El Infierno En La Sierra 2023.

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El Infierno En La Sierra 2023.

El Infierno En La Sierra… Pero no termina ahí, la noche siguiente llegaron hasta nuestra ubicación un par de camionetas, se armó un enfrentamiento. Ganamos, los matamos a todos, de nuestro lado únicamente hubo una baja, mi compañero, el cabo Gilberto, él cayó muerto justo donde había vomitado el anciano la noche anterior.

Nos retiramos de la zona antes de la siguiente noche, no tengo del todo claro qué fueron todos esos fenómenos que tuvimos la desdicha de presenciar.

Ser militar, sin importar la rama, no es un trabajo sencillo, para empezar, pasas mucho tiempo fuera de casa, descuidas a la familia, eso es lo más difícil.

En los últimos 8 años me he perdido más de un aniversario, no pude acompañar a mi esposa en el nacimiento de mi segundo hijo, no estuve en la graduación de mi hijo mayor. son cosas que te hacen pensar en dejar todo y dedicarte a cualquier cosa.

Pero el motivo por el cual no lo he hecho, es porque soy bueno en esto, no sé hacer otra cosa, no puedo hacer nada más.
Me presento, me llamo Fernando Torres, actualmente me encuentro en la Décima Zona Militar, que se encuentra en Durango.
Nosotros fuimos trasladados aquí luego de la segunda fuga de Guzmán, que según sabemos, toda esa operación fue armada por El Mayo.

En estas tierras, ese capo es una leyenda, respetado por muchos, pues él controla la entrada de la coca colombiana hacia Estados Unidos.

Aquí en Durango hay de dos, o lo respetas o le temes, no hay más, es precisamente por eso que el trabajo se complica muchas veces.

Ese es el motivo por el cual casi no se han hecho grandes operaciones en el estado, no darían resultado, si en Sinaloa no funcionan, menos aquí.

Pero si bien, en Durango todo se maneja de forma discreta y a pequeña escala, todo el tiempo andamos patrullando y dando recorridos.

No conozco todo el estado a la perfección, pero si he estado en varios lugares que dan mucho de qué hablar, hay bastantes cosas que podría decir sobre el Espinazo del Diablo, pero podría hablar de eso durante media hora y no terminar, y a mí me gustaría hablar de varias cosas, basta con que sepan que muy independiente de todo lo que se pueda decir de esa carretera, yo, y otros más de mi tropa, en una ocasión vimos un ser volando entre la sierra.

Hay otro lugar, que de hecho está relacionado con el ejército, es un tramo de unas vías del tren. según cuenta la leyenda hace como 100 años un tren militar que pasaba por ahí fue descarrilado y a causa de eso murieron todos los soldados que iban a bordo.

La verdad no tengo idea si eso sea cierto, lo que si me consta es que en dos ocasiones que pasamos por ahí, durante la noche pudimos escuchar lamentos y gritos de gente suplicando ayuda, creo que está de más decir que no había ni una sola persona en el área.

También está el puente del Diablo, la leyenda de ese puente es que hubo una apuesta, o un trato, una cosa así, entre un obrero y el rey del Infierno, no conozco los detalles de la apuesta, pero se supone que la persona intenta hacerle trampa al Diablo, encuentra la forma de no ceder su alma engañando a Lucifer, pero, para desgracia de ese tipo, no tuvo la misma suerte cuando se trató de librar a la muerte. murió asesinado cerca del puente.

Otra historia habla sobre una monja que se aparece en la catedral, dicen que ataca si la molestas, he visto fotos y videos de esa monja, en verdad son impresionantes, te deja pensando, nunca he estado en la catedral, pero tengo conocidos que dicen que ahí dentro se siente una vibra rara.

Pero la cosa más aterradora que he experimentado me ocurrió en la sierra, nos enviaron ahí, permaneceríamos por algunos días, estábamos buscando algo, no puedo dar más detalles, espero lo entiendan.
Ya estando en posición instalamos todo, frecuencias, armas y hasta sensores de movimiento, no queríamos recibir ninguna sorpresa.

Fue en la primera noche cuando los sensores de movimiento se activaron, yo ya estaba dormido, nos levantamos todos rápido, y salimos con arma en mano, listos para repeler el ataque, pero lo que nos estaba esperando afuera no era gente armada, sino un animal.

Un gran caballo negro, flaco, pero bastante alto, lo más raro de todo es que tenía barba, como si fuera un chivo. ese animal estaba caminando en la orilla de nuestro perímetro.

El Infierno En La Sierra

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Parecía inofensivo, pero algo no andaba bien con ese animal, no tenía nada que estar haciendo a mitad de la sierra, solo, ni siquiera habría podido llegar, era turbio.
Las 2 noches siguientes fue la misma cosa, a mitad de la madrugada el caballo activaba los sensores de movimiento.

Llegó la cuarta noche, al igual que en las ocasiones anteriores se encendieron los sensores de movimiento, creíamos saber cuál era la causa, o sea el caballo, así que simplemente revisamos por protocolo.

Vaya sorpresa la que nos llevamos al encontrar un montón de cadáveres de animales regados por todos lados, algunos de los cuerpos todavía estaban frescos.
La escena era terrible, jamás había visto tantos animales muertos, y definitivamente nunca me imaginé que vería algo tan grotesco.

No entendíamos en qué momento todos esos animales habían llegado ahí, alguien o algo los había dejado, pero aun así las cosas no cuadraban porque no es físicamente posible poner esa cantidad de animales al mismo tiempo, dispersados a lo largo de 200 metros cuadrados.

No había manera de encontrarle una explicación lógica.
Tuvimos que avisar a la base, y nos dijeron que no moviéramos nada, era un asunto de relevancia nula, que en cuanto pudieran enviarían a alguien a levantar a los animales.

Por suerte tardaron menos de 12 horas porque no me quería ni imaginar la peste que tendríamos que soportar si todos esos cadáveres entraban en un estado avanzado de descomposición.

Desconozco la cifra exacta, pero yo conté al menos 50 animales muertos.
Debido a ese suceso, tuvimos que reubicarnos, nuestras nuevas coordenadas de acampado estaban 4 kilómetros más adentro de la sierra.

No sé por qué, pero recuerdo que en cuanto nos dieron la nueva ubicación, tuve una sensación extraña.
La primera noche que estuvimos en la nueva ubicación no se activaron los sensores de movimiento, eso parecía ser algo bueno, para variar, fue una noche tranquila.
Pero la noche siguiente pasaron cosas, anormales, por decir lo menos.

Una bola de fuego nos estuvo rodeando, literal, pasaba por encima de nosotros hasta perderse en el horizonte, y a los 10 minutos volvía a pasar, así estuvo como una hora.

No nos atacó, tampoco hizo nada amenazante, creo que esa cosa, sea lo que sea que haya sido, estaba consciente de que su simple presencia ya nos ponía de nervios.

A nosotros los militares, nos entrenan para enfrentar amenazas bélicas, nos preparan en operaciones de búsqueda y rescate, infiltración, cosas como esas, pero no existe ningún curso en el que te enseñen a cómo lidiar con amenazas de índole paranormal. Tengo un muy viejo amigo que decía: somos soldados, no caza fantasmas.

La noche siguiente fue tranquila, no ocurrió nada malo, y la noche que le siguió fue igual.
Pero una noche después, cuando creíamos que las cosas raras habían terminado, los sensores de movimiento se volvieron a encender, salimos temiendo que pudiéramos llevarnos un susto.

Pero en esta ocasión no eran ningún animal lo que activó los sensores, era un viejo. venía caminando hacia nosotros.
Se le preguntó qué quería, pero nos ignoró, su andar era torpe, utilizaba bastón, tenía yo creo unos 80 años, más o menos.

El viejo seguía acercándose, eso ya no nos gustó, no era normal, estábamos ubicados a mitad de la nada, ¿Cómo demonios ese viejo había llegado hasta ahí?

Le apuntamos y le ordenamos que dejara de avanzar, él nos lanzó una mirada cansada, no habló, pero nos dio a entender que tenía sed, lo dejamos acercarse para darle un poco de agua.
Le dimos un lugar para que se sentara en lo que saciaba su sed, supusimos que el señor no era una amenaza y le pusimos el seguro a las armas.

El capitán se sentó ahí con él, y le preguntó qué estaba haciendo ahí con nosotros.
Él respondió que éramos nosotros los que estábamos con él, porque afirmaba que ahí era su territorio.
Se le preguntó si acaso pertenecía al narco, o como por qué un pedazo sierra desértica sería de él.

El viejo volteó a ver al capitán y le dijo: YO SOY EL DIABLO.

Cuando dijo esas palabras, por ese par de segundos, el aire se sintió más frío. El capitán lo tomó con calma, de hecho, se rió y le dijo que bebiera más agua, que porque ya estaba alucinando.

El viejo, sin dejar de ver a los ojos al capitán, y sin parpadear, preguntó por el gran caballo negro con barba. eso nos dejó perplejos a todos, ese viejo no era normal.
El anciano se levantó y vomitó, de su boca salió un intestino negro y lleno de moscas. luego el don se alejó caminando, eso, sin duda alguna, había sido la cosa más rara.

Pero no termina ahí, la noche siguiente llegaron hasta nuestra ubicación un par de camionetas, se armó un enfrentamiento. Ganamos, los matamos a todos, de nuestro lado únicamente hubo una baja, mi compañero, el cabo Gilberto, él cayó muerto justo donde había vomitado el anciano la noche anterior.

Nos retiramos de la zona antes de la siguiente noche, no tengo del todo claro qué fueron todos esos fenómenos que tuvimos la desdicha de presenciar.

Autor: Desconocido.

Derechos Reservados.

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