Caminando En El Infierno – Historia de Terror 2022

Historia de terror - Caminando en el infierno

Caminando En El Infierno – Historia de Terror 2022


Mi historia de terror… Soy un ex militar, actualmente me dedico a la seguridad privada. Mi jefe es un empresario que vive en San Pedro, en Nuevo León.

La verdad yo no soy mucho de andar contando las cosas que viví en el ejército, porque sinceramente la mayoría no son nada agradables.

Pero mi jefe tiene cierta fijación por escuchar relatos así de cosas paranormales y eso, él y yo platicamos poco, porque el señor no tiene mucho tiempo libre, pero siempre que lo hacemos me cuenta cosas así raras que le han pasado, con fantasmas, brujas, y nahuales.

Las únicas horas del día en las que no está trabajando, es cuando está con sus hijos, es divorciado, y a sus hijos también les gustan todos los temas paranormales.

Y fue precisamente uno de los hijos del señor el que me hizo el comentario que estaría bien que yo contara la experiencia que tuve el último día que formé parte de las fuerzas armadas.

Así que me animé a contar mi historia de terror.

Historia de Terror – Caminando En El Infierno

Bueno, yo causé alta en el sexenio de Calderón, lo hice porque yo tenía un par de amigos que ya eran militares, y en una ocasión que pude platicar con ellos, me comentaron que les habían subido el sueldo.

Lo que me dijeron que les estaban pagando era más de lo que yo ganaba en donde trabajaba en aquel entonces, así que me enlisté ese mismo mes.

Para que se entienda por qué estaba en el lugar en el que me ocurrió la experiencia es necesario que les dé un poco de contexto, solo lo básico.

Estando dentro me asignaron a Tamaulipas, que en aquel entonces era el mero infierno, porque los Zetas andaban con todo.

Ese cartel se quería apoderar de todo el país, así que la guerra estaba durísima en todas partes, se tenía el rumor de que esa gente había sido parte de las Fuerzas Especiales, y que era por eso que era difícil combatirlos.

Por aquellos años el Cartel de Jalisco creó un brazo armado específicamente para hacerle frente a los Zetas, de hecho, se hacían llamar los Mata Zetas.

Todo lo que restó del sexenio de Calderón, yo me mantuve en Tamaulipas, no en la misma ciudad, pero siempre en el mismo estado.

Cuando entra Peña, somos trasladados a Jalisco, para ese entonces los Mata Zetas ya habían evolucionado al Cartel De Jalisco Nueva Generación.

Su líder, controlaba todo, tenía comprado a medio estado, desde la señora de la tienda de la esquina, hasta gente del gobierno.

Era muy difícil trabajar, a los que nos asignaban ahí no durábamos mucho, nos movían muy seguido, era como una medida de prevenir que se generaran lazos entre la maña y el ejército.

Del 2013 al 2018 estuve en Colima, Guanajuato y Guerrero.

Al momento de que sale Peña y entra Obrador somos movidos a Zacatecas, que para ese entonces ya llevaba varios años siendo el campo de batalla entre la gente de Jalisco y la gente de Sinaloa.

Zacatecas olía a muerte, estaba lleno de pueblos fantasmas, toda la gente que habitaba esos pueblos huían, claro, si las balas no los mataban primero.

Bueno, fue en Zacatecas donde viví la experiencia que me haría causar baja del ejército.

Nos mandaron a la sierra, que está detrás del Cerro de la Bufa, estábamos más o menos a la mitad, entre el cerro y la carretera Morelos – Cosio.

Nos habían enviado a interceptar a un convoy armado de la gente de Jalisco, lo que nosotros no sabíamos era que los de Sinaloa también estaban en la sierra, esperando a ese mismo convoy.

Así que a la mera hora se armó tremenda balacera, muchos muertos, solo una camioneta de todo el convoy pudo salir de ahí, cayeron todos los de Sinaloa, y del ejército nada más quedé yo.

Fue de pura suerte, el que me estaba tirando no contó bien sus balas y fue por eso que pude matarlo, para ese momento los de Jalisco ya se habían escapado.

Todo esto ocurrió a las 2 de la mañana. Así que ahí estaba yo, completamente solo, en medio de la sierra, a mitad de la madrugada y rodeado de cadáveres.

Sin más qué hacer, empecé a caminar. no pasaron ni 5 minutos cuando empecé a escuchar ruidos, muchos ruidos que no tendrían por qué sonar a mitad de la sierra.

Podía oír pasos, era un andar tranquilo, me parece que era de mujer porque sonaban como tacones, pero el ruido era el que hace un zapato de tacón al moverse por vitropiso.

Historia de Terror – Caminando En El Infierno

Historia de terror – Caminando en el infierno

También se escuchaban como si varios espejos se estuvieran quebrando. el sonido, aunque sonaba a la distancia, tenía mucha nitidez

Recuerdo que al mismo tiempo se escuchaban risas, no carcajadas ni nada escandaloso, más bien sonaba como las risas que hay en una charla entre personas.

Y a pesar de que ninguno de esos ruidos parecía representar alguna amenaza, yo sentía miedo, no podía correr, ni tampoco podía acelerar el paso, porque durante el enfrentamiento, con tal de evitar ser alcanzado por una ráfaga de balas, me había movido de forma brusca hacia unas rocas y una de mis piernas golpeó contra una piedra con filo.

Por supuesto que yo quería correr, pero no quería caerme y lastimarme más, así que simplemente seguí caminando al mismo ritmo.

De pronto alguien me llamó por mi nombre. Eso me hizo detenerme de inmediato, no debería haber nadie ahí, así que no era posible que alguien me estuviera hablando.

Me volvieron a llamar por mi nombre, era la voz de una mujer. no me atreví a voltear, simplemente giré un poco la cabeza y al ver de reojo noté que a escasos 3 metros detrás de mí estaba una mujer.

No alcancé a notar ningún detalle en particular, ni rasgos, ni vestimenta, supe que era una mujer por la silueta, solo por eso.

Volví la vista al frente y continué caminando, di unos 20 pasos y volví a mirar de reojo, la mujer estaba a la misma distancia, me estaba siguiendo, avanzaba a la misma velocidad que yo lo hacía.

Pero algo en la mujer había cambiado, ahora si podía notar un par de rasgos en su rostro, era oscuro y creo que tenía cuernos.

Fue tal la impresión que me llevé, que casi se me corta la respiración, las piernas me temblaron un poco, pasé saliva y hasta sentí caliente la frente.

Me mantuve firme y continué mi camino, sabiendo que esa horrible cosa seguía detrás de mí, temiendo que en cualquier momento pudiera ser atacado.

Entonces otro sonido comenzó a sonar, era el cascabel de una serpiente, sonaba muy rápido y muy fuerte, me estaba aturdiendo.

Al cascabel se le sumaron un montón de lamentos, aullidos y otros sonidos inentendibles, hasta podía escuchar como si un río corriera bajo mis pies, creí que iba a enloquecer.

La mujer volvió a llamarme por mi nombre. ya no pude controlar aquella situación y decidí voltear, nunca he podido sacarme de la mente lo que vi al girarme.

Ahí estaba la mujer, con ropas celestes, cabello a los hombros, de estatura promedio, sus rasgos faciales eran inhumanos.

Sus ojos tenían una forma casi recta en la parte de arriba, su frente era prominente y sus pómulos abultados, tenía la barbilla puntiaguda.

Ella era muy delgada, demasiado diría yo, toda su piel era oscura con manchas más oscuras, así estaba en pies, brazos, cuello y cara.

Estaba descalza, sus dedos, de pies y manos estaban torcidos, atrofiados. Además, sus piernas y brazos parecían estar dislocados.

Era una criatura horrible, y si tuve la desgracia de alcanzar a ver tantos detalles fue porque el cielo estaba completamente despejado y la Luna brillaba con fuerza.

Historia de Terror – Caminando En El Infierno

Los ojos de aquella cosa eran profundamente negros y su pupila brillaba, igualito que los ojos de un gato, o una serpiente.

Yo estaba petrificado, sentí como el tiempo se detuvo, esperé que el monstruo hiciera cualquier cosa, pero nada pasó, así que, sin retirar mi vista de la extraña mujer, empecé a dar pasos hacia atrás.

Cuando se me ocurría voltear un poco para cuidar de no tropezar con las rocas, aquella empezaba a avanzar, se detenía cuando volvía mi mirada hacia ella.

Seguí avanzando hasta que la perdí de vista, entonces me sentí seguro de girarme y empezar a correr, lo hice hasta llegar a la carretera.

No porté el uniforme ni un día más, me di de baja inmediatamente. Aquello había sido demasiado para mí.
El simple hecho de quitarle la vida a una persona es algo que te cambia por dentro, algo se rompe dentro de ti, yo ni siquiera recuerdo cuantas personas llegué a matar, criminales por supuesto, pero aun así eran personas, yo perdí la cuenta después de llegar a 100.

Pero en aquella ocasión, en la sierra de Zacatecas, 6 de los que iban conmigo eran mis amigos, y a todos los vi caer sin vida. Lo que pasó con la horrible mujer con rasgos de serpiente fue la gota que derramó el vaso.

Cuando me entrevisté con mi jefe me preguntó cuál había sido la causa de mi baja del ejército, y tuve que contarle esta historia de terror.

Al principio no me creyó, pero por suerte yo tenía suficiente experiencia como para quedarme con el trabajo. un día cualquiera, varios meses después el señor me pidió que le contara mi historia de terror a sus hijos, ahí fue que él por fin me creyó, porque repetí todo exactamente igual, palabra por palabra, tal como se lo había contado a él, que es justo lo que les acabo de relatar. Historia de terror.

Autor: Desconocido

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