La Criatura De Six Flags Historia de Terror

La Criatura De Six Flags Historia de Terror

Me llamo Daniel, vivo en la capital del país, y lo que quiero contar me ocurrió ya hace algún tiempo. Fue cuando estuve trabajando en Six Flags, era de seguridad La Criatura De Six Flags Historia de Terror.
Trabaje ahí durante algún tiempo, es irónico, jamás utilicé el parque como visitante, los juegos mecánicos no son de mi agrado, de hecho, en general no me gustan las emociones fuertes.
No sabría decir si lo que voy a relatar se trata de algo paranormal, pero lo que, si se es que no se trata de algo común, es, como mínimo, bastante raro, peculiar.
Es bastante curioso, siempre se dice que antes de que algo grande ocurra hay algunas banderas rojas que te avisan que algo se acerca.
Mi caso no es la excepción, si hubo banderas rojas, pero no les preste atención, quizá porque en ese momento en verdad necesitaba el dinero.
La primera bandera roja ocurrió una tarde normal como cualquier otra, ya pronto era hora de cerrar y los últimos visitantes se estaban retirando.
Entonces recibo por radio el reporte de tres menores extraviados. Dicen la descripción que dieron los padres y procedo a buscar en aquellos lugares donde es común que los infantes se inmiscuyan.
Iba pasando por el jardín para fumadores cuando los vi. Estaban arrinconados, abrazados y temblando de miedo. Inmediatamente, avisé por radio para que sus padres acudieran.
Me acerqué a los menores y les pregunté que les había pasado, porque estaban tan asustados y que era lo que estaban haciendo ahí.
Ellos dijeron que estaban jugando a las escondidas y que de pronto entre los arbustos pudieron ver a una cosa de poca altura que los estaba observando, dijeron que su cara era arrugada.
Apenas iba a hacerles más preguntas cuando llegaron sus padres corriendo, los abrazaron, pero también les llamaron la atención, la madre estaba llorando, el esposo estaba realmente furioso.
El hombre me ofreció algo de dinero como agradecimiento, le dije que no teníamos permitido agarrar dinero de los visitantes, entonces me dijo que estaba bien, puso los billetes sobre los arbustos y se fue agradeciéndome nuevamente.
Me quede pensando sobre lo que los menores habían dicho y me puse a revisar el lugar, todo parecía en orden, claramente no encontré a ninguna criatura, lo único raro es que había dos diminutas huellas blancas, parecían como de harina o tiza para pizarrón, apenas iba a tocarlas para inspeccionarlas cuando me hablaron por radio para que volviera a mi área.
Unos días después mientras hacía mis rondines recibí por radio la solicitud para apoyar en la casa del terror, como yo estaba cerca fui al lugar.
Algunas personas estaban reclamando por supuestas malas prácticas por parte del parque, yo al principio no entendía sobre lo que estaban hablando.
Resulta que estas personas comentaban que habían visto un menor dentro de la casa del terror, que lo habían visto en uno de los pasillos y estaban molestos porque decían que como era posible que permitiéramos que un menor se disfrazara para formar parte de una atracción para adultos.
A estas personas se les explicó que se debía tratar de un error pues en el pasillo que ellos mencionaban no había ningún actor disfrazado, y claramente mucho menos un menor.
Escuché que alguien mencionó que el menor estaba disfrazado como de anciano porque traía una máscara de una cara arrugada, inmediatamente me acordé de la criatura que los menores extraviados me habían dicho que los asustó en el jardín de fumadores.
Al final se les pudo demostrar a los visitantes que no había ningún menor disfrazado dentro de la casa del terror.
Esa espinita de la duda me estuvo picando por varios días, tenía que comentarlo con alguien para sacar eso de mi cabeza, pero no quería parecer loco.
Decidí contarle a mi jefe, él claramente me dijo que ambas situaciones eran situaciones raras pero que no tenían que estar relacionadas entre sí, me dijo que no le buscara 5 patas al gato.
En verdad pensé en dejar ese asunto de lado, pero cuando me encontré nuevamente con un par de huellas blancas me quedo claro que algo estaba pasando, esas huellas blancas me las encontré ahí por donde están los juegos esos que te dan premios como peluches y cosas de esas.
Total, así quedo el asunto. Una tarde, no recuerdo cuanto tiempo después, me encontré con un grupo de muchachas que estaban alteradas, incluso una estaba llorando.
Me acerqué para preguntar qué había pasado y si podía ayudar en algo. Una de las chicas me dijo que habían entrado al WC luego de bajar de un juego mecánico, mencionó que se estaban arreglando el cabello cuando por el espejo pudieron ver a una personita parada en una esquina, todas se asustaron y salieron corriendo.
No tengo que decirlo, ya saben lo que pensé. Obvio no iba a mencionar nada de eso a las muchachas, simplemente les dije que miraran hacia el WC para que se dieran cuenta de que las personas estaban entrando y saliendo con normalidad, les dije que quizá vieron mal debido al mareo del juego.
Cuando las chicas notaron que efectivamente nadie más había visto nada, entre ellas comenzaron a decirse que sí, que debía tratarse del mareo, se tranquilizaron un poco y yo seguí con mi trabajo.
Tuve ganas de comentarle a mi jefe, pues ya con esta eran 3 los reportes de una criatura de baja estatura deambulando por el parque y asustando a los visitantes.
Pero no lo hice, pues sabía que mi jefe no le encontraría sentido y posiblemente me llamaría la atención por insistir en el tema. Así que simplemente me limite a seguir con mi trabajo.
El resto del turno y los días siguientes estuve muy atento a todo lo que podía escuchar de los visitantes, estaba al pendiente de que alguien más lo viera para llevar a esa persona a que le contara a mi jefe, así yo no quedaría como un loco.
Pasaron dos semanas y nada. Un día, mientras platicaba con un amigo que también era seguridad, me dijo que tres días atrás le había tocado hacer guardia afuera de un juego, ya en la noche, a esas horas cuando ya casi no hay nadie, cuando todo está muy oscuro.
Si, me dijo que vio una criatura de baja estatura asomándose, dijo que tenía la cara arrugada. Yo le comenté sobre los avistamientos que habían reportado algunos visitantes y me dijo que posiblemente se tratara de un duende o de un aluxe.
En ese entonces yo no tenía del todo claro que era un duende, y mucho menos tenía idea de que cosa era un aluxe, así que me puse a investigar en internet.
Nada más escribir la palabra duende en Google te aparece una descripción bastante superficial sobre esos seres, son descritos como ancianos chaparritos, eso encajaba bastante bien con la criatura que se estaba apareciendo en el parque. Pero luego dice que son juguetones, traviesos y burlones, eso ya no encajaba, pues lo único que los visitantes y mi amigo decían era que lo veían parado, viéndolos, sin hacer nada, nadie había mencionado haberlo visto correr o algo por el estilo, así que descarté que se tratara de un duende.
Entonces escribí Aluxe en el buscador. Lo que me encontré fue algo un tanto más místico. Decía que eran espíritus enanos. Al igual que los duendes, también eran descritos con apariencia de infantil, pero también lo descarté pues decía que les gustaba jugar.
Me quede en blanco frente a mi computadora, sin ideas, sin saber que debería buscar, entonces escribí huellas blancas diminutas, era mi última carta.
Lo primero que me apareció fue algo sobre larvas y otras plagas, luego había un manual para rastrear mamíferos silvestres, así estuve buscando durante horas y horas hasta que me apareció un link que contenía información sobre unas criaturas llamadas Chaneques.
Decía que un Chaneque es una entidad asociada al inframundo, en la página decía que esos seres tienen la capacidad de cambiar de forma, y, según la página, la forma que más adoptaban era la de un anciano de baja estatura.
El detalle que más llamó mi atención fue que mencionaba el detalle de las diminutas huellas blancas. Ese dato fue más que suficiente para convencerme de que la criatura que se andaba paseando por el parque no era otra cosa más que un Chaneque.
Curioso, la siguiente semana me tocaba velar en el parque. Por alguna razón yo sabía que me iba a encontrar con el mentado Chaneque. Yo estaba expectante, pero asustado.
Finalmente, llego el momento de velar. Las primeras cuatro noches no paso absolutamente nada fuera de lo normal, si hubo algunos ruidos, pero nada demasiado importante.
El problema llegó la quinta noche.
El parque acababa de cerrar sus puertas. Yo estaba dando un recorrido para asegurarme que no quedara nadie dentro del parque.
No encontré a ninguna persona, pero me encontré al Chaneque. En el jardín de fumadores. No se estaba escondiendo, estaba ahí al descubierto, parado frente a mí, observándome con unos ojos brillantes. Medio menos de un metro de alto, tenía los pies volteados al revés, le faltaba una oreja. Lo peor era la expresión de su rostro, era una expresión bastante turbia, era como si tuviera dos caras al mismo tiempo, pues sus rasgos faciales eran tanto de un anciano como de un bebe.
Un horrible escalofrío recorrió todo mi cuerpo, sentí que estaba corriendo un gran peligro inminente. Corrí con todas mis fuerzas, no intente voltear, pero estoy seguro de que esa cosa me correteo intentando atraparme pues podía escuchar su acelerada respiración.
Me fue imposible presentarme a trabajar para el siguiente turno pues de la nada enfermé de gravedad, era algo del estómago, úlceras.
Ya no trabajo en Six Flags, pero mi amigo sí, dice que él nunca ha vuelto a ver nada, pero si ha escuchado que algunos clientes reportan a una diminuta criatura que aparece de la nada para asustarlos.
 
Autor: Ramiro Contreras
Derechos Reservados

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