres, levantaron al anciano y los empalmaron de tal forma que el anciano estaba en medio de los 2 cadáveres, entre 6 personas agarraban al anciano y a los cuerpos para mantenerlos de pie.

Un Babalawo agarró al compa y lo formó detrás de los empalmados, a una distancia de una palma de la mano.

Estando los 4 de pies y en línea recta, otro Babalawo agarró una lanza y la pasó a través del anciano y de los 2 cadáveres, la punta de la lanza alcanzó a picar al compa pero no lo perforó.

Si el anciano había sobrevivido a la caída cuando dejó de levitar, definitivamente se había muerto cuando la lanza le perforó el corazón.

Ya para terminar la ceremonia, al compa lo mandaron guardar dentro de una especie de sarcófago, dormiría ahí toda la noche, y cuando despertara, a amanecer, estaría consagrado como un Babalawo.

A partir de ahí, cada que reventábamos un lugar, y que este bato, al que llamaré Baba, cada que él andaba con nosotros, al terminar hacíamos un ritual que, aunque era sumamente mórbido, la verdad es que nos caía bastante bien para relajarnos.

La primera vez que lo hicimos fue en Nuevo León, el Baba le dijo a los reclutas que cortaran las manos de todos los contras a los que ya les habíamos dado mate, las manos que iban cortando las iban aventando dentro de un tambo, el Baba agarró una garrafa de gasolina que traíamos en las camionetas y lo vacío dentro del tambo y le prendió fuego.

Mientras aquello se cocinaba preparamos una mezcla de tabaco, polvo blanco y lechuga del diablo, cuanto ya se habían juntado algunas cenizas volteamos el tambo para agarrar las cenizas y mezclarlas con lo que ya teníamos preparado, nos hicimos un cigarrito cada quien y nos relajamos unos minutos.

Esa era una variante del ritual que ya habíamos hecho años antes, pero el que hicimos en Nuevo León era más artesanal, por así decirlo.

El Baba nos explicó que fumarse al enemigo traía protección, porque ese ritual se ofrecía a Oggún con permiso de Obatalá, y, al fumarnos esas cenizas, los Orishas permitían que las almas de nuestros enemigos se unieran a nuestras filas.

Ese mismo ritual lo repetimos en Tampico, Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, varias ciudades de Nuevo León y en todas las ciudades de Coahuila que colindaban con Chihuahua.

A finales del 2003, en Coahuila, nos encontramos con una ramificación de aquella secta con la que habíamos colaborado en Juárez, era nuestra oportunidad de mandar un mensaje a los de Juárez sin necesidad de ingresar en su territorio.

Les mandamos todos los cuerpos en un camión.

Lo que les voy a decir no es para intentar blanquear nuestras acciones, pero cuando les digo que los de esa secta eran más cerdos que nosotros lo digo enserio, ellos reclutaban chamaquitas, buscaban que fueran puras.

Las utilizaban para hacer un ritual satánico, las sacrificaban como ofrenda para Bafomet, como dije, llegamos a colaborar un rato con esa gente, y me tocó estar presente en uno de sus rituales.

A la chamaca de esa vez la tenían encadenada sobre un altar, el líder, que utilizaba una túnica roja con una máscara de chivo, hizo sonar 6 veces una campana, después le vaciaron encima 2 tinas de un líquido blanco, yo supongo que era leche de cabra o una cosa así, no pregunté, pero sí eran satánicos eso sería lo más normal, usar leche de cabra.

Después colocaron grandes cirios negros y morados sobre el altar, luego procedieron a rezarle al Bafomet ese, y por último mataron a la chamaca, pero, a pesar de que yo me esperaba un espectáculo sangriento, no fue así, no entiendo cómo le hicieron, pero la mandaron al otro mundo sin derramar ni una sola gota de sangre.

Repito, no quiero hacer parecer que fuimos los héroes de la película, pero esa secta dejó de operar en Coahuila porque nosotros los dejamos fríos.

Brincando el año empezamos a notar que el Baba se estaba volviendo loco, en los topones hacía estupideces que ponían en peligro a todos, una cosa es creerte la mera punta del tren, que sí lo éramos todos, pero otra cosa muy diferente era que el Baba, trayendo gente con él dentro de la camioneta, se iba a estampar contra los contrarios, para atacar en corto, eso nunca nos ocasionó bajas, pero sabíamos que era cuestión de tiempo para que algo saliera mal.

Cuando le preguntamos porqué hacía esas tonterías nos salió con respuestas bien fumadas, se creía inmortal, entonces decidimos llevarlo a Nuevo Laredo con el primero de nosotros que se hizo Babalawo.

Le dijimos como estaba el asunto, este bato regañó al Baba, lo dejó como palo de gallina, pero el Baba seguía en su alucine, alegaba que como aún no había cumplido su destino no podía morir, el otro, que le llevaba muchos años de ventaja, le explicó con peras y manzanas, pero el Baba seguía de terco, aquel se desesperó, sacó su arma y le metió un plomazo.

Todos nos sacamos de onda, el patrón se iba a poner como loco cuando se enterara, pero el otro nos dijo que nos tranquilizáramos, que tenía todo bajo control, nos explicó que lo iba a dejar morir pero iba a traerlo de regreso antes de que la Orisha Oyá se quedara con su alma.

Con sus dedos sacó la bala del cuerpo del Baba, le preguntamos si lo iba a coser o si por lo menos iba a detener el sangrado, nos repitió que tenía que dejarlo morir para que entendiera que no es inmortal y dejará de actuar como un loco.

Esperó unos momentos, luego con una daga empezó a hacerle cortadas dibujando símbolos alrededor de la herida que le había dejado el impacto de la bala, nos pidió que le pasáramos una campana que tenía en un mueble, se la llevamos y él la hizo sonar más de 30 veces.

Con la última campanada se fue la luz de la casa, en ese momento prendió una vela, no sé si tenía un cerillo a la mano o si también tenía poderes de fuego, que la verdad no me sorprendería, controlar el fuego no era nada comparado con revivir a los muertos.

Puso la vela sobre el lugar en el que había sido el impacto de bala y se puso a rezar en el idioma de allá de Nigeria.

La luz volvió, el Baba, que seguía tirado en el piso, aparentemente muerto, empezó a hablar en lenguas, luego le empezó a salir humo de los ojos, dejó de hablar y empezó a vomitar gusanos, cuando dejó de vomitar el humo también dejó de salir de sus ojos, hubo silencio en la casa.

Yo pregunté si eso ya había sido todo, me respondió con una pregunta, quería saber si yo había pasado por el entrenamiento especial completo cuando estuve en el ejército, le respondí que sí, les cuento, para completar el entrenamiento especial debíamos resistir una serie de castigos que iban desde ser ahogados hasta recibir potentes choques eléctricos.

“Hazme un favor y agárralo”, me dijo.

No entendí qué tenía que ver el entrenamiento especial con que agarrara al Baba, pero simplemente hice caso, en el momento que puse mi mano sobre el Baba recibí una descarga eléctrica tan fuerte que salí disparado hacia atrás.

En ese momento el Baba se enderezó, nosotros no lo podíamos creer, y él estaba muy asustado, preguntó qué había pasado, yo, mientras me ponía de pie, le dije: “ese méndigo loco te mató y te revivió, a ver si con eso ya te calmas”.

Sí le sirvió de escarmiento porque ya no volvió a hacer tonterías que pusieran en peligro las operaciones.

Unos meses después visitamos Michoacán, ya habíamos ido antes, y habíamos apalabrado algo con los hermanos que controlaban la zona, pero era hora de que se alinearan con nosotros, porque gracias a nuestros negocios estaban ganando mucha feria, si bien no terminaron de integrarse con nosotros, sí pactamos una colaboración más cercana y limamos algunas pequeñas asperezas.

Teníamos controlado Tabasco, porque era nuestra conexión con Guatemala, porque Chiapas era compartido y eso no nos gustaba, por eso nos hicimos con Tabasco.

Teníamos bajo nuestro control las rutas que pasaban por Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Nayarit, Zacatecas, y San Luis, podíamos mover mercancía en esas plazas porque Veracruz nos servía como puente entre Tabasco y Oaxaca.

Nayarit nos servía de puerto para cruzar mercancía hasta Baja California Sur, gracias a Nayarit evitamos meternos en las plazas de Sinaloa, Juárez, y Tijuana.

Como es evidente, nuestra presencia en el Pacífico era muy fuerte, y aparte controlábamos el Golfo, nada entraba ni salía de Veracruz sin que nosotros nos diéramos cuenta.

Y sobre todo teníamos Tamaulipas, que conectaba el Golfo con la frontera norte, en la que nos extendíamos por Nuevo León y Coahuila, estados fronterizos que conectaban con Zacatecas, San Luis, y Veracruz, así cerrábamos el círculo que nos daba el control sobre el 47% de todo el territorio nacional.

Ya con todo ese poder empezamos a mover otras cosas de menor calidad pero que se vendían por montones, nosotros procurábamos no consumir nada de eso, o por lo menos los que estábamos en los puestos de arriba, porque sabíamos que esas porquerías dejaban al cuerpo en un estado deplorable, y no era para menos, los laboratorios y cocinas en la que se preparaban eran insalubres a más no poder, todo se agarraba con las manos, los trabajadores a veces ni se bañaban, un mugrerío, pero a los jóvenes de aquellos años les gustaba, era lo único que querían comprar, por eso nosotros vendíamos eso.

Hay que dar otro salto en el tiempo, un año prácticamente, para ese entonces ya no solamente traíamos hombres en nuestras, filas, también habíamos enfilado mujeres, que, en mi opinión, fue la peor decisión que pudimos haber tomado, porque cuando me metieron al bote mi escolta era de puras mujeres, ni siquiera hiciera el intento de defenderse, se rindieron, por eso me agarraron.

Mientras iba esposado en un vehículo de la Marina pensaba en muchas cosas, mi familia, el Baba que tenía pocos meses de haberse matado para no dejar que lo agarrara los contras, también pensaba en mi güerita, en que a lo mejor ya no la volvería a ver.

Lo bueno fue que la compañía no me dio la espalda, no me sacaron al día siguiente, pero sí mandaron a varios licenciados a arreglar el asunto.

Estando guardado me fue a visitar el Babalawo de Nuevo Laredo, me llevó un tablero de Ifá y unos caracoles, en unas 7 sesiones me enseñó lo básico para que yo pudiera consultar a los espíritus por mi propia cuenta, cuando se despidió la última vez que fue a visitarme me dijo: “hazte fama, di que eres brujo, yo sé lo que te digo”.

Le hice caso, y así como que no queriendo la gente se fue enterando que yo podía hablar con los espíritus, empezaron a conocerme como El Santero, pero luego llegó al penal un Santero de Tepito, le habían encontrado restos humanos en su altar, entonces, para no confundirnos a él le decían el Santero con S, y a mí el Zantero con Z, las ironías de la vida.

Gente de otras organizaciones iban a mi celda para consultar el tablero, así pude enterarme de muchas cosas, sobre todo de los de Sinaloa, porque esa raza tenía gente ahí como castigo, no estaban intentando sacarlos porque ellos mismos los habían metido, entonces esa gente hablaba, yo como correspondencia no les cobraba la consulta.

Estar encerrado un rato, aunque fuera poco tiempo, me cayó de lujo, dejar de ver muertos todos los días, dejar de tener que lavarme las manos con jabón en polvo para que no quedaran rastros de la sangre.

Además, conseguí informa valiosa sobre Sinaloa, la relación que tenían con el gobierno era muy de compas, por eso nos estaban pegando duro en Nuevo Laredo, Acapulco, y Michoacán, para acabarla de amolar nuestros aliados en Michoacán estaban a punto de brincarse para el otro bando.

Cuando me sacaron del bote y me reuní con el patrón me informó que estaban viendo la forma de sacar de la cárcel al antiguo jefe, de esa forma le mostraríamos a todos que seguíamos siendo los más fregones, pero ese no era el único motivo para querer sacar al antiguo jefe, la compañía estaba a un estornudo de partirse en 2, y eso nos dejaría expuestos a ataques por todas partes.

Todavía no habíamos avanzado nada con lo liberación del antiguo jefe cuando Michoacán valió queso, los nuestros se voltearon y se hicieron llamar Familia, además, como ellos andaban muy juntitos con Sinaloa, en conjunto hicieron un brazo cuyo nombre dejaba bien claro que iban por nuestras cabezas.

Y de pronto lo de la liberación se fue al caño, porque lo mandaron para Estados Unidos, eso significaba que aparte de tener broncas con Sinaloa, Michoacán, y el grupo que era de ambos, a la vuelta de la esquina estaba esperando la separación de la compañía.

Pero mientras tanto debíamos seguir operando con normalidad, a mí me mandaron a una misión en San Luis, habíamos tenido problemas con las bodegas, necesitábamos un lugar más grande y más seguro, mi misión era encontrar ese lugar.

Estando en un bar, a las 2 de la mañana, escuché una conversación muy interesante, un tipo le estaba diciendo a otro sobre unos túneles subterráneos en la capital, decía que los había construido la iglesia durante la inquisición, el otro le respondió que esas eran puras patrañas, que ya había escuchado antes de esos túneles pero eran una mentira, empezaron a alegar, entonces otros 2 llegaron con ellos, se unieron a la plática y entre los 4 no lograron ponerse de acuerdo si los mentados túneles eran reales o no.

Fue así que tuve una idea, buscaría esos túneles, y si los encontraba serían la bodega, porque no podía existir un lugar más seguro que aquel que la gente ni siquiera sabe si en verdad existe.

Me habían dado 2 millones de dólares para la misión, claro que yo no podía disponer de todo ese efectivo, siempre nos daban mucha lana sabiendo que no era necesario gastarla toda, pero haciendo eso, cuando alguien regresara alegado que usó toda la feria sabrían que de los había clavado y por lo tanto le darían cuello.

Entonces, yo, de esos 2 millones, podía gastarme como mucho la mitad, pero aún así, 1 millón de dólares era más que suficiente para encontrar esos túneles, si es que en verdad existían.

Fui a las mejores universidades del estado, recluté historiadores, ingenieros, arquitectos, y gente que era experta en todo lo que tiene que ver con el suelo.

En quince días encontramos los túneles.

Después empezamos con las excavaciones, para eso los ingenieros y los arquitectos consiguieron raza, cuando terminamos las excavaciones empezamos con la exploración y la delimitación del área que yo usaría, para eso tuvimos que encontrar otras posibles entradas y levantar muros, para que, en caso de que alguien llegara a los túneles por esas otras entradas, no tuviera forma de colarse en la zona que yo usaría como bodega.

Un día de tantos, algunos obreros llegaron corriendo hasta donde estaba yo, venían pálidos, algo los había asustado, yo pregunté qué era lo que había pasado y ellos me dijeron que habían encontrado una bruja.

Los demás obreros que oyeron se empezaron a poner nerviosos, saqué mi arma y les dije que se dejaran de tonterías porque estaban asustando a los demás, pero ellos me juraron por su madre que de verdad habían encontrado una bruja.

Ahí decidí creerles, porque nadie es tan tonto como para arriesgarse a recibir una bala por andar inventando brujas.

Les dije que me llevaran al lugar, entonces otro obrero, un señor de más de 50 años, se dirigió a mí con un poco de miedo: “me va a perdonar patrón, pero no debe ir namás así, lleve protección”.

Yo no podía echarme para atrás porque quedaría como un cobarde, pero tampoco podía ignorar las palabras del señor porque sería una falta de respeto, y yo siempre fui de la creencia de que para que la gente te sea leal debes respetarlos, y yo necesitaba de la lealtad de esos obreros para que no soltaran la sopa de la ubicación de los túneles.

Les dije que se fueran a sus casas y que al día siguiente yo llevaría a alguien que nos protegiera a todos de la bruja.

Tuve que aventarme un viaje a Zacatecas para traer a un Babalawo con el que me llevaba muy bien, platicando en la carretera me explicó que si la bruja no aceptaba abandonar el lugar yo tendría que matarla de un disparo en la mano izquierda, yo levanté una ceja y le dije que nadie se podía morir por un balazo en la mano.

El Babalawo agarró un cargador que yo traía debajo del asiento, sacó una bala, la puso entre sus 2 manos y de puso a hacer una oración invocando al Orisha Elegguá, después le rezó a Ogún, luego a Ochosi, y por último le rezó a Osun.

Cuando terminó de rezar me entregó la bala y me dijo que ahora esa bala podía matar a cualquiera que recibiera el impacto en la mano izquierda.

Al día siguiente el Babalawo y yo nos reunimos con los obreros dentro de los túneles, acordamos que nosotros 2, los que la habían encontrado, y el líder de los obreros iríamos con la bruja.

Tuvimos que caminar por lo menos unos 800 metros, entonces los obreros se detuvieron y nos dijeron que ahí adelante, dando vuelta en la abertura, estaba un área cerrada, y dentro estaba la bruja.

El líder, el Babalawo, y yo fuimos, en efecto, ahí estaba, no me atrevería a decir que era una mujer, porque no tenía ningún rasgo humano, tenía la forma, brazos, piernas, pero no lograba distinguir su piel, ojos, solo un bulto.

El líder de los obreros quiso correr, pero con una mirada lo detuve.

El Babalawo sacó un palo adornado con cosas y se empezó a acercar despacio mientras rezaba, la bruja empezó a moverse de forma extraña, hacia la cabeza para un lado y luego para el otro mientras tanteaba los pasos del Babalawo.

Él sacó unos polvos y se los aventó en la cabeza, la bruja hizo un sonido espeluznante y luego llevo sus manos a la cara, ahí pude distinguir cuál era su derecha y cuál era su izquierda.

Yo, muy despacio, saqué mi arma, le quité el cartucho, tenía espacio así que metí la bala que había recibido los rezos, volví a colocar el cartucho, quité el seguro del arma y me preparé para disparar.

Mientras tanto, el Babalawo seguía rezando y lanzándole polvos a la bruja, parecía que la estaba venciendo, pero entonces la bruja, mientras estaba encorvada en el suelo quejándose de dolor, hizo algo y una bruma negra de desprendió de su espalda y esa bruma se abalanzó sobre el Babalawo, lo atravesó y lo hizo caer al suelo.

La bruja se levantó y volteó hacia nosotros, dio un grito y justo cuando se movió en nuestra dirección le disparé en la mano izquierda, una poderosa luz cubrió el lugar, la luz era tan fuerte que tuve que cubrirme los ojos.

Cuando la luz desapareció la bruja ya no estaba.

Ayudé al Babalawo a ponerse de pie, estaba bien, solo necesitó unos minutos para reponerse.

Finalmente volvimos con los demás obreros, contamos lo que había pasado, ellos se quedaron más tranquilos y los trabajos continuaron.

Al pasar 2 meses los túneles ya eran nuestras bodegas.

Volví con el patrón con misión cumplida y más de 1 millón de dólares, en ese momento me gané un lugar más importante en la compañía, tanto que la siguiente misión que me asignaron fue apoderarme de Chiapas.

Llegando al Estado lo primero que hice fue asegurar las rutas que llegaban a la frontera con Guatemala, tuve que contratar gente para que me ayudaran vigilando el terreno, no fue muy difícil irme ganando día a día a los pobladores, porque en aquel entonces parecía que el gobierno se había olvidado que Chiapas formaba parte de México.

La gente hacía cualquier cosa con tal de asegurar un plato de frijoles para sus hijos.

Todo marchaba de maravilla, hasta que los contras se enojaron de que nosotros estuviéramos acaparando todo, no me acuerdo quiénes fueron los primeros en brincar pero a esos los bajamos de volada, el problema vino meses después cuando el patrón, que se encontraba en San Luis, recibió una llamada de los de Michoacán, habían agarrado a varios de los nuestros, entre ellos a uno de los fundadores, el patrón intentó negociar la liberación pero los de Michoacán no aceptaron nada de lo que se les ofreció, la llamada era solo para advertirnos que la plaza era de ellos y la cuota por habernos metido era la vida de nuestro compa.

El patrón se puso en contacto con los que estábamos en Chiapas para informarnos de la situación y nos pidió que no hiciéramos nada hasta que él diera la orden.

Estaba claro que no podíamos permitir que los de Michoacán se salieran con la suya, pero, al menos hasta donde yo sé, no teníamos ninguna pista de dónde pudieran tener a nuestro compañero.

 Tengo entendido, según lo que me dijeron después, que el patrón y sus 2 hombres de mayor confianza se encerraron en la oficina a planear lo que íbamos a hacer.

Pasó un día, 2, y 3, y así se fue casi una semana sin recibir indicaciones, yo llegué a pensar que no haríamos nada y que terminaríamos por retirarnos de la plaza, pero entonces recibimos la llamada, nos dieron la ubicación de una casa, y la única orden era lograr el rescate.

Les dimos tronco a todos los michoacanos que estaban en la casa, de todos los que habían levantado, solo el miembro fundador lo encontramos con vida, todos los demás estaban bien muertos, desconozco porque solo él quedó vivo, tal vez porque era importante para nuestra compañía, por eso decidieron divertirse con él, lo encontramos sin uñas, oliendo a vinagre y a orines, le colgaba la quijada, un brazo lo tenía volteado, era evidente que lo habían golpeado y electrocutado, todo su cuerpo estaba rojo y morado.

A él lo mandamos a su casa y tuvimos que reemplazarlo con alguien que fuera casi idéntico, porque teníamos que seguir luciendo fuertes, luego de unos meses al reemplazo lo mandamos al bote para así justificar la ausencia de ese miembro fundador dentro de la compañía, a él lo sacamos pero con otro nombre para que se quedara la idea de que ese miembro fundador se había quedado en la cárcel.

En el 2008 recibimos un documento enviado por un informante que teníamos dentro de la SEDENA, el documento decía que el Gobierno Federal iba a iniciar una cacería de brujas contra las prácticas religiosas de las grandes organizaciones criminales, no iban sobre nosotros directamente, sino que iban sobre altares, monumentos, lugares de reunión para rituales y celebraciones, el objetivo de la cacería de brujas no era reducir nuestras filas, sino afectar al reclutamiento de nuevos integrantes.

Resulta que el gobierno estaba al tanto de que nuestra compañía, y también las otras, nos apalancábamos de lo esotérico para ofrecerle a los nuevos algo más que solo dinero, el hecho de que el negocio estuviera de la mano con rituales daba el mensaje de que en la ilegalidad estaba la protección y el poder más allá de lo terrenal.

Nuestra compañía había crecido gracias a la religión Yoruba, la variante santera, y la adoración hacia los Orishas, sobre todo hacia la Santa Señora de la Muerte y de las Sombras, coloquialmente conocida como la Santa Muerte.

El Babalawo que teníamos en Nuevo Laredo había hecho crecer mucho el culto hacia la Santa Muerte, tanto que inclusive se le veneraba de forma independiente, desvinculándola del resto de los Orishas y rindiéndole culto como si fuera una deidad suprema primordial.

Aunque los demás Babalawos no estaban de acuerdo con eso, el patrón lo permitió porque la Santa Muerte por sí sola jalaba más gente que todos los demás Orishas juntos.

Volviendo al documento, terminaba diciendo que los altares que teníamos en Nuevo Laredo serían destruidos por un grupo militar especial del gobierno.

Nosotros confiábamos en nuestro informante, nunca nos había quedado mal, libramos muchas gracias a él, pero que el gobierno se quisiera meter a tumbar altares no nos parecía creíble, a nadie.

Entonces el patrón se reunió con el informante para ver los pormenores de esa supuesta operación, desconozco qué fue todo lo que hablaron, pero los escoltas del patrón me dijeron lo poco que alcanzaron a escuchar.

El informante le dio nombre y apellido del General que se encargaría de la operación y le dijo todas las misiones que se harían, le dio fechas y lugares, el primer golpe sería, evidentemente, contra nuestra compañía, iban a desmantelar un centro de adoración al Diablo que habíamos construido en el lugar más aislado de Catemaco, nosotros no creíamos en el Diablo, pero casi todos de los que reclutamos en Veracruz sí adoraban al Diablo.

El patrón dio la orden de que ese día concentráramos en ese centro de adoración a los más nuevos y a los jefes de plaza que nos generaran desconfianza.

190 hombres se reunieron ahí el 5 de Julio del 2008, de los 190, solo 6 fueron detenidos e interrogados, todos los demás cayeron, con eso nos quedó claro que el gobierno iba enserio, y por lo tanto no podíamos tomarnos esa operación a la ligera.

En el 2009, mientras estaba en una de las casas de seguridad, la Marina nos rodeó, terminé en la cárcel, en otra diferente a donde había estado la primera vez, ahí me encontré con un viejo amigo de cuando yo había estado en el ejército, de todos los que habíamos recibido el entrenamiento especial, solo él y otro se habían quedado fuera de la compañía.

Me contó que cuando nos dijeron que seríamos designados como parte Policía Federal, él se enteró por otra persona, que eso de meternos a la Policía Federal solo era una cortina de humo para que después termináramos dentro de la compañía, por eso él no quiso entrar a la Policía Federal, le inventaron cargos y terminó preso.

Le pregunté si sabía qué había pasado con el otro que tampoco le había entrado, me dijo que no estaba seguro, pero que al parecer había llegado a un acuerdo con el gobierno y lo tenían encerrado en un centro psiquiátrico.

El quería saber qué había hecho yo para que la compañía dejara que me encerraran, yo me reí confiado y le comenté que no iba a durar mucho ahí, que en pocos días llegarían los licenciados y empezarían a mover el asunto.

Y así fue, primero lograron que mi sentencia fuera infinitamente menor que la que realmente me merecía, por desgracia, antes de que lograran sacarme pasó lo inevitable, la compañía se partió en 2 y comenzó una guerra que no terminaría pronto y que ocasionó que ya no intentaran sacarme del bote, porque ambos bandos tenían mejores cosas que hacer.

Sabiendo que mi estancia dentro de la prisión me ponía en peligro de muerte decidí tatuarme un hacha, símbolo del Orisha Ogún, que era el dios de los guerreros, y, hasta donde tengo entendido, es el más antiguo de todos los Orishas.

Después de tatuarme empecé a investigar mucho sobre Ogún, cada que mi güerita iba a visitarme me llevaba libros, me gustaría compartirles un poco de todo lo que estudié, Ogún no solo es un Orisha Guerrero perteneciente a la Primera Generación de Dioses, sino que también le entregó el fuego a los humanos, les enseñó a crear armas, en los tiempos antiguos pedía a los guerreros que al ganar una batalla les llevaran a sus enemigos para que él se los pudiera comer, de hecho, las primeras tribus de personas que comían a otras personas surgieron debido a Ogún.

Dada su naturaleza bélica y sanguinaria es que era tan importante para nosotros.

Cuando empecé a leer mitología griega y romana noté que Ogún tenía muchas similitudes con el dios Ares y con el dios Marte, pero luego de varios meses leyendo muchos libros entendí que Ogún tenía más similitud con Zeus que con Ares.

En la mitología mesopotámica también encontré un dios equivalente a Ogún, se llama Enki, en la India lo conocían como Indra, en Egipto le llamaban Horus, y los antiguos pobladores de México lo conocían como Quetzalcóatl.

Pero así como Ogún era similar a todos esos dioses, también era equivalente al demonio Baal.

A lo que quiero llegar con todo esto es que un ser como Ogún podía ser adorado o temido, podía ser descrito como un dios o como un demonio, porque era el bueno de la historia para aquellos que recibieron su ayuda, y fue el malo del cuento para aquellos que fueron víctimas de su destrucción.

Lo mismo ocurrió con nuestra compañía, éramos los buenos para nuestras familias y para las familias de todos los que podían comer gracias a los negocios que teníamos, y éramos los malos para las familias de todos los que recibían una bala.

No existe ni el bien ni el mal, todo se trata de la perspectiva, depende del ángulo desde el que se vean las cosas.

Insisto, en ningún momento estoy tratando de blanquear todo lo que hicimos, pero, por dar un ejemplo, cuando llegamos a Chiapas y repartimos dinero a todos aquellos que se unieron a nuestras filas no estábamos haciendo un mal, todo lo contrario, pusimos comida en las mesas de cientos de familias, los de Michoacán no hicieron eso, por eso pudimos meternos, porque la gente siempre va a recibir la ayuda con los brazos abiertos.

Las personas trabajan para compañías como en la que yo estuve porque el gobierno se olvida de que existen, los padres tienen que alimentar a sus hijos, y si no tienen trabajo y el gobierno no los ayuda, ellos mismos van a buscar la ilegalidad, y la violencia va a seguir perpetrada en México mientras no se elimine el hambre del pueblo.

Esto lo aprendí en la cárcel luego de leer y leer hasta que me lloraran los ojos, así pasé mi condena, leyendo y escuchando, y las cosas que escuché fueron muy interesantes, me enteré de todo lo que ocurrió con la compañía después de que caí en la cárcel por última vez.

Pero, precisamente porque yo estaba encerrado no puedo contarles con precisión cómo fue que ocurrieron las cosas, a partir de este punto todo lo que yo voy a contar es la información que llegaba hasta la cárcel, por la fuentes sé que toda la información es cierta, pero de lo que no estoy seguro es de que el orden en el que se los voy a contar sea el correcto.

El desbarajuste empezó en San Fernando, era el único lugar en el que podía empezar, porque ahí era donde la compañía entrenaba a los nuevos reclutas que se unirían a las filas de nosotros, los que habíamos sido militares.

Al campo de entrenamiento llegaron los otros de la compañía, los que eran de la línea de los amigos del ex presidente Salinas, gente cercana al sobrino del difunto señor Guerra.

Me referiré a nosotros como los ex militares, y al otro grupo como los Guerra.

Entonces, los Guerra llegaron al campo de los ex militares en San Fernando, y llegaron con intenciones hostiles, como los agarraron desprevenidos mataron a muchos, pero antes de que los Guerra pudieran salir de San Fernando llegaron un montón de ex militares y les dieron en la torre.

Era evidente que aquel suceso no se quedaría así, los ex militares coordinaron ataques simultáneos contra los Guerra en Reynosa, Matamoros, y Nuevo Laredo, porque eran las ciudades más importantes, también hubo enfrentamientos en muchas otras plazas, los Guerra ganaron la mayoría de aquellos enfrentamientos, pero los ex militares ganaron en las plazas más importantes.

Los ex militares no tenían miedo de perder cientos de hombres, porque tenían miles, y si había que cortar un brazo para salvar el cuerpo, lo iban a hacer.

Los Guerra sabían que las llevaban de perder contra los ex militares, así que limaron asperezas con Michoacán y Sinaloa, y entre los 3 empezaron a darle plomo a los ex militares, la ciudad que más se vio afectada fue San Fernando.

Hubo tantos caídos en esa ciudad que al año siguiente las autoridades reportaron haber encontrado decenas de fosas comunes a lo largo y ancho de San Fernando.

Para los ex militares se volvió insostenible mantener San Fernando como base de operaciones, fue por eso que decidieron moverse a Nuevo Laredo, si de por sí la ciudad ya era un desastre, cuando los ex militares se concentraron ahí empezó lo más fuerte.

Había bloqueos, cuerpos colgados de los puentes, casas incendiadas, familias completas desaparecidas, pero Nuevo Laredo no era San Fernando, no podía haber fosas dónde esconder los restos del conflicto, así que empezaron a desaparecer la evidencia con ayuda de ácido.

El culto a la Santa Muerte fue esencial para que los ex militares no vieran mermadas sus filas, todo aquel que acudía a los altares, que tenía un collar, o un tatuaje, todos ellos tomaron un arma y le entraron al quite, estaban convencidos que la Santa Muerte los iba a proteger, por supuesto que eso no ocurrió, por más devotos que fueran de todas formas terminaban muertos.

Pero por cada uno que perdían reclutaban 3, había colonias enteras en las que todos estaban al servicio de la Santa Muerte y de los ex militares, Nuevo Laredo era de ellos, ni los Guerra, ni Michoacán, ni Sinaloa, entre los 3 no podían sacarlos de la plaza.

Cuando de plano se dieron cuenta de que no iban a poder, Sinaloa hizo valer su trato con el gobierno, y los Guerra todavía tenían algunos favores que cobrar al ejército, entonces, una noche, aquella operación especial de la que nos había advertido el informante llegó a Nuevo Laredo, y en un sola noche destruyeron y quemaron los 7 altares más importantes hacia la Santa Muerte.

Eso les complicó un poco las cosas a los ex militares, porque la gente ya le pensaba para entrarle con ellos, el motivo era que si hasta la Santa Muerte caía ante el ejército, pues ellos también caerían.

A los ex militares ya los traían de la cola, les llovían golpes por todos lados, las plazas se iban debilitando por culpa de los Guerra, Michoacán, Sinaloa, el Ejército y la Marina.

El propio jefe de los ex militares les dio la estocada que firmó la sentencia de la organización,  sabiendo que el final solo era cuestión de tiempo, decidió salvarse él, llegó a un acuerdo con la DEA y con el gobierno mexicano.

Lo jubilaron fuera del país a cambio de información.

El 8 de Octubre del 2012 salió la nota de que el máximo líder de los ex militares había caído en manos de la Marina, según lo mataron, pero luego mágicamente su cadáver despareció de la funeraria.

Todo el que diga que está muerto es alguien que no sabe nada del negocio.

Otro ocupó su lugar como nuevo líder de los ex militares, pero poco le duró el gusto, lo agarraron a los 9 meses y su hermano se quedó al frente.

Mientras el nuevo jefe trababa de organizar todo, la Marina agarró al Babalawo de Nuevo Laredo, porque él había sido el responsable de levantar los altares más importantes hacia la Santa Muerte, entonces, con su captura habían dañado mucho al culto.

El Babalawo estuvo un rato en la misma prisión que yo pero luego lo trasladaron.

En ese lapso de tiempo yo tuve un serio conflicto con un cristiano, él me buscó porque, no se cómo, pero estaba al tanto que en la primera cárcel en la que me metieron me apodaban el Zantero con Z.

Ese cristiano quería pasarme por encima, todos en la cárcel sabían que yo ya no tenía a nadie afuera que me respaldara, por lo mismo yo no podía permitir que un cristiano cualquiera se quisiera ver más fuerte que yo, porque lo único que me mantenía vivo en aquella prisión era mi fama, esa fama hacía que algunos me respetaran y que otros me temieran.

Pude haberle dado una paliza y ya, pero decidí apoyarme con los Orishas, si ese cristiano se creía la mera crema porque según su Dios lo protegía, yo tenía que demostrarle a él y a todos que los Orishas me hacían ser alguien con quien era mejor no tener problemas.

Tenía que hacer una demostración que fuera contundente, toda una noche me la pasé rezando a los Orishas Ikú, Oshún, y Oyá.

Al día siguiente, en el patio, esperé a que el cristiano se acercara y le puse el pie para que cayera de cara contra un montón de lodo, mientras seguía en el piso le dije una cosa: “tu dios es tan débil que ni siquiera te puede proteger del lodo”.

El cristiano se levantó con toda la intención de golpearme pero antes de que siquiera lo intentara le impuse la señal de Shangó, en ese momento el tipo se quedó aturdido y sin poder moverse, para ese momento ya se habían reunido varios a nuestro alrededor, a uno de tantos le pedí un cigarro encendido, agarré el cigarro y empecé a repetir los rezos que había escuchado de aquel Babalawo cuando rezó sobre la bala con la que maté a la bruja.

Yo deducía que al tratarse de un cigarro y no de una bala no lo podría matar, pero algún daño le iba a hacer, y ese era el punto.

Cuando terminé de rezar apagué el cigarro sobre la frente del cristiano, en ese momento al tipo le empezó a salir espuma de la boca, luego me fui, no supe que pasó exactamente con él, pero la siguiente vez que lo vi usaba silla de ruedas.

Después de muchos meses finalmente recuperé la libertad al cumplir mi sentencia.

Saliendo lo primero que hice fue esconderme en lo que me ponía al corriente de noticias, una de las tantas cosas que quería saber era si mi cabeza tenía precio, pero eso solo lo sabría si alguien empezaba a buscarme, y para que alguien me buscara primero yo me tenía que esconder.

Estando escondido la primer noticia que me llegó fue que el operativo del gobierno contra las prácticas religiosas de los criminales había terminado, su último golpe lo dieron en Ciudad Juárez, desmantelaron aquella Secta con la que nosotros nos habíamos involucrado y que después nos peleamos.

Luego me enteré que tanto los ex militares como los Guerra habían quedado divididos en varias facciones: escorpiones, metros, ciclones, rojos, panteras, vieja escuela, y noreste.

Eso fue lo último que supe de ellos, allá entre 2015 y 2016.

Cuando me enteré que estaban todos divididos me quedó claro que ninguno de ellos iba a buscarme, así que salí de mi escondite y me moví para Tampico para ver a mi güerita, pero cuando llegué a su departamento la encontré sin vida y con una cartulina clavada en su cuerpo que decía: “para que no te queden ganas de volver”.

Después de eso me puse en contacto con uno de los ex militares al que consideraba mi amigo y sus yo sabía que él no me iba a jugar sucio, le pregunté quién había sido el responsable, lo que me dijo es que no había sido nadie de Tamaulipas, las malas lenguas decían que había sido o Michoacán o Sinaloa.

Yo no entendía que interés podrían tener esos en mi persona como para querer mandarme ese mensaje, mi amigo me recordó que yo había sido uno de los buenos, y que los enemigos querían asegurarse de que yo no volviera al juego.

Esa llamada fue la última vez que tuve contacto con mi amigo.

No dudaba de las palabras de mi amigo, pero tenía ese sentimiento de querer estar completamente seguro, así que lancé los caracoles y consulté el tablero de Ifá, yo quería saber la identidad del responsable, por la descripción que me dio el tablero pude deducir que se trataba del jefe de la plaza michoacana, ese bato siempre nos odió, decía que nos creíamos peces gordos nada más por haber estado en el ejército.

Por un tiempo estuve pensando en volver a mi antigua vida, no por el dinero, lo que yo quería era cobrar venganza, pero al final no hice nada, entendí que todo el que la hace la paga, a mí me tocó pagar con la muerte de mi güerita, y al desgraciado que la mató ya le tocará pagar cuando alguien le haga lo mismo a su familia.

Actualmente ya trabajo bien, declaro mis impuestos, participo en las elecciones, formo parte de un club Rotario que cada mes hace donaciones grandes a la gente que más lo necesita, me estoy esforzando por aportar por lo menos un grano de arena para que cada vez menos jóvenes elijan el camino que yo elegí.

Y si por primera vez me atrevo a contar mi historia es precisamente para dar a conocer todos los horrores que tuve que pasar por haber tomado malas decisiones.

Autor: RAMIRO CONTRERAS

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Historias de Terror