La Mujer Nahual, Historia De Terror 2023.

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La Mujer Nahual, Historia De Terror 2023.

La Mujer Nahual, Historia De Terror… Era de madrugada cuando escuchamos a los perros ladrar, después sonaron unos balazos y de un golpe abrieron la puerta. Mi padre tomó la escopeta y disparó varias veces, cayeron un par de hombres, luego una ráfaga lo alcanzó y murió al instante.

Mi madre se encerró con nosotras en el baño, nos pegamos a la pared para evitar las balas que atravesaban la puerta.

Cuando lograron abrirla, mi madre los recibió con el machete, al primero le cortó la garganta y al segundo se lo hundió en el vientre, un tercero disparó sobre su pecho, pero ella logró asestar la hoja en su cabeza, tumbándolo, en ese momento entró la Bestia.

La Bestia era un tipo alto y corpulento, de piel morena cocida por el sol, su reputación de sádico y misógino era conocida en todo el pueblo y sus alrededores, todos le temían incluso sus mismos hombres. Lo había contratado un extranjero para obligarnos a vender nuestras tierras y aquellos que no accedían, los desaparecían para quedarse con todo.

Mi padre fue uno de los que no quiso vender, la tierra era lo único que teníamos. Cuando llegó, sujetó a mi madre por el cuello, levantándola hasta el techo, ella intentó defenderse, pero con un simple movimiento rompió su garganta.

Después nos tomó por los

cabellos y nos sacó arrastrando de la casa, arrojó a mi hermana a la parte de atrás de una camioneta y la violó enfrente de todos. Podía escuchar como sus huesos se quebraban con cada embestida, al mismo tiempo que la asfixiaba hasta que dejó de moverse, continuó ultrajando su cuerpo aun cuando ya no tenía vida.

Al terminar, me ofreció a sus hombres para que hicieran de mí lo que quisieran, uno por uno fue pasando, me penetraban y golpeaban entre risas y jadeos.

No sé en qué momento me desmayé, sólo sé que desperté amarrada y desnuda en el asiento de atrás de un carro. No tenía fuerzas, todo me dolía, aun así, logré abrir la puerta y en una curva salí disparada, caí rodando por una pendiente hasta unos matorrales. Escuché algunos disparos que impactaron cerca de donde estaba, me dieron por muerta y se marcharon.

Al amanecer un anciano me encontró moribunda, me llevó a su casa en las faldas del cerro, curó mis heridas, entablilló los huesos rotos y cuidó de mí. Seis meses tardé en sanar por completo, mientras lo hacía, sólo pensaba en vengarme de la Bestia y sus hombres. Durante el tiempo que pasé recuperándome, noté que venía gente de muy lejos para pedir consejos, amuletos, remedios o saber su futuro.

El anciano era un chamán, sabía mucho sobre medicina herbolaria, infusiones, brebajes y cosas sobrenaturales. Mi madre me había hablado de ellos, decía que podían ver el alma de las personas, invocar espíritus, hablar o convertirse en animales, incluso hacer que lloviera. Una noche de luna llena, el chamán encendió una fogata y lanzó unas hierbas al fuego, luego me dio a beber un líquido amargo.

Sentí como el tiempo se empezó a hacer lento, se acercó a mí y puso su mano sobre mi pecho, dijo que mi espíritu no estaba en armonía con mi cuerpo, la sed de venganza estaba alterando mi aura y eso era malo.

Me pidió que inhalara el humo y lo mantuviera unos instantes dentro, después con la mano izquierda apretó mi vientre y lo empujó hacia arriba, porque en el estómago habita la venganza y era necesario que liberara ese sentimiento, subió su mano hasta mi pecho y exhalé el humo, sentí un gran alivio cuando lo hice y me sentí en paz.

También dijo que me ayudaría a conectarme con mi animal interior, entonces comenzó a aullar y una manada de coyotes bajó del cerro, el más grande de ellos caminaba inquieto enfrente de mí, los ojos le brillaban reflejando las llamas de la fogata.

El anciano me indicó que no tuviera miedo y me despojara de mi ropa, el coyote me había escogido. Nos miramos fijamente a los ojos, se enfiló hacia a mí y de un salto cruzó el fuego para introducirse en mi cuerpo, comencé a convulsionar y caí desmayada.

Cuando desperté, el fuego se había consumido, me sentía fuerte y renovada. El chamán besó mi frente y puso un cordel en mi cuello con el colmillo de un coyote colgando, dijo que ahora yo era un Nahual y podía convertirme en coyote cada que lo necesitara, así podría buscar justicia para mi familia, pero que nunca lo utilizara para hacer mal o de lo contrario el animal me consumiría y perdería mi lado humano, convirtiéndome en una bestia salvaje.

Me tomó un par de días aprender a transformarme, después de dominarlo, llegó el momento de partir. El chamán se despidió de mí con un abrazo fraternal y dijo: “Que los espíritus de la tierra guíen tu camino, siempre con honestidad, justicia y verdad”; lanzó un puño de tierra al aire y luego desapareció.

Como no podía regresar a casa, me dirigí a los límites del pueblo y pedí trabajo como mesera en uno de los bares, ahí se juntaban asesinos, maleantes y malvivientes.

Pasé cuatro meses preguntando y reuniendo información sobre la Bestia y sus hombres, supe que se reunían en un prostíbulo clandestino llamado “Infierno”. Fue fácil llegar a ellos, bastaba con esperarlos a fuera y pedir que me llevaran, ninguno desperdiciaría un bocado gratis.

La mayoría me llevaba a un lugar alejado para atacarme, pero a ninguno lo dejé tocarme. Los gritos comenzaban al verme transformar, horrorizados intentaban huir, más era demasiado tarde.

Algunos lloraban como niños, mientras se arrastraban con sus cuerpos mutilados, otros intentaban rezar y suplicaban que no los matara, incluso cuando sus entrañas se encontraban colgando de mi boca. Al final todo terminaba en un mar de sangre, carne y tripas. Uno por uno fue cayendo todos, aunque fue más difícil acercarme a la Bestia, debido a los brutales asesinatos.

La Mujer Nahual, Historia De Terror.

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Uno de sus secuaces, antes de morir en mis fauces, dijo que su jefe le gustaba asfixiar a las mujeres con las que estaba, eran pocas las que sobrevivían a un encuentro con él, así que la dueña del prostíbulo solía darle mujeres jóvenes que vinieran de otros pueblos o que no tuvieran familia, así nadie preguntaba por ellas, garantizando la clandestinidad del negocio.

Logré colarme en el prostíbulo un viernes por la noche, busqué a la encargada y le dije que necesitaba trabajo, pude notar como le brillaron los ojos cuando me vio. Pidió a dos hombres que me llevaran a un cuarto en la parte superior, las paredes estaban acondicionadas para que el ruido no las traspasara, ni siquiera había un colchón, sólo un par de grilletes colgando del techo, pues también le gustaba sodomizar a sus víctimas, me encadenaron y se fueron.

Pasó alrededor de una hora y mis manos comenzaban a dormirse, de pronto se abrió la puerta y la Bestia entró bufando, me miró sin hacer ningún gesto, caminó lentamente hacia a mí hasta tenerlo tan cerca que podía sentir el aire caliente de su respiración en mi rostro.

Entonces sus ojos se encendieron como dos llamas rojas, comenzó a asfixiarme con una mano, eso le despertó un instinto de animal en celo; su cara cambió por una mueca de lujuria y empezó a babear, de un jalón arrancó mi vestido, sacó su miembro y abrió mis piernas.

Estaba a punto de penetrarme cuando soltó mi cuello por unos instantes, suficientes para liberar mis manos, transformarme y abalanzarme sobre su cuello. Lanzó un grito de dolor y retrocedió un par de pasos, la sangre salpicaba la pared a chorros, luego sonrió con malicia y se transformó en un lobo negro.

Él también era un Nahual, pero había perdido su humanidad al usar su poder para hacer el mal. Inmedíatamente me atacó sin piedad y yo a él, fue una lucha encarnizada, sin embargo, la pérdida de sangre fue mermándolo poco a poco hasta que las fuerzas le fallaron y cayó desfallecido.

Aproveché el momento y lo terminé con una mordida que le arrebató su último aliento. Me tomé un momento para recobrar las fuerzas, había sufrido múltiples heridas en mi cuerpo, aun así, logré levantarme, bañada en sangre bajé al salón principal y ante la mirada atónita de los asistentes, salí por la puerta principal.

Caminé toda la noche y al amanecer llegué a la casa del chamán, me recibió y curó mis heridas. Como no tenía a donde ir, me adoptó como su aprendiz y con el tiempo me convertí en una mujer chamán. 😱😱

Autor: Ramiro Contreras.

Derechos Reservados.

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