El Retiro Historia De Terror 2022

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El Retiro Historia De Terror 2022

El retiro, historia de terror… Un tiempo estuve perdido en el vicio del alcohol. Este tipo de comportamiento logra destruir las relaciones con la familia. Uno no lo ve así, pues todo es normal, mi esposa y algunos de mis hermanos tuvieron la gran idea de enviarme a un retiro espiritual sin mi consentimiento.

Me engañaron diciéndome que una hermana de mi mujer nos invitaba a una fiesta, como no tengo auto, mandaron a uno de mis hermanos por mi, cual sería mi sorpresa que llego en un auto que no era el suyo.

No se me hizo extraño, pues en ocasiones el toma prestado el auto de mi hermano mayor, para irnos a su casa en la Calera, en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco.

De hecho, esa fue la dirección que tomamos, esto me hizo sospechar que todo era un plan para encerrarme en un centro de rehabilitación.

Me asusté y me puse agresivo, pero mi hermano intento hacerme entrar en razón, fue entonces cuando me explicó que íbamos en dirección a un retiro espiritual, que duraría solo tres días, según el, eso sería lo mejor para mi, pues regresaría renovado.

Me dejo en una intersección junto a varias personas que estaban afuera de una camioneta van, nos subimos y agarramos carretera.

Dimos vuelta en una brecha en dirección a la sierra, no vi ningún señalamiento que me indicara donde estaba, pues sinceramente, pensaba escaparme en cuanto tuviera oportunidad, me habían contado historias acerca de lo que les hacían en esos supuestos retiros espirituales, no pensaba soportarlo.

Llegamos hasta una hacienda, donde de inmediato, nos pasaron a una capilla. Allí nos retiraron los celulares y todos los objetos con los que nos pudiéramos hacernos daño.

Yo no quise oponer resistencia ya, intenté obligarme a creer que esta experiencia me ayudaría.
Comencé a sentirme mal desde un principio, era como si todas las resacas acumuladas se apoderaran de mi, en un intento por disminuir mi malestar, comencé a mirar el lugar en el que estaba, se veía antiguo, aunque no descuidado.

Se nos dijo que el lugar era una hacienda, aunque yo mas bien le veía pinta de ser un edificio religioso, pues los detalles de este tipo, se veían por doquier,incluso en la misma construcción podías ver detalles que formaban una cruz.
Fueron varias las dinámicas que nos pusieron hacer, para una de ellas, nos llevaron a uno de los tantos patios.

El lugar se encontraba frente a un cerro, esa parte si se veía muy descuidada, pues la maleza no dejaba ver los detalles en los muros que marcaban el limite del edificio hacia el campo.

Lo único que sobresalía de la maleza, era la cúpula de un pequeño edificio, nos pusieron a realizar unas oraciones extrañas, en medio de la dinámica, miré en dirección a la cúpula, entonces vi un enorme animal parecido a un gato, pero con el rostro extraño, me tallé los ojos y volví a mirar en la misma dirección, el animal saltó en dirección al cerro y desapareció.

Me quedé pensando en el rostro del animal, no le encontraba forma, se parecía al de la lechuzas, le pregunté a una persona que estaba a un lado mio, si había visto al animal, pero el me dijo que no.

El Retiro Historia De Terror

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Uno de los organizadores me separo del grupo y como castigo por no participar en la dinámica, me encerraron en una habitación.

Se me encargó realizar una carta a mi mismo, no hice nada y me quedé dormido en el piso.
Después de un rato, me despertaron unos gritos, cuando menos lo esperé abrieron mi puerta, era uno de los organizadores, me dijo que una persona resultó herida por un animal salvaje.

Nos reunieron de nuevo en una capilla dentro del edificio, la persona herida era una chica de unos diecinueve años, tenia un horrible rasguño en el brazo izquierdo.

La herida no se veía tan grave, pero la chica se veía histérica, decía que un monstruo la había atacado.

Uno de los organizadores nos dijeron que la atacó un gato montes, por lo que el resto de dinámicas se realizarían dentro del edificio.

La chica llorando pedía que la mandaran a su casa, pero lo único que hicieron, fue darle un medicamento para que se relajara.

Nos asignaron varios dormitorios, cinco personas por dormitorio, una de ellas tenia que cuidar a las demás de que no ingirieran ninguna droga o alcohol.

Pasada de la media noche, nos despertaron unos extraños sonidos que hacían eco en la sala principal del edificio, parecían los rugidos de un león.

Nos gritaron que nos quedáramos en los dormitorios, pero nadie hizo caso y nos dirigimos en bola hacia la sala, la gente hablaba de que un enorme gato se cayó desde un domo que estaba en el techo de la sala y en efecto, los cristales que lo formaban estaban regados por toda la alfombra.

Los organizadores nos pidieron que regresáramos a nuestras habitaciones, pues ellos se ocuparían del asunto.
Nos alejamos de allí, pero vi que dos de los organizadores sacaron unas escopetas.

No quise regresar a mi habitación, así que de regreso, fingí ir al baño, pero me desvié en dirección a un lugar de la casa al que no habíamos entrado, pues estaba clausurado.

Las personas que estaban allí, si se veían un poco mal de sus emociones y obedecían sin ninguna objeción, así que no me resultó difícil escabullirme sin que nadie me viera.

Caminé por un pasillo con varias puertas cerradas con candados, el lugar olía a zoológico, era un aroma muy intenso.

Recorrí todo el pasillo hasta llegar a una puerta de madera, en eso escuché algunos pasos y las voces de los organizadores, no vi donde podía esconderme y lo único que se me ocurrió, fue intentar abrir la puerta, la cual no creí estuviera sin llave.

Cual seria mi sorpresa, que apenas di el primer giro a la perilla de la puerta, esta se abrió como si nada.

Creí que detrás de esa puerta habría otra habitación, pero no, salí directamente a un jardín.

Me escondí detrás de dos macetas enormes, segundos después se encendían unas luces, escuché de nuevo las voces de los organizadores, me cubrí la boca para que no me escucharan, entonces lo volví a ver.

El enorme gato con cara de lechuza estaba a unos cuantos metros de mi, ahora sabia perfectamente que no era una alucinación, pues estaba completamente sobrio.

Escuché a uno de los organizadores gritar que ese animal era un nahual y enseguida se escucharon dos tiros, yo creí que me darían a mi, pues pude escuchar las balas justo a un lado de mis oídos.

Me dio un ataque de pánico y salí de mi escondite, los organizadores me gritaron que me alejara del nahual, corrí en dirección hacia ellos, después miré de nuevo al animal, le habían dado en una pata y en lugar de querer atacarnos, se escondía entre dos plantas, el animal lloraba como lo haría un ser humano y no como lo debería hacer un animal.

Me gritaron que me regresara a mi habitación, pero no les obedecí, quería ver al animal mas de cerca, no me importaba si me atacaba.

Poco a poco me fui acercando detrás de los dos hombres que traían las armas, la cara del animal había cambiado, les puedo jurara que sus ojos eran humanos y me reflejaban dolor.

A pesar de las advertencias de lo hombres, me acerque aun mas al animal, cuando menos lo esperé, me soltó un zarpazo. En eso me agarraron de la camisa y me jalaron para atrás.

En eso volvieron a disparar, pero en esta ocasión, el animal saltó de su escondite.

Lo que pasó después, es lo mas extraño de todo y si no fuera porque fuimos varios los testigos aun tendría dudas. El animal tomó una silueta humana y se escabulló en medio de la noche.

Esa transformación asusto mucho a los hombres de las armas, que en lugar de salir en busca de la extraña criatura, prefirieron volver a entrar en la casa.

Una vez adentro, los organizadores le dijeron a todos que nos devolveríamos en la mañana.
Yo me quede platicando con uno de los hombres que le dispararon a la criatura.

El me dijo que esas criaturas no pertenecían a este mundo, quizás en un principio si fue un hombre, pero que fue consumido por la oscuridad de la brujería.

Y el motivo del que estuviera rondando por allí, se debería a que estaba cazando a uno de nosotros, motivo por el que no se iban a arriesgar a pasar una noche mas, por eso nos iríamos apenas amaneciera.

Regresé a casa y yo mismo ingresé a una clínica especializada en adicciones.
Hasta la fecha no he vuelto a beber, ni he vuelto a participar en algún retiro espiritual.

Autor: Mauricio Farfan

Derechos Reservados.

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