la casa maldita (1)

La Casa Maldita 2022

La casa maldita… Siempre odié la casa donde pasamos las vacaciones de pequeños…
Discúlpenme si inicio esta historia de esta manera tan egoísta, pues no encuentro de que otra forma de expresar el odio que adquirí al lugar donde mi padre pensó que sería una buena idea estar durante las vacaciones de verano, por ello quisiera relatarles lo que pasamos nosotros en una casa y sobre todo las experiencias que tuvo mi hermana menor. Sin más he aquí mi historia.

La familia se estableció una temporada de verano en una casa ubicada en una colina, se encontraba en plena soledad, sin vecinos a nuestro alrededor o algún indicio cercano de civilización, acumulaba oscuridad en su interior, según mi Padre esta casa tenía así más de cincuenta años cuando nosotros nos mudamos allí, y estoy seguro de que podría durar otros cien años más como esta pues nadie se atrevía a adentrarse a ella.

En cuanto uno ingresaba a la casa, se encontraba ante un monstruoso edificio en el que las paredes estaban construidas con gruesos ladrillos, pareciera que fue construida en otro siglo pues la arquitectura le daba la apariencia de ser muy antigua.

Durante muchos años esta casa estuvo oprimida por un intenso silencio por lo que una palabra de nosotros podría hacer crujir la madera de los muebles, uno podía percibir un extraño aroma en el aire que se respiraba. Pero lo que fuera que estuviera viviendo allí adentro antes de que nosotros llegáramos, lo hacía en absoluto silencio y soledad.

La idea de mudarse a un lugar más tranquilo durante las vacaciones de verano fue de mi Padre, nosotros queríamos ir a la playa, pero por su trabajo era necesario que ya terminara el proyecto que tenía encima, él era arquitecto y no le iba nada mal, ya tenía una serie de artículos publicados en varias gacetas y periódicos. Además, que la venta de sus proyectos nos ayudaba a mantener a toda la familia.

Somos cinco en total, mi hermano mayor de nombre Bernardo, mis Padres, y luego nosotros dos… Mi hermana llamada Lucia y yo, nacimos el mismo día, toda la familia nos identifican como los cuates.

No nos parecemos mucho entre los dos, cada uno tiene su propio carácter y físicamente somos diferentes, pero en particular es con Lucia quien tiene un don especial el cual es ver Espíritus o Fantasmas, en mi caso dicen que también tengo un don, pero es diferente al de ella, yo suelo percibirlos o escucharlos mas no verlos, en cierto modo eso me tranquiliza, pero como comparto habitación con mi hermana, por las noches sus gritos y llantos son un verdadero terror.

Una noche mientras todos dormían, la lluvia habia llegado sin previo aviso, teníamos tan solo un par de días viviendo en esa casa por lo que solo era cuestión de acostumbrarse a ruidos y sombras. Fue cuando un sollozo me despertó, se trataba de mi hermana que tenía tapado el rostro con su oso de peluche, ella dormía a un lado mío, estábamos apartados por un par de metros, la vi bastante intranquila por lo que se me ocurrió preguntarle si se encontraba bien. Ella llorando me respondió que no moviendo la cabeza de un lado a otro.

Ciertamente esto ya se había vuelto una costumbre en la familia por ello ya sabía cómo ayudarle y lo que tenía que hacer, me levanté de mi cama y me acosté a un lado de ella.

Curiosamente esto provocaba que los fantasmas o espíritus que ella veía se alejaran. Una vez ya más tranquila le pedí que me dijera que había visto.

Me contó que pudo ver como alguien se sentaba al borde de su cama y comenzaba a tararear una canción, supo que se trataba de una mujer por el sonido que emitía su voz.

Mi hermana al abrir los ojos se dio cuenta que aquella mujer se le había acercado tanto a su rostro que la tenía a solo unos centímetros de ella.

Se tapó con las sábanas para ya no verla, pero esa mujer seguía tarareando frente a su cara.

Mi Papá ya le había comentado que cuando tuviera miedo se pusiera a rezar, y sea lo que fuera aquello que la estaba espantando se retiraría.

Así que pensé en preguntarle lo más sensato para mí en ese momento… ¿Sigue aquí?… ella señaló detrás de la puerta, pero yo no podía ver nada.

Encendí la luz de la lámpara de noche que teníamos a un lado de nosotros y no logre ver aun así nada, sin embargo, fue mi hermana quien se cubrió el rostro completo. Me quede a su lado hasta que quedó dormida y yo a un lado suyo.

A la mañana siguiente lo primero que hice fue acercarme con mis Padres para platicar al respecto de Lucia, me mencionaron que, si la habían escuchado llorar, pero particularmente fue que escucharon que alguien cantaba dentro de nuestra habitación.

Mi hermano Bernardo me comentó algo que me dejó un poco extrañado, pues el mismo me mencionó que había visto a una mujer caminar en los pasillos en puro camisón, pero no le había visto el rostro y además de ello, se encontraba cantando una canción en voz muy baja. Ciertamente esto me dejó más inquieto, pues sea lo que fuera yo no lo había logrado percibir o escuchar algo.

Justo después de desayunar, Papá nos tenían una sorpresa, nos comentó que había invitado al Tío Jorge a pasar un par de días en la casa y que no vendría solo, pues traería a sus hijas, mi Tía y a su suegra.

Nos sentíamos bastante contentos por ello porque jugábamos mucho con mis primas, ellas eran aproximadamente de nuestra misma edad unos 7 u 8 años, y a mí en lo particular me gustaba mucho platicar con mi tío Jorge pues tenía muchas historias que me llamaban tanto la atención que me mantenía entretenido bastante tiempo.

Además notaba que tanto mi Madre y mi Padre se ponían contentos por recibir la visita de mi Tío, él era el hermano menor a quien siempre se encontraba de buen humor y velaba por el bienestar de sus sobrinos y esa tarde llegó como nos lo habían prometido, cargado de varios regalos y sorpresas. Pero había algo que me emocionaba más de la visita de mi Tío, y es que el compartía una peculiaridad similar a la que teníamos Lucia y yo.

Cuando tuve la primera oportunidad le comenté a mi Tío que quería hablarle sobre lo nos había sucedido en la habitación, sobre todo con la intención de saber si el encontraría algo que a mi se hubiera pasado. Ya en el cuarto, comenzó a examinar cada rincón, debajo de la cama, dentro del closet, no hubo parte de la habitación que no examinara.

Me comentó que se percibía una energía negativa bastante fuerte, después de ello se quedo callado un minuto observando una de las esquinas de la habitación.

Cuando me acerqué a él para preguntarle si se encontraba bien, parecía que había despertado de un trance, me miró y se inclinó para decirme que cuidara a Lucia bastante bien.

Se levantó y miró de nueva cuenta a la esquina, en ese momento elevó la voz y maldijo al ser que estaba viendo en ese momento, yo no podía ver nada anormal, ni mucho menos percibir algo, pero mi Tío prosiguió insultando a lo que estuviera allí.

Se quedaron a dormir esa noche, mi Tío le pidió a mi Padre que lo dejara descansar en nuestra habitación, a nadie le pareció nada extraño por lo que accedieron a su petición.

Al día siguiente mi Tío Jorge se quejó de un dolor intenso en la espalda, mencionaba que sentía que tenia una carga muy pesada. Mi Padre le pidió que se quedara un día más, pero el insistió que no podía, además tenia que llevar a su suegra de regreso a su casa y era un largo trayecto.

Esa noche mientras todos estábamos dormidos nuevamente me despertó mi hermana Lucía pero ahora no fue con un llanto sino con un grito terrible que me asustó tanto que me despertó por completo.

Le pregunté qué estaba sucediendo pero ya no me decía nada solamente apuntaba hacia el techo y yo volteaba y no veía nada inmediatamente mis padres ingresaron a la habitación y detrás de ellos Bernardo, le preguntaban qué sucedía o que pasaba pero ella simplemente apuntaba hacia el techo, la tranquilizamos y por fin nos comentó que había visto a mi tío Jorge pegado en el techo de la habitación, estaba golpeado con ambos brazos extendidos a los lados y que no respiraba.

Mi padre le comentó que podía tratarse de una pesadilla debido a lo que había pasado un día antes y que era necesario que tratara de descansar y que mañana a primera hora se comunicaría con mi tío Jorge para que nos aseguramos que todo estuviera bien.

Lucía se quedó completamente dormida, yo por mi parte no pude conciliar el sueño pues me quedé mirando hacia el techo bastante tiempo no sabía qué quería ver o qué era lo que podía ver pero algo llegué a percibir que no me dejó nada tranquilo a mí.

A la mañana siguiente, una hora antes de que mi Padre llamara a su hermano, tocó la puerta un policía, Bernardo fue el que abrió la puerta y le comente a mi Padre sobre la presencia de este señor, pidió hablar con mi padre a solas, al fin de varios minutos mi Papá regresó con un semblante muy diferente.

El policía le comentó que mi tío había sufrido un accidente bastante grave, la camioneta en la que iban se volcó por completo y en ella fallecieron mis primas mi tío Jorge y su esposa, quedando con vida su suegra a quién se lo habían llevado a urgencias de forma inmediata.

Esto obviamente tomó como por conmoción a toda la familia no sabíamos qué había pasado ó que había ocurrido.

Ciertamente mi hermana Lucia lo había visto esa noche a mi tío Jorge lastimado. Es difícil reconocerlo, pero los días pasan lentamente cuando un familiar muere, sentimos que no saldremos de esa prueba, pero solo es cuestión de tiempo.

Los servicios funerarios se llevaron a cabo en la casa donde estábamos, Papá había perdido el interés de seguir con el proyecto pero aun tenía que trabajar en esa casa por lo que no quería alejarse demasiado, asistieron familia y amigos de la infancia de mis Tíos, mientras tanto Lucia y yo permanecimos dentro de la casa, ambos no teníamos ganas de estar en un funeral.

Yo me encontraba recorriendo los pasillos de la casa por mi cuenta, pensando en todo lo que había vivido con mi Tío, pero a su vez recordando lo pequeña que fueron mis primas y que fallecieron a tan poca edad.

Y en eso pude escuchar un tarareo, pensé que se trataba de mi Madre, o quizás de Lucia quien estuviera cantando, pero de una de las habitaciones vi salir a una mujer con camisón largo, no parecía que caminara, si no mas bien que flotara.

La Casa Maldita

La casa maldita

Sentí que la respiración me faltaba, en eso se esfumó de mi vista aquella mujer.

Corrí para contarle a Lucia lo que me había pasado y ella me dijo que también la había visto e incluso había entrado al cuarto para advertirle que no se metiera con ella o nos pasaría lo mismo que a nuestro tío Jorge.

Decidimos contarle a mi madre lo que pasaba y ella comenzó a tomar cartas sobre el asunto, ella se sentía bastante inquieta por estar en esa casa debido a que ya eran varias cosas lo que nos habían sucedido, así que pidió a mi Padre que llamara a alguien que nos ayudara a bendecir la casa, ciertamente eso me ayudó a tranquilizarme, pero yo veía a mi hermana que ella aún se mantenía muy nerviosa.

Decía que en todo momento veía sombras y que al lado de su cama había gente parada y por mas que rezara como lo sugirió Papá no le funcionaba.

El espiritista llegó al día siguiente, colocó inciensos y otros artefactos que no recuerdo bien como eran y pidió que le señaláramos dónde había sido la mayor actividad. Le indicamos que se trataba de nuestra habitación.

Al ingresar a ella mencionó que notaba una fuerte energía negativa, era como si la misma casa le dijera que no nos quería allí adentro, en eso una de las velas que estaba usando se quebró por si sola en dos.

Luego le siguieron las demás hasta dejar todas las velas quebradas. Le comentó a mis Padres que era necesario que se fueran de esa casa, lo que había allí era mas fuerte que cualquier cosa que se hubiera enfrentado.
Creo que esto se lo debo a mi Tío que en paz descanse, mi Papá aun no quería devolver la casa pues aun tenia trabajo, sin embargo, tuvimos la visita repentina de la suegra de mi Tío quien pidió hablar con todos nosotros. Nos contó lo que había sucedido la noche del accidente.

“Aunque era de noche Jorge manejaba muy bien y sin problema, nos estaba contando lo que había visto en la habitación de los niños y que se trataba de algo peligroso y que en la primera oportunidad que tuviera regresaría con algo de ayuda o a persuadir a su hermano para que abandonen la casa, fue cuando una mujer de largo camisón se travesó en la carretera provocando que Jorge diera un volantazo provocando que se volcara la camioneta:”

Mi padre terminó convencido de algún modo de que la existencia de algo fuerte existe allí y que no podía hacerle frente y nos estaba sacando de ese lugar, no tuvo otra opción mas que abandonar el proyecto y regresarnos.

Lo dije desde un principio, odié esa casa en la que vivimos en esos días, a tal grado que tuvimos que perder familia para darnos cuenta de ello.

Ahora mi Padre trabaja en las constructoras como ingeniero de proyecto y nos mantenemos en un lugar mas estable, pero aun por las noches tengo la sensación de que escucho ese tarareo.

Autor: Lengua de brujo

Derechos Reservados.

Share this post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Historias de Terror