La Casa De La Bruja 2023

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La Casa De La Bruja 2023

La Casa De La Bruja… Yo vivo en un orfanato, aquí todo el tiempo están ocurriendo cosas raras, pero de eso no puedo hablar mucho porque si me identifican me podría meter en serios problemas.

Pero, les voy a platicar algo que me pasó con un amigo.

El orfanato tenía un acuerdo con algunas escuelas, y debido a ese acuerdo aquellos que tuvieran buen comportamiento podían ingresar a las escuelas como si estuvieran becados.

Yo siempre me porté bien, entonces podía estudiar, cuando iba en la secundaria tenía a un amigo, se llamaba Raul.

Raúl recién había cumplido los quince años, y ya era muy independiente de sus papás, por eso nos hicimos buenos amigos, yo no tenía papás y él nunca hablaba de ellos, pero no porque se llevaran mal sino porque sus papás siempre lo trataron como adulto.

Mi amigo no tenía hermanos, solo eran sus papás y él, vivían en una gran casa de madera en las afueras de la ciudad, cerca de donde los estatales tenían su cuartel.

Cuando iba a ser su cumpleaños me invitó a su casa pero yo no podía ir, porque el transporte del orfanato me llevaba a la secundaria y también pasaba por mí.

Pero entonces los papás de mi amigo fueron al orfanato para pedir permiso, ellos me llevarían de regreso al orfanato después que estuviera un rato en su casa.

Fue en esa ocasión que conocí a los papás de Raúl.

El día de su cumpleaños sus papás pasaron por nosotros 2, fuimos a comprar pizzas y el regalo que le dieron fue una play con un juego de carreras.

Sus calificaciones eran más que excelentes.

Esa tarde estuvimos jugando, y cuando ya se hizo de noche se soltó una tormenta horrible, parecía que el clima estaba enojado.

El papá de mi amigo llamó al orfanato para avisar que en cuanto el clima se calmara me llevaría de regreso.

Raúl y yo continuamos jugando hasta que se fue la luz debido a un rayo, después de eso salimos a la galería que estaba protegida por un techo de lámina.

Raúl me dijo que mirara la casa que estaba frente a la suya, tenía muy mala pinta, se veía bastante sombría, tenía dos grandes ventanales que de lejos daban la impresión de ser un par de ojos enormes y vacíos.

En esa casa no vivía nadie, la dueña había Sido una anciana que tenía poco de haber muerto, mi amigo me aseguró que en el patio de esa casa siempre había neblina.

Yo le pregunté cómo era que había muerto la anciana, Raúl me dijo que la señora era bruja y que había hecho un trabajo contra la persona equivocada, entonces uno de los familiares de esa persona estuvo vigilando a la bruja hasta que la vio en la calle, entonces con su camioneta a toda velocidad la impactó a toda, la hizo volar y luego la bruja golpeó contra el suelo y murió.

A mí se me cruzó por la mente la idea de ir a ver la casa por dentro, y a modo de broma se lo comenté a mi amigo, él solo volteó a verme y no dijo nada.

Pasaron los meses y una tarde mi amigo me comentó que deberíamos ir a esa casa abandonada.

Raúl y yo empezamos a planear todo para poder meternos a esa casa, para empezar sus papás tenían que hablar con el orfanato para que yo pudiera ir a su casa, y después poder irnos a esa casa sin que sus papás se dieran cuenta.

Estuvo difícil, fue complicado, pero pudimos conseguirlo.

La Casa De La Bruja

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Primero intentamos meternos por la puerta de el frente pero estaba cerrado, fuimos por el costado pero las ventanas tenían rejas metálicas, llegamos a la puerta de atrás, era de madera con vidrio, tuvimos que romper para poder meter la mano y abrir por dentro.

Evidentemente no había luz pero podíamos ver gracias a la lámpara de un viejo celular, todo olía a húmedo y a encerrado.

La primera habitación era el baño, la puerta estaba abierta pero nos metimos ahí, después estaban las escaleras, yo quería primero recorrer la planta baja pero Raúl dijo que mejor subiéramos de una vez.

Subiendo las escaleras vimos 4 puertas, cerradas las 4.

En la primera puerta encontramos varias cajas con comida ya en un estado tan malo que era imposible reconocerlas, pero como el olor no era tan fuerte supuse que todo lo que estaba podrido eran plantas o frutas.

En la esquina de la habitación, pegado a la ventana de cortinas negras, estaba un estante, ahí había algunos recipientes de vidrio con líquidos en su interior.

Raúl y yo bromeamos con que de seguro esas eran opciones o algo, no tocamos nada.

Salimos de ahí y fuimos a la siguiente habitación, esa era una habitación extraña, parecía como una cocina o un laboratorio.

En el centro había una mesa de madera con un bulto arriba que estaba cubierto con una tela polvorienta, voltee a ver a mi amigo y le dije que quitara la tela, él me miró y sugirió que mejor lo hiciera yo, pero le alegué que ir al segundo piso había Sido su idea.

Raúl agarró una esquina de la tela y la jaló rápido, quedó al descubierto un objeto extraño parecía una cabeza con 3 tétricas y espeluznantes caras que mostraban una sonrisa burlesca.

Yo por poco y grito del susto pero mi amigo me pidió que me calmara, que no eran caras de verdad, aquello era un objeto de piedra.

Respiré hondo y me calmé un poco, en efecto, solo se trataba de un objeto, pero eso no evitaba que yo me sintiera observado por esas feas y espantosas caras.

De pronto hubo un golpe detrás de nosotros, no fue muy fuerte pero como el ambiente ya estaba tensa nos hizo saltar y Raúl soltó el viejo celular.

Quedamos a oscuras por unos instantes en lo que mi amigo se agachó para levantar el celular.

Él echó la luz hasta que vimos qué había producido ese golpe, era la pata de un animal que colgaba de un perchero, se había caído.

Sabíamos que eso había originado el ruido porque el perchero, que era de base redonda, todavía estaba girando un poco cuando lo vimos.

Lo que ambos nos estábamos preguntando era: “¿Porqué se había caído ese perchero?”.

El hecho de que ahí estuviera una pata cortada de perro era lo que menos nos preocupaba, después de todo era la casa de una bruja.

Salimos de esa habitación, Raúl y yo nos miramos antes de entrar a la tercera habitación, ninguno de los 2 sabía si el otro quería irse, y por eso no dijimos nada y abrimos la otra puerta.

Dentro encontramos una cama, tal vez la bruja dormía ahí, una cosa particular era que la cama se veía en perfectas condiciones, sin manchas ni polvo, parecía nueva.

Solo por curiosidad se me ocurrió sentarme, en cuanto lo hice un fuerte rechinido de resortes se expandió desde ese cuarto hacia toda la casa.

Entonces escuchamos pisadas en las escaleras, de inmediato nos pasamos al otro lado de la cama y nos tiramos al suelo invadidos por el miedo.

Las pisadas eran tenues y suaves, pero el eco de la abandonada casa hacia que ese sonido pareciera algo siniestro.

Luego de unos instantes el sonido se detuvo, para esto habíamos apagado la linterna del celular para evitar ser detectados.

Se escuchó otra cosa, era como un tintineo, pero ese ruido se escuchaba al lado mío, voltee y me di cuenta que Raúl estaba tan asustado que le estaba temblando la quijada y debido a eso sus dientes estaban chocando entre sí.

Le tapé la boca con una de mis manos.

Entonces hubo un maullido, y frente a la puerta del cuarto en el que estábamos escondidos pasó un gato de lado a lado

Mi amigo y yo nos reímos nerviosos y salimos de nuestro escondite.

Ya solo nos faltaba un cuarto del piso de arriba así que abrimos esa puerta, era otro baño, Raúl comentó que del susto se le había aflojado la vejiga y que usaría el baño, yo le di una palmada en la cabeza y le pregunté si estaba bromeando, él me respondió de forma un tanto irónica: “ni modo que la bruja muerta nos vaya a decir algo”.

Admito que ese momento fue un poco incómodo, de hecho silbé un poco para tapar el sonido.

Cuando salió me preguntó si yo quería usar el baño pero le dije que no, antes de terminar de recorrer la casa quise saber si él había conocido a la bruja, si sabía algo más de ella aparte de la historia de su muerte.

Entiendo que tal vez no era el mejor lugar ni el momento adecuado para tener esa conversación, pero fue una duda que surgió de forma espontánea.

Raúl se quedó pensando un momento y luego me contó que la llegó a ver por lo menos unas 3 veces, y que nada más verla era fácil darse cuenta que algo andaba mal con ella, aunque no supo explicarme a qué se refería con eso.

Otra cosa que me dijo fue que la bruja vivía sola, que nunca salía de casa, eso significaba que no tenía un trabajo.

De vez en cuando algún incauto entraba a su casa, sus clientes de seguro, no sabía cuánto cobraba pero le alcanzaba para comer porque la señora no era flaca.

Y eso fue todo lo que me pudo decir de la bruja.

Apenas pisamos un escalón para dirigirnos a la planta baja cuando se me figuró escuchar una voz de mujer.

Lo primero que me pasó por la mente fue que se trataba del fantasma de la bruja, pero, con tal de no entrar en pánico, me dije a mí mismo que a lo mejor había sido cosa de la imaginación, pero cuando ví la cara de Raúl supe que él también había escuchado esa voz.

Ambos dimos un paso atrás y apagamos la lámpara del viejo celular.

En tono de susurró le dije a mi amigo que ya no quería estar en esa casa, que haber entrado ahí no había sido una buena idea para nada.

Raúl dijo estar de acuerdo conmigo.

Teníamos que salir a la de ya, bajando las escaleras estaba un corto pasillo que atravesaba al lado del baño y llegaba a la puerta de atrás, si corríamos estaríamos fuera de la casa en menos de 10 segundos.

Apenas nos íbamos a levantar para correr cuando escuchamos un ronroneo, era el gato que se estaba frotando contra mis rodillas, traté de hacer que se quitara pero el gato era terco, entonces lo empujé, cuando lo moví quedó muy cerca del primer escalón y mi amigo y yo pudimos ver que una mano salió de la nada y se llevó al animal.

Tratando de hacer el menor ruido posible volvimos al cuarto donde estaba la cama y nos escondimos donde lo habíamos hecho antes.

No sea el mejor escondite del mundo, con la mirada empezamos a buscar otro lugar dentro de ese mismo cuarto para poder escondernos mejor.

Aluzando un poco con la lámpara del celular notamos que la puerta no abría del todo porque chocaba contra un mueble que tenía unos compartimentos grandes, en los cuales, si mi amigo y yo nos metíamos agachados, podríamos escondernos.

Eso hicimos, nos movimos rápido hasta la puerta, la entrecerramos, abrimos los compartimentos del mueble, nos metimos y cerramos las puertas del mueble.

Dentro de ese mueble sí nos sentíamos a salvo.

Pero, en esa casa había vivido una Bruja, lo raro hubiera sido no toparnos con nada feo.

Cuando Raúl prendió la lámpara del celular para ver mejor, nos encontramos con unas calaveras de color naranjoso.

Yo no quería averiguar si eran cráneos reales o de adorno, por eso nada más tapé la lámpara con mi mano, con eso mi amigo entendió que yo quería que apagara la lámpara.

Nos quedamos ahí encerrados más de una hora, en todo ese tiempo no escuchamos absolutamente nada, sabíamos que no podíamos quedar dentro del mueble para siempre, así que retomamos nuestro plan original, correr y salir de la casa.

Abandonamos el mueble con cuidado, caminamos hasta la escalera, contamos hasta 3 y nos arrancamos a correr.

A cada paso que dábamos creía escuchar ruidos que venían de todas partes, de las ventanas, de las puertas, y hasta de los muros.

Cada escalón crujía como si tuvieran la intención de delatar nuestra presencia, eso no estaba bien porque cuando subimos los escalones no crujieron.

Bajamos las escaleras, ya teníamos la salida a menos de 5 metros, esos pocos segundos se sintieron como una horrible eternidad.

Logramos salir, pero no nos detuvimos, seguimos corriendo hasta llegar a la casa de Raúl.

Su papá estaba en la sala y nos vio entrar despavoridos, él puso una cara de sorpresa y nos preguntó por qué traíamos el cabello tan erizado

Nosotros le contamos todo pero él no nos creyó, porque al principio lo que nosotros le habíamos dicho fue que íbamos a ir a la tienda que estaba a 3 cuadras y que si no encontrábamos lo que queríamos íbamos a ir hasta el oxxo, sin embargo, el papá de mi amigo miró su reloj y nos dijo que solo habían pasado 10 minutos desde que habíamos salido de la casa, no era posible que hubiéramos estado en ningún lugar por más de 1 hora.

Raúl y yo no entendíamos nada, de alguna forma el tiempo había pasado más lento o a lo mejor hasta se había detenido dentro de la casa de la bruja.

Después de esa experiencia no nos quedaron ganas de andar explorando lugares abandonados.

Sin embargo, la historia no terminó ahí, hay algo más, tanto en la casa de mi amigo, así como en el orfanato, se ha estado apareciendo aquel gato que ambos vimos que se lo llevó una mano que salió de la nada.

Autor: Desconocido

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