La Bruja De Pijijiapan Historia De Terror 2023

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La Bruja De Pijijiapan Historia De Terror 2023

La Bruja De Pijijiapan, Historia De Terror… Hace ya muchos años, fuimos de visita al pueblo de mi esposo, ubicado en el Estado de Chiapas, llamado Pijijiapan.

A este lugar llegan muchos soldados, y en el día se ven muchos, pero en las noches estos evitan salir, son pocos los que se ven, ya que sólo salen para lo indispensable; esto se debe a que hay muchos rumores que aseguran que en ese pueblo existen brujas, los pobladores comentan con firmeza que entre ellos hay mujeres que en las noches se convierten en brujas y salen a casar, así como nahuales, pero estos, según ellos se convierten en animales que atacan especialmente al ganado de los pobladores para comer su carne y beber su sangre.

Por esas fechas yo tenía poco de haber dado a luz a mi primer hijo y lo llevamos para que mis suegros lo conocieran.

Cuando llegamos todo fue normal pero al llegar la noche mi suegra puso una cabeza de ajos, unas tijeras debajo de la almohada de mi bebé, así como una bolsa de sal, esto para evitar que las brujas se lo quisieran llevar, pues ella nos platicó que las brujas huelen a los bebés recién nacidos sin bautizar para llevárselos y beber su sangre por que con esta, ellas adquieren más fuerza, también recuerdo que preparó un tarro con sal de grano, un listón rojo y una oración de la magnifica, comentó que con estos últimos si ella escuchaba que la bruja andaba en el techo, ella haría un círculo de sal y empezaría a tejer el listón, posteriormente rezaría la oración y que al terminar la bruja caería dentro del círculo y por consecuencia la amarraría hasta que revelara dónde se encontraba el fogón dónde había escondido sus pies, pues aseguraban que al convertirse en brujas, ellas antes de salir se quitan los pies para poder volar pero estas los dejan escondidos en un montón de carbón y por lo tanto, si ellas no logran encontrar nuevamente sus pies, ya no podrían volver a la normalidad y por ende andarían vagando en las noches hasta que se secan.

Por supuesto que al escuchar todo esto provoca cierto miedo y confusión, pues en la capital casi no se ve nada de eso.

Afortunadamente, la primera noche pasó sin ninguna novedad, pero la siguiente escuché como que mi suegra peleaba con alguien, por lo que no quise ser inoportuna y decidí no salir a ver. Al otro día mi suegra amaneció con moretones en los brazos y rasguños, esto porque ella nos contó que en la noche la bruja había estado rondando las casas y que tuvo un enfrentamiento con ella, eso me pareció bastante extraño, pero realmente sentí un poco de miedo al escuchar esto.

Ella nos dijo que para que esto no ocurriera más en el futuro teníamos que bautizar a nuestro bebé lo antes posible, ya que de esa forma, ellas no pueden llevarse a los niños que ya habían sido bautizados, yo le comenté sarcásticamente que no íbamos a bautizarlo hasta que él se encontrara en la juventud a modo de que fuera una persona responsable y consiente de sus propias decisiones y que mientras fuera bebé le pondría las tijeras y la sal, pues ya de joven no le harían nada.

Ella me dirigió una mirada evidentemente molesta y me pidió que me sentara a su lado mientras hacía tortillas y me contaba algo que ocurrió algunos años atrás en el pueblo.

Comenzó la historia diciéndome que como había podido notar a mi llegada en el pueblo ahí habitaban bastantes “guachos” ( soldados) que llegaban de muchos lados y como todo hombre al sentirse solos buscan compañía de mujeres, pero lo que ellos no sabían es que también predominaba la existencia de brujas en ese lugar. Me contó que un día entre esos militares llegó un joven muy apuesto por lo cual sobresalía entre los guachos, pero tenía otra cosa en especial que para su mala suerte atraería la atención de las brujas, esto era que nunca fue bautizado, algo que lo hacía aún más especial para ellas, así que como se podrán imaginar él se convirtió en la manzana de la discordia para todas ellas, hasta que una de ellas iideó una forma de acercarse a ese joven.

Un día que el muchacho estuvo de guardia en su campamento, vio a una joven muy hermosa de aspecto humilde pero atractiva a los ojos de él. Esta lo vio pero únicamente se limitó a saludarlo y él respondió amablemente el saludo, viéndola marcharse, así cada que él estaba de guardia, la hermosa joven pasaba por ahí y lo saludaba. Al paso de los días, en el muchacho empezó a despertarse un interés por la hermosa joven, así que una buena tarde él la abordó e invitó a salir.

La chica un poco tímida le dijo que tenía que pedirle permiso a su papá para salir y que si él aceptaba pues saldría con él, en eso estaban, cuando de pronto ella empezó a sentir un extraño malestar, por lo que rápidamente se despidió.

Pasaron algunos días y la hermosa mujer no aparecía ni había alguna señal de ella, por lo que el muchacho imaginó que quizás se había molestado por la invitación y que tal vez no la volvería ver, pero de repente a lo lejos logró distinguir una silueta de alguien familiar y para su sorpresa, era aquella joven a la que él había invitado a salir días atrás, se aproximó lentamente a él para saludarlo como siempre y para su grata sorpresa la chica no había olvidado la última petición del joven, por lo que aceptó la invitación para salir.

Mientras platicaban, el muchacho le externó sus dudas sobre su repentina desaparición en esos días; a lo que ella le comentó que no había podido salir en ese lapso porque su padre estuvo muy enfermo, por lo cual ella tuvo que quedarse en casa a cuidarlo hasta que se encontró mucho mejor.

Le dijo que durante esos días no había dejado de pensar en él y en lo mucho que deseaba volver a verlo, el joven en ese momento se sintió hipnotizado de alguna manera por la caótica belleza que sus ojos contemplaban frente a él. Así fue pasando el tiempo y con ello fue creciendo un amor inmenso entre ellos al grado de que el joven soñaba con compartir el resto de su vida junto a aquella mujer que lo había encantado en todo momento.

Un buen día él se decidió a pedirle matrimonio a esta chica, obteniendo una respuesta positiva, ella se notaba muy emocionada con la propuesta y él le pidió que lo llevara a conocer a su familia con la finalidad de darle total seriedad al compromiso, pero misteriosamente, la mujer respondió que sería más adelante, ya que primero tenía que hablar con ellos  y prepararlos para la gran noticia que iban a recibir, pues el suceso era un poco repentino para ella y lo sería más para sus padres.

Un buen día llegó la chica con una pequeña caja en la cual llevaba algo de ropa y lloraba desconsolada alegando que sus padres no estaban de acuerdo en la relación que tenían y mucho menos con la unión matrimonial, por lo que le dijo al muchacho que la única forma que ella encontraba para continuar la relación era que se fueran a vivir juntos sin casarse ya que si no era de esa forma, nunca  le otorgarían el permiso de unirse sacramentalmente con él “como Dios manda”.

El muchacho muy abrumado al ver a su novia tan dolida y desconsolada aceptó sin dudarlo ni hacer más preguntas y fue así que se fueron a vivir juntos. El muchacho rápidamente consiguió una pequeña casa en donde vivir con su novia, ella portaba una bolsita en la cual llevaba varias pulseritas tejidas, tomó una  y se la colocó a él en la muñeca izquierda como símbolo de su unión y amor eterno, pues ella alegaba que era algo simbólico para ambos al no haber podido realizar la ceremonia formal con anillos, lazos y todo lo que conlleva ese momento tan sublime para los enamorados.

Aparentemente todo marchaba bien en la joven pareja, pero con el paso de los días, el muchacho se sentía muy cansado, de hecho, su aspecto físico empezó a deteriorarse, siempre se veía débil y desanimado, en ocasiones tenía extraños mareos y había empezado a vomitar una sustancia de aspecto negro pantanoso. Sus compañeros de batallón empezaron a notar su cambio físico y anímico e incluso su desmejora empezó a preocupar a uno de sus amigos más cercanos que le recomendó permanecer en el batallón unos días para pudiera recuperarse y le realizaran estudios médicos para averiguar qué podía estarle ocurriendo.

El doctor del batallón le realizó diversas pruebas, pero nunca logró diagnosticarle nada en concreto, pues en los análisis todo estaba aparentemente bien con él, comentó que sólo lo veía bastante fatigado y decidió que la mejor solución era medicarle vitaminas y algo de reposo.

El muchacho estaba preocupado, pues todo había ocurrido tan rápido que no pudo avisarle a su mujer que iba a permanecer algunos días en el batallón, por lo que su amigo se dispuso a hacer el viaje para informarle, sin embargo no tuvo suerte al no poder localizarla, el amigo pensó que si él le decía que no la había encontrado en su hogar, el muchacho iba a querer acudir rápidamente a su casa, por lo cual se limitó a decirle a su amigo que su esposa ya estaba enterada de la situación y de su estado de salud.

Se llegó el día en el que el muchacho mejoró notablemente su condición física y de salud, ya estaba muy repuesto pero cuando llegó a su casa se llevó una sorpresa al encontrar todo sucio, en malas condiciones, comida podrida, manchas en el piso y las paredes como si la casa llevara varios días vacía. El muchacho decidió esperar a que su mujer llegara pero esa noche no regresó. Al día siguiente le pareció muy extraño y preocupante que aún no hubiera regresado a su hogar, por lo que él fue a buscarla al pueblo pero nadie le daba razón de su mujer.

Trascurrieron varias horas sin ninguna huella o señal de la chica, así que él decidió volver a su casa en la que misteriosamente y contrario a la ocasión anterior, encontró todo limpio, ordenado y a su mujer en casa. Él la cuestionó por su ausencia a lo que ella respondió que su padre se puso muy mal y ella tuvo que acudir a auxiliarlo inmediatamente, pero que como ya se había mejorado volvió a su casa.

Los días pasaron y otra vez el muchacho empezó a verse mal pero ahora, además del inmenso cansancio, se notaba distraído y con una mirada perdida, no ingería alimento ni bebida, su estado de ánimo era sumamente irritable porque lo único que quería era estar con su mujer, así empezó a levantar sospechas en su amigo pues su comportamiento era muy extraño.

Nuevamente lo detuvieron en su batallón para brindarle atención médica y los debidos cuidados personales, pero esta vez su joven mujer se negaba a que él se quedara ahí sin ella, pero aunque externó agriamente su inconformidad y notable molestia no pudo evitarlo, el amigo más cercano a él vio muy sospechosa la actitud de la joven, la única petición que le hizo al batallón y al médico fue que por nada del mundo le quitaran su pulsera, pues esta representaba la unión e inmenso amor de ellos, ya que no se pudieron casar ni tener anillos simbólicos, pero en su lugar, esas pulseras eran como sus anillos y al mismo tiempo un amuleto de alto valor sentimental.

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Esa noche el guacho se sentía desesperado pues quería ver a su esposa pero de una forma inquietante, tanto que llegó al punto en el que lloraba inmensamente porque no lo dejaban ir alado de su mujer, forcejeó con su amigo, el médico y otros miembros del batallón, hasta que en medio de  el forcejeo sin querer se desprendió su pulsera lo que ocasionó que se molestara muchísimo, pero al final no tuvo otra opción más que quedarse en su batallón, ya que sabía que no se encontraba en condiciones de volver a casa por sus propios medios. Al día siguiente todo estuvo en calma el muchacho como por arte de magia estaba mucho mejor, su semblante cambió totalmente aunque seguía extrañando a su esposa pero ya sin la desesperación de la noche anterior.

Por fin llegó el día de su regreso a casa pero esta vez encontró todo vacío, sin rastros de que alguien más hubiera existido, hizo una búsqueda en los sitios aledaños a su casa en busca de su mujer pero no pudo hallarla, no volvió a saber más de la joven mujer, lo único que le quedó de recuerdo de ella fue su pulsera rota, y aunque no se rindió y cada mañana la buscaba por el pueblo, la gente no le supo dar razón, incluso le decían que no conocían a ninguna joven con esas características.

Así pasó el tiempo y un día  platicando con su amigo recordaron el deterioro físico que había tenido tiempo atrás y que fue muy sospechoso, ya que desde que la chica se desapareció, él ya no volvió a ponerse mal ni a empeorar su estado de salud, sino todo lo contrario. Aun así, el joven un poco triste le dijo a su amigo que algunos días la extrañaba y que lo único que le quedaba de ella era la pulsera que ella le había obsequiado como símbolo de unión.

Un joven que estaba en una mesa alado de ellos escuchó lo que decían y alcanzó a ver la pulsera del muchacho, por lo que se acercó y los saludó, comenzó a cuestionarle dónde había adquirido su pulsera ya que él tiempo atrás, también había tenido una así, los jóvenes sorprendidos lo invitaron a sentarse junto con ellos, pues al escuchar su historia de la pulsera el guacho pensó que le daría razón de la joven mujer, pero nunca se imaginó la sorprendente y horrorosa revelación que esa plática le haría entender.

El joven invitado empezó a platicar su historia y fue muy similar a la del guacho, sólo que este joven estuvo  apunto de morir ya que el descubrió la verdadera identidad de la hermosa mujer.

Les reveló que en realidad no se trataba de una mujer real, si no que era una bruja que constantemente estaba en busca de sangre fresca de jóvenes que nunca fueron bautizados pues este era su punto débil y la mayor oportunidad que ella tenía para atraerlos con su belleza y debido a esto, con el tiempo los iba deteriorando poco a poco físicamente y pudriéndolos internamente, ya que necesitaba de su energía y juventud para poder seguir viviendo y manteniéndose joven y bella, de aspecto sublime e irreal, así como se había aparecido ante él, en ese momento, el guacho se exaltó  bastante pues cada parte de la anécdota del joven coincidía con todo lo que le había ocurrido anteriormente, pero su amigo lo tranquilizó, permitiendo así que el otro continuara con su relato.

El joven continuó diciendo que su familia era originaria de Margaritas; un pueblo cerca de ese lugar y que al verlo devastado, cansado, con la mirada perdida y sin energía habían buscado la forma de ayudarlo llevándolo con un anciano que era curandero, con muchos años de experiencia y bastante conocedor en el tema de cualquier creatura de ese tipo.

Les contó que el anciano accedió a ayudarlo en su visible desesperación y riesgo de no sobrevivir, dijo que comenzó a inspeccionarlo con sus famosos rituales y que de esa manera se dio cuenta de que el joven estaba bajo el efecto de un fuerte y macabro conjuro, en el que siempre se veía envuelto y con fuertes recaídas, ya que la bruja que se lo había realizado, estratégicamente se lo había colocado en la muñeca de la mano izquierda, pues es la que conecta con el corazón, por lo que al ver la pulsera que el muchacho le había mostrado a su amigo le hizo recordar ese espeluznante momento de su vida.

Además agregó a su anécdota que finalmente el anciano había logrado curarlo y deshacer el conjuro pero le advirtió seriamente que jamás volviera con ella, bajo ninguna circunstancia, pues de lo contrario moriría sin remedio ni salvación alguna.

En ese momento, el par de amigos estaban notoriamente impactados, pues con la historia del joven se dieron cuenta de que todo era muy similar a lo que el muchacho vivió, por lo que decidieron abandonar el lugar y los tres se fueron caminando hacia el pueblo.

Mientras caminaban se encontraron en su paso a una anciana, sin embargo les pareció bastante extraño que anduviera sola a esas horas de la noche, pero hubo algo que el muchacho encontró sumamente familiar en esta viejecita, él les dijo que siguieran caminando y que en un momento más los alcanzaría, pero al dar vuelta a la esquina la anciana había desaparecido misteriosamente, pero en su lugar encontró a la que había sido su mujer, un poco más deteriorada pero al final era ella, él con un poco de miedo la cuestionó tanto sobre su misteriosa desaparición y sobre el conjuro al que lo había sometido que ella se molestó demasiado, dejando salir un grito estremecedor, que quienes lo escucharon sintieron miedo.

Esa fue la última vez que se le vio al guacho, en el pueblo siguió rumoreándose que la bruja se lo llevó pues no quedó ni el mínimo rastro de su existencia y aunque su batallón realizó una búsqueda exhaustiva por varios días, nunca más lo volvieron a ver, ni a encontrar indicios de él, lo que sí se sabe es que la joven ha regresado a merodear por las calles del pueblo, en busca de una víctima más, ya que según el relato del joven para que ella pueda seguir viviendo y manteniendo su belleza, necesita del vigor y energía de jóvenes que no tengan el sagrado sacramento del bautizo y que sean jóvenes puros.

Mi suegra terminó de contarme la tenebrosa historia del pueblo, por la cual ella me comentó que gracias a ese suceso no es extraño que cuando un bebé nace en ese lugar, lo bautizan casi de inmediato, pues además de la historia del militar, han sonado otros casos similares donde los pequeños son los más desprotegidos o aquellas personas que se encuentran fuera de ese sacramento y ha sido comprobado para varias familias que decidieron no creer en la historia y hacer caso omiso de las recomendaciones de protección a los recién nacidos.

Lo medité bastante pues a pesar de que no soy una persona muy creyente de esas leyendas, también es verdad que sentí un cierto escalofrío al recordar los ruidos tan extraños y espeluznantes que había escuchado la noche anterior que para ser honesta eran bastante extraños.

Tiempo después supimos de más experiencias de otras personas que juraban haber visto a las brujas en plena transformación, es bien sabido que este tipo de creaturas han existido a lo largo de los años en diferentes partes del mundo y también en formas diferentes, ya que también se ha sabido que en algunas comunidades han sido vistas en forma de “bolas de fuego” o de algún ave extraña que lejos de tener un aspecto animal, tienen rasgos visiblemente extraños, por lo que es bastante normal que en la actualidad muchas personas sigan teniendo temor al escuchar las historias que hablan sobre ellas y de sus métodos para mantenerse imperceptibles ante los ojos de la sociedad.

También es común que en ciertas comunidades las personas suelan llevar algún tipo de amuleto protector en forma de collar, a media noche se escuchan las plegarias a modo de alejamiento para cualquier ser maligno, sobre todo en los hogares con recién nacidos, que en su mayoría optan por colocar unas tijeras y el famoso circulo de sal.

Con todas esas anécdotas y por obvias razones, decidimos jamás regresar a ese pueblo, ni siquiera de visita, por el bienestar y tranquilidad de mis hijos ya que no queríamos que se vieran inmersos bajo alguna de esas historias en ninguna circunstancia, con todo lo sabido, ahora creemos que es mejor prevenir ciertos sucesos.

Autor: Hugo de Gante

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