Militares, Historia De Terror 2023.
Militares, Historia De Terror… Les cuento rápidamente mi trayectoria dentro de la Armada de México, primero, obviamente, fui de infantería de marina, después escolta de funcionario, luego policía naval, inclusive tuve la oportunidad de estar en varios grupos tácticos, era muy bueno y subí muy rápido de rango.
En total tuve 25 años computados, estuve con licencia ilimitada gracias a los honores que me había ganado, luego y se me concedió baja, dejando de estar de licencia ilimitada a retiro.
Después de eso regresé a la ciudad de Veracruz, con mis padres, yo no les guardaba rencor, después de todo ellos tan solo habían hecho lo que consideraban que era lo mejor para mí.
Estando ahí, gracias a mi antecedente como marino, pude ingresar a la Policía Inter Municipal Veracruz Boca del Río, a día de hoy ya no existe porque fue absorbida y posteriormente sustituida por la marina.
Al momento de ingresar me designaron al sector 3, específicamente me asignaron el resguardo de una zona de construcción residencial en la colonia Vicente Lombardo Toledano, que es la misma colonia en la que yo vivía con mis padres, me colocaron ahí porque yo así lo solicité, cobré un favor, por eso no pusieron ningún pero.
Esa zona de construcción aún estaba en obra negra, no estaba solo, me asignaron a un compañero, Gapi, nunca supe si ese era su apellido o solo era un apodo.
Les explico el horario que nos asignaron a Gapi y a mí, a ver si no los revuelvo, primero, entrábamos el Viernes a las 5 de la tarde y salíamos el Sábado a las 5 de la tarde, es decir 24 horas, luego, descansábamos lo que restaba del sábado, también todo el domingo, volvíamos a entrar el lunes a las 5 de la tarde para salir el martes a las 5 de la tarde, otras 24 horas, descasábamos lo que restaba del martes, todo el miércoles, todo el jueves, y volvíamos a entrar el Viernes a las 5 de la tarde.
Nosotros no éramos los únicos que estábamos en la obra negra, el lugar tenía a sus propios veladores, nosotros solo estábamos de apoyo esos días.
Gapi y yo hicimos muy buena amistad con uno de los veladores, le decían Don Hugo, era un señor de edad avanzada, él, desde el primer día que nosotros entramos, nos comentó que, en la parte posterior de la construcción había un camino que, muchos años atrás, había sido usado por la Condesa de Malibrán.
Según Don Hugo, en esa zona de la construcción ocurrían varios fenómenos paranormales, el más peligroso era cuando se manifestaba la Condesa.
Para los que no conozcan quién fue la Condesa de Malibrán, les contaré su leyenda de forma breve.
Nadie sabe con certeza hace cuantos años ocurrió todo, pero la creencia popular sugiera que fue cuando Veracruz era una ciudad amurallada.
El Conde de Malibrán, que era muy popular por formar parte de la corona española, estaba casado con una hermosa mujer.
Él, precisamente por su posición dentro de las altas esferas, solía salir mucho de viaje por prolongados lapsos de tiempo.
Su esposa aprovechaba cada que él salía para ir a visitar a una bruja, pues resulta que la condesa no podía tener hijos, y el Conde, claramente, necesitaba tener descendencia.
La bruja le dijo que una hechicera le había lanzado una maldición, precisamente para que no pudiera tener hijos.
Lo que estaba ocurriendo era que la condesa no solamente aprovechaba la ausencia de su esposo para ir con la bruja, sino que, en varias ocasiones, se acostaba con jóvenes marineros.
Y no solo eso, sino que, de vez en cuando, ella mataba a sus amantes para poder bañarse en su sangre, creía ciegamente que eso la mantendría joven y bella.
Cada que tenía un nuevo amante, le decía que para poder estar con ella primero debía deshacerse del cadáver.
No los mataba a todos, solo a unos cuantos desafortunados.
Resulta que uno de esos marineros, de los que no fueron asesinados por la condesa, era hijo de una hechicera, había sido ella la que le lanzó la maldición a la condesa, pero no lo hizo para privar al conde de tener descendencia, sino que la hechicera lo que no quería era que su hijo fuera a embarazar a la condesa, porque si el conde se llegaba a enterar podía costarle la vida al joven.
Y, aunque aquella hechicera era muy poderosa, la bruja era más fuerte, por lo tanto, a petición de la condesa, pudo romper la maldición que no la dejaba tener hijos.
Poco tiempo después logró quedar embarazada y tuvo a un barón.
Pero, a pesar de que debía estar al pendiente de su bebé, ella siguió invitando a otros hombres a estar con ella mientras su esposo no estaba.
Un día el Conde volvió antes de lo previsto, descubriendo en ese momento la infidelidad de su esposa, entonces él, sin pensárselo 2 veces, sacó su afilada espada para matar a la condesa y también a su amante.
Luego, el Conde, con su uniforme manchado de sangre, les ordenó a sus sirvientes que se deshicieran de los 2 cuerpos, lo que ellos hicieron fue arrojar los cadáveres a una fosa habitada por cocodrilos, los animales borraron todo rastro de lo sucedido.
Sin embargo, la cólera del Conde no terminó ahí, él, dadas las circunstancias, se convenció que le bebé no era hijo suyo, y por eso también ordenó que la criatura fuera arrojada a los cocodrilos.
Y fue de esa manera que nació la leyenda de la Condesa de Malibrán, una mujer que se bañaba en sangre humana por recomendaciones de una bruja.
Entonces, según Don Hugo, el fantasma de esa mujer se aparecía en la parte posterior de la construcción.
Gapi y yo conocíamos la leyenda de la condesa, no cuestionábamos eso, lo que no creíamos ninguno de los 2 es que esa mujer se apareciera en el lugar en el que nosotros estábamos trabajando.
Tal vez pueda parecer que mi incredulidad no tenía sentido, porque yo tenía cualidades extrasensoriales, pero lo que a mí me hacía dudar era que parecía demasiada casualidad que se apareciera justo ahí.
Pasaron 2 días, yo estaba haciendo un rondín de rutina, eran la una de la mañana, me encontraba revisando el interior de los departamentos.
Entonces escuché un ruido proveniente del bloque de enfrente, la obra negra era de 3 bloques de departamentos, 2 bloques uno frente al otro, y el otro bloque en medio de ambos.
Yo caminé hasta donde estaba el espacio para poner la ventana, desde ahí alucé con mi linterna hacia los departamentos que estaban de frente.
Entonces, me percaté que en el techo del departamento de más arriba había una silueta humana que parecía estar mirando hacia la calle.
Debido a la distancia yo no alcanzaba a distinguir si se trataba de un hombre o de una mujer.
Me comuniqué por radio con Gapi para comentarle la situación, él dejó de hacer lo que estaba haciendo, se acercó a los departamentos, desde abajo él también aluzó a esa silueta, entonces pudimos darnos cuenta de que se trataba de un hombre.
Nosotros le gritamos, pero no nos respondió, lo único que hizo fue llevar su mano hasta su boca, supuse yo que estaba fumando.
De pronto la silueta desapareció.
Creí que había saltado y le pregunté a Gapi por radio si el tipo había caído, pero me dijo que no, entonces acordamos que íbamos a subir hasta allá para revisar que no se tratara de un indigente que estuviera acampando en el techo de ese bloque de departamentos.
En el momento en que llegamos yo tuve todas esas sensaciones escalofriantes que llevaba experimentando durante años, ahí entendí que lo que habíamos visto no se trataba de una persona, pero yo no creía que tampoco fuera un fantasma, porque los fantasmas no fuman.
Eso fue un viernes, el lunes que volvimos al trabajo, Gapi y yo nos dimos el tiempo para platicar con Don Hugo, le contamos todo, entonces él nos comentó que tal vez pudiera tratarse de un brujo.
Nosotros no entendíamos qué se suponía que un brujo podría estar haciendo en una construcción, Don Hugo nos recordó que estábamos en Veracruz, que los brujos estaban en todas partes, que no era necesario que hubiera un motivo para que el brujo estuviera ahí, que tal vez, simplemente había ido a disfrutar la vista.
Aunque también existía la posibilidad de que antes de que se iniciara la construcción el brujo pudiera haber tenido enterrado en el terreno algunos de sus trabajos, y estaba ahí para asegurarse de que no los hubieran sacado.
Mi experiencia como marino me decía que simplemente había que dispararle, que con eso estaría todo arreglado, pero Don Hugo dijo que esa era una pésima idea, que con los brujos nunca se sabe que tan poderosos pueden ser, que había muchos que eran inmunes a las balas, entonces, si yo le disparara y resultaba ser uno de esos, lo único que yo iba a conseguir era que el brujo me lanzara una maldición para matarme, o peor aún, que le hiciera algo a mis padres.
Gapi y yo decidimos que dejaríamos en paz a ese brujo, lo seguimos viendo por mucho tiempo, pero fingíamos que no estaba ahí.
Pasó el tiempo, una tarde, que mi compañero y yo íbamos entrando a turno, nos encontramos a Don Hugo, él ya iba de salida, nos dijo que se le había aparecido la Condesa, él, a pesar de que sabía que se aparecía, nunca le había tocado verla, por eso estaba muy asustado.
Militares, Historia De Terror
Nos dijo que ella iba vestida de blanco, que tuviéramos cuidado, porque nos podía matar de un mal susto, nosotros creímos que estaba exagerando, pero Don Hugo nunca volvió a trabajar porque murió esa noche.Marinos, Historia De Terror
Gapi y yo quedamos muy consternados, también teníamos miedo.
Una madrugada, como a las 3, empezó a caer una leve llovizna, yo estaba haciendo un rondín, y, aunque no quería hacerlo, forzosamente tenía que ir a la parte posterior de la construcción.
Desde esa zona se podía ver un terreno que estaba atrás, era una familia que vendía quesos, por lo tanto, tenía sus corrales de vacas.
Pero, como nunca antes, las vacas empezaron a hacer mucho ruido, para empezar, se supone que deberían estar dormidas, el simple hecho de que estuvieran despiertas ya era raro, pero tal vez se debía a la llovizna.
Sin embargo, el ruido que estaban haciendo no era normal, era como si algo las estuviera asustando, de pronto me empezaron a sudar las manos, es difícil de explicar, pero, a pesar de la llovizna y que, obviamente, me estaba cayendo agua, no sentía mis manos mojadas, sino, sudadas, un poco calientes.
Quise alejarme de ahí, pero en cuanto di un paso sentí como si la tierra lodosa desapareciera, luego una presión sumamente fuerte en mi espalda.
Algo paranormal estaba ocurriendo, podía sentirlo, entonces de entre las vacas salió una figura blanca, era la silueta de una mujer, pero la túnica que vestía brillaba más que la luna.
Estaba avanzando hacia mí, pero no caminaba porque no tenía pies, su túnica flotaba levemente sobre la hierba.
Corrí, pero, debido a que sentía que el lodo se desaparecía, perdía la noción de dónde pisar, por eso me caí, logré levantarme para correr, pero volví a caer, y a puros tropiezos pude alejarme de ahí, hasta llegar con Gapi.
Le comenté lo que acababa de ver, él me dijo que quería ver, pero le alegué que no era una buena idea, aun así, él me ignoró y, con su linterna en la mano corrió a revisar.
Regresó pálido del susto.
Me contó que antes de llegar a la periferia de la construcción, cuando todavía le faltaban entre 6 y 7 metros para llegar, pudo ver la figura femenina vestida con su brillante túnica, Gapi también la vio levitar.
Se asustó tanto que desenfundó su escopeta calibre 12 y le gritó a la mujer, ella volteó a verlo al mismo tiempo que empezó a desplazarse en su dirección, entonces Gapi abrió fuego contra la mujer, pero los ojos incrédulos de mi compañero pudieron presenciar como el disparo atravesó como si nada a la mujer.
Sin embargo, sí se quedó quieta luego del disparo, ahí le daba un poco mejor la luz y pudo verla con mayor claridad, me la describió como muy delgada, de un metro sesenta.
Gapi apuntó su linterna hacia los pies de la mujer y pudo confirmar que no tenía, luego aluzó su cara, recuerdo muy bien lo que Gapi me dijo: “nada más de ver su rostro todo torcido se me arrugó el cuero”.
Después de esa noche la Condesa se empezó a aparecer del diario, nadie sabía cuál era el motivo, todos los veladores la veían, nosotros también, sin falta, cada lunes y cada viernes se aparecía en la misma zona, no necesariamente salía de entre las vacas, podía salir del lodo o de una pared, nunca se sabía, por eso daba miedo ir a revisar la parte posterior de la construcción.
Debido a las múltiples quejas de los veladores, la persona encargada de coordinar todo lo que tenía que ver con la obra negra decidió acudir con un sacerdote para pedirle que se fuera a dar una vuelta por el terreno.
El cura se presentó en la construcción, pero dijo que la carga energética maligna era tan abundante en la parte posterior del lugar, que él no podía hacer mucho, ya que esa clase se entes solo pueden ser expulsados cuando se manifiestan, y él no iba a acudir en la noche.
Entonces solo nos dio la recomendación de que cada que cualquiera de nosotros tuviera que pasar por esa zona, lo mejor sería llevar alguna cruz, ya fuera en pulsera, en collar, en anillo, o ya por lo menos improvisar una cruz con 2 palos de madera.
Antes de irse, el sacerdote nos dejó un galón de agua bendita, dijo que la usáramos cada que lo creyéramos conveniente, pero también nos aclaró, que una gota tenía el mismo efecto que 10 litros, así que no tenía caso utilizar mucha agua en cada ocasión.
Gapi y yo no nos quedamos conformes, el viernes que nos volvió a tocar ir a trabajar, se nos ocurrió una idea.
Conseguimos 2 varillas, también un poco de alambre galvanizado, sumergimos todo en agua bendita, fuimos a la zona donde se aparecía la condesa, luego con el alambre galvanizado amarramos las 2 varillas de tal forma que formaran una cruz.
Al velador que le tocó acompañarnos durante algunas horas del turno, le pareció buena idea quitarse un rosario que él llevaba puesto, y dejarlo colgando en la cruz hecha de varilla.
Aunque no lo crean, a partir de ese momento la condesa dejó de aparecerse, entonses, solo para estar seguros de que era la cruz de varilla lo que había funcionado, decidimos quitarla durante una noche, esa noche sí se apareció la condesa, entonces mejor volvimos a colocar la cruz de varilla.
Algún tiempo después Gapi y yo fuimos reasignados para cumplir con otras labores, ya no nos colocaron juntos.
Autor: Desconocido.
Derechos Reserbados.
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