Brujería Hindú Y La Santa Muerte 2023
Brujería Hindú Y La Santa Muerte… Buenas, empiezo presentándome, mi nombre es Laura, reservo mis apellidos, siempre he vivido en Michoacán, en específico en la ciudad de Morelia, ciudad del Callejón del Muerto y de la Fuente del Ángel.
Desde antes de nacer mi vida ya estaba impregnada de miseria y sufrimiento, cuando mis papás se conocieron no eran tan jóvenes por lo tanto, no perdieron el tiempo, y en cuestión de meses mi mamá quedó embarazada, en aquel entonces ella tenía 38 años y cuando le dijo a mi papá que estaba embarazada, él le respondió que era un hombre casado y que ya tenía hijos con su esposa, también le dejó bien en claro que no tenía ni la más mínima intención de dejar a su familia para estar con mi madre.
No sé porqué al desconsiderado de mi padre también le pareció buen momento para decirle que tenía aventuras con más mujeres, y por lo tanto, yo sería uno de los tantos hijos no reconocidos que tenía regados por ahí, mi mamá quedó totalmente devastada después de escuchar la asquerosa verdad.
Nací teniendo solo a mi madre, por eso dije que mi vida ya era triste desde antes de haber nacido.
De pequeña tuve 2 experiencias que, sin yo quererlo, me llevaron a estar muy cerca de caer en los fríos brazos de la muerte, la primera de esas experiencias fue cuando estuve a punto de sufrir muerte de cuna.
La casa en la que viví durante toda mi infancia era una casa demasiado antigua, y desde que mis abuelos maternos eran muy jóvenes se solía decir que asustaban mucho en la parte de atrás, en lo que vendría a ser el patio, lo que decían era que se aparecían fantasmas.
Cuando yo iba a sufrir muerte de cuna mi mamá estaba atendiendo su negocio, que estaba en la misma casa, era un cuarto de enfrente, el papá de mi mamá lo había adaptado para que mamá pudiera poner su negocio ahí.
Mi mamá cuenta que ella estaba en lo suyo cuando de pronto sintió una punzada en el pecho, entonces su instinto de madre le dio a entender que tenía que verme, ella corrió hasta donde estaba yo, cuando entró al cuarto y me vio en la cuna yo ya tenía los labios morados y las manos azules, me levantó y me sacudió hasta que empecé a respirar de nuevo.
Después, cuando ya tenía 6 años, estuve a punto de ahogarme en una alberca llena de adultos.
El incidente que sufrí dentro de la alberca ocurrió cuando yo estaba en uno de esos campamentos de verano, en aquel entonces había uno muy conocido que aceptaba niños pequeños, los organizadores eran dueños de una guardería, tal campamento estaba en las afueras de la ciudad, en un cerro, solamente un primo y su hermana eran los únicos de mi familia que estaban ese día conmigo.
Pero ellos no se dieron cuenta cuando ocurrió el accidente, que cabe aclarar que fue ocasionado por culpa de la negligencia de las personas a cargo, ellos debían estar cuidando a los niños de mi edad, pero algo estaban haciendo y yo, en lugar de meterme en el chapoteadero, fui a meterme en la alberca grande, nadie se había dado cuenta, hasta que otra niña empezó a gritar que yo me estaba ahogando, y gracias a ella me sacaron de inmediato.
Después de esa mala experiencia yo despertaba gritando en las noches preguntando por mi padre, y lo que mi madre me decía era que él se había tenido que ir lejos pero que en cuanto pudiera iba a regresar a verme.
Las primeras veces sí que le creí, pero conforme fui creciendo y fui entendiendo más cosas, me fui dando cuenta de que cada vez que a mí se me ocurría preguntar por papá, a mi madre se le llenaban los ojos de lágrimas, pero ella se hacía la fuerte y no lloraba delante de mí.
Fue hasta mi adolescencia que mamá decidió contarme la verdad, fue un golpe tan duro que terminé sumida en una depresión fuerte y destructiva.
Empecé a resentir mucho mis carencias y emociones por no tener un padre y por saber que mi madre me había mentido durante años, claro que ella lo había hecho para protegerme, solo que no alcanzaba a entenderlo.
Poco a poco empecé a encontrar cobijo y consuelo en toda clase de prácticas en las que mi cuerpo terminaba seriamente lacerado.
Todo esto me fue llevando poco a poco a ver a la muerte como una amiga, como un anhelo y yo misma intenté quitarme la vida durante mis años de adolescencia, ni siquiera recuerdo cuántas veces fueron, pero más de 5 seguro que sí.
Una tarde conocí a una persona que hablaba de la muerte de una forma en la que yo jamás la había considerado, me acerqué con esa persona, le conté cuál era la situación por la que estaba pasando y le pregunté si podía ayudarme.
Su respuesta fue que no podía ayudarme, pero que me llevaría a donde sí me brindarían ayuda, esa persona me llevó a un altar de la Santa Muerte.
El altar estaba dentro de una casa muy bonita que servía como centro de adoración, ahí conocí a muchos fieles de la Santa Muerte, y con ayuda de todos fui comprendiendo muchas cosas hasta que pude sanar, no totalmente, pero al menos lo suficiente para continuar con mi vida.
Me hice devota de la santa muerte, a diferencia de lo que muchos pudieran pensar, nosotros no le deseamos el mal a nadie, lo único que buscamos es que a nosotros nos vaya bien.
Podrá haber personas que consideran a la Santa Muerte como una deidad, pero yo la considero mi amiga y protectora.
Entre los mismos adoradores me ayudaron a encontrar un trabajo, entré en un call center muy famoso cuyo nombre de la empresa comienza con la letra K, ahí trabajaba como operadora y también en el área de recursos humanos.
Cuando recién entré a trabajar era muy tímida e insegura debido a mis traumas, pero con el pasar de los meses, y con la maravillosa ayuda y benevolencia de la Santa Muerte, recuperé la confianza y mi actitud cambió.
De una forma, vamos a decir, indirecta, me ayudó a destacar en mi trabajo, no subí de puesto, pero sí me asignaron otras funciones que tenían que ver con las líneas de contacto entre las diferentes áreas del call center, ganaba más dinero y eso me gustaba, porque el sueldo que ganaba no solo era para mí, la mitad de mi dinero yo lo utilizaba para darle ofrendas a la Santa Muerte, no porque ella me lo pidiera, sino porque me sentía muy agradecida.
Pasó el tiempo, en el 2017, durante la primera mitad del año, entró un trabajador nuevo, su nombre era Rubén, desde la primera vez que lo vi algo de él me atrajo en exceso, después me enteré que tenía novia y ella también trabajaba en el call center, de hecho ella le había conseguido el trabajo a él, por eso opté por no acercarme a él, pero siempre que me tocaba asistir a su piso para que me apoyara con asuntos relacionados con mi área de trabajo me ponía nerviosa y me daba pena hablarle.
Pero, debido a cuestiones laborales, fuimos teniendo cada vez más contacto, y la pena se fue quedando en segundo plano.
Con el paso de las semanas ya nos saludábamos cuando nos veíamos en cualquier área, si coincidíamos en la comida podíamos platicar de cosas que no tenían nada que ver con el trabajo, después, cuando salíamos a la misma hora, nos íbamos juntos en el camión, las cosas se estaban dando.
Él era más grande que yo, no mucho, solo 3 años, como no podía ser de otra forma, las cosas siguieron su curso, y una noche pasó lo que ya era inevitable, después de eso empezamos a salir porque me dijo que, derivado de lo que pasó entre nosotros, ya había terminado a su novia.
Nosotros nos mantuvimos neutrales en el trabajo, nunca nadie se enteró.
Todos los lunes yo descansaba y el salía a eso de las 7 de la noche, saliendo iba a mi casa y ahí pasaba la noche, así estuvimos unos 4 o 5 meses, hasta que, luego de que yo le encontrara unos mensajes, me confesó que aún seguía con su novia y ya no podíamos seguir con lo nuestro.
Terminamos, pero a pesar de eso siempre me buscaba, y yo accedía a encontrarme con él.
Hasta que, debido a que tenía muchas sospechas, su novia le pidió a un amigo suyo que estuviera siguiendo a Rubén, nos descubrieron y entonces sí cortamos todo contacto, inclusive el visual.
Pasó el tiempo, a finales de Septiembre del 2019 Rubén se fue a los Estados Unidos a trabajar y me buscó por mensajes y llamadas, nuevamente acepté ser su novia y pensé que mis sueños se habían hecho realidad, porque cuando volvió de Estados Unidos, en Febrero del 2021, empezamos a vivir juntos.
Conocí a su familia y creo que me aceptaban, pero mi familia no tomó del todo bien el hecho de que viviéramos juntos sin estar casados ni tener hijos.
Es importante mencionar que Rubén regresó sin trabajo, por lo mismo yo lo mantenía en lo que él encontraba trabajo, literalmente me hacía cargo de todo.
En una ocasión regresó a la casa diciendo algo que no eran quejas, dijo que al fin había encontrado la solución definitiva para su situación, yo pensé que lo iban a emplear en un lugar donde su contrato era por 5 años o más, pero no, me salió con que había encontrado a una señora que tenía la habilidad de leer las cartas, y que con ayuda de ella siempre sabríamos cuáles serían las decisiones correctas que tendríamos que tomar para mejorar nuestra vida.
La señora se hacía llamar a sí misma Anais, nunca supe el verdadero nombre de esa señora.
Cuando Rubén me llevó a conocer a la señora esa, me dijo que ella afirmaba haber nacido en Costa Rica y que sus hijos no la querían porque pensaban que leer las cartas era cosa del Diablo.
Yo en ningún momento me esforcé por ocultar la desconfianza que esa señora me hacía sentir, mi actitud fue hostil desde el principio, tanto que le pregunté de forma directa si era cierto que leer las cartas tenía algo que ver con el Diablo, la señora se puso seria, y sosteniéndome la mirada me respondió: “yo podré ser bruja, pero no soy adoradora del diablo”.
Se notaba que ella quería cambiar de tema y pasar a la lectura de cartas, pero yo insistí con mis cuestionamientos, le comenté que mi bisabuela era de Tlaxcala y que en esas tierras se decía que todas las brujas eran satánicas.
La señora dijo ser una de muchas brujas al servicio de la Diosa de la muerte Kali, creada a partir del shakti desencadenado del lado oscuro del Gran Dios Supremo Destructor Mahadeva.
Su respuesta fue tan compleja e indescifrable para mí que ya no le dije nada y procedimos a la lectura de las cartas.
Las cartas que ella tenía eran unas que nunca había visto antes, eran muy diferentes, mostraban seres de muchos brazos, con cabezas de animales, y muchos eran de color azul, en ese momento no lo supe, pero en las cartas estaban dibujados los dioses del panteón Hindú.
Me reservaré lo que nos dijo en aquella lectura, pero sinceramente sí nos ayudó para que Rubén encontrara trabajo, mi desconfianza hacia ella se fue desapareciendo porque cada vez nos estaba yendo mejor, por lo mismo empezamos a acudir con ella con más frecuencia.
Nos hicimos muy cercanos, a tal punto que Rubén y yo le conseguíamos clientes para que acudieran con ella a que les leyera las cartas.
Los problemas empezaron cuando, por caprichos del destino, la ex pareja de Rubén fue a consultar a la señora para que le leyera las cartas.
Yo me enteré porque la muchacha esa, aparte de la lectura, también le pagó para que hiciera un trabajo, por eso la bruja tenía su foto dentro de un frasco de Sal Rosa, yo le pregunté a la bruja qué era lo que esa muchacha le había pedido, pero, a pesar de que ya nos teníamos mucha confianza, se negó a decirme.
A las pocas semanas me terminé enterando de que el desgraciado de Rubén se había visto con su ex pareja, y no fueron a tomar un café a la plaza, en ese momento llegué a la conclusión de que lo que estaba pasando estaba relacionado con el trabajo que ella le había pedido a la bruja.
Rubén y yo terminamos, también me alejé completamente de la bruja.
Para cuando Rubén y yo pusimos fin a nuestra relación ya teníamos muchos amigos en común, por lo tanto, de una forma u otra me enteraba de algunas cosas de la vida de Rubén, y, aunque la mayoría me tenían sin cuidado, hubo una noticia que sí me llamó mucho la atención, el 31 de agosto de este año Rubén, debido a que estaba cegado y obsesionado con las prácticas de la bruja, decidió unirse a la misma religión que practicaba la bruja.
Ese día, el 31 de Agosto, fue la celebración de un tal Krishna, según entendí esa celebración vendría a ser el equivalente a la navidad.
La ceremonia fue en un templo de aquí de la ciudad, estuvieron cantando, orando, bailando, y otras cosas que el amigo en común me contó.
A la semana siguiente fui al médico porque no me encontraba muy bien, yo iba pensando que podía ser algo de la tiroides, pero no, resultó que tenía 6 semanas de embarazo, yo no me había dado cuenta porque siempre fui irregular.
Traté de ponerme en contacto con Rubén pero nunca contestó mis llamadas, así que dejé de insistir.
Lo siguiente que supe de él fue que se había ido hasta un pueblo de Veracruz a un evento muy importante en la que los de su religión iban a intercambiar conocimiento con los brujos mayores de diversas regiones de Veracruz.
A principios de Octubre encontré un perro muerto frente a la puerta de mi casa, tuve un mal presentimiento, pero no quise sugestionarme y lo dejé pasar.
Esa misma semana al trabajo me llegó un platillo de comida, por esas fechas un compañero del trabajo me estaba pretendiendo y ya me había mandado comida antes, por eso yo supuse que él me había enviado el platillo de ese día y me lo comí tranquilamente, era pasta, sabía deliciosa.
Cuando terminé de comer le mandé mensaje al compañero para agradecerle el platillo, pero él me respondió que no me había mandado nada, ahí ya me preocupé.
A las dos horas de haber comido estaba en la clínica perdiendo a mi bebé, fue un momento devastador para mí, independientemente de lo que había pasado con Rubén, yo quería tener a mi bebé, y lo perdí de un momento a otro.
Los resultados de la autopsia de mi bebé arrojó presencia de una extraña mezcla sustancias de origen herbal que me habían provocado la pérdida de mi bebé, además el doctor me advirtió que debido a esas hierbas tendría que permanecer internada porque estaría sufriendo sangrados.
En la segunda semana del mes de Octubre los sangrados por fin se detuvieron y me dieron de alta, antes de perder a mi bebé yo pesaba 67 kilos, y para cuando salí del hospital pesaba menos de 50 kilos, estaba muerta en vida, se me había consumido todo mi organismo.
Mi estado de salud era tan delicado que me recetaron medicamento controlado, las famosas pastillas que algunas personas utilizan para dormir.
Antes de que terminara Octubre una tía fue a visitarme, y al ver el estado tan demacrado en el que me encontraba me convenció de viajar a Huetamo, un pueblo de origen Chichimeca que está casi llegando al estado de Guerrero, mi tía quería que fuéramos a ver a una señora que trabajaba con ángeles.
Mi familia no sabía que yo era devota de la Santa Muerte, entonces no tuve ninguna excusa para negarme a ir con ella.
Hicimos el viaje, y en cuanto entré a la casita hecha de ladrillos grises de la señora Marbella me preguntó que en dónde me había metido, de inmediato le pidió a mi tía que se saliera de la casa, sacó un libro y comenzó a rezar, yo no podía hacer nada más que frotar entre las manos un cuarzo que ella me dio y llorar, no entendía porqué pero en cuanto ella se puso a rezar yo lloré como nunca.
La señora Marbella empezó a describirme a la perfección como era el local de la bruja y su apariencia física, luego me dijo que me había hecho un trabajo muy fuerte, era como un enterramiento pero realizado de forma milenaria, ella no entendía cómo eso era posible, yo le mencioné el tipo de cartas que usaba, Marbella me preguntó si la bruja alguna vez había mencionado a una supuesta diosa hindú llamada Kali, le dije que sí, ella hizo una mueca y me aclaró que salvarme de un trabajo tan ligado a los ángeles caídos iba a ser muy complicado.
Marbella agarró el cuarzo que me había dado y lo metió en agua, del cuarzo se desprendió un líquido de varios colores, ella me miró extrañada y, algo incrédula, me dijo que tenía a una figura muy alta y grande protegiéndome, volvió a mirar el líquido y me dijo que se trataba de un ser angélico, que se rango era difuso y que no estaba en el cielo pero que tampoco era un ángel caído, entonces me preguntó si era adoradora de la muerte, yo le respondí que sí, ella procedió a tirar el agua donde había metido el cuarzo, luego me aclaró que la única que podía ayudarme era la muerte.
Brujería Hindú Y La Santa Muerte
Le pedí a la señora que no le comentara nada a mi tía, me ayudó a inventarle una explicación a mi tía por el cuál no me podía ayudar y regresamos a la ciudad.
Lo primero que hice llegando fue ir al centro de adoración y les conté que una bruja me tenía bajó un trabajo milenario, la persona de mayor antigüedad se acercó conmigo y empezamos a pensar como solucionarlo.
Yo le conté sobre la bruja hinduista y sobre Marbella.
Esta persona me dijo que lo primero que teníamos que hacer era cargarme una santa muerte protectora, fuimos al gran altar, agarró una figura pequeña, fue a meterla en un frasco que contenía Agua de Luna y sal de grano, hicimos unas oraciones elegidas especialmente tomando en cuenta toda la información que teníamos sobre el trabajo y la bruja.
Después de que ya concluimos con los rezos saqué la figura de la Santa Muerte del frasco que contenía agua y sal, me llevé la figura a mi casa, la coloqué debajo de mi almohada, y después de 7 días empecé a recuperar la salud, volví a la normalidad para finales de Noviembre.
No ha pasado mucho tiempo desde que pude sentirme tranquila nuevamente, de verdad sentía que por poco y no la iba a contar, entiendo que todo esto se causó porque al principio yo fui la amante, pero les juro que yo no lo sabía, lo mismo le ocurrió a mí madre, pero a pesar de todo esto yo no pienso que todos los hombres sean malos, simplemente pienso que mi madre y yo tuvimos mucha mala suerte.
Lo que más lamento es la muerte de mi bebé, él era un ser inocente que no tenía culpa de nada, quedó en medio de un conflicto en el que intervinieron malas intenciones de una mujer a la que no le importó quitarle la vida a un ser puro que no podía ni defenderse, eso es de cobardes.
Autor: Desconocido
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