Rancho Siniestro Historia De Terror 2023

rancho-siniestro-historia-de-terror

Rancho Siniestro Historia De Terror 2023

Rancho Siniestro, Historia De Terror… Lo que voy a relatar me ocurrió ya hace un tiempo, sucedió en un viejo rancho, oscuro y decadente.

No quiero dar muchas explicaciones, basta con que sepan que perdí una apuesta con unos amigos y para pagar tuve que pasar una noche en un lugar de pesadilla.

El rancho está en el Estado de Morelos, mis amigos me llevaron al sitio, eran como las 6 de la tarde, me bajaron del vehículo y me dijeron que vendrían por mí a las 6 de la mañana.

Yo sabía que aquello era una pésima idea, pero era lo que me ganaba por andar haciendo apuestas tan tontas.

Lo primero que hice fue buscar el lugar en el que iba a dormir, sí, la apuesta era permanecer despierto, pero mis amigos no tendrían forma de saber si dormí o no.

Así que caminé hasta la estructura que parecía ser la casa, era de dos pisos, completamente hecha de madera. Había un camino de tierra dibujado tenuemente que conducía hasta la casa.

Había muchos árboles completamente secos, y algunas aves se posaban en las ramas, haciendo sus ruidos de ave.

Cerca de la casa había una carreta con algo de leña.

La casa estaba rodeada por una barda de madera. Para entrar tuve que subir unos pocos escalones, la puerta estaba abierta. En la casa, luego luego entrando, había un estante, una mesa con un par de sillas, y una chimenea, vacía por supuesto.

Caminé un poco, casi piso el cadáver de un gato amarillo, la cocina estaba completamente vacía, no había nada más en la planta baja. Subí por las escaleras, revisé los dos cuartos, ambos estaban completamente vacíos, con las paredes grafiteadas.

Al parecer me tocaría dormir en el suelo.

En ese momento escuché que golpearon la puerta, fueron 3 golpes bastante claros, eso me puso en alerta, el rancho estaba prácticamente a mitad de la nada.

Me quedé quieto esperando escuchar la madera crujir debido a algunos pasos, pero no, así que bajé con cuidado, nadie estaba dentro de la casa, salí y revisé alrededor pero no, quizá había sido algún animal.

Decidí seguir explorando el lugar, había 3 chozas, estaban vacías, casi cayéndose por estar tantos años en completo abandono.

De pronto escuché algunos pasos, algo se estaba acercando entre la maleza, pasó corriendo una rata bastante grande y detrás de ella un perro muy flaco, viejo y cansado.

Continué con mi camino, llegué a los establos, obviamente estaban vacío, solo el vertedero de agua del que bebían las vacas estaba lleno de lama.

En ese momento escuché que alguien pasó corriendo por afuera del establo, no se trataba del perro, porque hasta escuché las espuelas de unas botas.

Ya estaba oscureciendo, así que, en lugar de salir a ver, me medio escondí detrás del bebedero de las vacas, estuve ahí, tirado en el suelo, como por 10 minutos, por suerte no pasó nada, falsa alarma.

Salí de mi improvisado escondite, no quería regresar a la casa principal, porque ahí ya me habían asustado más temprano, así que con la mirada me puse a buscar hasta que a lo lejos alcancé a distinguir una cruz en lo alto de una cabaña, seguramente era una capilla o algo parecido.

Lo primero que pensé es que debía haber bancas y que ahí podría pasar la noche. Así que me dispuse a caminar hacia allá.

Me sentía observado, como acechado, literalmente era una presa fácil en ese viejo y olvidado rancho. Volvía  escuchar las espuelas, inmediatamente me puse a correr despavorido, sin mirar hacia atrás.

Cuando llegué a la cabaña noté que sí había un par de bancas, una la utilicé para bloquear la entrada, me recosté en la otra para tomar un poco de aire y recuperarme.

En cuanto se me pasó el susto miré la hora en mi reloj, eran las 8 de la noche, apenas eran las 8 y yo ya sentía que había pasado una eternidad.

Pero al menos estaba en un lugar cerrado, sin ventanas, con la puerta bloqueada, a salvo al parecer, así que decidí dormir.

De pronto me despertaron unas risas, parecía ser una una niña pequeña. Me levanté de la banca, asustado por supuesto.

Eso evidentemente se trataba de un fantasma, pues una cosa es escuchar unas espuelas que perfectamente pudieran ser de las botas de algún tipo que tenía la intensión de asaltarme, y otra cosa muy diferente es escuchar a una niña, en la noche, en un rancho a mitad de la nada.

Para mi mala suerte empezaron a golpear la puerta desde afuera, cada vez más y más fuerte, yo entré en desesperación, sabía que en cualquier momento la puerta iba ceder, así que, corrí a esconderme detrás del altar.

En efecto, la puerta se abrió y un viento helado entró para cubrir todo el lugar.

Me asomé pero no vi a nadie, no me esperó ni un segundo, inmediatamente salí de ahí y empecé a correr sin tener idea de a dónde me estaba dirigiendo.

A lo lejos, mientras seguía corriendo, pude ver un pozo de agua, quise ir hacia allá, pero cambié de opinión en cuanto vi a una niña parada al lado del pozo.

Me frené, pensando a donde ir, a mi derecha noté una especie de bodega así que corrí hacia allá. Cuando llegué intenté entrar pero no pude, la puerta estaba trabada desde adentro.

Recargué mi espalda en la puerta mientras veía hacia todos lados, vigilando que ninguna cosa me estuviera siguiendo. Pude ver la sombra de una persona pasar a lo lejos, al mismo tiempo que pasó caminando sonaron las espuelas.

Confirmado, dos fantasmas vivían en ese rancho y estaba claro que no les gustaba mi presencia.

Ya había tenido suficiente, no quería salir lastimado ni morir de un susto, así que tomé mi celular y llamé a mis amigos, les conté lo que estaba pasando y me dijeron que pasarían por mí ya, que llegarían en 1 hora.

Debía encontrar un lugar que me permitiera estar a salvo al mismo tiempo, pero que también me permitiera darme cuenta en qué momento iban a llegar mis amigos.

Volví a correr mientras buscaba un lugar alto, sí, podía caminar, pero no me quería arriesgar a que uno de esos fantasmas me agarrara por la espalda y me matara de un susto.

Había un viejo molino, supuse que alguna escalera debía tener, claro, si corría con suerte y encontraba el lugar abierto.

A medio camino resbalé con un charco de lodo del que no me percaté por que iba más cuidándome de los fantasmas que del suelo.

Quedé un poco aturdido por el impacto, no sangré, pero como quiera sí me pegué bastante fuerte en la cabeza.

Sabía que no debía pararme de golpe pues eso me podría causar un fuerte mareo, así que me puse de rodillas sobre el charco de lodo, esperando sentirme mejor para correr y esconderme.

Entonces volví a escuchar la risa de la niña, parecía provenir de 2 lugares completamente diferentes, era como en realidad fueran dos niñas, ubicadas en distintos lugares y riéndose de la misma forma y al mismo tiempo, una cosa rarísima, y poco agradable, la verdad.

No recuerdo si miré a la izquierda o a la derecha, pero en cuanto giré mi cabeza pude ver a la niña, traía un vestido amarillo, rasgado, estaba descalza y la mirada en su rostro era desolador.

Rancho Siniestro Historia De Terror

rancho-siniestro-historia-de-terror
rancho-siniestro-historia-de-terror

Por poco y quedo paralizado del miedo, por fortuna no ocurrió, pude levantarme del charco de lodo y continué corriendo hacia el viejo molino.

De la nada se escuchó el relinchar de un caballo, le siguió el sonido de las espuelas, las que había escuchado, no sabía donde estaba el fantasma que estaba haciendo esos sonidos.

Ya estaba por llegar al molino, tenía escaleras por fuera, supongo que para el mantenimiento de las aspas, la cuestión era que no empezaban desde el suelo, las escaleras iniciaban a una altura de 2 metros.

Aceleré, sacando mis últimas fuerzas y logré impulsarme para treparme a las escaleras. Subí hasta quedar en una posición reconfortante.

Desde ahí podía ver casi todo el rancho, al menos los lugares por los que yo había pasado y el sitio al que llegarían mis amigos sí podía verlos.

Estando ahí, sintiéndome totalmente a salvo, noté un tercer fantasma, se trataba de una mujer, ella no hacía ningún sonido, simplemente caminaba, desapareciendo por segundos.

Entonces creí entender lo que había pasado en ese viejo rancho. Había un fantasma de espuelas, hombre supongo, una mujer fantasma y una niña, se trataba de una familia, que, posiblemente, había sufrido una muerte trágica mientras se encontraban tranquilos en su hogar.

Algún intruso, ladrón de seguro, se adentró en sus tierras con intenciones hostiles, quizá es por eso que los fantasmas tratan de asustar a los curiosos, quieren alejarlos de su terreno.

Algunos minutos después me llamaron mis amigos, estaban a un par de minutos de llegar, les dije dónde estaba y les advertí que tuvieran cuidado con los fantasmas.

Vi que venían a toda velocidad, empecé a bajar las escaleras, en cuanto el carro estaba a mi alcancé me subí y nos largamos de ahí.

Jamás volvimos.

Autor: RAMIRO CONTRERAS

Derechos Reservados

Share this post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Historias de Terror