Melany Historia De Terror 2023

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Melany Historia De Terror 2023

Melany Historia De Terror, Día 1… Roger y Miranda más felices no podían estar, por fin tenían su casa nueva; les llevó 5 largos meses la remodelación completa, pero ya estaba lista y ellos más la pequeña Melany la observaban embelesados de pie, frente a la puerta de lo que desde ahora sería su nuevo y feliz hogar.

Cuando Roger abrió la puerta, Melany se soltó de la mano de su madre y sin esperar su autorización, junto con su perro Shadow corrió a recorrer toda la casa. Lo primero que hizo fue subir a las habitaciones y elegir una, aunque no le costó mucho decidirse, la de ella estaba acondicionada con los temas que tanto le gustaban que eran los personajes de Monster High, había pósters en la pared y muñecas en la cama y en el juguetero cerca de su cama; tomó una de estas muñecas y salió a continuar con su expedición.

Sintió que eran demasiadas habitaciones, así que desistió de continuar con su recorrido en la planta de arriba y bajó para conocer el jardín; este era amplio, con algunos juegos infantiles y mucho pasto; jugó con su inseparable Shadow hasta que el hambre la hizo buscar a su madre quien, suponiendo que su hija le pediría de comer dentro de poco ya estaba preparando la comida.

A Miranda le preocupaba un poco el ejercicio excesivo que hacía la niña, tenía asma así que, por prescripción médica tenía prohibido cansarse tanto, pero también recordaba que en la casa de los padres de Roger, donde vivieron desde que Melany nació poco podía jugar y menos correr, ya que su abuela constantemente estaba en cama y no se le podía hacer ruido.

Recordando cómo vivió la niña en ese lugar decidió, y solo por esta ocasión que podía correr y afortunadamente la salud de la niña no se vio afectada.

La casa era muy grande y un poco vieja, fue un regalo de bodas que el abuelo de Roger les hizo, pero a Miranda nunca le gustó porque sentía que estaba muy dañada, pero ahora, al verla remodelada cambió totalmente de opinión. La veía tan amplia, con mucha luz y los colores que habían elegido para las paredes definitivamente le favorecían mucho.

En la noche, después de desempacar y acomodar la mayoría de sus cosas personales, se sentaron los tres a cenar y se dispusieron a dormir.

A las 12:30 am Miranda escuchó a la niña quejarse, reconocía los  ataques de asma de la pequeña. Tomó el broncodilatador que siempre tenía cerca de ella y corrió casi sin hacer ruido al cuarto de la niña.

– Melany, ten mi amor, tranquila, ya estoy aquí – dijo, prendiendo la luz y extrañada al no escucharla y sobretodo de no verla sentada ya que lo primero que hacía era sentarse para respirar mejor.

-¿Qué pasa mami? – preguntó la niña, aún adormilada, frotándose  los ojitos tratando de despertar.

– No, nada, duerme mi niña, solo vine a ver si estabas bien – le dijo Miranda dándole un beso en la frente y se regresó a su habitación un poco confundida, haciéndose a la idea de que lo que oyó debió ser algún gato o el sonido del viento; volvió a dormir.

DÍA 4

– ¡Miranda! ¿dónde estás mi amor? – Preguntó Roger al llegar a la casa.

– ¡En el estudio! – Gritó ella.

– Veo que comienzas un nuevo cuadro, te felicito, eres una gran pintora.

– Gracias amor.

– ¿Y Melany?

– En el jardín, ya ves que ese se ha convertido en su lugar favorito; ¿le puedes hablar por favor?, ya es hora de comer.

Roger salió al jardín pero solo vio a Shadow, subió a su recámara y tampoco la vio, comenzaba a asustarse. Bajó las escaleras y comenzó a gritarle.

– ¡Melany!, hija, ¿dónde estás?

– Aquí papi, en el jardín -dijo la niña mientras entraba a la casa.

-¿Qué pasó? – Preguntó Miranda un poco asustada al oír los gritos

– Nada mi amor, es que busqué a la niña y no la vi, ¿fuiste al sanitario, muñeca? Porque vine a buscarte al jardín y no te vi.

– No papi, todo el tiempo he estado aquí, con Shadow y con Lucy, que se acaba de ir.

– ¿Lucy? -Preguntaron extrañados al mismo tiempo.

-¿Quién es Lucy?, Melany – Preguntó Roger, tratando de sonar tranquilo para no espantarla.

– Es mi nueva amiguita, vive en la casa de al lado, ayer me preguntó si podíamos ser amigas y le dije que sí, no están enojados conmigo, ¿verdad?

– Claro que no, dijo Miranda dándole un beso ¿les parece si entramos a comer? Tengo hambre y quiero trabajar otro rato.

– ¿Y yo puedo pintar contigo mami?

– Por supuesto que sí mi amor.

Después de comer, mientras Roger tomaba una siesta, Miranda y Melany se dispusieron a pintar. Miranda sacó el caballete y el banco especial para la niña, siempre a su izquierda ya que la niña era zurda, así no chocaba su bracito al pintar.

DÍA 7

Era domingo, así que Miranda salió temprano para comprar todo lo de la comida y pasar un día familiar viendo películas, se cercioró de que aún dormían, le dejó una nota a Roger y salió al centro comercial.

Ya en el estacionamiento, de regreso a casa alcanzó a escuchar que alguien le gritaba.

– ¿Miranda?, ¡Miranda, espera por favor!

– Perdón ¿me hablas a mi? – Preguntó algo sorprendida al no reconocer a la chica que le hablaba.

– Sí, así te llamas ¿verdad?, no te asustes, soy tu vecina, pero no había tenido la oportunidad de platicar contigo. Mi nombre es Daniela, soy la mamá de Lucy, me ha comentado que ha ido a jugar con tu hija, espero no ocasione problemas.

– Oh, no, en absoluto, pues mucho gusto -dijo algo nerviosa, le incomodaba hablar de esa niña a la que aún no conocía -disculpa, tengo un poco de prisa, ¿gustas que te lleve? Voy hacia la casa.

– No, gracias, me quedo a hacer algunas cosas por acá, hasta pronto y mucho gusto – Le dio la mano y se alejó del estacionamiento.

Al llegar a casa, Roger ya estaba despierto, le platicó lo que había ocurrido.

– Me pareció una mujer un poco rara, pero no se veía que fuera mala persona.

– Bueno, lo importante es que ya la conociste, me preocupaba un poco esa amiguita de Melany, el hecho de que no la conozcamos me pone nervioso, no sabemos a qué hora llega ni a qué hora se va, pero ahora que hablaste con su mamá ya me quedo más tranquilo.

– Así es mi amor, a mi también me preocupaba, pero ya todo está bien. Ahora, ¿que te parece si mientras preparo el desayuno le hablas para que baje a desayunar por favor?

Roger subió a las habitaciones y al dar vuelta al pasillo vio a Melany entrar a la recámara de Miranda y él. Sabía que al no verlos dentro se saldría enseguida, pero le llamó la atención que no fuese así lo que lo hizo entrar a la habitación a buscarla.

– Melany, mi amor, ya estamos abajo – Pero no oyó respuesta, supuso que estaría jugando, la buscó en el closet, debajo de la cama y detrás de las cortinas, pero no la encontró, se disponía a salir cuando escuchó un grito, era Melany pero este venía de su recámara.

Corrió hacia esta y vio a la niña acostada en su cama, abrazada a una de sus muñecas y respirando agitadamente, Roger sacó el inhalador de un cajón, la ayudó a incorporarse y la tranquilizó hasta que la niña recuperó su respiración normal.

-¿Ya estás bien, hija? -Preguntó muy preocupado.

– Sí, papi, no sé qué pasó.

– Recuerda que el Doctor te dijo que cuando te empezaras a sentir así, trataras de sentarte inmediatamente.

– Lo intenté papi, pero sentí como si tuviera mucho peso en el pecho y no me pude mover.

– Lo importante es que estás bien mi niña -Le dijo abrazándola – ¿Y dónde te escondiste hace un rato cuando entraste a mi habitación?, mira que ahora sí me hiciste buscarte por todo el cuarto y no te encontré.

-¿Esconderme? ¿en dónde papi? – Dijo la niña frunciendo las cejas tratando de entender lo que su papá le decía.

– En mi cuarto, hace un rato vi que entraste y…

– No papi, yo me acabo de despertar – Roger sintió que de pronto se puso pálido.

-¿Qué pasa papi? ¿estás bien? -Le preguntó al ver que este se dejaba caer en la cama. Le tomó unos minutos tomar aire de nuevo y se levantó de la cama.

-No te preocupes, todo está bien hijita, solo me confundí, pero ya pasó; arréglate y bajas a desayunar con nosotros por favor.

Roger bajó con las manos y piernas un poco temblorosas, estaba seguro que la había visto, era ella, Melany, su hija, aunque el vestido que tenía puesto no lo reconoció, pero Miranda le compra ropa constantemente, así que eso no lo sorprendió.

Pero era Melany, de eso estaba muy seguro. Era muy raro y no pudo evitar recordar el incidente del jardín hacía unos días, la niña insistió en que estaba jugando con otra niña, pero ¿por qué no las vio o las escuchó? Con estos pensamientos llegó a la cocina, pero no quiso decirle nada a Miranda para no asustarla.

-¿Y Melany? -Preguntó Miranda mientras servía el desayuno.

-Ya baja, se está vistiendo. Oye y ¿cómo era la mamá de la amiguita de Melany? ¿qué te dijo de la niña? – Preguntó él, tratando de parecer tranquilo.

-Casi no hablamos, solo me dijo que se llamaba Daniela y era la mamá de la niña, Lucy creo que se llama y bueno, como toda madre se preocupó de que la niña no nos de problemas, la verdad me dio pena decirle que yo no la conozco. Le voy a decir a Melany que la invite a comer para conocerla.

DÍA 13

Roger llegó del trabajo dejando su portafolios en el sofá y se dirigió al estudio, ya era normal que a esa hora estuviesen pintando juntas, pero al entrar solo vio a Miranda.

-Traigo una película para que la veamos juntos mi amor –Dijo Roger mostrando el DVD -¿Por qué la niña no está pintando contigo?

– No sé, solo dijo que jugaría en el jardín, sabes que ese lugar le gustó mucho. Estuve esperando a que viniera Lucy pero como no llegó la dejé que jugara sola con Shadow; pero hay algo que no te había querido comentar y es que me preocupa la niña.

-¿Qué pasa con ella? -Preguntó asustado.

-No sé con exactitud pero la veo distinta, se aparta mucho, casi no la veo reír, como si algo le molestara; solo habla de su amiga y me angustia que todavía no la conozcamos y ya han pasado varios días; nunca la he escuchado, a pesar de que Melany dice que está con ella en el jardín, todo eso me es muy confuso.

– Miranda, hay algo que no te había querido comentar para no alarmarte -Dijo, tomándola de las manos, al mismo tiempo que Melany entró llorando al estudio.

-¡Mami! ¡Papi! ¿por qué no me lo dijeron?

-¿Qué ocurre? ¿Qué no te dijimos, hija? -Preguntó espantada Miranda.

-Lo de mi abuelita.

-¿Qué pasó con tu abuelita? -Dijo Roger viendo a Miranda, buscando alguna respuesta, pero Miranda tenía la misma cara de sorpresa.

En ese momento sonó el teléfono – Yo lo contesto- dijo Roger mientras Miranda abrazaba a la niña para tranquilizarla.

-Sí, papá, ¿qué ocurre? -Roger se puso muy serio, se le veía la preocupación en el rostro  – Pero ¿cómo?, no te preocupes, vamos para allá.

¿Qué ocurrió? – Preguntó Miranda, cuando Roger colgó el teléfono.

-Mi madre, acaba de fallecer, le dio un infarto -Volteó a ver a Melany ¿Cómo supiste lo que le pasó a tu abuelita?

-Me lo dijo Lucy ahorita.

-¿Cómo que te lo dijo Lucy? ¿Dónde está? Quiero hablar con ella -Dijo Miranda notoriamente alterada.

-Ya se fue mami, dijo que tenía que llegar temprano a su casa.

Miranda salió rápido para ver si la alcanzaba pero la calle estaba vacía, regresó a la casa con una frustración combinada con miedo.

Preparó a la niña y se fueron a los а funerales de su abuelita.

DÍA 15

Mientras comían, Miranda vio que Melany estaba cabizbaja.

-¿Qué tienes Melany? ¿aún estás triste por tu abuelita?

-No mami, es que me peleé con Lucy

-Y eso ¿por qué fue?

-Porque estábamos jugando y me hizo burla de que yo era zurda, decía que era rara; le dije que no era cierto, que habíamos muchas personas así y le quité mi muñeca, luego se enojó y me dijo que se las iba a desquitar y se fue; yo no le quería quitar mi muñeca, tú sabes que yo no soy así, pero me hizo enojar porque se reía muy feo y ahora creo que ya no va a venir a jugar conmigo.

-No te preocupes mi amor, ya regresará, pero cuando eso sea avísame por favor, dile que la quiero conocer.

-Ya le dije mami, pero no quiere, dice que no le gusta platicar con la gente, es que ¿sabes? ella tiene mal su cara, me dijo que cuando estaba más chica se quemó y todos le hacen burla.

-Dile que nosotros no nos burlaremos hija -le dijo Roger un poco más tranquilo con la explicación.

-Si regresa a jugar yo le digo papi.

Al terminar de comer Melany le pidió a su papá que la llevara en hombros al jardín, mientras Miranda fue a lavar los trastes.

Al dejar a la niña en el jardín subió para recostarse, pero al llegar al pasillo vio a Melany, esta vez estaba seguro que no era ella, la acababa de dejar en el jardín.

-¡Oye, espera! – Le gritó sin pensar.

La niña se detuvo, pero sin voltear; Roger sintió miedo, pero tenía que saber quién era ella. Se acercó muy despacio y vio que la niña seguía sin moverse, con suavidad la tomó del hombro y aún sobre la ropa sintió su cuerpo gélido.

-¿Cómo entraste? ¿qué haces aquí?

-Melany, vengo por ella -Dijo sin voltear a verlo con una voz que no parecía de una persona y mucho menos de una niña.

Melany Historia De Terror

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-¿A qué te refieres con eso? -pero ya no tuvo respuesta, la niña o lo que eso hubiera sido ya no estaba frente a él.

Roger bajó las escaleras respirando agitádamente, se cercioró de que la niña estuviera jugando y así era, fue a la cocina a buscar a Miranda cuando sonó el timbre; abrió y vio a su padre de pie en la puerta. Ambos pasaron a la sala y se sentaron.

Al oir el timbre Miranda salió de la cocina y los vio sentados conversando, le ofreció algo de tomar a su suegro y se sentó con ellos a charlar.

-¿Cómo te has sentido, papá? – preguntó Roger mirándolo con ternura y cierta compasión.

-En realidad no sé si algún día me reponga de su pérdida, fueron tantos años, pero supongo que el tiempo lo sanará.

-Todo estará bien, suegro, sabe que puede venir las veces que quiera, somos su familia y aquí siempre será bien recibido -Miranda le tomó una mano para darle consuelo.

-Muchas gracias, de verdad que el estar con ustedes me ayuda mucho; y la niña, ¿cómo lo ha tomado?

-Bien, le ha ayudado mucho la amistad de la niña, la hija de la vecina de aquí -Dijo Miranda, señalando la casa que estaba a la derecha de donde ellos vivían.

-Qué bueno, no sabía que ya tenían nuevos vecinos, pero eso le debe ayudar a la niña y a ustedes para tener más amistades

-Pues aún no sé mucho ellos, solo conocí a Daniela y no sé si sea casada o…

-Espera – Preguntó el padre de Roger extrañado – ¿Daniela dijiste?

-Sí, así dijo que se llamaba ¿por qué? -preguntó Miranda

-Daniela ha vivido en esa casa desde que nació pero no tiene hijos, bueno, ahora ya no.

-¿Cómo que ya no tiene hijos? – Preguntó Roger muy alterado -Sintió un escalofrío al recordar a la niña que había visto o creído ver en el pasillo.

– Esa mujer está mal de la cabeza, se quedó huérfana muy chica y se embarazó muy joven, nadie supo de quién. Dicen que le gustaba jugar con cosas esotéricas, oscuras, ustedes me entienden. Se encerraba por horas y solo se escuchaban gritos y palabras raras que decía.

Un día el sótano de su casa se quemó y tristemente su hijita Lucía murió en ese incendio; como ella dijo que dormía cuando eso ocurrió y nunca le pudieron comprobar que fue ella quien lo causó no fue a la cárcel o al psiquiátrico; pero después de eso quedó muy mal, cuando la gente le daba el pésame les decía que su hija no estaba muerta, que tan solo se había ido por un tiempo pero que la haría volver algún día.

-¿¡Lucia!? -dijo Miranda asustada -¿Está seguro que así se llamaba su hija?

-Sí, Lucy le decíamos, tenía la misma edad de Melany cuando el accidente, ¿por qué? ¿qué ocurre?

-¡La niña! ¡Roger! ¿Dónde está Melany!  -salieron corriendo al jardín a buscarla, dejando al abuelo atónito en la sala, sin entender nada de lo que ocurría.

Pero en el jardín solo estaba Shadow, le gritaron varias veces a la niña sin escuchar respuesta. En ese momento Roger recordó la aparición extraña que había visto arriba.

-¡En las recámaras, vamos!

-¡No Roger! ¡vamos a buscarla a la calle, no la vi subir, se debió haber salido!

-¡Escúchame! Creo que hoy vi a esa niña, a la tal Lucy, estaba en el pasillo de las recámaras, me dijo que venía por la niña, pero yo no le había entendido.

-¿Por qué no me dijiste?

-Ya no tuve tiempo pero corramos, la niña puede estar en peligro.

Corrieron al pasillo, el papá de Roger los alcanzó bastante preocupado. Al llegar oyeron las risas de Melany y de alguien más, en alguna de las recámaras

-¿Qué ocurre? ¿por qué es todo esto? ¿qué pasa con Melany? ¿Con quién juega?

-Es Lucy, papá, no sé qué rayos está ocurriendo, pero esa niña viene casi diario y juega con Melany.

-Lucy ¿la hija de Daniela? ¡No es posible, lo está cumpliendo!

-¿Qué? -preguntó Miranda.

-Tu madre decía que esa mujer prometió que recuperaría a su hija, aún en otro cuerpo; que usaría toda su fuerza para hacerlo y ahora ustedes me dicen que…¡Oh, Dios! Mi niña -Al oír esto Roger corrió hacia donde se escuchaban las risas, pero estas pasaron de ser risas a quejas de Melany, comenzaba a llorar asustada.

-No, me estás lastimando, yo no quiero jugar a eso… ¡no, me lastimas!, ¡mami! ¡papi! ¡ay, me duele!, ¡tú eres mala!

Roger intentó abrir la puerta pero el picaporte estaba demasiado caliente.

-¡Miranda, ve a la cocina por un cuchillo o algo para abrir esta maldita puerta!, ¡Melany, aquí estoy! No dejaré que te pase nada.

-¡Ahora ya nada puedes hacer! -se oyó desde adentro las misma voz que Roger había escuchado en aquel espectro, pero esta vez con tal fuerza que retumbó en toda la casa.

-¡Déjala!, ¡Melany, hijita, aléjate de ella, resiste por favor!

-Papi, no puedo, es muy fuerte ¡Papi, ayúdame por favor, me quiere llevar! ¡Nooo!

En ese momento llegó Miranda con un martillo.

-Hija, tranquila, te vamos a sacar de ahí -Miranda lloraba desesperada mientras Roger rompía la puerta con el martillo.

-Hijita, dime que estás bien – preguntó su abuelo – sin obtener respuesta.

Al tirar la puerta Miranda alcanzó a ver que algo o alguien salía por la ventana, buscaron a Melany y la encontraron sollozando junto a la cama, temblaba sin poderse contener. Corrió a abrazarla, la cargó y los 3 bajaron a la sala. Melany aún lloraba.

-Me quería llevar, dijo que yo ya iba a estar con mi mamá, pero ya estoy contigo -decía aún con angustia y abrazando con fuerza a a Miranda.

-No te preocupes, todo va a estar bien -dijo el abuelo dándole un beso en la mejilla -ustedes se regresan hoy mismo conmigo y se olvidan para siempre de esta pesadilla.

DÍA 21

La instalación en la casa del papá de Roger fue sencilla, sólo cosas básicas, cosas personales, en realidad no querían nada que les recordara esa casa.

Ese domingo Miranda les preparó el desayuno a todos y al terminar vieron una película juntos.

Cuando la película acabó, el abuelo se salió a dar un paseo y Roger lo acompañó. Así que Miranda aprovechó a pintar un rato y vio que Melany seguía ensimismada, nuevamente no quiso jugar con Shadow, no la culpaba, en realidad todo había sido muy fuerte y más para ella que era tan pequeña, era natural que aún se sintiera triste.

-¿Me acompañas a pintar? -le preguntó, sabía que esto la relajaba también a ella.

-Claro, mami -Contestó sin mucha emoción la niña.

Entraron al cuarto donde tenían su material y caballetes, Miranda los acomodó con sus respectivos bancos, sacaron los materiales y comenzaron a pintar.

-¿Cómo te has sentido con este cambio de casa mi amor? – Preguntó Miranda.

-Mucho mejor de lo que crees mami -dijo poniendo énfasis en la última palabra, lo que hizo que le recorriera un escalofrío en todo el cuerpo a Miranda, escalofrío que se convirtió en horror al ver que su hija sonreía de una forma distinta mientras pintaba con la mano derecha.

Autor: Guadalupe Villagrán

Derechos Reservados

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