Intentó Dañar A Mi Bebé Historia de Terror 2024

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Intentó Dañar A Mi Bebé Historia de Terror 2024

Intentó Dañar A Mi Bebé Historia de Terror… Me gustaba ver películas de terror y de suspenso, aunque no era creyente de los fenómenos paranormales, ni de las prácticas de adivinación y esoterismo, estaba a punto de terminar la universidad cuando entré a trabajar a un estudio de publicidad, entré como becaria, en un inicio hacía el trabajo que a los diseñadores no les gustaba, me mandaban a tomar muchas fotografías a los productos que los clientes vendían, para después diseñar un catálogo de la mercancía que se vendía.

En el estudio conocí a Beto, él era diseñador, tenía varios años trabajando ahí, un viernes por mes, nos reuníamos los compañeros de trabajo para ir a un bar a platicar y tomar una cerveza, en lo personal no me gustaba beber alcohol, lo hacía para mejorar mi relación con los compañeros de trabajo, con Beto era con quien llevaba mejor relación, a él tampoco le gustaba beber alcohol, a lo mucho se tomaba una michelada.

Conforme pasó el tiempo la relación de amistad que tenía con Beto se fue haciendo más sólida, ni siquiera percibimos el momento en que nos hicimos novios, duramos más de dos años en nuestro noviazgo, hasta que un día Beto me pidió que me casara con él, acepté a vivir una vida a su lado, pero no de la manera convencional, no pretendía tener una boda extravagante, ni gastar la mayor parte de mis ahorros en una fiesta con muchos invitados, le dije a Beto que nos fuéramos a vivir juntos, podríamos compartir los gastos, y con el tiempo comprar un departamento para no estar pagando una renta tan cara.

Por un momento creí que a Beto no le había agradado mi idea porque lo vi muy serio, al contrario, se puso contento por el comentario que le hice, ocasionalmente me había dicho que él estuvo en una relación de muchos años, se casó con una mujer de nombre Carmen, él hizo el intento de darme más detalles de su relación, pero le dije que no lo hiciera, no tenía la obligación de decirme las parejas que tuvo antes de conocerme, su pasado no me interesaba.

Beto me hizo la aclaración que me lo decía, porque no se iba a poder casar conmigo por la iglesia, sólo de manera legal, sonreí diciéndole que ni siquiera me quería casar, así que no me importaba.

            Cuando le comenté a mis padres y a mis hermanos que me iba ir a vivir al lado de Beto, a mi familia no les encantó mi decisión, lo bueno fue que la respetaron y no me prohibieron que lo hiciera, no era tan común que una mujer se fuera a vivir al lado de su novio, eran los años 90 y no estaba bien visto, aunque no me importó que la gente que me conocía murmurara.

Fue un 21 de marzo cuando nos fuimos a vivir juntos, Beto estaba más que emocionado, rentamos un departamento muy pequeño en una parte céntrica de Guadalajara, tuvimos suerte de que la renta no estuviera tan elevada, sobretodo por la ubicación que tenía el departamento, nos quedaba muy cerca del estudio en el que trabajábamos, incluso, podíamos irnos caminando o en bicicleta.

Me llevé la bicicleta que tenía en mi casa, era una actividad que disfrutaba mucho, por lo regular, los fines de semana iba a recorrer la ciudad en mi bicicleta, por lo que no quise perder la oportunidad de irme a mi trabajo en mi bici.

Los primeros meses que estuve viviendo con Beto, fue un tiempo de adaptación a nuestra nueva forma de vivir, tuvimos algunos desacuerdos, aunque no fue nada de importancia, Beto me llegó a decir en varias ocasiones, que se sentía muy feliz de que estuviéramos juntos, en su anterior relación tuvo muchos conflictos, él no se quería separar, pero su esposa lo orilló a hacerlo, no era que no le creyera a Beto lo que me decía, pero sabía que en una relación de pareja, siempre había dos versiones.

Hubo una ocasión en la que se fue la luz en el edificio, estaba lloviendo muy fuerte, además había tormenta eléctrica, era por la noche y estábamos lavando nuestra ropa, la lavadora se encontraba en la azotea, tenía el cuarto techado, así que no había problema de que nos mojáramos, noté que Beto se puso muy alterado, le dije que se tranquilizara, no sucedía nada, en un par de horas regresaría la luz, sin embargo, Beto seguía nervioso, me dijo que nos bajáramos a nuestro departamento, al día siguiente él terminaría de lavar la ropa.

No estuve de acuerdo, quería terminar de lavar, sin embargo, Beto me jaló del brazo y comenzó a llevarme a las escaleras, me molesté un poco, le dije que no me obligara a hacer algo que no quería, pero él no me escuchó, me llevó casi a rastras, hasta que llegamos al departamento, lo confronté, le pregunté por qué me había hecho eso, si él no quería lavar la ropa, no tenía ningún derecho a obligarme.

Beto continuaba muy susceptible, comenzó a tartamudear, me ofreció una disculpa, me dijo que tuvo mucho miedo a que algo malo me sucediera, le dije que no entendía lo que me quería decir, si solamente estaba lloviendo y se fue la luz, antes de darme una explicación, encendió las velas que teníamos disponibles, cerró las ventanas, estuvo buscando debajo de los sillones, en las dos habitaciones, pensé que estaba tratando de jugar, pero Beto siempre había sido una persona que no le gustaba gastar bromas.

            Esperé su explicación un tanto impaciente, me pidió que me sentara en el sillón, con voz baja empezó a decirme que su ex esposa era una bruja, y que lo había maldecido por separarse de ella, trató de hacerle unos amarres para que nunca la dejara, pero la madre de Beto se dio cuenta del daño que le habían hecho, por lo que lo llevó a que lo “curaran”.

Todo lo que me dijo Beto me tomó por sorpresa, no daba crédito a lo que me estaba diciendo, sobretodo porque cuando íbamos al cine a ver una película de terror, él se burlaba de los efectos especiales, o de la propia historia, me decía que todo era fantasía e inverosímil.

Primero le pregunté el motivo por el que estaba susurrando, si solamente estábamos los dos dentro del departamento, y por qué me decía todo eso de su ex esposa, no tenía nada que ver con que se fuera la luz y hubiera una tormenta eléctrica, Beto me pidió que bajara la voz, me puso su dedo índice en mi boca.

En aquel momento que Beto se comportó de una forma extraña, dudé de su verdad, creí que me había ido a vivir con un loco, hubo un  momento en que pasó por mi mente dejarlo esa noche, porque no sabía de lo que era capaz alterado de su sistema nervioso, me detuve de hacerlo, porque estaba lloviendo intensamente, y hubo un destello de un rayo que cayó muy cerca del edificio, en ese instante se iluminó la sala del departamento, no pude ver con completa claridad, pero noté la silueta de una mujer afuera de la ventana, pero como la lluvia estaba muy fuerte, cuando me iba a acercar a la ventana, para ver con más claridad, Beto me detuvo del brazo, me dijo que no lo hiciera.

            Comenzaba a exasperarme la actitud tan nerviosa y manipuladora de Beto, le dije molesta que me soltara, iba a decirle más cosas cuando regresó la luz, Beto comenzó a calmarse poco a poco, enseguida que lo noté más tranquilo, le pedí una explicación, él se sentó en el sillón y comenzó a contarme que cuando estuvo viviendo al lado de su esposa, ella era una mujer muy controladora, todo el tiempo quería saber lo que estaba haciendo, con quién trabajaba, lo llamaba constantemente a su celular, si por algún motivo no le contestaba, al llegar a casa estaba sumamente furiosa.

Lo peor ocurrió cuando ella quedó embarazada, su ex esposa anhelaba tener un hijo, la primera vez que quedó encinta, a los dos meses perdió el producto, tuvo una hemorragia en la madrugada, Beto la llevó de inmediato al hospital, pero los médicos no pudieron hacer nada, me dijo que le practicaron un legrado, aquella vez ella estuvo muy triste, se deprimió por casi un año, dejó de mantener el control, su ex esposa se sumió en una depresión profunda, hasta que aceptó ir con un médico, el cual le recomendó terapia psicológica y el apoyo de medicamentos psiquiátricos.

Hasta ese punto no entendía el motivo por el que Beto me contara todo eso, no quise interrumpirlo, continuó diciéndome que su pareja, salió adelante de aquella depresión, incluso mejoró el trato que tenía con él, dejó de tratar de controlarlo, todo marchaba muy bien, cuando ella quedó nuevamente embarazada, estuvo más tranquila, trató de cuidarse mejor.

Sin embargo volvió a suceder lo mismo, apenas tenía seis semanas de embarazo, ella se levantó al baño en la madrugada, comenzó a gritarle a Beto, le dijo que le dio un dolor muy fuerte en el estómago, y tuvo la sensación de querer hacer del baño, cuando se sentó en la taza del baño, arrojó una bola pequeña sanguinolenta, su ex esposa nuevamente había tenido un aborto, nuevamente pasó por el mismo proceso.

            Hubo una tercera vez que ella quedó embarazada, nuevamente sucedió lo mismo, Beto y ella se acercaron con especialistas genetistas y personal con conocimiento de fertilidad, después de varios estudios que les hicieron a los dos, llegaron a la conclusión de que no eran compatibles como pareja, por el tipo de sangre RH negativo que tenía ella, no permitía que su matriz pudiera retener el producto, por lo que en poco tiempo, su cuerpo lo rechazaba, les dieron un tratamiento que aparte de ser muy costoso, no funcionó.

A partir que le dijeron a su ex esposa que mejor pensara en la adopción, ella salió furiosa del hospital, los maldijo y comenzó a tener actitudes extrañas, dejó de trabajar y se dedicó a leer libros sobre esoterismo, rituales, y maneras de conseguir trascender después de la muerte.

Beto me dijo que comenzaron a tener muchos problemas porque ella empezó a querer controlarlo más, se ponía celosa con cualquier mujer que volteara a ver, su matrimonio se convirtió en una cárcel, en la que ya no quiso quedarse, cuando Beto le dijo a la que era su esposa que se quería separar de ella, le lanzó una maldición, le dijo que jamás se iba a deshacer de ella, y si no le importaba deshacer el pacto que hicieron ante Dios, de vivir juntos hasta que la muerte los separara, ella iba a hacer otro pacto con el demonio para que nunca fuera feliz.

            Beto concluyó diciéndome que esa fue la última vez que estuvo con ella, pero a partir que se separó de su esposa, a él le comenzaron a pasar acontecimientos extraños, sobre todo, por las noches y en la oscuridad, le pregunté qué tipo de hechos veía, no pudo terminar de decirme porque llamaron a la puerta con insistencia, se me hizo muy raro que a esa hora de la noche estuvieran tocando, ya pasaban de las 11 de la noche, y no teníamos amistad con ninguno de los vecinos.

Beto se levantó con rapidez, me dijo que no me moviera, que me quedara sentada, se asomó por la mirilla de la puerta, se regresó de inmediato a sentarse a mi lado, me abrazó y me hizo la señal de que guardara silencio, los golpes en la puerta fueron con mayor intensidad, hice el intento de levantarme del sillón, pero Beto no me lo permitió, me agarró con fuerza de la cintura, me dijo que me estuviera sentada y en silencio.

Después, dejaron de tocar en la puerta, le pedí una explicación, porque tuvo una conducta muy extraña, Beto me tomó de las manos, las suyas estaban temblorosas y frías, me dio la impresión de que tenía mucho miedo, y que todo lo que me decía era verdad, fui a la cocina para preparar un té para los nervios, le pedí que se tranquilizara y que tratara de explicarme lo que sucedía.

Beto se tomó el contenido de la taza, la lluvia estaba comenzando a ceder, sólo quedaba una suave brisa, ya estaba más tranquilo, se asomó por la ventana, luego abrió la puerta, en el pasillo no había nadie, sólo me habló para que me acercara, en el piso había huellas de que alguien estuvo en el pasillo mientras llovía, porque estaba mojado, él me dijo que era la evidencia de que alguien estuvo ahí, le dije que era verdad, porque estuvieron tocando con vehemencia en la puerta, sólo que él no abrió la puerta.

Beto me respondió un poco alterado, que no la abrió porque no había nadie en el pasillo, me confundió un poco, así que ya no le pregunté nada, preferí hablar con él cuando estuviera más tranquilo, porque en el estado tan alterado en el que se encontraba, decía varias inconsistencias, y no lograba entenderlo del todo.

            Nos fuimos a la cama, aunque noté que Beto seguía muy nervioso, logró dormirse, pero sentía cuando brincaba y de repente se ponía a temblar, sabía que algo malo le sucedió con su ex esposa, aunque no pude saber qué fue realmente lo que ocurrió.

Al día siguiente Beto se despertó como si nada hubiera sucedido, se nos hizo tarde para llegar al trabajo, íbamos retrasados, por lo que no platicamos sobre lo acontecido en la noche, me gustaba ir al trabajo en bicicleta, pero ese día no fue posible hacerlo, pedimos un auto de alquiler para llegar los dos a tiempo.

De regreso preferimos caminar un poco, en el parque que estaba cerca de la casa encontramos a un gato pequeño, le pregunté a Beto si nos podíamos quedar con él, no esperé su respuesta, agarré el gato y lo llevé al departamento, pronto nos adaptamos a tener una mascota, le puse de nombre Mefistófeles, le decía de cariño Menfis.

El gato andaba por todo el departamento sin ser una molestia, sólo empecé a notar que por las noches tenía un comportamiento raro, sabía que los gatos eran por lo regular nocturnos, por eso no le tomé la debida importancia, dejaba la puerta abierta de nuestro dormitorio, por si quería entrar o salir, a cierta hora de la noche notaba que Menfis se quedaba parado en el umbral de la puerta maullando hacia la ventana, había aprendido a conocer a mi gato, él sólo maullaba cuando quería algo, por lo que se me hacía inquietante que él maullara con tanta insistencia en la ventana.

Beto tomaba medicamento para dormir, así que no se daba cuenta de lo que sucedía en la noche, le comenté lo que hacía el gato, él me dijo que era muy extraño, compró una cámara para que grabara al gato por las noches o cuando no estuviéramos.

            Esa noche que Beto puso la cámara, Menfis estaba muy inquieto, me despertó porque tumbó un objeto del escritorio, me levanté para ver qué le sucedía, miraba con insistencia en la puerta principal, estaba parado maullando, lo abracé y se puso más inquieto, incluso, me arañó el brazo, lo solté y escuché unos pasos en el pasillo, abrí la puerta sin conseguir ver a nadie.

Intentó Dañar A Mi Bebé Historia De Terror

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En cuanto tuvimos tiempo comenzamos a ver el video del gato, lo que vimos nos dio mucho miedo, nuestro gato estaba parado frente a un ser que flotaba y se movía por todo el departamento, Beto revisó por varias ocasiones el video, se agarró la cabeza, me dijo que era ella, era ella.

Le pedí que se calmara y me explicara a qué se refería, porque me daba miedo no saber a qué nos enfrentábamos, él me dijo que era la venganza de su ex esposa, ya se lo había advertido, seguramente se trataba de algún demonio con el que hizo un pacto, le pedí que se tranquilizara, íbamos a encontrar una solución a lo que nos sucedía, si era necesario nos cambiaríamos de departamento, él se calmó, me dijo que iba a comprar otras dos cámaras para mantener vigilado el departamento desde distintos ángulos, en aquel momento creí que era una solución muy buena.

No pude ponerle más atención al gato porque me empecé a sentir mal, tenía nauseas, fui al baño a vomitar, Beto me dijo que si no mejoraba lo ideal era que fuera al médico, al día siguiente me sentí peor, el vómito no cedía, fui a consulta en una farmacia cercana, cuando le dije al doctor los síntomas que tenía, me preguntó si me había hecho alguna prueba de embarazo, le respondí que no, me sacó sangre, me dijo que al día siguiente fuera para saber los resultados, no había lugar a dudas, estaba embarazada, no estaba dentro de mis planes ser madre tan pronto, pero tampoco compartía la idea de tener un aborto.

Le dije a Beto lo que me sucedía, él se puso muy contento, me dijo que me apoyaría en la decisión que tomara, le dije que no había nada que pensar, nuestro bebé era bienvenido.

            No sabía si los animales tenían la facultad de darse cuenta de un embarazo, en el caso de Menfis, él no quería que me le acercara, parecía que le molestaba el hecho de que estuviera embarazada, acudí a mi control mensual con el médico, me sentía muy mal, le dije al doctor que me dolía mucho la cabeza, me sentía muy cansada, y por las noches tenía la sensación de que no podía respirar con facilidad, además, el vómito no cesaba, ni siquiera podía tomar agua, porque no me sentía bien.

El doctor me dijo que era normal, los primeros meses de gestación eran difíciles, no les sucedía a todas la mujeres, pero en mi caso, después de tres meses todas las molestias pasarían, me dio tratamiento para que pudiera sobrellevar los síntomas, pero seguía sintiéndome muy mal, pedí permiso de una semana en el estudio, para poder descansar, sin embargo, el cansancio y la somnolencia cada vez eran peores.

Beto me sugirió ir con otro doctor, me llevó con una ginecóloga, ella me dio otro tipo de tratamiento que no me ayudó mucho, el malestar siguió. Cada día me debilitaba más, al grado que no me podía ni levantar de la cama, el médico decía que no entendía lo que me sucedía, el bebé estaba bien, los análisis normales, me daba vitaminas y no mejoraba, las náuseas y el vómito habían desaparecido, pero el cansancio y la falta de oxígeno eran permanentes.

Le pedí a mi madre que me ayudara, ella había tenido cuatro hijos, me podía dar algunos remedios o consejos, mi mamá iba a visitarme casi todas las tardes, un día me dijo que quería platicar conmigo, me comentó que no era normal lo que me sucedía, tenía miedo de que alguna persona me hubiera hecho algún daño, no entendí lo que me quería decir, le pedí que fuera más clara.

Mi mamá me dijo que no perdíamos nada si íbamos con una persona que supiera de limpias y de maldiciones, hasta ese momento me acordé de lo que Beto me había dicho sobre su ex esposa, le platiqué lo que sabía de aquella mujer a mi mamá, ella de inmediato me dijo que al día siguiente iríamos con una conocida, y que era de su confianza.

            No le quise decir nada a Beto hasta que fuera con mi madre y aquella mujer, por la tarde fuimos a un local que se dedicaba a la adivinación, limpias, lectura de cartas del tarot, la señora era una mujer muy joven, tuve desconfianza de que tuviera el conocimiento y la experiencia necesaria, aunque como iba con mi mamá, me sentí segura.

La mujer tenía un paño de color rojo amarrado en su cabeza, encendió varios inciensos en distintas partes del local, antes de tocarme el vientre hizo una oración a San Benito y a San Miguel Arcángel, eran los principales protectores contra todo mal o perversión, dejó su mano sobre mi vientre, cerró sus ojos, estuvo unos segundos haciendo oración, de pronto quitó su mano de mi estómago e hizo una mueca de miedo, reaccionó pronto y cambió de inmediato, tomó un péndulo con un cuarzo y lo puso frente a mi vientre, ya tenía más de tres meses de gestación, apenas comenzaba a notarse mi barriga.

Enseguida que terminó su ritual, nos dijo que ya sabía lo que estaba sucediendo, me habían hecho una maldición para que mi bebé no llegara a término, en una muñeca hicieron la magia negra, la ataron a un cordón umbilical con pelo de caballo, intentaba dañar al bebé desde el interior de mi vientre.

No tuve la menor idea de cómo ella logró saber todo eso, ni siquiera tenía la certeza de que fuera cierto, aunque en mi interior sabía que tenía razón, la mujer hizo otro ritual para quitarme el daño, y también otro de protección, me di cuenta de que era verdad al sentirme bien, poco a poco las molestias que tenía comenzaron a desaparecer.

La mujer nos dijo que necesitaba ir en dos ocasiones más para que no me volvieran a hacer lo mismo, porque seguramente la persona que me quiso dañar intentaría hacer otro ritual más poderoso, mi madre me dijo que ella me acompañaría las veces que fuera necesario.

            Estaba nerviosa esperando que Beto llegara del trabajo, para que me hablara más de su ex esposa, en cuanto escuché que la llave entró en la cerradura me empecé a sentir inquieta, Beto llegó con su cara pálida, me dijo que se sintió mal la mayor parte del día, sentía revuelto el estómago, de pronto corrió al baño a vomitar, en ese momento me di cuenta que todos mis malestares habían desaparecido, y quizás le había transferido a Beto el daño que me quiso ocasionar su ex esposa.

Cuando regresó del baño, se le veía un poco mejor, le pedí que se sentara y que me escuchara con atención, le conté lo que hice, y lo que me dijo la mujer del local esotérico, mientras le contaba lo sucedido, Beto asentía, enseguida que terminé de contarle todo, Beto me dijo que no tenía la menor duda de que era ella, su ex esposa, la que los dañó, porque ella se dedicaba a la brujería, al igual que su hermana y su madre, y que no sería tan fácil que los dejara en paz.

Beto me confesó que desde que se separó de ella, empezó a tenerle mucho miedo a la oscuridad, porque sentía la presencia de un ser siniestro que lo quería dañar, cuando se encontraba del lado de luz se sentía más protegido y el ser no se aparecía.

La siguiente vez que fui a ver a la mujer que me estaba liberando de la maldición que me había hecho, también Beto fue conmigo, ella en cuanto lo vio supo el motivo por el que lo llevaba, me dijo que no iba a ser tan fácil quitarnos la brujería que nos hicieron, al parecer, se le había transferido a Beto, la mujer hizo distintos rituales, nos dijo que tendríamos que ir cada mes, porque la maldición era muy poderosa.

Aún seguimos yendo con ella, cada vez nos sentimos mejor, mi embarazo transcurrió tranquilo, sin ninguna dificultad, aunque todavía cuando se hace de noche, y en los lugares en los que no llega luz, sentimos la presencia de un ser, compramos lámparas pequeñas que dejamos encendidas por todas partes de la casa, para evitar la oscuridad, con frecuencia esparcimos agua bendita, cuando lo hago escucho un sonido gutural extraño. Todavía seguimos luchando contra la persona que nos quiso afectar, cuando se hace de noche sentimos un poco de temor, que va desapareciendo conforme el alba comienza a aparecer.

Autor: Adriana Cuevas

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