Madre Después De La Muerte 2023

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Madre Después De La Muerte 2023

Madre Después De La Muerte… Mi nombre es Elisa, siempre me han gustado los niños, por eso estudié la profesión de educadora, era un trabajo que me proporcionaba sentido a mi vida, pero había algo que me hacía falta, quería ser madre y no lo conseguía, durante varios años lo estuve intentando sin poder lograrlo, ya estaba hecha a la idea de que mi futuro sería cuidar niños ajenos, hasta que un día comencé a sentirme mal, acudí al médico porque creí que traía una infección en el estómago, cuando le dije mis síntomas al doctor, me dijo que todo parecía que se trataba de un embarazo, no le di la importancia necesaria, no era la primera vez que escuchaba esas palabras, sin que fuera cierto.

El médico me mandó hacer análisis, en efecto, estaba embarazada, estaba muy emocionada, pero también un poco nerviosa, no sólo porque no quería pasar de nuevo por la desilusión de perderlo, sino porque me sentía extraña, como si algo no estuviese bien, a pesar de mis pensamientos de incertidumbre y la sensación de que algo saldría mal, llegó el gran día: nació mi hijo.

No tengo palabras para describir lo que sentía, simplemente estaba feliz, aunque hubo una situación que me preocupó, mi bebé lloraba todo el tiempo, incluso, cuando los sostenía en mis brazos y lo acariciaba, no dejaba de llorar.

Los médicos me dijeron que era sólo una fase, que todos los bebés lloran, pero su llanto era diferente, era desgarrador y me hacía sentir incómoda, traté de ignorarlo, sin lograr acostumbrarme a ello, parecía como si mi hijo estaba tratando de decirme algo, mas no pude comprenderlo.

Una noche, mientras estaba acurrucada en la cama con mi bebé a mi lado, me quedé dormida, tuve un sueño extraño, vi una escena de otra vida, una vida anterior, era la de un niño que lloraba desesperadamente en una habitación oscura, me di cuenta de que era mi hijo, pero en condiciones distintas a las que tenía en ese momento, me desperté con un sobresalto porque mi bebé lloraba con fuerza.

En los días que siguieron, el llanto de mi hijo se volvió más fuerte y más inquietante, comencé a tener sueños cada vez más vívidos sobre su vida pasada, parecía como si mi hijo estuviese tratando de decirme algo, que lo estaba atormentando y que yo era la única persona que podía ayudarlo, después de un tiempo descarté esa posibilidad, pensé que sólo había sido una locura mía, ya que dejé de tener esas pesadillas.

A medida que pasaron los meses, todo estuvo más normal, sin embargo, cuando él cumplió dos años, comenzaron a suceder cosas extrañas, mi hijo habló por primera vez y me dijo “mamá”, me sentí muy contenta de escuchar esa palabra tan ansiada desde hacía mucho tiempo, después apuntó con su dedo hacia un rincón de la habitación y dijo de nuevo  “mamá”, creí que trataba de mostrarme algo que había en la habitación, pero no supe a qué se refería.

Al principio, pensé que era sólo la imaginación de un niño pequeño, pero luego comenzaron a suceder cosas aún más raras, por las noches, escuchaba ruidos extraños en su habitación, juguetes que se movían solos, luces que se encendían y apagaban, el sonido de las sábanas que se movían como si alguien las estuviera arrastrando, mi esposo y yo comenzamos a sentirnos incómodos en nuestra propia casa, no podíamos entender lo que estaba pasando.

Un día, mientras estaba sola en la casa, escuché risas infantiles y el sonido de alguien corriendo por el pasillo, fui a investigar, pero no había nadie allí, comencé a sentirme asustada y decidí buscar ayuda.

Consulté a una especialista de energías, ella, a través del uso de un péndulo, me dijo que había presencias extrañas en la casa, pero principalmente en la habitación de mi hijo, la mujer me recomendó hacer una limpieza espiritual, que comprara crisantemos blancos, los cuales, tenían la capacidad de absorber la energía negativa, también me dijo que pusiera en las cuatro esquinas de mi casa una veladora encendida, así como el uso de inciensos en diferentes puntos, y lo principal, poner en recipientes de cristal agua, también distribuida estratégicamente en mi vivienda, cada día tenía que cambiar el agua de los contenedores, la tiraba en la calle, y nuevamente procedía a llenarlos del líquido transparente, así lo hice durante quince días.

Pasaron unos meses después de la limpieza espiritual, todo parecía haber vuelto a la normalidad, aunque había algo que me seguía inquietando, mi hijo seguía hablando con alguien a quien no podía ver, a veces lo escuchaba decir “mamá” y luego respondía a una voz que parecía estar en la habitación con él, me preocupaba y no sabía qué hacer.

Un día, decidí poner una cámara en la habitación de mi hijo para ver si podía capturar algo extraño en video, dejé la cámara grabando mientras salí de la casa para hacer algunas compras, en la casa se había quedado mi esposo con mi pequeño, cuando regresé, revisé el material que había grabado, lo que vi en la grabación me dejó sin palabras. En el video, mi hijo estaba hablando con alguien a quien no podía ver, al acercarme a la imagen, pude ver que parecía estar hablando con una figura borrosa y transparente, era como si hubiera alguien más en la habitación con él, pero no podía ver a nadie.

A medida que mi hijo crecía, su habilidad para comunicarse con el mundo espiritual parecía disminuir, pero hubo algo que me intrigó: mi hijo comenzó a hablar mucho de una mujer llamada Mary. La mencionaba constantemente, y parecía tener una conexión especial con ella, me preguntaba quién era Mary y qué relación tenía con mi hijo.

Quería saber quién podría ser esa persona, pero no tenía la forma de conseguirlo, hasta que en una ocasión, salí al mercado a comprar los insumos, llevaba conmigo a mi hijo, una vecina del edificio se acercó a saludarme de forma muy amable, me dijo que ella había conocido a la mujer que había vivido hacía varios años en el mismo departamento que en el mío, ella también había tenido un bebé igual de lindo, me intrigó mucho lo que me dijo, le quise preguntar más sobre esa mujer, pero alguien le habló por teléfono, se disculpó y se marchó.

Comencé a investigar todo lo que pude sobre Mary, no tenía mucha información, pero sabía que si indagaba podía obtener más datos de ella, aunque al principio sólo pude saber lo que me dijo la vecina, no desistí, porque mi hijo cada vez le hablaba a alguien con ese nombre, incluso me apuntaba con el dedo, y me decía que estaba en alguna esquina de la habitación. Conversé con algunos vecinos que habían vivido en la zona durante muchos años, después de mucho buscar, finalmente encontré algo, una mujer llamada Mary había vivido en nuestro edificio antes de que nos mudáramos allí, había fallecido en su departamento hacía varios años.

Intenté platicar con mi hijo sobre Mary, como si yo también la conociera, se emocionó mucho, me dio un juguete para que jugara con él y con Mary, me sorprendió que mi hijo pudiera haber tenido una relación tan cercana con alguien que había muerto años antes.

Un día, mientras hacía de comer, mi hijo jugaba con sus juguetes en la sala, le había puesto una cobija para que estuviese con ellos a su alrededor, escuchaba que mi hijo platicaba con alguien, hasta se reía, con sigilo me asomé para ver con quién platicaba, él no se dio cuenta de mi presencia, porque seguía conversando.

Me acerqué a él y le pregunté con quién estaba charlando, él apuntó su dedo índice hacia mí, me dijo que con mamá, yo le respondí que sí, yo era su mamá, pero yo no estaba con él, me encontraba en la cocina cuando él estaba muy divertido con otra persona, de nuevo él levantó su dedo para decirme que con mamá, volteé hacia atrás sin conseguir ver a nadie, mi hijo muy seguro me dijo que mamá estaba detrás de mí, ella le estaba platicando, por la sorpresa no supe qué decir, me levanté rápidamente buscando a alguien que sabía que no existía, aún así revisé detrás de las cortinas, debajo de los muebles sin lograr ver a nadie, mi hijo me vio que buscaba frenéticamente entre los muebles, así que me dijo que ya no buscara, ella ya se había ido, le pregunté a mi pequeño desde cuando veía a esa mujer, él me respondió que siempre lo acompañaba, en ratos se iba, pero luego regresaba.

Todo lo que mi hijo me dijo me puso muy nerviosa, no podía discernir lo que estaba sucediendo, parecía como si mi hijo hubiese tenido otra madre, y él era la reencarnación de aquel pequeño, no, no lo podía creer, era bastante inverosímil para ser verdad, sin embargo, ante mis ojos estaba esa revelación.

 Me sentía confundida y desorientada, lo primero que se me ocurrió fue ir de nuevo con la mujer que me había orientado sobre la limpieza energética de mi casa, le expuse la situación, le dije que lo que ella me pidió que hiciera no había funcionado en absoluto.

La mujer se concentró con su péndulo, me dijo que eso rebasaba su capacidad, porque en efecto, había alguien en mi casa que no se había ido por completo, me dio la dirección de una vidente, me explicó que ella era la persona indicada para mi caso.

Acudí de inmediato con Gisela, así se llamaba la vidente, ella en cuanto me vio me dijo que ya sabía a lo que iba, me comentó que traía conmigo la energía negativa de un espíritu, que había hecho un pacto con una entidad oscura para que pudiera estar con su hijo de nuevo, este pacto incluía el sacrificio de su propia vida, pero aseguraría que ella pudiera reencarnar y estar con su hijo en su próxima vida.

Si era cierto lo que me había dicho la vidente, tuve miedo y me quedé horrorizada al saberlo, no comprendía el motivo por el que esa mujer había hecho un pacto con una entidad oscura, para poder continuar con su hijo en la siguiente vida, todo me parecía complicado y confuso.

La vidente me dio una serie de instrucciones a seguir, para tratar de que esa mujer se fuera de la casa, pero me advirtió que no sería nada sencillo, ya que cuando alguien practicaba la magia negra conllevaba ciertos peligros, creo que todo lo demás que me dijo no lo escuché, estaba tan consternada que mi mente se nubló, salí de con ella.

Tuve mucho miedo de saber que mi hijo se encontraba en constante peligro, no sabía las intenciones de Mary, quizás trataría de quitármelo, tampoco tenía la menor idea de cómo protegerlo, si todo lo que me había dicho la vidente era nuevo para mí, se salía de mi control.

Entendí que debía saber más sobre Mary, si es que en verdad fue la madre de mi hijo en su vida anterior, necesitaba saber quién era ella, qué hizo, con qué personas se relacionaba, y sobre todo, si lo que me había dicho la vidente sobre su pacto era cierto.

Con algunos datos que me pudo dar mi vecina supe que Mary había muerto hacía más de diez años, ella me mostró una fotografía que tenía junto con su familia, en dicha foto aparecía con un pequeño en brazos, tenía la misma sonrisa que mi hijo.

No pude encontrar mucha información más allá de eso, pero seguí buscando en otros lugares, me di cuenta de que algunas personas habían oído hablar de Mary, pero siempre en términos vagos y misteriosos, finalmente, un anciano me contó un poco más sobre esa posible mujer, me dijo que ella había muerto en el departamento, y había hecho un pacto con la muerte.

La historia me dejó aturdida, era difícil de creer, pero había demasiadas coincidencias para ignorarlas, me parecía poco creíble que existiera la reencarnación, mi formación religiosa no me permitía creer en ese hecho, además, cómo era posible de que ella hubiese hecho un pacto con la muerte para tener a su hijo de vuelta, me hacía muchos cuestionamientos porque me parecía que no podía ser posible, pero los hechos eran una evidencia.

A pesar del miedo y la incertidumbre que esto me causaba, una parte de mí quería creer que Mary estaba con nosotros, protegiéndonos y cuidando de mi hijo como solo una madre podría hacerlo.

No me quedé conforme con la información que había obtenido de los vecinos, seguí averiguando sobre Mary en periódicos y archivos digitales de años atrás, después de una exhaustiva búsqueda, encontré una noticia que hablaba sobre una mujer llamada María que había muerto en extrañas circunstancias, según el artículo, la mujer se había quitado la vida en su propia casa, y las autoridades encontraron rituales de magia negra y objetos extraños en su habitación.

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo al leer la noticia, busqué más información sobre la magia negra y los pactos de muerte, me sorprendí al descubrir lo que podía hacerse con ella, me di cuenta de que Mary había hecho un pacto para estar siempre al lado de su hijo, sin importar en qué forma o vida renaciera.

Empecé a sentir miedo por mi hijo y por mí misma, no sabía qué consecuencias podrían traer estos pactos y la magia negra en nuestras vidas,  sabía que tenía que proteger a mi hijo, sin importar lo que tuviera que hacer para lograrlo. Los días seguían pasando, poco a poco, comencé a sentirme cada vez más extraña, tenía sueños siniestros en los que esa mujer aparecía y me decía que me alejara de mi hijo, también comenzaron a sucederme situaciones extrañas, como objetos que se movían solos o ruidos que no tenían explicación.

A medida que pasaban los días, sentía que Mary estaba cada vez más presente en mi mente, incluso, empecé a tener pensamientos y emociones que no eran míos, y sentía una tristeza y una desesperación que me abrumaban.

Intenté ignorarlo y seguir adelante, pero cuanto más lo hacía, más fuertes se volvían mis sentimientos, sentía que ella estaba ganando terreno y que pronto se apoderaría de mí, con el paso de los días, comencé a sentir un vacío existencial que me llenaba de tristeza, me costaba encontrarle sentido a la vida, y a menudo me preguntaba por qué me había pasado a mí algo así.

Con el paso de los días, empecé a darme cuenta de que mi problema no era solo la presencia de Mary en la vida de mi hijo, sino que también había algo en mí que me impedía ser feliz, era como si el alma de la otra madre de mi hijo se estuviera apoderando de mí.

Un día, mientras estaba haciendo compras en el supermercado, me encontré con una amiga a la que no veía desde hacía mucho tiempo, después de saludarnos, mi amiga me miró detenidamente y me preguntó si estaba bien, porque notaba que algo andaba mal conmigo.

Le conté todo lo que había pasado con Mary, y cómo había afectado mi vida y la de mi hijo, mi amiga, que sabía mucho sobre energías y espiritualidad, me dijo que sentía una energía oscura y pesada en mi aura, y que temía que me pudiese hacer daño, no sólo a mí, sino también a mi hijo.

Me explicó que esa energía podría estar impidiéndome avanzar y encontrar la felicidad, y que debía hacer algo al respecto, ella se ofreció ayudarme a limpiar mi aura y la de mi hijo, y yo acepté su oferta, mientras mi amiga realizaba la limpieza de energía en mi casa, noté que se puso muy tensa y asustada,  de repente, me dijo que había alguna entidad además de Mary, me dijo que percibía la presencia extraña en la casa, le respondí que sólo era la de esa mujer, ella me dijo que no, había alguien más, mi amiga se inquietó y dijo que esa energía estaba muy fuerte, era maligna, estaba tratando de impedir que limpiara el aura mía y la de mi hijo, le pregunté a mi amiga si podía hacer algo para protegernos, ella me dijo que sí, y comenzó a hacer algunos rituales para preservar el hogar.

Sentí que la atmósfera en mi casa comenzaba a cambiar, como si algo pesado se hubiera ido y en su lugar hubiera entrado una energía más ligera y positiva.

Después de terminar la limpieza, mi amiga me explicó que era importante seguir haciendo estos rituales de protección y de limpieza energética regularmente, para mantener nuestra aura y hogar seguros de energías negativas, ella me dio algunas recomendaciones y me prometió volver en un par de días para hacer una revisión y asegurarse de que todo estuviera bien.

Antes de irse me pidió un objeto personal mío y de mi hijo, realizó unas oraciones, tomó los objetos y me dijo que se los llevaría, en la siguiente vez los traería consigo, estos artículos estaban impregnados de las energías de la casa, era necesario llevarlas a un lugar del que no pudieran regresar, estuve de acuerdo, recogió sus pertenencias y se despidió de nosotros. 

A la mañana siguiente recibí una llamada de la hermana de mi amiga, me contó que ella había sufrido un fuerte accidente de auto y que estaba hospitalizada en estado crítico.

Me sorprendió la noticia, traté de pensar que no había sucedido por los objetos que se llevó, fui inmediatamente al hospital a visitarla, al llegar, sus familiares me dijeron que había sido un choque muy fuerte y que tenía varias fracturas y lesiones graves.

Mientras estaba allí, recibí una llamada desconocida en mi celular, contesté y escuché una voz ronca y amenazante que me dijo que dejara de buscar ayuda para protegerme a mí y a mi hijo, y que si seguía adelante, lo lamentaría, tuve miedo de lo que escuché, esa voz era desconocida. 

Pasaron unos días y mi amiga comenzó a recuperarse lentamente, la visité en el hospital varias veces, pero ella parecía distante y asustada, cuando le pregunté qué había sucedido en el accidente, mi amiga me miró con una expresión de miedo y dolor.

Un  día me confió que mientras conducía de mi casa, después de nuestra sesión de limpieza, había sentido que algo la seguía, vio una figura oscura y amenazante en su espejo retrovisor, y de repente perdió el control del auto y se estrelló, en ese momento comprendí que no sería tan fácil deshacerme de esa mujer, trataría de impedir que mi amiga continuase ayudándome.

Una noche, me encontraba al lado de mi hijo en la habitación, cuando sentí una sensación fría que me envolvió, miré hacia la puerta, ahí estaba la figura de la mujer que había aparecido en mis sueños, era la madre anterior de mi hijo, esta vez su presencia era real y aterradora, ella se acercó conmigo, y comenzó a susurrar en mi oído con una voz siniestra y amenazante, me dijo que había esperado mucho tiempo para estar con su hijo de nuevo y que no permitiría que nadie se lo quitara.

Traté de gritar, pero mi garganta se cerró, no pude emitir sonido alguno, la mujer siguió hablando, diciéndome que ella era la verdadera madre del niño, que no descansaría hasta recuperarlo, la habitación continuó con el viento frío y aterrador, sentí como si la presencia de la mujer me estuviera absorbiendo, de repente, se desvaneció, el frío se fue.

Acudí de nuevo con mi amiga, no sé por qué sabía que ella era la persona indicada para ayudarme, ella ya no quería comprometerse más, me dijo que no era posible, cuando vio en el estado en el que me encontraba, accedió a ir de nuevo a la casa, pero me dijo que no iría sola, había una mujer que había sido su maestra, ella estaba preparada para este tipo de enfrentamientos espirituales, le dije que sí con mucho entusiasmo.

Cuando llegamos a la casa, las tres nos sentamos en la sala y comenzó el ritual, la maestra de mi amiga comenzó a entonar cantos y a mover objetos de la casa, de repente, la energía oscura y pesada que había estado presente en la casa empezó a manifestarse de una manera intensa, la temperatura bajó drásticamente y las velas se apagaron de manera repentina, la maestra no se inmutó continuó cantando y haciendo lo necesario.

Una figura apareció en la habitación, era la presencia siniestra que me había estado acechando, las tres nos mantuvimos firmes, sin permitir que el miedo nos paralizara.

Madre Después De La Muerte

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La maestra comenzó a hablar en un tono firme y autoritario, exigiendo que la entidad se fuera, la lucha por el pequeño se volvió cada vez más intensa y peligrosa. Mary seguía insistiendo en que ella tenía derecho a quedarse con su hijo, había hecho un gran sacrificio al quitarse la vida, para que él pudiera tener una segunda oportunidad, pero yo no estaba dispuesta a entregar a mi único hijo.

Hubo un instante en que de la nada apareció otro ser siniestro, no sé si era la muerte o el demonio, no quise mirarlo a los ojos, este ser pretendía llevarse a mi hijo, él estaba en peligro.

No puedo explicar con claridad lo que sucedió, pero asumo que Mary se sacrificó de nuevo por su hijo, al darse cuenta que ese ser siniestro se lo llevaría, tomó la decisión y en ese momento apareció una especie de aura brillante, que rodeó a mi hijo, fue cuestión de segundos, en que Mary se desvaneció en una nube oscura, al igual que el ser siniestro.

Todo quedó en completa tranquilidad, al parecer, los dos seres se diluyeron en la nada, mi hijo estaba bien y seguro, de inmediato sentimos cómo cambió la energía en la habitación, comprendí que había regresado la paz a mi casa, gracias a mi amiga y su maestra.

Aún tengo miedo de que en cualquier momento regrese esa mujer, pero no ha ocurrido, ya pasaron varios meses y mi hijo ya no menciona a su otra madre. En el fondo le estoy agradecida, porque se sacrificó por él.             

Autor:  Adriana Cuevas

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