La Casona De La bruja Historia De Terror 2024

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La Casona De La bruja Historia De Terror 2024

La Casona De La bruja Historia De Terror… Esto me pasó hace un año cuando fuimos a visitar a nuestros parientes, ellos son originarios de Chalchicomula, Puebla, en aquella ocasión solo fuimos mi hermano Roberto y yo porque mis papás no tenían vacaciones hasta diciembre, y solo íbamos a realizar algunos trámites legales, la idea era solo quedarnos unos días.

Una noche antes de regresarnos, nuestros familiares nos hicieron una carne asada en el campo, con todo y fogata, la cosa se puso bien, comimos a reventar y una de mis primas sacó unos tequilas y nos pusimos a brindar y a escuchar algo de música, pasada la media noche arreció el frío y todos nos juntamos alrededor de la fogata, como sabían que nos gustaban mucho los relatos de brujas y espantos a Roberto y a mí, mi primo Tomás le pidió a mi tía Lola que nos contara la historia de la «Casona de la Bruja» donde supuestamente había oro enterrado,.

Esa propiedad está  en la esquina de la misma calle de la casa de mis tíos donde nos estábamos quedando, mi tía no se hizo mucho del rogar, se acomodó en una de las sillas junto a nosotros y sin más nos empezó a contar que hace mucho tiempo llegó al pueblo una joven señora, nadie sabía de donde venía, pero que llamó mucho la atención de la gente porque compró un terreno muy extenso y empezó a construir una residencia enorme, con bardas de piedra muy altas y gruesas y un gran portón de madera como única entrada.

Siempre se le veía vestida de negro de pies a cabeza, y aunque era cortés con los que se le acercaban, siempre mantenía esa seriedad en su rostro, nadie del pueblo recuerda haberla visto sonreír alguna vez, entonces se empezó a rumorear que era la viuda de alguien muy importante, y que al parecer le había dejado mucho dinero, incluso unos hermanos que estuvieron en la construcción de la casona, aseguran haber visto llegar muchas carretas custodiadas por las noches, cargadas con decenas de cofres de madera muy pesados que metían apresuradamente a la casa los mismos guardianes para que nadie los viera, incluso uno de ellos se atrevió a decir que en una ocasión había visto como se les había resbalado uno de aquellos cofres y que cuando cayó al piso la madera no resistió y se partió dejando las monedas de oro regadas sobre la tierra, pero estos hermanos tenían fama de borrachines por lo que en ese momento nadie les creyó.

Todo aquel relato quedó solamente como un rumor más, la única verdad era que nadie sabía quién era esa extraña mujer y porqué estaba aquí, pero al paso de los meses la gente le empezó a perder interés, hasta que un trágico día aparecieron colgados a la entrada del pueblo los dos jóvenes  hermanos que habían trabajado en la casona, al inicio se dijo que había sido por una vieja venganza entre familias, pero llamó mucho la atención que partes de su cuerpo aparecían calcinadas, como las manos y parte de su rostro, y hasta ahí hubiera quedado el asunto pero semanas más adelante aparecieron muertos otros tres hombres que habían trabajado en la construcción de la casona, que se decía que también habían contado haber visto aquellos cofres con monedas de oro, pero esta vez parecían haber sido atacados por coyotes, ya que aparecieron con mordeduras y rasgaduras en todo su cuerpo, heridas profundas que les habían causado la muerte, y con las mismas quemaduras en las manos y en parte de su rostro, los descubrieron por los campos cercanos del rumbo de la Gloria, y fue todavía más que extraño porque los vecinos cercanos aseguraban no haber escuchado ni un solo grito durante toda la noche.

Fue entonces que la gente atemorizada empezó a decir que la dueña de aquella casona era una bruja que estaba matando a todo aquel que hablara de su oro, el resto de los trabajadores que estuvieron en la construcción de la casona prácticamente huyeron del pueblo con sus familias, y la gente evitó a como diera lugar acercarse aquella casa maldita, pero todo esto dio un giro inesperado porque días más tarde de la segunda tragedia, de la noche a la mañana la casona apareció abandonada, nadie sabía en qué momento ni por qué se había ido aquella joven señora, entonces se empezaron a inventar mil historias de demonios y pactos, para intentar explicar aquella desaparición tan repentina, pero lejos de todo esto, el temor entre los habitantes del pueblo era muy grande y nadie se atrevió acercarse por mucho tiempo a la «Casona de la Bruja», como se le empezó a conocer a partir de entonces.

El rumor del oro enterrado en algún lugar de la casa se siguió propagando y durante los siguientes años mucha gente de los poblados cercanos y de más lejos llegaron con la idea de encontrar aquel oro, la autoridad municipal se vio rebasa y no pudo evitar que mucho de ellos entraran y causaran daños severos a la propiedad, y lo único cierto es que absolutamente todos los que entraron se fueron con las manos vacías, pasaron otros años y aquel rumor se fue apagando por completo, pero la Casona de la Bruja quedó resentida por los continuos asaltos del pasado, y con el temblor que sucedió en la madrugada del 73, se cayó parte de la casa y de la enorme barda que la resguardaba, y como no había dueños legítimos y no había presupuesto en el municipio para derribarla por completo, la propiedad se quedó así a partir de entonces, pero a pesar de que ya casi nadie conoce la historia de la vieja casona.

En los últimos años se han escuchado relatos de gente que asegura haber visto entre las ruinas, a una mujer vestida de negro de pies a cabeza, que parece deambular entre las ruinas lamentándose, los pocos que conocemos la historia sabemos sin duda que es el fantasma de la bruja, su antigua y única dueña, quien hasta el día de hoy sigue cuidando su oro.

Mi tía Lola terminó su relato, todos nos quedamos con la boca abierta, uno de mis tíos aprovechó para recordarnos que teníamos que dormir un rato antes de irnos, Roberto y yo nos levantamos de nuestras sillas para ayudarles a recoger un poco el tiradero del festejo, apenas terminamos nos despedimos de todos y nos fuimos caminando con mi primo Tomás a su casa, era un trayecto corto, en cosa de diez minutos ya estábamos frente al zaguán, fue entonces que mi primo nos preguntó que si queríamos conocer la «Casona de la bruja», Roberto le dijo que no, que él estaba muy cansado, yo sin pensarlo mucho le dije que sí, entonces le abrió la puerta del zaguán a mi hermano y le dijo que ahorita regresábamos, nosotros caminamos la media cuadra hasta la esquina de calle, desde ahí se podían ver las ruinas de la casona.

La Casona De La Bruja Historia De Terror

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Era una imagen espectacular, la luz de la luna bañaba los restos de aquella vieja construcción dándole un aspecto más que lúgubre, fue entonces que noté un punto dorado que parpadeaba al fondo de la casa, sin ser consciente de mi me crucé la calle y pasé por encima de los restos de la barda, aquel punto empezó a parpadear con mayor intensidad, entré a las ruinas de la casa y me arrodillé frente a lo que parece que fue una chimenea y empecé a remover aquellas cenizas buscando aquel punto de luz, en ese momento sentí que alguien me observaba, levanté la cabeza, la piel se me erizó y sentí un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo, un gran pedazo de pared se me vino encima, en ese instante alguien me jaló con fuerza de la camisa hacía atrás, solo sentí el airecillo de aquel enorme pedazo de pared que me rozaba la cara, al caer de espaldas me di cuenta que había sido mi primo Tomás quien me había salvado, al principio solo veía que se movían sus labios pero no lo escuchaba, y fue hasta ese momento que me di cuenta que estábamos entre las ruinas de la casona, me zarandeó por los hombros, pero yo seguía como ido y  sin poder escucharlo, me levantó y me arrastró hacia afuera, al cruzar la calle nos tumbamos sobre la banqueta, fue entonces que lo empecé a escuchar de nuevo, me preguntó muy enojado porque no le hice caso cuando me gritó que no me metiera a la casona, le fui sincero y le dije que de pronto solo me concentré en aquel punto luminoso dorado que parpadeaba como llamándome y que no escuché sus gritos, irritado me preguntó que cuál punto de luz, que ahí no había absolutamente nada, nos quedamos sentados en silencio unos minutos más, un poco más tranquilo me dijo que nos fuéramos a casa.

Más tarde, después de desayunar, preparamos nuestras maletas para el regreso, mis tíos y mis primos nos acompañaron a la estación de autobuses, aproveché un momento para darle las gracias a mi primo Tomás por haberme salvado la vida, él me dijo que todo estaba bien, que no debimos de haber ido a esa hora, nos despedimos, Roberto y yo abordamos el autobús.

Nunca le dije a mi primo que tras ese enorme pedazo de barda que se me vino encima, yo había visto a la bruja de la casona.

Autor: Luis Martínez Vázquez

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