La Mano del Diablo, Historia De Terror 2023

La-Mano-del-Diablo-Historia-De-Terror

La Mano del Diablo, Historia De Terror 2023

La Mano del Diablo, Historia De Terror… Han pasado algunos meses desde la última vez que conté mi historia. aún me atemoriza esa sensación de miedo que me invadió cuando tuve el contacto con algo horrible. Me llamo Mario, tengo actualmente veintisiete años y vivo en la ciudad de México. o lo que antes era conocido como el Distrito Federal.

Los nombres que usaré aquí son los que recuerdo de alguno de ellos, pero otros serán un seudónimo, o el más cercano al nombre. Quizás lo han escuchado mucho antes, pero esta historia es completamente verdad.

Entre unos amigos y yo, nos juntábamos en un parque desde pequeños, le llamábamos “La manzanita”, esto debido a que nuestra cuadra era conformada por una pequeña manzana, a comparación de las demás calles. Todo debido a que estaba junto al parque.

En él jugábamos futbol o a otras actividades. Pasé mi niñez entera en ese lugar y los mejores días de mi vida. Fue allí donde conocí a varios de mis mejores amigos, Javier, Juan Carlos y Makiko.

Todo comenzó con la muerte del Padre de uno de ellos, se había puesto bastante violento una noche, y su esposa por más que intentó tranquilizarlo no lo logró. El insistía en que algo se aparecía en la casa, y que por más que lo golpeaba no se iba. La Madre de mi amigo Javier llegó a nuestra casa a la media noche para encargarnos a su hijo, mientras que ella trataría de tranquilizar a su marido.

Recuerdo que Javier observaba por la ventana de mi cuarto hacia su casa, vivíamos justo enfrente de ellos, ya era media noche, y por más que le decía que no se preocupara, y que todo estaría bien, él sabía bien que no era así, y no hacía caso.

Y no lo culpo, era un niño de ocho años, hijo único, y ver comportarse a su Papá así hasta a mí me asustaría. Los gritos de su Padre se escuchaban hasta la calle, pues parecía que luchaba contra algo, hasta que, en un instante, todo se tranquilizó.

La ambulancia llegó a los pocos minutos, los vecinos y mis Padres salieron a ver que sucedía, mientras que Javier y yo estábamos observando desde la ventana. La ambulancia no se fue rápido, por desgracia vimos como sacaban el cuerpo de alguien envuelto en sábanas, la madre de Javier salió llorando. De ese modo Javier se enteró de lo que pudo haber sido hasta donde yo sé, lo peor que le puede pasar a un niño en su vida.

Las cosas se manejaron como si la culpa fuera de una sobredosis se mencionó que el Padre de Javier había consumido drogas de manera alarmante, y que se había puesto bastante agresivo, o por lo menos eso fue lo que yo supe. por su parte Javier lo negaba, él comprendía muy bien lo que eran las drogas y sabía perfectamente que su padre jamás había probado eso. No se volvió a tocar el tema, pues a las pocas semanas la madre de Javier se lo llevaría a vivir lejos, y no los volveríamos a ver.

Hasta aquí las cosas se habían manejado de ese modo, la casa donde vivieron no fue ocupada sino hasta un par de años después, donde se mudó una familia más grande, entre ellos había un niño que le decíamos Tony, el cual mencionaba que dentro de la casa podía ver a una persona caminar entre los cuartos. obviamente estas historias entre niños se esparcen rápidamente, y se corrió el rumor de que el espíritu del Padre de Javier aún deambulaba por las habitaciones.

A Juan Carlos se le ocurrió invitar a Tony para que jugaran a la wija dentro de su casa, y Tony aceptó sin ningún inconveniente.

Éramos cuatro los que estábamos en la habitación de Tony, pusimos la wija en el piso, y mi amigo comenzó a preguntarle si el Padre de Javier se encontraba aún en la casa, y que se manifestara. Pero como era de esperarse no sucedió nada, yo comencé a echarle burla a Juan Carlos debido a que la wija que estaba usando era una de esas famosas y chafas wijas de Montecarlo, de esas mismas que comenzaron a vender en supermercados.

La burla no le gustó y me aventó. nos comenzamos a pelear, hasta que nos dimos cuenta de lo que Tony nos estaba gritando. La wija se había movido por si sola a la palabra SI.

Juan Carlos se acercó a la wija y le preguntó Si podíamos verlo, esto nos alteró a todos los demás, nadie quería ver a un fantasma, a lo que decidimos parar allí. Pero la wija ya había dado su respuesta a la Palabra Muerte.

No supimos por qué puso esa palabra en ese momento, pero creo que lo comprendimos después.

Al salir de la habitación, Tony nos comentó que no podía dejar el cuarto desordenado por todo lo que habíamos hecho, así que nos pusimos arreglarlo mientras que él cerraba las puertas de las cajoneras y el clóset.

Esa noche mientras estaba acostado, no pude dormir, no dejaba de pensar en lo que había sucedido en la casa de Tony, cuando de repente escuché la voz de un niño muy parecida a la de Tony que gritaba fuertemente en mi habitación, no sé qué intentaba decir o que significado tenía, pero fueron muy claras las palabras,
yo del susto me tapé por completo con las cobijas, para no quitármelas más, he de ser honesto, hoy en día sigo cubriéndome por completo el cuerpo por miedo.

A la mañana siguiente, mientras estábamos desayunando en familia, se escuchó en la calle que una mujer lloraba desconsoladamente, todos salimos a ver que sucedía, se trataba de la Madre de Tony, algunas vecinas le preguntaban sobre lo que había pasado, y ella comentó que su esposo acababa de fallecer esa mañana.

Esto me inquietó bastante, no sabía si existía alguna relación entre lo que sucedió en el cuarto de Tony, y la Palabra Muerte, o si realmente algo pasaba allí, pues era raro que hubiera muerto el Padre de otro amigo. Siendo honestos… todos los involucrados que estuvimos ese día en la habitación de Tony, guardamos el secreto. No sabré decirlo por parte de Tony, ya que toda su familia tuvo que irse a vivir a otro lado por falta de dinero, ya no tuve contacto más con él.

La casa duró bastante tiempo sola, sin ser habitada, personas que se iban a verla, sabían que se enfrentaban a unas dos muertes dentro de esa casa, y por extraño que se escuche o que parezca, se podía sentir una vibra muy extraña.
Poco tiempo después, mi amigo Juan Carlos, me contó que el día en que jugamos a la wija no pudo dormir.

Tenía bastante calor, a lo que se levantó de la cama para abrir la ventana, y vio a lo lejos una silueta obscura, que posiblemente se mantenía observando a la dirección donde se encontraba el. Esto lo asustó bastante que tuvo que irse a dormir con sus Padres.

La verdad de esto no sé si sea cierto, pero le recordé que él mismo pidió ver a un muerto, la vez que jugamos wija.

Por fin, varios años después, la casa fue ocupada por otra familia, de la cual solo constaba de Madre e hijos, la mayoría de ellos ya eran mayores de edad, y el más chico de todos, de quien no recuerdo con exactitud su nombre, pero lo llamaré Milo, habíamos hecho muy buena amistad, y para cuando teníamos más confianza con él, le contamos de lo que sucedió con Javier y Tony, más que nada la curiosidad nos mataba por preguntarle si no había pasado algo mientras ellos vivían allí.

Pasaron un par de semanas si no mal recuerdo, cuando Milo dejó de salir a la calle, e incluso ni a la escuela asistió, por más que lo frecuentábamos en su casa, su madre nos decía que estaba muy enfermo, pero no nos decía que tenía.

Mi madre decidió confrontar a la señora para saber si algo había sucedido. Hablando con la entera verdad, yo no soy testigo de lo que sucedió, pero con las palabras de mi madre, bastaron para comprender que no volvería a ver a Milo, o por lo menos no como antes.

Ella contó que, a Milo y a su hermano, les había sucedido algo extraño, una mañana antes de ir a clases, ambos se convulsionaron en la sala, y al mismo tiempo, se sacudían de forma descontrolada, y por más que los demás hermanos y su madre intentaron tranquilizarlos no lo lograron, todo esto pasó cuando estábamos en clases, por ello, no nos dimos cuenta de que se los habían llevado al Hospital.

A su madre le comentaron que ambos tenían un daño cerebral muy severo. Y lo que más desconcertaba de todo esto, era que no sabían el origen del problema, las tomografías indicaban que el cerebro de ambos había sido golpeado por dentro.

La familia entera tuvo que irse por cuestiones de dinero. Yo por mi parte me enteré de que Milo y su Hermano fallecieron años después, pues el problema se había agraviado.

Al pasar de los años nosotros como familia también nos fuimos a vivir a otra localidad, así que tuvimos que dejar todo allí, amistades de años, recuerdos, y más. Hasta hace poco que regresé para ver a mis antiguas amistades.

Definitivamente, regresar al lugar al que viviste años atrás, hace que regresen recuerdos y memorias que uno pensaba que jamás volvería a vivir.

Tuve la oportunidad de ver a mis antiguos amigos. Juan Carlos ya vivía con su esposa en la que fue la casa de sus padres, tuve la oportunidad de visitar a Makiko, y de allí pasarme a la que había sido mi casa, e inclusive me dejaron entrar, pero al mirar por la ventana de la que fue mi habitación, resultó ser inevitable darme cuenta de que la casa que había sido de Javier seguía abandonada.

Juan Carlos me ofreció una interesante propuesta, de la cual siendo honesto no me pude negar, esa casa nos había arrebatado a varias amistades y ahora que éramos más grandes, quizás podríamos comprender un poco más lo que estaba pasando, así que me invitó a que el próximo fin de semana lo fuera a visitar nuevamente, pero que trajéramos todo lo necesario para ingresar a ella. Así pasó una semana completa, el sábado por la noche me encontré con Juan Carlos y Makiko.

Ingresar a la casa no tuvo ninguna complicación, una simple soga de tela era lo que protegía la puerta. Como era de esperarse había muebles viejos, llenos de tierra, alguna que otra mesa de metal corroída por el óxido, las linternas que nos habíamos conseguido eran de Led, aluzaban lo suficiente para poder ver cada detalle.

Fue cuando Juan Carlos nos indicó que había un mueble que quería mostrarnos, allí se encontraba un mini clóset ya muy dañado con el tiempo, y nos señaló un golpe que tenía por detrás, se podría apreciar claramente el contorno de una mano empuñada.

Juan Carlos nos comentó que hace poco se había arriesgado a ingresar a la casa, pues había contactado con Javier, y él le preguntó sobre las condiciones en las que esta se encontraba, al mencionarle lo que había encontrado en el mueble, Javier le hizo saber que su padre mencionaba que el diablo se escondía dentro de ese clóset, y lo intentó sacar a golpes.

Y lo que le había dicho su madre, es que cuando lo abrió, lo atacó hasta asfixiarlo. Fue cuando Makiko nos dijo algo que no esperábamos, y es que cuando estábamos jugando con la wija cuando Tony vivía allí, las puertas del clóset también se encontraban abiertas, pero nos concentramos tanto en la wija que no pusimos atención a nuestro alrededor.

La Mano del Diablo, Historia De Terror

La-Mano-del-Diablo-Historia-De-Terror
La-Mano-del-Diablo-Historia-De-Terror

En ese momento el closet tenía las puertas quebradas, y sea lo que sea ya había salido de ese mueble… o quizás no había dejado la casa. Fue cuando escuchamos un ruido proveniente del segundo piso, algo corría entre las habitaciones.

Nos quedamos en silencio, y nos miramos los tres, Juan Carlos nos comentó que ya habíamos llegado bastante lejos, y que ya sabíamos mucho de lo que había pasado, pero siendo honesto yo sentía que esa casa me había quitado parte de mis amigos. me debía más, por ello les dije que yo iría a revisar, y si querían seguirme eran bienvenidos.

Siendo honesto, estaba temblando de miedo, pero por el apoyo de ambos detrás de mí, me arriesgué a subir las escaleras. Si en la planta baja apenas se podía distinguir algunas cosas, en la planta alta no podía uno acostumbrarse a la oscuridad. Fue cuando escuché que algo azotaba una de las puertas.

Siendo una localidad construida con las mismas condiciones que la de los demás, pude intuir que se trataba de la habitación continua al baño, yo sabía que lo que hubiera allí dentro, estaba la respuesta de todos los males que habían sucedido.

Nos acercamos a la puerta e intentamos escuchar si había alguien allí, Makiko se atrevió a gritarle un par de groserías, para después escuchar que nos respondían diciendo “Váyanse” … Parecía que la S la arrastraba. Tomé aire y puse la mano en el picaporte.

Juan Carlos tomó una varilla de metal que se encontró en el piso, y al momento en que abrí la puerta, una garra de color rojo salió de adentro, me cortó la mano, y tomó la puerta para cerrarla inmediatamente.

Y de nueva cuenta nos gritaron lo mismo. Salimos lo más pronto posible de allí. Detrás de mí podía escuchar que me arrojaban cosas, entre las cuales noté que había cucharas y aparatos eléctricos. corrimos hacia la puerta, y en cuanto salí yo, Juan Carlos cerró la puerta y metió una cadena, colocando doble candado en ella.

Nos retiramos de allí como pudimos. Makiko nos llevó con su madre, quien preguntó que había sucedido. Todo quedo en un pleito que tuvimos con unos borrachos, esto con el fin de no alterar a la madre de Makiko con la verdad de la historia.

Optamos por guardar el secreto, el cual hoy día, a pocos meses de que haya pasado una serie de situaciones que no sé si tengan relación, decidí compartírselas…

Juan Carlos tuvo que cambiarse de casa, perdió a su primogénito a las pocas semanas, no quería seguir viviendo en ese lugar… Makiko desafortunadamente perdió a su hermano mayor en un terrible accidente, su familia ya no fue la misma. Por mi parte, aún conservo la cicatriz en la mano por el corte que me dio esa criatura.

Nuestra vida continúa, la verdad he visitado ya ese lugar de forma digital, y me he dado cuenta de que el mismo Google, ha difuminado la imagen de la casa. Desconozco el motivo, pero me he de imaginar que alguien más ha pasado por algo allí.

Autor: Mario Franco Corrales.                Lengua de Brujo.

Derechos Reservados.

Share this post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Historias de Terror