Sacrificio De Sangre 2022
Sacrificio de sangre… Hola, soy Marcos..Todavía recuerdo cuando terminó la vida de mi amiga, Carolina, fue el 19 de Noviembre de 2018.
Ella salió corriendo del salón de clases, corrió hasta el final del pasillo y se lanzó, nuestro salón estaba en el segundo piso.
Murió en el momento en que impactó el suelo.
Y todo por jugar con fuerzas que ni siquiera entendíamos, creímos que seríamos capaces de invocar seres utilizando rituales de antiguas culturas nigerianas, pero todo nos salió mal.
La más afectada fue Carolina, la culpa no la dejó tranquila y por eso se mató.
Marina y yo sí nos llevamos el susto de nuestras vidas, pero Carolina quedó traumatizada, tanto que se mató.
Todo comenzó en Septiembre de ese mismo año, 2018, cuando recién empezábamos el tercer semestre de preparatoria, teníamos una clase de historia.
El maestro nos dejó un proyecto para hacerlo en equipos de 3, nos juntamos Carolina, Marina, y yo.
El trabajo era sobre las culturas de África Occidental, teníamos que elegir una y haríamos una serie de actividades durante todo el semestre, debíamos elegir bien porque no habría cambios después, teníamos hasta la siguiente clase para elegir la cultura.
Los 3 fuimos a casa de Carolina para ponernos de acuerdo sobre cuál sería la cultura que elegiríamos para el trabajo, por supuesto que no podíamos pensar con el estómago vacío y salimos para ir a una pizzería que estaba cerca, nos fuimos a pie, como mucho eran 4 cuadras lo que tendríamos que caminar.
A mitad de camino pasamos por una calle desolada, era una calle privada, no tenía salida, como si fuera un callejón.
Yo le pregunté a Carolina qué había pasado en esa calle, ella nos contó que muchos años atrás todas las casas estaban habitadas, un día llegó un inmigrante, venía de Nigeria, él simplemente se metió a una de las casas.
La familia que vivía en esa casa ya no fue vista por los vecinos, eso llamó mucho la atención, pasó una semana, y en una noche desaparecieron prácticamente todas las personas que vivían en esa calle, hubo solo 2 sobrevivientes, una anciana y su nieta.
La anciana fue precisamente la que contó lo sucedido, ella vio como el inmigrante entró a la casa y mató a mordidas a su hija y su marido, ella logró escapar por la puerta que daba al pasillo.
Esa anciana era originaria de Veracruz y ella afirmaba que, por cómo se comportaba el inmigrante, esa persona estaba bajo el efecto de una maldición yoruba, una maldición que lo obligaba a comer carne humana y a beber sangre, que ninguna otra cosa lo podía saciar.
A Marina y a mí nos pareció una historia escalofriante y al mismo tiempo muy interesante, y debido a esa anécdota que nos contó Carolina elegimos que nuestro proyecto lo haríamos de los Yorubas.
Bien, la primer parte del trabajo era sobre las deidades, debíamos elegir una para exponer en clase, nosotros nos reunimos en casa de Carolina para ponernos a investigar.
Había muchas deidades interesantes, pero hubo una que nos llamó muchísimo la atención: Oduduwá. El motivo por el cuál nos pareció interesante es que esa deidad es el equivalente a Jesucristo en la religión católica, que era la religión que teníamos mis amigas y yo.
Otra cosa muy interesante es que a Oduduwá se le ofrecían Carneros, igual que los que se le ofrecían a Jahvé, el dios supremo de las religiones judeocristianas.
La clase siguiente precisamente hablamos de esa deidad, el profesor nos felicitó por la exposición que hicimos..
El siguiente trabajo que debíamos hacer era investigar rituales y prácticas religiosas, ahí fue donde, lo que al principio para nosotros solo era un trabajo para la escuela, se convirtió en una obsesión por lo desconocido.
Investigando dimos con algo llamado “Registro”, que es el método de adivinación que se realiza a través de la lectura de los caracoles o del tablero de Ifá.
Los yoruba creían que consultando el registro era posible tener acceso al pasado y al futuro individual de quien realizaba la consulta.
Buscamos cómo sería realizar un registro utilizando los caracoles y también cómo sería utilizando el tablero de Ifá, y nos pareció más interesante el método con el tablero, y mejor nos enfocamos en ese método.
Lo voy a explicar de forma breve, porque sí es bastante complejo, el sistema de Ifá está conformado por 256 gráficos que representan cada una un concepto o idea.
Todos esos gráficos en conjunto pueden ser utilizados como una biblioteca que almacena la información de todo el universo, cuya función es servir como la base de interpretación para saber el pasado o sugerir el futuro.
Hicimos la presentación en la clase, y después de salir fuimos a la cafetería en lo que llegaban por nosotros, ahí Carolina nos preguntó qué pensábamos sobre el tablero de Ifá.
Marina lo comparó con la Ouija, ya que servía para obtener información, aunque usando la Ouija la información se obtiene preguntándole a un ser, y usando el tablero de Ifá se obtiene de los gráficos.
Yo dije que sería interesante comprobar si eso en verdad funcionaba.
Carolina sacó su celular y buscó en mercado libre, dijo que podíamos comprar uno por 100 dólares, a Marina le pareció una buena idea, pero yo no estaba seguro, sinceramente no creía que un objeto comprado por internet tuviera las mismas cualidades que uno originario de África.
Pero no podíamos ir hasta allá a conseguir uno, nos quedamos en silencio unos momentos, y entonces Carolina dijo que uno de sus vecinos tenía familia en Cuba, y como allá se practica mucho la religión yoruba, quizá alguno de los familiares de su vecino pudieran conseguirnos un tablero auténtico.
A los 3 nos pareció una gran idea.
Al día siguiente Carolina nos dijo que su vecino le había comentado que ya tenía un tiempo de no poder contactar a su familia, pero le dio la dirección de un amigo suyo que era santero, que posiblemente él pudiera ayudarnos con lo que estábamos buscando.
Eso fue un Jueves, esperamos al fin de semana para ir los 3 juntos, ya que la casa estaba en una colonia que tenía una muy mala fama en cuestión de delincuencia, por supuesto que no le dijimos a nuestros padres a dónde íbamos.
El camión que agarramos en el centro nos dejó a 4 cuadras de la casa, llegamos caminando, nadamás de ver la decoración de la casa nos quedó claro que ahí se hacían trabajos de santería.
Había una lona que le daba sombra al frente de la casa, de esa lona bajaban hilos que estaban sujetando collares, hierbas, figuras extrañas, patas de animales, y huesos.
Daba muy mala pinta, definitivamente parecía la casa de una familia promedio en la ciudad, pero con algunas decoraciones que daban mucho miedo.
Aún así decidimos entrar, nos recibió un señor, por su color de piel y facciones de la cara supimos que era de ascendencia africana.
Nos preguntó a qué íbamos y le comentamos que estábamos interesados en la adivinación mediante el tablero de Ifá, el señor se quedó sorprendido por lo que estábamos pidiendo, porque, según sus propias palabras, no solía acudir gente joven a pedir semejante cosa.
Nos dijo que eso no era nada barato, y que, dependiendo de cuanto dinero teníamos, era la información que podríamos obtener.
Nosotros llevábamos 100 dólares, que era lo que costaba el tablero en mercado libre, la gran mayoría del dinero lo puso Carolina.
Él nos dijo que por esa cantidad podríamos hacer una consulta cada uno.
Nos pareció justo, pero que antes queríamos algún tipo de garantía de que no era una estafa, el señor sonrió un poco y nos dijo que estábamos de suerte, pues justo detrás de la puerta del fondo había una prueba de que él no era un estafador.
Marina le preguntó si podíamos abrir la puerta, el nos respondió que sí, pero que no nos fuéramos a asustar mucho.
Yo no tenía tiempo para esas tonterías, fui directo a esa puerta y la abrí, adentro pudimos ver a una mujer que estaba flotando encima de una extraña mesa negra.
El largo y oscuro cabello de la mujer también flotaba, como si estuviera en agua.
El señor se acercó y cerró la puerta, luego nos preguntó si esa era prueba suficiente de que él no era un charlatán, los 3 estuvimos de acuerdo.
Carolina le preguntó al señor qué era lo que le pasaba a la mujer, nos respondió que le habían lanzado una maldición muy fuerte y que él estaba intentando liberarla de esa maldición.
Entonces yo le cuestioné el porqué nos estaba atendiendo en lugar de ayudar a la mujer, nos dijo que él no podía hacer su trabajo mientras la mujer estuviera flotando, que tenía que esperar a que bajara y volviera a estar recostada sobre la mesa, y que eso podría tardar días enteros.
Ya no hicimos más preguntas de eso y mejor procedimos al asunto por el cuál estábamos ahí.
Nosotros y el señor nos sentamos en una alfombra con extrañas decoraciones, hizo unos cantos y una oración.
Antes de empezar el señor nos preguntó si sabíamos a quién se le solicitaba la adivinación, le dijimos que la verdad no estábamos seguros, que sabíamos que era a un Orisha pero no teníamos el dato de a cuál.
Él nos dijo que es a Orula a quien se le hacía la consulta, nos aclaró que Orula no nos daría las respuestas que solucionarían nuestros problemas, sino que él solamente daría los consejos que nos ayudarían a dar con las respuestas que necesitábamos.
Y también nos advirtió que debíamos seguir esos consejos, porque de no hacerlo nos pasarían cosas muy malas, nos volvió a preguntar si de verdad queríamos continuar y los 3 le respondimos que sí.
La primera en hacer la consulta fue Marina, ella tenía un problema familiar muy fuerte y quería
saber cómo podía contribuir a que todo se arreglara, o al menos qué hacer para que el problema ya no siguiera creciendo.
El señor hizo lo del tablero y luego le dijo a Marina cómo estaba la situación de su familia, él sabía todo, y también le dio el mensaje que Orula le dijo a través del tablero.
Luego yo hice mi consulta, mi familia estaba atravesando por una situación complicada de dinero y yo quería saber qué podría hacer mi padre para ponerle fin a esa mala racha.
El señor me explicó porqué estábamos en esa mala racha y me dijo que Orula decía que mi padre no tenía que hacer nada, que esa mala racha pronto terminaría y me dio alguna pista de cómo saldríamos de los problemas de dinero.
Finalmente llegó el turno de Carolina, ella quería saber qué era lo que debíamos hacer los 3 para obtener conocimiento y poder.
El señor, Marina y yo volteamos a verla confundidos, entonces el señor, sin dejar de ver a Carolina, hizo lo suyo con el tablero y le respondió: “sacrificio de sangre”.
Mis amigas y yo nos asustamos, no sabíamos si nos estaba sugiriendo que matáramos a un animal o a una persona, eso no importaba, ambas opciones era muy malas.
Carolina se levantó y después nosotros, el señor nos preguntó si no queríamos saber cómo realizar el sacrificio de sangre, Carolina le dijo que no, y que ya nos íbamos, ella sacó el dinero y se lo entregó.
En ese momento el señor le sujetó la mano con fuerza y le dijo que no podíamos dar vuelta atrás, porque ignorar los consejos de Orula se pagaba con la muerte.
Carolina jaló su mano y los 3 salimos corriendo de ahí, no volteamos hacia atrás.
Cuando íbamos de regreso en el camión no hablamos de nada, los 3 estábamos tratando de procesar lo que nos acababa de pasar.
Llegamos al centro y de ahí fuimos directo a casa de Marina.
En cuanto nos sentamos en la sala yo les pregunté si en verdad no preguntaríamos al menos qué era eso del sacrificio de sangre.
Carolina, muy alterada, respondió que no, que ya dejáramos eso de lado, que lo más prudente era fingir que en ningún momento pasó nada de lo que habíamos experimentado.
Yo le dije que no podíamos dejarlo de lado, que para empezar había sido su consulta lo que había derivado en eso del sacrificio de sangre, además, nos había quedado bastante claro que el tablero de Ifá sí tenía acceso a conocimiento de todo, el señor supo el problema que Marina tenía en su familia.
Entonces, si lo del tablero era completamente cierto, seguramente la advertencia, sobre que desobedecer o ignorar a Orula tenía serias consecuencias, también era real.
Carolina se puso muy nerviosa y nos dijo que no íbamos a hacer ningún sacrificio, no podíamos matar, ni aunque fuera solo a un animal.
Marina y yo estábamos de acuerdo en eso, pero tampoco queríamos correr el riesgo de que algo nos pasara, porque la consulta de Carolina había sido qué debíamos hacer los 3, eso significaba que en su consulta nos había involucrado a nosotros.
Si hubiera sido solo ella yo no hubiera insistido, pero como mi vida estaba de por medio, me aferré a buscar una solución.
Marina dijo que ella tampoco quería hacer ningún sacrificio, sugirió que deberíamos buscar a alguna persona que pudiera orientarnos en qué podríamos hacer para librarnos de la obligación de realizar el sacrificio de sangre.
Yo dije que podíamos ir con otro santero, Marina sugirió ir con una bruja, y Carolina dijo que fuéramos con un sacerdote.
Optamos ir primero con un sacerdote, fue una pérdida de tiempo, él solo nos dijo que la salvación de todo mal únicamente la daba el Señor, y que si le rezábamos él podría ayudarnos, nosotros le preguntamos si era un hecho que nos iba a ayudar, y dijo que la voluntad de Dios es un misterio y que solo nos quedaba tener fe.
Cuando estábamos buscando a una bruja nos encontramos con una gitana que afirmaba que podía adivinar nuestro futuro, eso nos interesaba, queríamos saber cómo terminaría todo ese asunto.
Fuimos con la gitana, ella le pidió a Carolina que le mostrara las palmas de sus manos, fue como si la gitana supiera que era Carolina la principal interesada en saber su destino.
La Gitana le dijo que no podía ver muy lejos en su futuro, que su vida terminaría de cabeza, y que sus líneas eran cortas y terminaban de manera abrupta.
Eso, ahora que ya conozco el final, era una advertencia de que mi amiga iba a morir pronto.
Después fuimos con una bruja, tardamos más de una semana en encontrar una que nos diera confianza.
La bruja con la que fuimos era adoradora de la Santa Muerte, yo ni siquiera sabía que la brujería se podía mezclar con eso de la Santa Muerte.
En fin, a la bruja le contamos nuestra situación y dijo que había oraciones que podíamos hacer para pedir protección, yo me molesté un poco porque eso era lo mismo que nos había dicho el sacerdote, rezar.
La bruja dijo que rezarle a la santa daría un mayor efecto, porque ella es la que se encarga precisamente de recoger a las personas, por lo tanto pedirle más tiempo sería muy efectivo.
Aunque nos advirtió que el poder de la muerte no era ilimitado, y que su autoridad no estaba por encima del poder de las deidades.
Entonces, aunque rezarle serviría un tiempo, nosotros debíamos buscar otra solución, pero que mientras no tuviéramos esa solución la mejor opción que teníamos era rezarle a la Santa Muerte.
Mis amigas y yo estuvimos de acuerdo, la bruja nos dijo qué era lo que debíamos hacer.
Para empezar debíamos montar un pequeño altar para hacer las oraciones, debíamos conseguir una veladora con la imagen de la santa, un espejo, un incienso, un pedazo de carbón, y un racimo de ruda.
Ya por último nos dio unas hojas con las oraciones que debíamos hacer, le pagamos y luego nos fuimos.
Estuvimos con esos rezos un mes aproximadamente, que fue el tiempo que tardamos en encontrar un santero que estuviera dispuesto a ayudarnos con el problema tan grande en el que estábamos metidos.
El santero dijo que sí había una forma de no hacer el sacrificio y aún así no recibir el castigo de Orula, pero que no era una tarea fácil, que todo el ritual duraba 2 semanas y que si al final no daba resultado tendríamos que hacer el sacrificio de sangre.
Sacrificio De Sangre
Nosotros le preguntamos qué es lo que tendríamos que sacrificar, él dijo que el sacrificio original que solicitó Orula posiblemente solo se trataba de algún animal, pero que si el ritual no terminaba, el sacrificio debería ser de una persona.
Yo pasé saliva cuando dijo eso.
Aceptamos iniciar con el ritual.
La primera parte consistía en que durante 2 días debíamos tomar tés, primero uno de perejil, a
las 3 horas, uno de doradilla, 3 horas más tarde uno de manzanilla, y 3 horas después volver a comenzar con el perejil, así durante 2 días.
Antes de tomarnos cada uno de los tés debíamos masticar una hoja de menta, y después de tomarnos cada té debíamos masticar una hoja seca de una rosa.
Fueron 2 días larguísimos, dormimos poco, se nos fue el hambre por tanto té, y lo más complicado de todo fue que estando en la escuela teníamos que seguir tomando los tés, esos 2 días fueron en verdad horribles.
Pasados esos 2 días volvimos con el santero para que nos dijera qué seguía en el ritual, nos
entregó a cada uno un amuleto hecho de piedras verdes y negras, dijo que debíamos agarrarlo con la mano izquierda y no podríamos soltarlo ni siquiera un segundo durante 2 días.
Nos hizo mucho hincapié en que los 3 debíamos cumplir, porque con que uno de nosotros soltara el amuleto aunque fuera para bañarse, habríamos perdido nuestra única oportunidad de salir bien librados.
Lo bueno que ninguno de nosotros era zurdo, como quiera fue difícil porque para empezar dormido uno no controla si abre o no abre la mano, a Carolina se le ocurrió que lo mejor era que nos vendáramos la mano izquierda y que nos dejáramos el vendaje durante los 2 días, así no corríamos el riesgo de abrir la mano y soltar el amuleto, fue una gran idea.
En cuanto pasaron los 2 días fuimos nuevamente con el santero y delante de él nos quitamos las vendas para que él estuviera seguro que sí habíamos cumplido.
Lo siguiente era alimentar un talismán por otros 2 días.
Ahí yo le pregunté cuál era la diferencia entre el amuleto que habíamos tenido agarrado y el talismán que nos daría.
El santero nos explicó que un amuleto ya va cargado de propiedades metafísicas, porque la misma forma del amuleto hace que el universo le otorgue tales propiedades.
Por otro lado, el talismán es un objeto que tiene que ser alimentado con la energía del portador, es como un catalizador, y que en nuestro caso, la energía obtenida sería utilizada para poner sobre nosotros un campo de aura protectora.
El talismán que nos dio a cada uno era un triángulo que en el centro tenía un trébol de 4 hojas.
Para alimentar de energía al talismán teníamos que rezar ciertas oraciones cada que pudiéramos, nos dio varias, podíamos rezar la que quisiéramos y a la hora que nos fuera posible, claro que mientras más mejor..
Los rezos también nos ayudaron a dormir, además de alimentar el talismán.
Esa noche, que fue viernes, yo le recé a Lucumí antes de dormir.
Esa misma noche tuve una pesadilla que me hizo despertar en varias ocasiones, pero cada que intentaba dormir tenía otra vez la misma pesadilla.
En la pesadilla yo estaba en un campo abierto, una tormenta cubría todo el cielo, entonces del suelo salía una sombra que sujetaba un hacha y volaba hacia mí para cortarme la cabeza.
En cuanto el filo del hacha tocaba mi cuello me despertaba, le rezaba a Lucumí e intenté dormir, pero la pesadilla volvía.
El sábado me reuní con mis amigas y les conté la pesadilla que había tenido, para mi sorpresa ellas me dijeron que habían tenido la misma pesadilla.
No quisimos arriesgarnos a pasar otra mala noche despertando por culpa de las pesadillas, mejor fuimos con el santero a contarle lo que nos había pasado durante la noche.
Él nos dijo que eso significaba que Orula no estaba contento con nosotros, y que las pesadillas eran una advertencia de que, si seguíamos adelante con el ritual que nos permitía saltar la autoridad de la deidad, algo muy malo nos iba a pasar.
Le preguntamos si había algo que pudiéramos hacer para librarnos de las pesadillas, nos dio un atrapa sueños a cada uno, dijo que no estaba seguro que fuera a funcionar, ya que el caso de nosotros no eran pesadillas normales, porque Orula estaba involucrado, pero que no perdíamos nada si lo intentábamos.
Esa noche sí tuvimos pesadillas, pero no fueron tantas como la primera noche.
Terminamos con eso y le llevamos los talismanes al santero, nos dijo que lo que seguía era una investidura, pero que debía realizarse durante la noche, lo que teníamos que hacer era volver hasta el día siguiente pero cuando ya no hubiera ni un rayo de Sol, y nos pidió que lleváramos ropa para cambiarnos después de la ceremonia.
Los 3 inventamos que teníamos que reunirnos para una tarea importante y que iríamos a una casa para hacer eso, nuestros padres sí nos creyeron la mentira.
La noche siguiente nos presentamos con el santero y entonces procedimos con el ritual, que era la ceremonia de investir collares, la finalidad de esa ceremonia, según nos explicó el santero,
era revestirnos con una protección más fuerte, cuya única finalidad era otorgarnos más tiempo, yo lo entendí como un amparo mágico, por llamarle de alguna forma.
Lo primero que teníamos qué hacer era quitarnos la ropa que teníamos puesta, y vestirnos con unas túnicas blancas que el santero nos dio.
Esa ropa que nos quitamos la arrojamos al fuego mientras el santero rezaba.
Luego él sacó un ave que tenía en una jaula, no recuerdo el tipo de ave, el punto es que la arrojó al fuego mientras aún estaba viva.
Eso, a mis amigas y a mí, nos causó una impresión muy grande.
El santero abrió una caja de madera y de ahí sacó 15 collares, eran 3 juegos de 5 collares, un juego para cada uno, era un collar blanco, un collar rojo con negro, uno que era rojo con blanco, otro que era amarillo con blanco, y el último era azul con cuentas transparentes.
Nos dijo que esos collares no debíamos de prestárselos a nadie, tampoco nos podíamos dormir
con los collares puestos, y mucho menos podíamos desnudarnos mientras tuviéramos los collares en el cuerpo, es decir que no podíamos ni bañarnos ni tener relaciones mientras portáramos los collares.
Después nos quitamos las túnicas blancas y nos pusimos el cambio de ropa que habíamos llevado, luego volvimos cada quién a su casa.
El siguiente Lunes el santero nos realizó la rogación de cabeza, utilizó agua y coco, nos explicó que ese ritual servía como ofrenda para nuestro guardián personal, y nuestro guardián, que no es otros sino el ángel de la guarda, intercedería por nosotros ante las deidades superiores.
A todos nos realizó el mismo proceso, primero nos colocó en una silla y los sujetó los pies al suelo, me arremangó la camisa a la altura del codo, y los pantalones a la altura de la rodilla.
Nos mostró un plato con diferentes ingredientes, había coco, algodón y cacao, y todo mezclado con agua.
Después de que a todos nos realizó la rogación de cabeza, nos acomodó a los 3 juntos, dibujó un círculo a nuestro alrededor y luego se puso a rezar mientras nos aventaba cosas, fueron muchísimas más de 20 diferentes, por supuesto que no recuerdo todo, pero sí algunas cosas, como por ejemplo, nos aventó plátano con la cáscara verde, granos de maíz, ñame, pescados, frijol, tabaco, miel, arroz, y pedazos de carne.
Cuando terminó nos dijo que solo faltaba un ritual antes de consultar a Orula para saber si nos había eximido de culpa o no.
Ese ritual lo realizaríamos el día Jueves, y la consulta la haríamos el día sábado, y que, dependiendo de la respuesta que diera Orula, las cosas podrían terminar ese Sábado, pero, si las cosas no resultaban bien, el Lunes tendríamos que hacer el sacrificio de aquello que Orula nos dijera.
También nos dijo que el Jueves deberíamos pagarle ya que era la finalización del proceso, el total a pagar era de 250 dólares, le dijimos que estaba bien.
Ese lunes, durante la noche, se me dificultó dormir, me daba miedo volver a tener las pesadillas, o que me pasara algo todavía peor, además, estaba ansioso por que todo estaba por culminar y la incertidumbre me estaba quemando por dentro.
El martes, desde que llegué a mi casa hasta que me quedé dormido, les juro que me la pasé rezando, le recé a Dios, a todos los santos, a los ángeles, a la Virgen y hasta le recé a la Santa Muerte, yo quería salir bien librado y necesitaba toda la ayuda posible, nadamás no le recé al Diablo porque no sabía como hacerlo.
El miércoles hice lo mismo, desde que entré a mi cuarto me puse a rezar, pero ese día le recé a los Orishas nigerianos, a Changó, Yemayá, Obatalá, Oshún, y a Elegguá.
En esos 2 días no hablé ni con Marina ni con Carolina, tampoco las vi hablar entre ellas, supongo que los 3 estábamos tratando de lidiar con esa situación, cada quién a nuestra manera.
Finalmente llegó el Jueves, ese día sí hablé con mis amigas, saliendo de la escuela nos fuimos directo con el santero.
Él nos dijo que nos daría una mezcla herbolaria que contenía demasiadas plantas, más de 20 si no mal recuerdo, y se le ponía aguardiente, miel, y manteca, su sabor es horroroso, además de que no estaba hervido, su textura era muy pastosa.
Adicional a eso nos dio a beber 3 vasos de agua a cada quién, el primer vaso era de agua de lluvia, el segundo vaso era de agua de río, y el tercer vaso era de agua bendita.
Después nos dio un pedazo de pastel de frijol, dijo que lo masticáramos todo lo que pudiéramos sin tragar ni siquiera un poco, que en cuanto ya nos fuera imposible seguir masticando debíamos escupir lo que teníamos en la boca.
Mientras nosotros masticábamos, él fue por un gallo y 3 copas, al animal le cortó el cuello y las copas las llenó de sangre del pobre gallo.
Cuando mis amigas y yo ya habíamos escupido el pastel de frijoles, el santero nos dio las copas para que las bebiéramos de un trago, nos advirtió que no debíamos vomitar porque el ritual tendría que detenerse y ese sería el fin.
En cuanto me bebí toda la sangre de la copa empecé a percibir un olor extrañísimo, no tiene comparación con nada que haya olido, ni siquiera conozco las palabras para describir ese olor.
El santero me preguntó si podía notar un olor extraño y le dije que sí, Marina también podía percibirlo, pero Carolina no, eso significaba que Orula estaba indeciso en el juicio que iba a emitir.
Entonces el cadáver del gallo al que se le había cortado el cuello, cantó, en ese momento el santero nos dijo que esas definitivamente no eran buenas noticias, ya que, en efecto, Orula estaba indeciso, pero el cantar del gallo muerto sugería que, muy posiblemente, al final sí ordenaría que se llevara a cabo el cumplimiento del sacrificio de sangre.
Ahí terminó el ritual, el santero nos dijo que volviéramos el sábado para saber la respuesta final.
El día viernes fue tortuoso, yo no dejaba de pensar en lo que ocurriría el sábado.
Al día siguiente, que volvimos con el santero, se consultó el tablero de Ifá para saber qué decisión había tomado Orula, la deidad quería su sacrificio de sangre, y, tal como se nos había sido advertido, quería el sacrificio de un humano.
En ese momento una sombra grotesca salió del tablero, no tenía forma como tal, pero sus ojos amarillos sí se notaban, se intentó abalanzar sobre nosotros pero no pudo, al parecer todos los rituales de protección que nos había realizado el santero estaban surgiendo efecto.
Esa horrible sombra, como no nos podía hacer nada, volvió al interior del tablero.
Carolina perdió los estribos, Marina se puso a llorar, y yo le pregunté al santero cómo se supone que debíamos hacer eso.
El santero me dijo que uno de nosotros podía ofrecerse como el sacrificio, pero que él dudaba que muriéramos por voluntad propia, debíamos llevar con engaños a una persona para matarla.
Eso debía hacerse el lunes.
El santero notó la tremenda angustia que estábamos sintiendo y por eso él se ofreció a tener a una persona lista el lunes por la tarde.
Yo no supe si debía darle las gracias o no.
Finalmente llegó el lunes 19 de Noviembre de 2018.
Durante la clase de Historia, que era antes del receso, Carolina empezó a ponerse muy mal, ya que al salir de la escuela tendríamos que ir con el curandero para realizar el sacrificio de sangre.
Yo le pedí que se tranquilizara, que nosotros habíamos hecho todo lo que estuvo en nuestras manos, simplemente no había forma de ganarle a una fuerza tan superior a nosotros.
Carolina le dijo que ella no permitiría que ni Marina ni yo nos convirtiéramos en asesinos por su culpa, que ella lo remediaría.
En ese momento ella salió corriendo del salón de clases, corrió hasta el final del pasillo y se lanzó mientras gritaba: “yo me ofrezco”.
Nuestro salón estaba en el segundo piso, cayó de tal forma que se rompió el cuello y murió al instante.
Y así fue que perdí a mi amiga, todo por una pregunta imprudente, todo por querer buscar respuestas en el lugar incorrecto.
Al menos Marina y yo salimos bien librados, nuestra amiga se sacrificó para que nosotros pudiéramos vivir.
Nosotros aprendimos de la peor forma posible que cualquier cosa relacionada con creencias ancestrales debe ser tratada con respeto y jamás debe ponerse a prueba su veracidad.
Autor: Ramiro Contreras
Derechos Reservados.
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