Sabiduría Eggun Historia De Terror 2024

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Sabiduría Eggun Historia De Terror 2024

Vengo de una familia en la que la mayor parte de mis ancestros se han dedicado a la medicina tradicional, a la adivinación y a la brujería, entendiéndose esta última, no como la manera de dañar a otras personas, si no la forma de cómo ayudarlas en situaciones conflictivas, mi padre fue el principal brujo de la región en la que vivíamos, era muy reconocido en el pueblo, la mayor parte de los pobladores se iban a atender con él cuando se encontraban enfermos, mi papá les hacía los rituales que conocía, les daba medicina natural a través de hierbas medicinales, y cuando no podía ayudar a los enfermos, llamaba a sus ancestros muertos, porque ellos eran los que lo orientaban y ayudaban a sanar a una persona.

Mi madre era partera y también tenía conocimiento de medicina natural, ayudaba a las mujeres durante la etapa del embarazo, les daba tés y remedios para que su bebé naciera en buen estado, mi mamá era la única en el pueblo que podía “acomodar” al bebé cuando venía atravesado.

Me tocaba ver cuando a la mujer embarazada, en el momento en que ya estaba a punto de llegar a término, le sobaba su vientre, de repente hacía unos movimientos extraños, la mujer que atendía en ocasiones gritaba, porque decía que le dolía, valía la pena porque el bebé ya estaba de cabeza, listo para empezar en cualquier momento la labor de parto, en la que también mi mamá la asistía.

En el pueblo comenzaron a llegar doctores de la ciudad que pusieron una clínica, para tratar de evitar ese tipo de prácticas, las que realizaban mis padres, esas personas venían a  instruir a la población, y pedirles que se atendieran en el hospital, pero mi mamá decía que cuando ella asistía a una mujer por embarazo, y de repente cambiaba de opinión, y decidía ir al hospital, a veces no les daban la atención que requerían, por eso se morían, en cambio, a ella no se le había muerto ninguna mujer.

            Aunque mi mamá decía que no se le había muerto nadie, me acordaba de dos casos que le sucedieron, nunca fue negligencia por parte de mi mamá, simplemente que el parto fue complicado, y ella no tenía los elementos suficientes para ayudar a la mujer que estaba a punto de parir, ya que no estaba preparada para realizar una cesárea.

Aquella vez que le pasó la muerte de una mujer embarazada, tenía 10 años, ayudaba a mi mamá a tenerle agua, sábanas limpias, y todo lo que ella necesitara, recuerdo que la mujer llegó quejándose de dolores de parto, mi mamá le tocó el vientre, le preguntó por qué apenas llegaba con ella, la mujer le dijo que se estaba atendiendo en el hospital nuevo del pueblo, pero que al final decidió irse con ella, porque la habían programado para hacerle una cesárea, y ella no quería que le abrieran la panza, por eso cambió de opinión, sin embargo, a mi mamá se le dificultó mucho, me consta que hizo todo lo posible por salvar al bebé y a la madre, pero la hora de parto ya estaba “pasada”, en un acto de desesperación mi mamá intentó acomodar al bebé, pero su cuello estaba enredado con el cordón umbilical, los dos fallecieron.

Mi mamá se preocupó mucho por lo que le sucedió, era la primera vez que una mujer embarazada moría en sus brazos, cuando llegó mi padre, él comenzó a orar a los Eggun, era un tipo de práctica de la santería afrocubana, según la regla Osha e Ifa, estas creencias se desprendían de la cultura Yoruba, en la que se adoraban a los muertos, mi padre realizaba alabanzas y veneración a los espíritus de los familiares que ya partieron al otro mundo, en especial, mi padre le oraba a su abuelo Matías, que fue un Eggun muy reconocido en la comunidad.

Mientras mi mamá trataba de tranquilizarse, mi padre se comunicó con el abuelo Matías, después que salió del trance, mi padre le dijo a mi madre que no había nada que hacer, a esa mujer y a su criatura les había llegado el momento, no fue un error el que ella cometió, simplemente la línea de su vida  era corta, y ante lo que Dios decidía no había nada qué hacer. Mi mamá siguió con sus prácticas de partera y medicina tradicional, cuando una mujer daba a luz, después que le cortaba el cordón umbilical, mi mamá se quedaba con la placenta y el cordón umbilical, lo ponía en un frasco con alcohol, ella decía que le ayudaba  a hacer sus rituales.

En aquella época estaba por terminar la secundaria, mi mamá siguió atendiendo a muchas mujeres embarazadas, ella era una de las parteras con más experiencia, por eso la mayor parte de las mujeres la buscaba, sin embargo, en otra ocasión, tuvo un parto que se le complicó, esa fue la segunda vez en que una mujer moría a causa de las complicaciones del embarazo.

En aquella segunda vez acudió nuevamente a mi padre, él trató de comunicarse con el espíritu de la mujer que recién había muerto, sabía las facultades que tenía mi papá para realizar ese tipo de prácticas, y que era un Eggun con experiencia, aunque nunca había presenciado cuando él se comunicaba con un muerto.

Estaba recogiendo las sábanas manchadas de sangre, así como los residuos de la placenta y el cordón umbilical, cuando vi una una especie de vapor blanco que se movía por toda la habitación, me quedé atenta tratando de darme cuenta de lo que realmente estaba sucediendo, como no tenía la preparación adecuada sólo me fue posible ver por un instante la presencia del espíritu, a mi papá sí le fue posible establecer un vínculo con esa alma.

Mi mamá me dijo que era la última vez que tenía una pérdida humana, se iba a acercar al hospital de la comunidad para hacer un vínculo con ellos, el personal del hospital buscaba erradicar la muerte por embarazo, de tal manera, que tenía comunicación con las parteras, para que siguieran con sus prácticas tradicionales, pero en caso de que tuvieran complicaciones con un parto, tuvieran la confianza de acudir al hospital.

La primera vez que mi mamá se acercó a los médicos, le dieron un buen trato, le explicaron en qué consistía el programa, ella estuvo de acuerdo en trabajar en conjunto con el personal médico. A partir de aquella vez, me atrajo la idea de ser doctora, con el conocimiento que me habían enseñado mis padres, y lo que aprendiera en la universidad, pensé que sería una buena oportunidad de ayudar a las personas de mi comunidad.

En la localidad había escuela bilingüe, las clases eran en nuestra lengua originaria, y también nos enseñaban el español, los maestros pretendían que continuáramos con nuestras costumbres y tradiciones, que la cultura no se perdiera, y también que tuviéramos más oportunidades de salir adelante, aprendiendo el español, para romper con la costumbre de que los jóvenes se fueran a buscar ingresos a Estados Unidos, y que las mujeres se quedaran con los hijos solas.

Tenía una maestra que nos impulsaba a que siguiéramos estudiando, ella nos decía que no era fácil salir de la comunidad, pero si queríamos hacer cosas distintas a nuestros padres, era necesario salirnos del confort familiar y buscar otro tipo de oportunidades.

Cuando terminé la secundaria, hice trámites a la preparatoria, no la estudiaba en mi comunidad, sino en el pueblo más cercano, hice trámites para estudiar medicina, para ello era necesario que me fuera a vivir a la ciudad, me daba temor hacerlo, pero eran más mis ganas de ser médico, aunque mis padres trabajaban dentro de la comunidad, para ellos significó un gasto fuerte el hecho de que decidiera irme a estudiar, sin embargo, me apoyaron.

            Tuve suerte de llegar a un lugar en el que hospedaban estudiantes, ahí conocí a Guadalupe, ella también era de un pueblo, aunque no tenía las mismas costumbres como del que era originaria, las habitaciones eran compartidas, desde el primer momento que nos conocimos empezamos una gran amistad, las dos teníamos cosas en común, intentábamos estudiar para ayudar a nuestros familiares y personas de la comunidad.

En el caso de Lupita, su hermana estaba muy enferma, me dijo que tenía cáncer, ella era su gemela, su intención era ayudarla para sanar esa enfermedad, Lupita me dijo que era su única hermana, su mamá quedó viuda siendo muy joven y jamás se volvió a casar, ella prefirió trabajar y quedarse al cuidado de las dos.

Le comenté a mi amiga que si quería podía pedir ayuda a mi padre, él era un reconocido curandero, quizás podría darle medicina natural a su hermana para que tuviera mejor calidad de vida, Lupita de inmediato me dijo que sí, el siguiente fin de semana fuimos con su hermana a casa de mis padres.

El estado de la hermana  de Lupita no era muy bueno, la palidez denotaba su enfermedad, mi papá nos estaba esperando, conocía muy bien a mi padre, en cuanto le vi su cara, me di cuenta que la enfermedad estaba muy avanzada, mi papá les dijo que iba a hacer todo lo que estuviera a su alcance, le hizo un ritual de pie, con la ayuda de mi madre le dieron distintos tipos de hierbas, así como las indicaciones para su preparación.

Luego que terminaron la consulta, mi papá me habló en privado, me dijo que la hermana de mi amiga no tenía expectativa de vida, el espíritu de su abuelo le dijo que el tiempo de vida de la muchacha era muy corto, me lo decía para que le explicara a mi amiga, y se fuera haciendo el ánimo.

Después de una semana de haber ido con mis padres, Lupita estaba muy contenta, me dijo que su hermana se encontraba mejor de salud, lo que le hizo mi padre estaba dando frutos, su hermana comenzó a comer y a caminar, también le decía que se sentía muy bien.

Luego que Lupita me puso al tanto, traté de hacerle entender que no era definitivo, quizás ayudaron las plantas, pero que la enfermedad de su hermana estaba muy avanzada. Mi amiga ni siquiera me escuchó estaba tan emocionada, que hacía planes para ir de viaje con ella al mar, porque su hermana siempre quiso ir, pero su enfermedad no se lo permitía, ya no le dije nada sobre su hermana, entendí que lo único que le interesaba a Lupita era verla sana.

            Un día que fui de visita con mi padre, me preguntó cómo era el estado de la hermana de mi amiga, le dije que se había sentido muy bien con el tratamiento que él le dio, mi papá me explicó que en muchas ocasiones, algunas enfermedades reaccionaban de manera positiva ante algún tratamiento, en este caso, si a la muchacha nunca le habían dado un tratamiento natural, lo más probable fue que su sistema reaccionó de manera positiva, pero en cuanto la enfermedad superara el procedimiento, iba a atacar su sistema con más fuerza.

Mi padre respiró hondo para decirme que también sus ancestros le podían decir cuando una persona estaba a punto de morir, y a la hermana de Lupita le quedaba poco tiempo. Tuve la intención de hacerlo, aunque a Lupita la veía contenta que no lo hice, todos los días hablaba con su hermana para saber cómo estaba, cada fin de semana iba a visitarla, me mostraba fotografías que se tomaba con ella.

Una foto que me mostró me llamó la atención, porque vi algo que no entendí, detrás de la imagen de su hermana había una sombra oscura, le pregunté a mi amiga por qué salió de esa manera la fotografía, pero ella me aseguraba que no veía nada, no quise insistir, aunque no me gustó lo que vi en esa foto.

En cuanto vi a mi papá le conté lo que había sucedido, él me dijo que era normal que mi amiga no pudiera ver nada, se trataba de que había heredado los poderes de un Eggun, sólo tenía que aprender a usarlos, lo que vi en la fotografía era la manifestación de que tenía la capacidad de ver a los espíritus, aunque no era bueno que fuera un ser oscuro el que estaba detrás de la hermana de Lupita.

            Mientras estábamos en la escuela, no era posible tener muchas salidas, ni conversar con Lupita, las clases y la tarea eran pesadas, por lo que no le comenté nada de lo que me dijo mi padre, aunque pude darme cuenta de que su hermana había agravado porque dejó de ir a la escuela durante una semana, le estuve marcando por teléfono sin obtener respuesta.

A la siguiente semana ella llegó al departamento, se le notaba pálida, más delgada y abrumada, en cuanto me vio me dijo que su hermana había muerto, la abracé tratando de consolarla, le comenté que me quise comunicar con ella sin conseguirlo, Lupita ni siquiera me escuchó, me dijo que todo fue repentino, se agravó una noche, y en la madrugada murió, estaba desolada, me comentó que antes de morir la llevó con una mujer que le prometió que su hermana no iba a morir, siempre iba a estar con ella.

Lo que me dijo mi amiga no me gustó, le pregunté con qué tipo de persona había ido, ella me dijo que fue a un mercado en el que se especializaban en todo tipo de rituales, fue con una de las mujeres más reconocidas del lugar, estaba preocupada no sólo por el estado en el que estaba mi amiga, si no en el tipo de trabajo que le hicieron a su hermana, el siguiente fin de semana iría con mis padres, mi papá me podía orientar y decir lo que debía hacer con mi amiga y su gemela.

            La primera noche que Lupita llegó al departamento, después de la muerte de su hermana, de inmediato sentí una energía que me generaba temor, no podía explicar con exactitud lo que era, pero sentía como si alguien más estuviera con mi amiga, no le quise decir nada.

Mientras dormíamos, desperté inesperadamente porque me di cuenta que alguien estaba respirando a mi lado, era como si una persona estuviera durmiendo muy cerca, busqué de inmediato con mis manos alrededor de mi cama, sentí una parte del colchón húmeda, prendí de inmediato la lámpara del buró, había una mancha oscura en mi sábana, no pude entender lo que sucedía, pero en ese momento vi una sombra en la pared, que se movió de inmediato y salió de nuestra habitación.

Lupita dormía profundamente, al parecer no se había dado cuenta de nada, vi el reloj y eran casi las cuatro de la madrugada, ya no me pude dormir, porque para llegar temprano a la universidad era necesario que me levantara a las cinco de la mañana, cuando llegó la hora de que Lupita se despertara no lo hacía, la empecé a mover para que saliera del sueño profundo, pero no lo conseguí, hubo un momento en que me asusté, pensé que le había pasado algo malo a mi amiga, estaba a punto de pedir ayuda cuando vi sobre su buró un medicamento para dormir, me di cuenta que era la única manera que tenía para poder descansar, sólo esperaba que hubiera tomado la dosis recomendada.

Lupita despertó, no le quise comentar nada sobre lo que ingería, ni de lo que había vivido durante la madrugada, ella de inmediato me dijo que había hablado con su hermana, le dijo que siempre estaría con ella, estaba muy bien y se encontraba en perfecto estado.

            El siguiente fin de semana no la quise dejar sola, sabía que mi amiga no la estaba pasando nada bien, aunque dijera que su hermana la estaba acompañando, sin embargo, mi madre llamó por teléfono para decirme que mi padre había enfermado, y quería verme, le pedí a Lupita que me acompañara, ella aceptó de inmediato, me daba la impresión de que mi amiga estaba tomando más medicación para evitar sentir el dolor de la pérdida de su gemela, aunque ella alegremente me decía que su hermana estaba con ella.

Cuando llegué a la casa de mis padres, no podía creer en el estado en que se encontraba mi papá, se había caído de un caballo y tenía severas contusiones en todo el cuerpo, le dije que era necesario llevarlo al hospital del pueblo para que le realizaran los estudios necesarios, porque vi que traía un golpe severo en la cabeza, él no aceptó, me dijo que ya había tomado los remedios que sabía lo iban a aliviar, aunque no me gustó lo que vi, noté que una sombra blanca y vaporosa estaba detrás de él, le pregunté si estaba seguro que se encontraba bien, él me dijo que no, había llegado su hora, por eso había pedido verme, porque quería dejarme todo su legado, él sabía que tenía la herencia de los Eggun, porque tenía la capacidad de ver los espíritus de los muertos, incluso, antes de que la persona muriera.

Mi padre me dijo que siempre estaría cuidándome, y si necesitaba de su ayuda, sólo tenía que llamarlo, porque su espíritu estaría a mi lado, también me comentó que tuviera mucho cuidado con Lupita, porque un ser siniestro estaba con ella, y no la iba a dejar en paz, me dijo qué ritual debía de hacer, y si no funcionaba sólo tenía que llamarlo.

            No creí que mi padre fuera a morir tan pronto, en la madrugada mi madre entró a mi habitación, con voz baja, me dijo que mi padre acababa de fallecer, no me sorprendió tanto porque él ya me lo había dicho, sin embargo, me dolió su partida.

Me quedé al funeral de mi padre, pero cuando su cuerpo estaba entrando a la tumba, escuché el susurro de una voz que me llamaba por mi nombre, pensé que era el alma de mi papá, aunque pronto me di cuenta que no era él, porque vi detrás de una lápida la sombra de un ser oscuro.

No sé si también Lupita tenía la facultad de verlo, pero se acercó conmigo y me dijo que su hermana le había hablado, ella le pedía que siguiera tomando medicina para dormir y para tranquilizarse, le dije que aunque teníamos la posibilidad de adquirirla con mayor facilidad, no era bueno que lo hiciera de manera indiscriminada, porque lo único que hacía era ocultar sus emociones, y que esa no era la manera para salir adelante del duelo por la pérdida de su hermana.

Sabiduría Eggun Historia De Terror

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Sus palabras no me gustaron, me dijo que no tenía ningún duelo, su hermana estaba con ella, y me apuntó al lugar en el que estaba el espíritu de un ser siniestro, le dije que no se equivocara, lo que veía no era a su hermana, si no a un ser oscuro que la perseguía, Lupita ni siquiera me escuchó, siguió diciendo que el espíritu de su hermana siempre iba a estar a su lado, que tenían una conexión por ser gemelas, y que a diario sentía su presencia, incluso, podía platicar con ella.

            Creí que todo era producto del dolor que vivía mi amiga, y que con el paso de los días iba a aceptar la pérdida de su hermana, aunque no ocurrió de esa forma, cada noche percibía a un ser que estaba presente en nuestra habitación, y no era precisamente un ente blanco, había decidido no realizar las prácticas de los Eggun que mi padre me heredó, porque no quería perturbar a los muertos, además, todas las personas tenían un límite para vivir, y no había poder humano que lograra extender la línea de vida.

Sin embargo, aquella noche fue determinante para que decidiera estar en contacto con mi padre, nos fuimos a dormir cansadas, porque tuvimos un día abrumador, en el hospital en el que estábamos haciendo nuestras prácticas, se había muerto una persona, los médicos hicieron todo lo que estaba a su alcance, uno de ellos le dio resucitación cardiopulmonar, utilizó un desfibrilador en varias ocasiones, hasta que una de las doctoras le dijo al pasante que la mujer había muerto, su hora de muerte ocurrió a las 5:43 de la tarde.

Pude ver cuando el alma de esa mujer se desprendió de su cuerpo, era una mancha blanca vaporosa que flotaba sobre su cuerpo, era como si su espíritu se diera cuenta que había muerto, después de unos segundos, desapareció, aunque apareció aquella sombra oscura que no se iba de nuestro lado, Lupita seguía diciendo que era la presencia de su hermana, pero sabía que no era precisamente ella.

En la noche todo se salió de control, me desperté porque Lupita empezó a hacer unos ruidos extraños, claramente vi que un ser oscuro estaba sobre su cuerpo, estaba intentando aspirar su alma, Lupita trataba de moverse sin conseguirlo, creí que iba a perder a mi amiga, puse en práctica lo que mi padre me enseñó, le pedí de su ayuda, no lo pude ver, sólo sentí su presencia y un aroma a lavanda, algo sucedió porque el espíritu siniestro de inmediato se marchó, Lupita recobró la consciencia, asustada me dijo que no era su hermana el ser que estaba cerca de ella, tenía miedo, estaba helada y temblaba mucho.

            Lo que sucedió aquella noche, sirvió para que Lupita tomara conciencia de que no era el alma de su hermana la que estaba cerca de ella, le dije que tendríamos que ir a la tumba de mi padre, para lograr que ese ser desapareciera por completo, porque al parecer, no iba a ser tan fácil deshacer el trabajo de magia negra que realizaron con ella.

El fin de semana fuimos a mi comunidad, a mi madre le dio mucho gusto verme, le expliqué lo que sucedía con Lupita, me dijo que la hora indicada para ir a la tumba de mi padre era a las ocho de la noche, en nuestro pueblo no cerraban el cementerio, permanecía abierto día y noche, el comisario, que era un representante de nuestra comunidad, logró que las autoridades nos permitieran continuar con nuestra cultura, la cual mantenía un vínculo muy cercano con los difuntos.

Mi madre me acompañó al cementerio, ella oraba mientras trataba de ponerme en contacto con mi padre, escuché su voz que me dio instrucciones sobre lo que debía hacer, mientras me encontraba en trance, pude ver al ser siniestro que perseguía a mi amiga, era un ente oscuro que sonreía maliciosamente, mantenía una sonrisa perturbadora, aunque su sonrisa desapareció, al igual que él repentinamente.

Hasta en aquel momento pude percibir el valor de ser un Eggun, porque podría estar muy cerca del espíritu de mi papá y de mis ancestros. Para reforzar la efectividad del ritual, mi madre lo continuó haciendo un amarre con un puñado de varias hierbas atadas con placenta y cordón umbilical, no tenía la menor idea de cómo funcionaba ese amarrado.

Lo cierto fue que el ser oscuro desapareció de la vida de mi amiga Lupita, ella empezó a vivir el duelo por la pérdida de su hermana, a partir que ese ser despareció de su vida. Traté de conservar las dos culturas, y cuando era necesario utilizaba las dos, la científica a través de la medicina, y la heredada por mi cultura Eggun.

Autor: Adriana Cuevas.

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