El Alma Vieja-Historia De Terror 2022

El Alma Vieja-Historia De Terror 2022

Historia de terror, El alma vieja.
Cuando era niña vivíamos en el campo, en la casa de mi abuela, recuerdo que ella era una persona que a menudo decía dichos, en especial recuerdo el que solía decir para expresar que alguna cosa tenía mucho tiempo.

Por ejemplo una vez le pregunté por un cuadro que tenía colgado en la sala, en él se veían unas colinas con diferentes tonos de verde y una casita amarilla en el medio, ella me contestó que ese cuadro era más viejo que el alma del tío Ramiro,.

La primera vez que la escuché decir esto, me causó algo de gracia, me pareció tierno, luego con el tiempo empecé a sentir curiosidad por sus palabras, ni siquiera sabía quién era el tío Ramiro.

Así que un día le pregunté a mi madre por él, ella me sonrío y me dijo que le pidiera a mi abuela contarme la historia del alma de Ramiro, yo no tenía más de 8 años y las historias de mi abuela me encantaban.

Así que fui corriendo a su habitación y le pedí que por favor me contara la historia.

El tío Ramiro era el hermano menor de mi abuela, ella decía que cuando nació ya tenía los ojos abiertos, era muy peludo, casi nunca lloraba, cuando tenía hambre estiraba muchos los brazos y movía la boca como si en realidad estuviera intentando hablarle a su mamá.

Al principio estos detalles le parecían graciosos a la familia, pensaban que era parte de su personalidad, pero a medida que empezó a crecer todos en la casa empezaron a notar que el niño tenía comportamientos que resultaban poco convencionales para alguien de su edad.

Lo primero fue cuando él tenía más o menos cuatro años, mi abuela cuenta que ella tenía nueve, estaba en la sala con su hermano cuando él se quedo muy serio viendo hacia la ventana, parecía que estaba mirando el cielo.

Ella recordaba muy bien que ese día estaba lloviendo, entonces el niño de la nada le dijo que el alma de él era muy diferente a la de ella, porque él tenía un alma vieja, ella se quedó sin palabras por un momento y entonces empezó a reír.

Pensó que era alguna especie de broma, pero el pequeño la miró muy serio y empezó a decirle que parara de reírse, ella continuó hasta que notó que él la seguía viendo con mucha seriedad, entonces mi abuela se detuvo y él le sonrío mientras le decía que su alma aún no estaba lista para entenderlo.

Al parecer días después Ramiro le dijo lo mismo al resto de sus hermanos, todos empezaron a tomar distancia de él pues les resultaba raro e incómodo escuchar a un niño tan pequeño decir cosas como esas, pero mi abuela lo quería mucho, tenía una conexión especial con él así que decidió ignorar las críticas de sus otros hermanos y empezó a creer todo lo que decía el pequeño.

Una noche mientas estaban cenando con sus hermanos, Ramiro se cercó a su mamá y casi con lagrimas en los ojos le dijo que quería regresar a su casa, ella bastante desconcertada con lo que había escuchado le dijo que ya estaban en casa, pero el pequeño seguía insistiendo, decía que quería regresar a su antigua casa aunque ella no estaba allá.

Entonces como ya todos estaban acostumbrados a escuchar las extrañas conversaciones del niño, su madre decidió preguntarle más sobre la casa de la que estaba hablando.

Él empezó a describirla, dijo que tenía dos pisos y tres habitaciones, las ventanas tenían marcos de madera, por fuera las paredes eran de ladrillo rojizo y estaban cubiertas por pequeñas ramas verdes, el techo era de madera, dijo que la entrada olía a rosas y que cuando llovía por varios días seguidos el agua entraba por el techo de la cocina.

Su madre enmudeció con la descripción de la casa pues nunca habían estado en ese lugar, ella intentó explicarle que él no podía conocer esa casa de la que hablaba porque siempre había vivido en el lugar en donde estaban.

En ese momento, entonces el niño le dijo algo así como que no habían vivido en este tiempo, que él vivió en esa casa antes de que se inundara y la tierra se abriera para volver a traerlo.

Esto la dejó aún más confundida, no tenía idea de lo que le estaba hablando su hijo, a mi abuela la descripción de la casa por alguna razón le pareció encantadora pero el resto de sus hermanos parecían asustados cada vez que el pequeño Ramiro volvía a mencionar la casa.

Cuando él tenía casi siete años mi abuela vio una noticia que le llamó la atención en el diario que su padre compraba los domingos, pues en ese tiempo no tenían televisor en la casa.

La noticia era sobre un pueblo fantasma, un pequeño municipio con pocas casas que quedaban cerca al mar y que hacía muchos años había sufrido una inundación, decían que nadie había vivido allí por más de dos décadas y que recientemente habían tomado la iniciativa de reconstruir todas las casas y volverlo un lugar para turismo.

Era un reportaje de varias páginas y justo en el medio habían fotografías de las viviendas, algunas se veían en muy mal estado, entonces allí entre las imágenes mi abuela la reconoció.

Era una casa con la misma descripción que su hermano había hecho, las paredes de ladrillos, el techo de madera, si no era ese el lugar tenía un gran parecido.

Entonces fue corriendo a llamar a Ramiro pero cuando él vio la foto, le dijo que no estaba seguro, no parecía recordar nada de lo que había dicho años atrás, pero estaba muy sorprendido de que su hermana recordara a la perfección la descripción que él había hecho.

Ella le insistió a sus padres que debían ir a visitar ese lugar, pues pensaba que aunque su hermano ya no recordara con claridad, él había tenido otra vida antes y cuando nació por alguna extraña razón tenía recuerdos de esa vida pasada.

Por supuesto a los ojos de sus padre esto parecía una blasfemia, mi abuela dice que su padre nunca la había castigado de una forma tan severa como ese día y nunca lo volvió hacer.

Después de eso mi abuela y su hermano acordaron que no hablarían nunca más de esos temas delante de su familia y en realidad esto no fue un gran problema pues a medida que iban creciendo, sus hermanos mayores se iban de la casa, algunos a la ciudad y otros a formar sus propias familias, pero como mi abuela y Ramiro eran los menores fueron los últimos en irse, claro que con el tiempo él parecía haber olvidado todas las cosas que contaba cuando era pequeño.

Siempre fue una persona deferente, solía pasar mucho tiempo a solas entre la vegetación del campo, a veces se iba por las noches al monte y no regresaba hasta el otro día, decía que dormía en donde lo agarraba la noche y siempre era bueno y amable con todos los que lo conocían.

Mi abuela recordaba con toda claridad las cosas que él le había contado de niño así que siempre estaba diciéndole a su hermano que no olvidara que él era un alma vieja y cuando mi abuela tuvo si primer hijo empezó a utilizar el dicho de que algunas cosas eran más viejas que el alma del tío Ramiro.

Sin embargo yo nunca lo conocí, le pregunté a mi abuela que había sido de su hermano, entonces un poco cabizbaja me contó que en una ocasión cuando mi madre era aún pequeña él le dijo que debían despedirse, ella no entendía bien que estaba pasando, pero él le insistió que debía irse y no podía regresar, aunque sabía que iban a volver a encontrarse en un lugar diferente a este.

Mi abuela no volvió verlo desde ese día pero siempre le contaba a mi mamá sobre su tío y luego cuando yo nací me contó esta historia, la verdad no volví a pensar en él hasta hace unos años cuando mi abuela enfermó, hay quienes dicen que a veces cuando las personas son mayores y están a punto de dejar este mundo su espíritu empieza a irse como de a poco.

Es como si presintieran que deben despedirse y empiezan a ver cosas que nosotros no podemos percibir, este fue el caso de mi abuela.

Hace tres años su salud desmejoró, pasaba más tiempo en cama, empezó a decir que su paso en este mundo se estaba acabando, nos entristecía oírla decir esto pero me llamaba la atención que había algo de tranquilidad en sus palabras.

Historia De Terror-Alma Vieja

Una noche yo no lograba dormir, empecé a sentir que la garganta se me secaba así que me levanté a la cocina a buscar un vaso con agua, no encendí la luz pues no quería molestar a nadie.

Mientras estaba en la cocina me pareció escuchar las voz de mi abuela, me acerqué despacio a su habitación, ella siempre dormía con la puerta entreabierta así que me asomé sin hacer ruido.

Entonces vi que ella estaba viendo hacia una silla que tenía junto a la cama y sonreía, parecía estar hablando con alguien pero yo no alcanzaba a entender lo que estaba diciendo., eran susurros.

Intenté hacer un esfuerzo para ver con la luz que entraba por la ventana, entonces podría jurar que en la silla hacia la que mi abuela miraba había una silueta, pero no era una sombra, tenía un color como violeta y parecía estar flotando.

Sentí que me faltaba el aire, no podía creer lo que estaba viendo, entonces una luz se encendió, la silueta desapareció, mi abuela había encendido la lámpara que tenía en la mesa junto a su cama, me llamó y me preguntó si llevaba mucho tiempo allí.

No supe que responderle, entonces noté que tenía lagrimas en sus ojos, le confesé lo que había visto, ella sonrió y me dijo que su hermano había ido a verla, era la segunda vez en esos días que iba a visitarla.

Dijo que pronto iría a reunirse con él, le pregunté de que hermano estaba hablando aunque yo ya sabía la respuesta, ella no dijo nada, se veía tranquila, podría decir que estaba feliz.

Autor: Luna

Derechos Reservados


Share this post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Historias de Terror