Sombras Malignas Historia De Terror 2023

Sombras Malignas, Historia De Terror… Esta historia comenzó con la muerte de mi abuelo. La noticia me llegó a través de la llamada telefónica de mi madre.

Yo no conocí del todo al abuelo, mi único acercamiento con él fue a mis seis años, cuando por primera vez mis padres me llevaron a su rancho, apenas llegamos él me regaló una sonrisa amplia, pero sus ojos no reflejaban expresividad alguna, podría decir que era extraño.

Toda la familia pensaba que estaba loco, pues decía escuchar a diario gritos de mujeres por toda la casa, aunque mis padres mas bien creían que se trataba del deterioro de su mente debido a su avanzada edad.

El abuelo, después de la muerta de la abuela, dedicó toda su vida a cuidar ese rancho, y había sido su última voluntad que alguno de sus nietos se hiciera cargo.

Para eso me llamaba mi madre, yo tenía que presentarme en el rancho junto con mis hermanas y todos mis primos, porque ahí nos estaba esperando el abogado para decidir quién sería el heredero.

No es que yo tuviera mucho interés en quedarme con el rancho, pero si era la última voluntad del abuelo que al menos se me considerara, tenía que presentarme.

El viaje fue excesivamente cansado, para empezar yo vivía en otro estado, al otro extremo del país, y no tenía dinero para un vuelo, por suerte todos esos gastos estaban cubiertos por el abogado del abuelo.

Luego del vuelo todavía me esperó un largo viaje por carretera, lo peor de todo no fue el trayecto, fue que el taxista que me llevó era de esos que les gusta hacerte plática mientras tienen música de fondo de Arjona.

Finalmente llegué al rancho.

Para entrar a la propiedad, tuve que hacerlo montando un caballo, ya que solo así podía accederse debido al pésimo estado del camino, lleno de fango y rocas, lo que lo volvía bastante intransitable.

Tras un breve vistazo noté que el terreno tenía una extensión bastante amplia y que la casa era más pequeña de lo que recordaba.

Al poner un pie dentro de la casa me recibió un olor a naftalina y humedad. Me di cuenta que el único que faltaba de llegar era yo.

Saludé a todos, ya habían pasado más de 3 años desde la última vez que había visto a la mayoría.

Nos sentamos con el abogado y procedió a leernos el testamento. Lo resumo. Alguien sí o sí debía tomar el rancho, esto incluía dinero suficiente como para no tener que trabajar.

Claro que había condiciones, la primera era que el rancho no podía ser vendido y la persona que lo aceptara debía permanecer en la propiedad al menos 10 de los 12 meses del año.

Los primeros en decir que no fueron los que tenían esposa e hijos, ya que para empezar la escuela más cercana estaba a 3 horas. El siguiente en negarse fue un primo que tiene un canal de YouTube en el que habla de la lucha, y claramente él no iba a dejar su canal para irse a vivir a un rancho.

Así que solo quedamos 3 candidatos. Ninguno nos atrevíamos a dar el paso al frente para no quedar como unos interesados.

Entonces el abogado decidió contarnos la forma en que mi abuelo había muerto, dijo que luego de eso ya sabríamos quién se quedaría con el rancho.

Los trabajadores dijeron que el abuelo se había despertado de mal humor, y que había mencionado que no pudo dormir toda la noche, porque escuchaba como una mujer lo llamaba insistentemente, pero cuando salía de su habitación no había nadie.

Luego de desayunar, el abuelo se encerró en su cuarto, y no se le volvió a ver, los trabajadores decían que no habían verificado como estaba, porque pensaban que estaría dormido, y no querían molestarle.

Pero cuando fueron a buscarlo a su recamara no lo encontraron. Inmediatamente todos se movilizaron, luego de pocos minutos lo hallaron, estaba muerto, tirado en el suelo de la capilla que tenía.

Los trabajadores creían que las sombras de la casa lo habían matado, ya que, según ellos, en todo el rancho se aparecían siluetas negras de personas, siluetas malignas.

¿Porqué pensaban que esas cosas lo habían matado? Resulta que los que habían encontrado el cuerpo afirmaban que en el vitral podía verse una de esas siluetas.

Luego de escuchar eso los dos primos que aún quedaban como opción rechazaron el rancho, eran muy supersticiosos, así que yo me lo quedé.

A todos se nos aclaró que el abuelo había pedido ser cremado y que no quería funeral, así que debíamos avisarle a nuestros padres en cuál panteón estarían sus restos.

Mis primos se despidieron, a todos les dije que eran más que bienvenidos cada que quisieran venir, luego cada uno volvió a su casa.

El abogado, luego de presentarme con el personal, me pidió las llaves de mi casa para poder ordenar el traslado de todas mis cosas.

Me senté en el comedor sin saber exactamente qué hacer. Un día anterior tenía un trabajo de oficina, completamente ordinario, y ahora tenía una cocinera, personal de limpieza y de mantenimiento del rancho, tampoco era tanta gente, en total eran 7 personas.

Fue un cambio muy brusco. Uno de los trabajadores se me acercó y me dijo que podía dar un tour por la casa. Insisto, no era una mansión gigantesca, pero tenía 6 cuartos, dos baños, sala, comedor, cocina, más todo el terreno de afuera.

El resto de la tarde me la pasé recorriendo el lugar, pensando en lo que nos había contado el abogado, sobre cómo había muerto mi abuelo.

Al caer la noche me preguntaron si quería dormir en el que había sido el cuarto de mi abuelo y dije que no, que de favor me proporcionaran otro.

Por curiosidad les pregunté dónde vivían, y me dijeron que, como mi abuelo necesitaba atención, les había construido unas pequeñas casas a las orillas del rancho, para que tuvieran privacidad pero que estuvieran cerca por cualquier cosa.

Pero que cada noche se turnaban para que uno de ellos se quedara en la casa. Eso estaba bien, yo no quería estar completamente solo en un lugar desconocido y tan alejado de todo.

Les agradecí por su atención y les dije que ya podían retirarse, que ya era tarde.

La persona que se quedó se durmió en la planta baja.

Quería meterme a bañar antes de dormir así que fui al baño, que estaba al final del pasillo. Hice lo mío y al salir para volver al cuarto sentí un escalofrío recorrer por toda mi espalda, ya me pareció ver, como una de las puertas se cerraba con rapidez, di media vuelta con la intención de encerrarme en el baño, en ese momento escuché como la madera de las escaleras crujía.

Grité preguntando quién era, al principio no obtuve respuesta, pero insistí con mi pregunta, entonces algo me respondió emitiendo un gruñido.

No lo dudé más y sí me encerré en el baño, en menos de un minuto alguien tocó la puerta, se trataba del trabajador que se había quedado.

Me preguntó porqué había gritado, el dije lo que había visto y escuchado, él se lo tomó con calma y me sugirió que no le pusiera demasiada atención a esas cosas, ya que ocurrían muy seguido.

Me tranquilicé y volví al cuarto, intenté dormir pero no podía. El sonido de las cigarras y del viento chocando con las ramas de los árboles me mantenían despierto.

No sé en qué momento me atrapó el sueño, pero lo siguiente que recuerdo es que los gallos de mi abuelo me despertaron, cantaban animosamente.

Luego de desayunar pedí conocer los pocos animales que había en el rancho, no se trataba de nada muy exótico, simplemente había lo que todo rancho necesita para mantenerse.

A medio día se me antojó fruta, así que elegí volver a la casa, mientras lo hacía, sentí como si alguien me estuviera mirando fijamente, miré hacia todos lados de forma disimulada, no vi a nadie.

Entonces se me ocurrió mirar hacia el segundo piso, hacia mi ventana,y ahí pude ver una silueta oscura, como si fuera la sombra de una persona.

Entré con prisas a la casa y le dije al primero que me encontré que alguien estaba en mi cuarto, el trabajador me dijo que eso no era así, que nadie estaba en mi cuarto, que, en todo caso, se trataba de una de las siluetas oscuras.

Sombras Malignas Historia De Terror

Eso me hizo sentir realmente incómodo, si estaba asustado, pero no iba a dejar que un par de cosas raras me superaran.

No me animé a hacer más preguntas, por miedo, no por otra cosa. Me terminé mi fruta y decidí ir a revisar mi cuarto, no había nadie.

En ese momento escuché claramente la voz de un par de mujeres, algo estaban diciendo, pero no tengo idea de qué era.

Luego, nuevamente vi que una de las puertas se cerró con fuerza, aquello no tenía sentido, porque cuando pasé por ahí la puerta ya estaba cerrada, y en ningún momento escuché que se abriera.

Decidí ir a revisar, lleno de nervios por supuesto. Al interior del cuarto solo había una cama, un clóset vacío y un mueble tipo mesa.

Volví a escuchar las voces de las mujeres, sonaba más cerca, mucho más cerca, prácticamente a un lado mío. Al girar vi que en una de las esquinas del cuarto había dos siluetas negras.

Salí corriendo de la impresión, empujé la puerta, choqué contra la pared de enfrente, casi me caigo por las escaleras, pero alcancé a frenar y bajé a paso veloz.

Fui a la cocina y le pregunté a la trabajadora si ella tenía alguna idea de qué pudieran ser las sombras, las siluetas, le conté lo que había visto.

Ella me respondió que cuando mi abuelo compró el terreno y empezó a remodelar y a reconstruir, después de la muerte de mi abuela, llegó acompañado de una mujer muchísimo más joven que él, peligrosamente joven.

No eran pareja ni nada, ella parecía ser una trabajadora más, su contadora o una cosa así, la cuestión es que ella cada noche se metía al cuarto de mi abuelo y no salía hasta la mañana siguiente.

Una noche uno de los trabajadores escuchó gritar a mi abuelo, sonaba asustado, así que corrió a ver qué era lo que estaba pasando, forzó la puerta y pudo ver que la jovencita estaba transformada en una criatura horrible, una bruja quizás.

Ese trabajador siempre cargaba un arma y le metió 3 tiros a la cosa esa.

Desde esa noche fue que comenzaron a aparecerse las siluetas oscuras.

Yo no sabía qué decir, simplemente guardé silencio unos momentos, luego pregunté si la casa estaba bendecida y me dijeron que no.

Esa misma tarde mandé traer a un cura a que aventara agua bendita por todo el rancho.

Luego de eso no volví a ver nada raro, aún vivo en el rancho, y para ser sincero, me gusta estar aquí.

Autor: Ramiro Contreras

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