La Muñeca Historia De Terror 2023

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La Muñeca Historia De Terror 2023

La Muñeca, Historia De Terror… La siguiente historia acontece en la ciudad de México, en ese Entonces tenía 24 años y era un padre soltero criando a una pequeña de 6 años la cual se llamaba María, era una pequeña encantadora, con un espíritu libre lo cual muchos adultos fuimos perdiendo con el paso del tiempo.

Recuerdo perfectamente el primer día en el que llegamos a esa casa, había obtenido un buen precio por cinco meses, estaba completamente amueblada y en muchos aspectos era prácticamente perfecta, apenas entramos mi pequeña María se puso a explorar cada rincón del lugar, aquello fue perfecto, ya que me permitió descansar un poco antes de comenzar a desempacar.

Dicen que cuando los niños están en silencio por mucho tiempo, es porque algo muy malo están haciendo, aquello te lo puede corroborar cualquier padre a quien se lo preguntes, por lo que al no escuchar a mi hija por un tiempo prolongado decidí llamarla sin obtener respuesta alguna.

Por lo que comencé a buscar con la mirada hacia las proximidades de la casa que estaban dentro de mi campo visual, lo cual rápidamente supe que era inútil, así que decidí levantarme he ir a buscarla, mi desesperación comenzó a incrementar luego de algunos minutos en los que María no me respondía.

Busqué por todas las habitaciones hasta que finalmente pude escuchar ligeros murmullos y risitas dentro de una de las habitaciones, al escuchar aquello me tranquilicé un poco y abrí aquella habitación, en donde encontré a mi hija sentada en el suelo frente a un viejo baúl lleno de juguetes de los cuales destacaba una muñeca la cual mi niña tenía entre sus manos.

Aquella muñeca se me hacía por demás extraña, aunque no sabía explicar exactamente el porqué, ésta me generaba cierta incomodidad, reprendí a mi hija por no responderme cuando le hablaba, esta se disculpó al mismo tiempo que me mostraba la muñeca, la cual parecía haberle gustado mucho, fue entonces cuando pude verla con mayor detenimiento.

La muñeca estaba muy bien cuidada, aunque su apariencia denotaba cierta antigüedad, lucía espeluznante, su rostro era de goma dura, pintado a mano los detalles de sus ojos, pestañas, cejas, labios y pecas, tenía la mirada penetrante y profunda, acompañado de una sonrisita pícara, su pelo, parecía ser real, de color castaño oscuro el cual le caía hasta la cintura, llevaba puesto un desgastado vestido de novia de color amarillo pálido, acompañado con dos zapatitos negros que desencajaban con todo su vestuario.

A pesar de la clara incomodidad que ésta muñeca me generaba, decidí guardar la compostura y preguntarle a mi hija el nombre de su nueva amiga, a lo que sin siquiera pensarlo un segundo ésta respondió que su nombre era Bel y que está había prometido ser su amiga para siempre.

Luego de fingir presentarme con Bel, me quedé un momento con mi hija observando el resto de juguetes de aquel baúl, los cuales parecían ser muy antiguos y algunos inservibles, en ningún momento mi hija se apartó de aquella muñeca inclusive a la hora de dormir.

Conforme los días fueron pasando comencé a notar una conducta poco usual en mi pequeña María, pasoó de tener un carácter dulce y risueño a una actitud retraída, solía pasar la mayor parte del tiempo en su habitación hablando con su muñeca y aveces casi podría jurar que escuchaba una voz diferente la cual le respondía.

A pesar de todo intentaba ser paciente y comprensivo respecto a aquello, después de todo había leído que los niños solían resentir mucho cuando se trataba de un divorcio y mayor aún acompañado de una mudanza, habían sido dos cambios drásticos en poco tiempo, por lo que creí que todo aquel asunto era consecuencia de aquello.

Sin embargo, todo esto cambió una mañana de sábado, había preparado el desayuno favorito de María, el cual consistía en un sándwich de queso fundido y leche con chocolate, María había tomado el hábito de sentar a su muñeca Bel en la mesa cada comida, como dije antes aquella muñeca me generaba incomodidad, pero no sabía cómo prohibirle algo que se veía que realmente la hacía feliz.

Pregunté a María si es que ya había hecho algún nuevo amigo, pero su respuesta inmediata fue un rotundo no, acompañado de que Bel era la única Amiga que necesitaba, estaba a punto de decirle lo contrario cuando está agregó que todos los demás niños eran estúpidos.

Inmediatamente, la reprendí por usar ese lenguaje, al mismo tiempo que quedé sorprendido, ella nunca había usado ese lenguaje mucho menos para referirse a sus compañeros, pero su única respuesta fue decirme que Bel lo había dicho primero, sin embargo, lejos de retractarse de sus palabras mi hija insistió en lo que había dicho agregando además que Bel le había dicho aquello.

Intenté por horas de que mi niña me contara quien verdaderamente le había dicho tales cosas, sin embargo, nunca pude cambiar su respuesta por lo que simplemente dejé de insistir, desde aquel día el comportamiento de María no hacía nada más que empeorar, diariamente recibía quejas tanto de su escuela como de nuestros vecinos.

No lograba comprender por qué de la nada mi hija había cambiado tan radicalmente su comportamiento de una niña respetuosa y cariñosa a una persona huraña y siempre a la defensiva, la cual desconocía completamente, quería pensar que todo aquello podría tratarse simplemente por el estrés de la mudanza y que si tenía un poco de paciencia pronto volvería a tener de vuelta a mi dulce niña.

Sin embargo, mientras más pasaba el tiempo me di cuenta de que todo lejos de mejorar iba de mal en peor, la relación sólida que tuvimos en un pasado se iba debilitando cada día más y siempre que quería hablar sobre su comportamiento ésta siempre me decía que Bel no quería hablar de aquello, que la dejara en paz o está se molestaría.

Llegó el punto que en mi desesperación le arranque la muñeca de las manos y grité que está no se trataba más que un pedazo de plástico del cual me desharía si es que su comportamiento no mejoraba, aquel fue un grave error, pues antes de que siquiera pudiera decir algo más mi hija comenzó a gritar y llorar tan fuerte que creí que se haría mucho daño.

Intenté tranquilizarla abrazándola, pero está me empujó y golpeó con todas sus fuerzas con el único propósito de quitarme la muñeca, ante aquel berrinche no tuve más remedio que devolverle la misma, la cuál una vez teniéndola en sus manos está corrió a su cuarto cuestionándole a la misma sí es que yo de alguna forma le había hecho daño.

Aquel día simplemente dejé las cosas así estaba tan agotado por todo lo sucedido y solamente me fui a dormir, al día siguiente me despertó un aroma bastante característico, el cual si has trabajado en una carnicería como yo lo había hecho en mi juventud era inconfundible, también sentí lo que al parecer era pelo debajo de mis cobijas.

Aquello fue lo que me hizo reaccionar más que el olor en sí, pues sabía que no teníamos mascotas, quité inmediatamente las cobijas y con horror observé como si mi cama fuera una horrible escena del crimen, había sangre y viseras de rata esparcidas por toda la cama he incluso sobre mi mismo, me levanté asqueado por aquella espantosa escena, llame a mi hija inmediatamente.

Le cuestioné el porqué había cometido tal atrocidad, al mismo tiempo que le cuestionaba de dónde había conseguido aquel roedor, a lo que ella solo me dijo que ella no había sido, que quien había sido fue Bel, la cual se quería vengar por amenazar deshacerme de ella.

Me exalté demasiado, aquello sin duda alguna me sobrepasaba por completo, por lo que cansado de explicarle que Bel no era nada más que una muñeca, decidí llevarla con un psicólogo para que así pudiera ayudarla, durante las primeras sesiones este me dijo que muchos niños son un poco difíciles cuando hay algo como una mudanza o una nueva persona en su vida por lo que mi hija al estar experimentando ambas podía desencadenar aquel horrible comportamiento.

Por lo que por el bien de mi hija decidí darme un tiempo con mi pareja, la cual para mi fortuna comprendió todo perfectamente y me dijo que esperaría el tiempo suficiente para que María estuviese bien, también intenté pasar un poco más de tiempo con ella, para que de esta manera está viese lo mucho que en realidad me importaba y no pensara en que aquella muñeca era su única amiga.

La Muñeca Historia De Terror

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Sin embargo, nada de lo que yo hiciese hacía ningún tipo de cambio en mi hija, la cual continuaba con aquel horrible comportamiento, sin embargo, al mismo tiempo esta parecía estar cada día más deteriorada tanto física como mentalmente, comía cada vez menos, por lo que en menos de dos meses había perdido más de la mitad de su peso.

La llevé con muchos doctores y especialistas los cuales solo se limitaban a darme vitaminas y suplementos alimenticios para que subiera de peso, pero nadie podía darme una razón de que era lo que le sucedía realmente, una noche mientras la cepillaba pude notar como perdía grandes cantidades de cabello cada vez que pasaba él peine, estaba desesperado, ya no solamente era un comportamiento, literalmente la vida de mi hija estaba corriendo peligro.

Una noche por cuestiones de trabajo, había estado ocupado hasta muy entrada la madrugada, por lo que dándome cuenta de la hora decidí que debía ir a dormir, al ir rumbo a mi habitación, me detuve en seco al percatarme de que Bel se encontraba sentada justo en medio del pasillo que conectaba con la cocina, aquello fue por demás extraño, ya que desde que mi hija había encontrado aquella maldita muñeca no había poder humano que pudiese quitársela de las manos.

Aún sin poder comprender del todo el motivo por el cual aquella muñeca se hallaba ahí, decidí levantarla del suelo y llevársela a mi hija, pensé que seguramente se sentía tan cansada que la había olvidado en el pasillo, al tenerla entre mis manos pude percatarme en que aquella muñeca algo que sin lugar a dudas no recordaba haber percatado antes en la misma.

Su rostro aunque con la misma expresión se veía si me atrevía a decirlo, era mucho más parecido al de un ser humano real, aquel material de goma dura de su rostro el cual se sentía rígido al tacto, ahora se sentía, terso y muy suave, su cabello aunque realista podía sentirse el material sintético con el que se hallaba hecho, pero en aquel momento su cabello era suave y brillante, me recordaba tanto al cabello de mi hija hace apenas unos cuantos meses atrás.

Aquellos cambios me hicieron más que tener miedo o pensar racionalmente, sentí una profunda ira, la cual descargué en su totalidad con aquella muñeca, comencé a agitarla violentamente mientras le gritaba y cuestionaba el que era lo que le estaba haciendo a mi hija, al mismo tiempo que le exigía dejarla en paz y que me la devolviese.

No sé con exactitud que era lo que esperaba que sucediera de todo aquello, pero sin duda no lo que sucedió, ya que mientras aún zangoloteaba a la muñeca comencé a escuchar una profunda voz demoníaca, la cual me exigía que la soltase, al mismo tiempo que comencé a sentir como si mis manos ardieran por sostener la muñeca, haciendo de esta manera que la soltase.

Atónito por lo que estaban presenciando mis ojos, pude ver cómo aquella muñeca maldita se ponía de pie por si sola y con aquella misma voz demoníaca me decía que era mejor que no me metiera en su camino, que muy pronto el plan sería completado, que María sería solo de ella, aquella muñeca reía ante mi perplejidad, mientras veía de sus ojos comenzar a emerger sangre.

De pronto desperté sobre exaltado en mi escritorio, estaba sudando y me hallaba aún temblando, he incluso tenía mis ojos algo hinchados por haber llorado, intenté tranquilizarme repitiéndome una y otra vez que aquello no se había tratado más que de un simple sueño, sin embargo, con horror miré como en mis manos tenía cicatrices de quemaduras, las mismas que me había hecho por sostener a la muñeca.

Éstas se veían antiguas como si me las hubiera hecho hace muchos años, pero yo sabía que aquello no había sido así, por lo que me levanté de mi escritorio para ir a ver qué mi hija estuviese bien, cosa que para mi fortuna era así, María dormía profundamente aferrándose con fuerza a aquella muñeca, la cual para mi sorpresa parecía tener exactamente la misma apariencia que tenía la primera vez que la vi.

Aquello no tenía sentido, por lo que volví a verme las manos y grande fue mi sorpresa cuando miré que en las mismas ya no tenía más que leves vestigios de las quemaduras los cuales parecían irse desvaneciendo cada vez más frente a mis ojos, hasta que simplemente no hubo una sola marca.

Me hallaba tan sorprendido que simplemente salí del cuarto de mi hija para dejarla dormir, miré una y otra vez mis manos intentando explicarme la razón de todo, pero finalmente decidí que todo lo vivido no había sido nada más que un simple sueño, que mi mente comenzaba a jugar me en contra, debido al estrés y que debía ser más fuerte por ni niña.

Sin embargo, a partir de aquel día las pesadillas con aquella muñeca del infierno se convirtió en el pan de cada día de mis pesadillas, en cada sueño se reía de mí y advertía que sin importar lo que hiciera María sería suya.

Una noche mientras volvía del hospital por algunas cosas para mi hija me hallaba completamente desconectado del mundo, cuando un hombre de aspecto andrajoso me tomó de los hombros y dijo con una sería voz que el demonio se hallaba detrás de mí, al mismo tiempo que me decía que la muerte deseaba cosechar una vida muy pronto.

Aquello me tomó por sorpresa, por lo que solo empuje al hombre y salí del metro, y mientras veía las puertas cerrarse, el hombre me gritaba algo como que el maligno ya había reclamado un alma y que sin importar lo que hiciera ésta necesitaba ser cobrada.

Tarde un poco en lograr recuperarme de aquella experiencia y poder continuar mi camino, por mi mente no dejaba de pasar las palabras de aquel desconocido, en cualquier otra circunstancia habría dado por sentado que este no se trataba más que de un simple loco el cual se hallaba bajo el abuso de sustancias ilícitas, pero algo en el miedo y seriedad en su voz realmente me hacían cuestionarme si es que acaso algo más haya de lo lógico podría estarme pasando.

A decir verdad no me consideraba alguien que creyera en todo aquello, pero sin duda pensaba que no a todo podíamos encontrar una explicación lógica, por lo que sin poder tener mejores opciones decidí contactarme con una amiga, la cual a pesar de no ver hace mucho tiempo estaba seguro de que de tratarse de algo así ella podría ayudarme.

Nos quedamos de ver en un café para de esta manera poder hablar del asunto y apenas verme ella pareció estar genuinamente angustiada por mi salud, hablamos de todo lo sucedido por aproximadamente dos horas, el estar junto a ella me transmitía una paz interior la cual tenía mucho tiempo que no había experimentado.

Antes de ella no le había contado a absolutamente a nadie sobre mis sueños con aquella muñeca, una parte mi siempre tuvo miedo de que me tacharan de loco e incapaz de hacerme cargo de mi hija, sin embargo, mi amiga escuchó atentamente todo lo que yo tenía para decir y una vez contándole todo me dijo que jamás había tratado con algo similar, pero que aria todo lo que estuviera en su poder para ayudarme.

Antes de despedirnos, ella me dio una piedra lisa de color blanco, me dijo que esa noche la pusiera bajo mi almohada y que esta se encargaría de absorber no solo mis malos sueños, sino que también absorbería las energías pesadas que trajera yo conmigo, seguí sus instrucciones al pie de la letra y para mi sorpresa cuando desperté al día siguiente y revise la piedra, está había adquirido un color negro, además de que esta ya no era lisa y suave, ahora era rasposa he inclusive algo afilada.

Llamé a mi amiga inmediatamente para contarle lo sucedido, sin embargo, está parecía importarle poco lo que había ocurrido con aquella roca, me dijo que estaba a punto de llamarme, ya que desde que nos habíamos despedido el día anterior ésta no había hecho nada más que investigar al respecto de lo que me sucedía y que había encontrado al fin algo, algo que le heló la sangre y la hizo temer por mi vida y la vida de mi hija.

Me explico que debíamos quemar aquella muñeca de inmediato, por el hecho de que está se trataba de un ser usurpador el cual se encargaba de absorber el alma de quién sea que se lo hubiera permitido, hasta dejar nada más que un cascarón vacío y sin vida, que si todo lo que yo le había contado era cierto a mi hija no le quedaba ya mucho tiempo.

Inmediatamente, conduje hasta el hospital donde se hallaba mi hija, en donde los doctores me dieron la terrible noticia de que mi hija no estaba respondiendo de la forma que esperaban a los medicamentos, por lo que lo más probable era que no sobreviviera aquella noche, aquella noticia me cayó como un balde de agua fría, haciéndome olvidar todo lo demás.

Caminé a su lado, ella se hallaba dormida, aquello no era extraño, la mayoría del tiempo se la pasaba sedada por los dolores constantes, tome su mano pidiéndole que por favor continuara luchando, que no podía dejarme solo, fue entonces cuando vi que a su lado se hallaba aquella muñeca recostada, está se veía de la misma manera que la había visto en mis sueños, su cabello era aún más realista y lustroso al igual que su piel, contaba con la misma sonrisa pícara la cual me hizo olvidarme de mi tristeza he izo hervir mi sangre.

Tomé la muñeca para alejarla así de mi hija, sin embargo, y para mi sorpresa mi hija despertó en el momento en el que la tomé, me gritó con una voz profunda y amenazante que la soltara, que ya no había nada más que hacer, los doctores y enfermeras no tardaron en intervenir, no entendían cuál era el motivo por el cual peleábamos por aquella muñeca, pero aquello poco les importaba, ya que únicamente querían que mi hija se tranquilizara.

Se necesitaron de cuatro enfermeras para lograr inmovilizarla y sedarla, aquello me sirvió para poder quedarme con la muñeca, al tenerla en mi poder salí del hospital y conduje lo más rápido que pude hasta con mi amiga, la cual apenas llegué me dijo que debía esperar afuera, puesto que al estar yo tan debilitado a éste ser le sería fácil entrar en mi cuerpo.

Hasta la fecha no sé que fue lo que mi amiga tuvo que hacer ahí dentro, por el hecho de que únicamente me permitió ver el final del proceso y este fue quemarla en una fogata rodeada con un círculo de sal, la satisfacción que sentí al verla desaparecer entre las llamas fue indescriptible, después de eso todo fue diferente, mi hija comenzó a mejorar hasta que finalmente estuvo completamente sana, aún vivimos en esa casa hasta la fecha y jamás hemos vuelto a saber nada más sobre aquella muñeca.

Autor: Liza Hernández

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