Las Campanadas, Historia De Terror 2023

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Las Campanadas, Historia De Terror 2023

Las Campanadas, Historia De Terror… Lo que les voy a platicar me sucedió hace poco tiempo en un pueblo que se encuentra muy cercano a Guadalajara, curiosamente conserva tradiciones y costumbres antiguas. Sucedió que por causa de mi trabajo, como asistente de investigación, fue necesario salir de la ciudad para ingresar a un mundo lleno de leyendas.

Mi primer encuentro con los pobladores de ese lugar fue en casa de Armin, ahí era el espacio en el que nos proveían de alimentos durante el día, sólo íbamos los fines de semana, el sábado y el domingo, nos quedamos a dormir en una casa que nos prestaba la cuñada de Armín; esa casa se encontraba en proceso de construcción, pero ya no estaba en obra negra, casi estaba terminada por completo, así que era muy cómodo estar en ella.

El pueblo del que les hablo se encuentra en la rivera de Chapala, el lago se encuentra rodeado de pueblos que pertenecen unos a Jalisco y otros al estado de Michoacán, cuando me dijeron que iba ir a trabajar a Chapala, me imaginé que era al lugar más conocido, sin embargo, no fue así, antes de llegar a Chapala el conductor tomó una desviación, la cual, nos llevó al pueblo que les comento. El poblado está constituido por pocas personas y sus casas se encuentran muy cerca del lago.

La casa en la que nos instalamos se encuentra en una parte alta del cerro, así que desde ahí hay una vista magnífica, que permite ver como luciérnagas las luces de todos los pueblos cercanos. Después de terminar nuestra jornada del día, la cual consistía en visitar a los pobladores para realizar encuestas, nos reunimos en la casa, por la noche me gustaba salir al balcón, por lo regular era después de las once de la noche, porque la jornada durante el día era larga, además había que avanzar la mayor parte de encuestas posibles en dos días.

Esa noche me salí a apreciar el lago de Chapala, no supe hasta qué hora me quedé en ese lugar, cuando escuché a lo lejos unas campanadas de un templo, fue bastante extraño a esas horas de la noche escuchar el sonido de la campana con un timbre fúnebre, como si la llamada a misa fuera para un difunto, después de quince minutos se volvieron a escuchar, se escuchó la primera, la segunda y la tercera llamada para asistir a la misa. Pensé que formaba parte de las creencias del lugar.

En el pequeño pueblo sólo había un templo, pero cada poblado estaba cercano y cada uno de ellos contaba con una iglesia, al menos, estaba seguro que las campanadas que escuché no eran del templo del pueblo en el que me encontraba. Me quedé por un rato más para ver qué más escuchaba, pero ya no sucedió nada y decidí irme a descansar.

Al día siguiente, cuando estuvimos en la casa de Armín para el desayuno, le pregunté por qué había escuchado llamadas a misa en la medianoche, los concurrentes me miraron sorprendidos cuando hice esta pregunta, la esposa de Armín me preguntó de qué parte había escuchado que venía ese sonido, yo le respondí que no sabía con certeza, pero al menos estaba seguro de que no habían sido del templo del pueblo.

Los lugareños me compartieron que se cree que en el fondo del lago hay otro pueblo que desapareció cuando el nivel del agua subió mucho, pero también existe la creencia de que fue hundido porque sus pobladores practicaban la brujería y los ritos malignos, así que cuando se escuchan las campanadas del templo a la medianoche, significa que alguien del pueblo va a morir, y su alma no va a poder irse al cielo, se la llevarán a otro lugar.

Me quedé sorprendida de escuchar una versión tan peculiar de las campanadas del templo, no creí en todo el imaginario que ellos me dijeron, lo que sí era cierto es que había escuchado el sonido fúnebre a la medianoche.

Nos preparamos para comenzar la jornada laboral, olvidando el comentario y lo sucedido la noche anterior, cuando bajamos al pueblo, había un grupo de personas que se encontraban reunidas afuera del templo, mi compañero de trabajo y yo nos acercamos para saber lo qué estaba aconteciendo.

Un anciano se acercó a nosotros y nos dijo que don Serafín se había muerto, por la noche se encontraba bien, pero al amanecer ya se encontraba en estado cadavérico, nadie pudo saber con exactitud lo que le había ocurrido, se les notaba que se encontraban muy alterados, habían ido a buscar al párroco para que fuera a darles los óleos benditos, y de esta manera, su alma pudiera descansar en paz.

En ese momento, me acordé del comentario de la mujer de Armín, respecto a escuchar las campanas fúnebres a medianoche, incluso pensé que esa había sido la hora de la muerte de don Serafín.

Me di cuenta de que me estaba dejando llevar por los comentarios que me habían hecho, sin duda, era un hecho poco común lo ocurrido, así que nos despedimos y nos dispusimos a visitar a la siguiente vivienda para poder entrevistarla; fue complicado lograr conseguir la información pertinente respecto a la entrevista que tenía que realizar, porque las personas se encontraban inmersas en lo sucedido, no dejaban de hablar de lo acontecido, y del miedo que les daba escuchar de nuevo el repique de la campana de un templo que no conocen, tan sólo el escuchar el aviso fúnebre los ponía nerviosos.

Les pregunté si era posible escuchar el campanario de los pueblos vecinos, o de los que se encontraban del otro lado del lago, ellos me respondieron que de los poblados cercanos sí era posible escucharlos, sobre todo, si se encontraba el pueblo quieto, pero a esa hora de la noche nadie sale a tocar la campana. No fue posible lograr la atención necesaria y decidimos no realizar las entrevistas de ese día, nos dispusimos a escuchar los comentarios que estaban en boca de todos.

Hubo personas que dijeron que a don Serafín se lo había llevado la muerte por ser curandero, les pregunté a qué se dedicaba el hombre y me respondieron que curaba con hierbas y rezos y, que si alguien le pedía que le hiciera un favor de un “amarre”, por un poco de más dinero él lo hacía; ya no quise preguntar por más tiempo, ya que no era mi intención asustarlos, ni siquiera les comenté que yo era una de las personas que había escuchado el tañer de las campanas.

No todas las personas habían escuchado el sonido a la medianoche, quise pensar que no lo habían percibido porque ya se encontraban dormidas, así que preferí no pensar en ello, esa tarde regresamos a Guadalajara consternados por lo sucedido. El siguiente fin de semana que fuimos de nuevo al pueblo, los ánimos estaban más tranquilos, ya nadie hablaba de lo acontecido el fin de semana anterior, nos incorporamos de nuevo a nuestras actividades cotidianas.

Por la noche, me salí de nuevo al balcón, pero en esta ocasión puse toda la atención necesaria ante cualquier acontecimiento extraño, traía conmigo unos binoculares para poder distinguir cualquier movimiento a la distancia, con lo que no conté fue con la oscuridad total, no era noche de luna llena, por lo tanto, no estaba a mi alcance ver nada en absoluto.

Me quedé un rato observando el lago, con la remota idea de poder distinguir la cruz del templo que sobresale a través del agua. No la pude ver, después de un buen rato de encontrarme ahí, decidí irme a dormir.

Las Campanadas, Historia De Terror

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Al darme la vuelta alcancé a escuchar con claridad un murmullo que provenía del exterior de la casa, me quedé un rato más para escuchar de nuevo aquel sonido, de nuevo escuché algunas palabras poco entendibles que se escucharon un poco más fuerte.

En un principio, creí que podría ser algún poblador que estaba tomado, el cual, no se daba cuenta dónde era el rumbo correcto a su casa, sin embargo, me quedó una sensación extraña, sin entenderlo de nuevo utilicé los binoculares, pero no pude ver nada, lo que pude distinguir fue el ruido del agua cuando alguien se sumerge en ella.

Corrí a decirle a mis compañeros de trabajo que alguien andaba en el lago, era peligroso si esa persona se encontraba en estado de ebriedad, podría ahogarse, ellos me dijeron que era mejor permanecer al interior de la casa, no conocíamos cuáles eran las costumbres del lugar, además, para llegar hasta el lago era necesario bajar por un camino sumamente difícil, era preferible esperar al día siguiente.

Por la mañana, en cuanto me desperté, me incorporé para asomarme por la ventana si podía ver algo, todo se encontraba en completa calma, el lago estaba de una tonalidad azul inigualable. A la hora del almuerzo comenzaron a comentar que tuviéramos cuidado, la noche anterior se habían escuchado ruidos inusuales muy cerca del lago, probablemente era la muerte que de nuevo rondaba por el alma de alguna persona.

Yo le comenté a Armín que había notado algo raro cerca del lago, él me dijo que tuviera cuidado, que era mejor nos fuéramos temprano a la casa, con todo lo necesario para no salir por la noche.

Armín me dijo que la mayoría de los pobladores saben de la existencia de algo que existe en el lago, aquellas llamadas fúnebres en la medianoche fue el aviso de que él estaba cerca; todo esto sucede porque alguien le pide un favor a ese ente, y él lo cumple, pero a cambio te pide el alma de un humano.

Nunca han sabido por qué o para qué necesita llevarse a alguien, lo cierto es que él toma la ofrenda y la sumerge al lago junto con él, jamás se le vuelve a ver a esa persona que se lleva, por lo general, prefiere que le entreguen el alma de un niño o de un joven.

Armín terminó diciendo que era mejor mantenerse alejados del lago por la noche, para evitar cualquier accidente. Por un momento me pareció increíble la historia que contaba Armín, no entendía cómo podían creer en esa leyenda.

Nos fuímos a trabajar y durante el día me olvidé del asunto, a nuestro regreso hacia la casa, era necesario caminar hasta el otro extremo del pueblo para poder llegar, ese día se nos había hecho más tarde de lo normal, en el pueblo no había alumbrado público, así que cuando subimos por el cerro, este se encontraba en la oscuridad absoluta, sólo alcanzaba a llegar un poco de luz de las viviendas, sin embargo, conforme avanzamos más la luz que emitían las casas se quedó atrás, estábamos en el cerro en la completa oscuridad.

Prendí la lámpara del celular para no dar un paso en falso y caer.


Entre la vegetación escuché un ruido como si algún animal anduviera ahí, les pregunté a mis compañeros si era posible que un animal silvestre estuviera escondido entre la maleza, ellos me respondieron que sí, continué la caminata con un poco de temor, porque escuchaba el crujir de las ramas a su paso, parecía como si caminara hacia el mismo rumbo que nosotros; aceleré el paso porque sentía que en cualquier momento algo podría abalanzarse sobre mí.

Al llegar a la casa abrí de inmediato la reja, nos metimos con rapidez, cerré el cancél con candado, nos fuimos prácticamente corriendo hacia el interior de la vivienda, cerré la puerta con llave, y me asomé a la ventana, pude ver cómo se movían los arbustos que se encontraban al exterior, preferí ya no asomarme porque me encontraba muy nerviosa.

Durante la noche pude escuchar ruidos extraños que provenían de afuera de la casa, había mucho viento, el cual, hacía que el agua del lago se moviera con más fuerza, se alcanzaba a distinguir a lo lejos el choque del agua contra la tierra.

El sueño poco a poco comenzó a vencerme, dejé de escuchar esos sonidos, pero poco antes de que estuviera en un sueño profundo, oí de nuevo las campanas de un templo, de inmediato me incorporé para ver la hora, en efecto, eran las doce de la noche, otra vez se escuchó el sonido largo y profundo de las campanas, después, el silencio absoluto.

Por lo que me habían dicho los pobladores, sabía que significaba la salida de “alguien” del agua, me quedé durante un rato sentada sobre mi cama, las ventanas que daban al exterior eran con cristales enormes, lo que permitía ver al exterior sin necesidad de levantarme.

Durante algunos minutos, estuve atenta a cualquier indicio de que algo estuviera fuera de la casa, en ese momento, vi cómo una sombra se deslizaba cerca del ventanal, no se detuvo ante la ventana, pasó tan rápido, pero alcancé a distinguir que se escurría por fuera.

Así pasaron los minutos, me quedé sentada en la cama con las piernas recogidas, sólo estuve dormitando por momentos, porque tenía miedo de que esa sombra que vi pasar se posara detrás del cristal, no sucedió, pero me fue imposible poder descansar. Por la mañana, cuando acudimos a la casa que nos asiste, ya estaban los comentarios de alguien que no podían encontrar, por lo que decía Armín, esta vez se trataba de Juan, hijo de don Manuel.

Hasta lo que sabían, el joven se quedó con sus amigos muy avanzada la noche, decidieron acercarse al lago para beber un rato más, uno de ellos dijo que él se retiró temprano y no pudo ver nada, en cambio, Andrés comentó que ya cuando Juan se encontraba en estado de ebriedad, comenzó a vociferar que no le tenía miedo a quien viviera en el lago. Él trató de convencerlo para retirarse del lugar, pero no lo consiguió; finalmente se llevó a su amigo del lugar y lo dejó afuera de su casa, así cada quién se retiró a descansar.

Los padres de Juan afirmaron que su hijo nunca llegó a la casa, lo estuvieron esperando hasta muy tarde, sin lograr que él entrara por la puerta, ya casi para amanecer fueron a buscarlo a casa de sus amigos, pero ellos le dijeron que no sabían nada. Acudieron a buscar a los pescadores para que los ayudaran a encontrarlo, quizás, él se había regresado al lago, después de que Andrés se retiró.

Todos los pescadores cercanos dejaron sus actividades de pesca, comenzaron a buscarlo, después de varias horas de búsqueda no encontraron nada, pero uno de ellos encontró un zapato de él, fue cuando concluyeron que se había ahogado, sin embargo no encontraron el cuerpo.

Todo el día se dedicó a la búsqueda de Juan, sin conseguirlo, ya cuando el sol comenzaba a ocultarse, decidieron dar por finalizado el trabajo, todos se encontraban cansados y tristes, así fue como dieron por muerto a Juan.

Sin tener un cuerpo al cual velar, la madre de él no daba crédito a lo ocurrido, las personas del pueblo le decían que era necesario mandar decir una misa y, a su vez, hacer los rituales funerarios, ella en un estado de desesperación gritó que su hijo no estaba muerto, por lo que no iba a realizar nada, ya que no había ningún cuerpo.

Después de que vi todo lo acontecido, tuve el impulso de decirles lo que había visto y escuchado, pero no lo hice, pensé que de nada serviría el que se enteraran de eso, al contrario, sería más doloroso para su madre saber que su hijo se encontraba en el fondo del lago, en el pueblo hundido.

El trabajo en el pueblo era mucho, así que contra todo lo sucedido continuamos yendo a ese lugar cada fin de semana, tratábamos de subir a la casa antes de que oscureciera, ya que todos nos habíamos quedado alterados con lo sucedido a Juan, tuvo que pasar más tiempo para que los pobladores se calmaran, al igual que nosotros.

Después de la desaparición de Juan, porque yo realmente no estaba segura si él se encontraba muerto, de cierta manera coincidía con su madre, al no haber cuerpo no se puede dar por hecho de que lo estuviera, de cierta manera, conservaba la esperanza de que en algún momento él apareciera, pero eso no sucedió, al menos el tiempo que estuve yendo a ese lugar.

Nuestra labor en ese pueblo siguió y esto nos permitió conocer más de fondo a algunas personas, principalmente, con aquellas que compartimos los alimentos, era un rato de charla después de comer, en ese momento era cuando podíamos preguntarles acerca de las costumbres y tradiciones de su pueblo, porque durante las encuestas, era más bien para obtener información relevante para la propia investigación.

En una ocasión en que nos quedamos platicando con Armin y su esposa, fue posible abordar lo del pueblo hundido, Armin nos platicó que se cree que hace mucho tiempo el lago de Chapala se encontraba más retirado de la tierra, mantenía una distancia considerable a la que actualmente tiene, por eso había un pueblo que se encontraba más hacia adentro del lago, pero en una época hubo una temporada de lluvia muy intensa, según lo que se decía durante muchos días estuvo lloviendo a cántaros, lo que hizo que el lago creciera mucho más de lo normal, a tal cantidad llovió que se quedó inundado el pueblo anterior al de ellos.

Según Armin, nos decía que en temporada de sequía, el nivel del lago baja tanto que se puede alcanzar a ver la cruz de un templo que sobresale, pero esas ocasiones son muy pocas, porque es necesario que disminuya mucho el agua para que sea posible verla. En realidad no se sabe qué sucedió con las personas que habitaban el pueblo, ya que eso ocurrió hace muchos años, a él se lo contaron sus abuelos, y a ellos también sus ancestros, lo que se cree es que todo el poblado completo quedó sepultado debajo de esas aguas.

Otra cosa más que nos dijo, fue por la creencia de que sus habitantes hicieron un pacto maligno con un ser que habita dentro del agua, pocos son los que lo han visto, sobre todo los pescadores dicen que hay veces que en la madrugada se ve cuando un remolino de agua se dirige hacia ellos, en ocasiones se detiene y desaparece, en otras pasa de largo sin hacerles nada.

Lo que sí cuentan es que se le puede pedir un favor y él lo hace a cambio de un alma, cualquier cosa que desees es posible conseguirla con la ayuda de ese ente, pero para poder contactarlo es necesario estar en lo muy profundo del lago a la medianoche para que él se aparezca.

Hubo una vez en que un lugareño se desesperó por los escasos peces que conseguía, un día se fue a las doce de la noche y le gritó al Chan para que lo ayudara, él apareció y le dijo que iba a obtener lo que él necesitaba, pero a cambio quería a la primer persona que se apareciera en la orilla del lago, cuando él terminara de pescar.

El pescador lo pensó por un momento, en eso recordó que todos los días que iba a la laguna a pescar, su perro es el que va a su encuentro, con aquella alegría de ver de nuevo a su amo; entonces el pescador aceptó el trato.

Esa noche logró pescar más de lo que podía imaginar, se sentía contento y agradecido con el Chan por su ayuda, cuando iba de regreso hacia tierra firme recordó el trato que había hecho con él, su sorpresa fue muy grande cuando vio a la orilla del lago a su hijo el mayor, con señas desde la lancha le decía que se retirara de ahí, le movía con desesperación los brazos sin lograr conseguir que su hijo se fuera de la orilla.

Cuando se acercó a la orilla del lago, le preguntó a su hijo qué rayos estaba haciendo ahí, si nunca le ha interesado pescar, él le respondió que su madre se sentía muy mal, por eso fue a ayudarlo para que regresara más pronto.

Con temor, el pescador le dijo a su hijo lo sucedido y lo mandó muy lejos con otro familiar; durante el tiempo en que su hijo estuvo fuera no le sucedió nada, pasaron varios años hasta que el pescador tuvo confianza y le permitió regresar a su hijo, la primera vez que llegó él quería irse a bañar al lago, a lo que su padre le dijo que eso era lo único que le iba a prohibir, era mejor tener precauciones.

Por la noche, cuando estaba el hijo del pescador bebiendo alcohol a la orilla del lago, a todos se les ocurrió meterse a nadar, el muchacho no dudó en hacerlo, a lo lejos comenzaron a escucharse las campanas de un templo, el joven ya no salió del lago, nunca se encontró su cuerpo. Después de que Armin me contó esta historia fue cuando pensé que quizás a Juan le había pasado lo mismo, pero de pronto caí en la cuenta que ya me estaba dejando llevar por todas las creencias de esa población. Terminamos nuestro trabajo en ese pueblo y nos fuimos del lugar, sin saber si lo ocurrido había sido un accidente o la probable existencia del Chan.

Autor: Ana Bécquer.

Derechos Reservados.

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