El Bebe Maldito Historia De Terror 2023
El Bebe Maldito, Historia De Terror… Cuando apenas era una adolescente tuve una experiencia que resultó ser bastante aterradora para mí, no sabia en ese momento en que me estaba metiendo o que era lo que me pasaría, yo realmente estaba más interesada en ganar dinero y tener un empleo en una de las Haciendas del Poblado en el que vivía.
Mi nombre es Guadalupe, soy originaria de Michoacán y hoy en día vivo en Jalisco, mi Madre ya tuvo la oportunidad de compartirles una historia llamada “el Hombre que silba”, yo quisiera compartirles una experiencia que me pasó cuando aún vivíamos en Michoacán, muy cerca de los Reyes, en un poblado en el cual había varias haciendas.
Se habia corrido el rumor de que en una de ellas los patrones estaban solicitando quien cuidara de su bebe, ciertamente yo tenia experiencia cuidando a mis hermanos y vecinos por lo que no me pareció mala idea buscar trabajo en la hacienda y exponer mi experiencia.
Antes que nada hay que recalcarla que se debe mencionar varias cosas que son muy importantes, entre los habitantes del poblado se mencionaba que la casa de los patrones estaba poseída, debido a que muy seguido buscaban gente que los pudieran ayudar.
La servidumbre era muy grande debido a que era una de las haciendas más grandes del municipio y la codicia y envidia de la gente se dejaba ver debido a que no cualquiera trabajaba en esa Hacienda, y entre los trabajadores se mencionaba de que el bebé de los patrones se encontraba maldito.
Se decía que los padres los que lo sobreprotegían al bebé esto conllevó a varios rumores entre los mismos trabajadores pero los más cercanos a los patrones mencionaban que todo estaba en orden e inclusive decían que escuchaban llorar al bebé pero particularmente quienes habían trabajado cuidando al bebé coincidían en algo y es que todos mencionaban que aquel Infante que los padres tenían y llamaban hijo no era un precisamente un bebé, pues carecía de las facciones del mismo.
Particularmente los rumores que se mencionaban del lugar los llegué a sentir muy exagerados, esto nunca me importó y no les quise hacer caso a todo lo que se estaba mencionando. Ciertamente mi objetivo era encontrar un empleo en la Hacienda.
Justo el día en que me iban a entrevistar me preparé con mis mejores trapos que tenía en casa, practiqué conmigo misma lo que les respondería y me imaginé algunas preguntas que me harían. Así llego la hora de que tenía que salir de casa para ir a La Hacienda, la cual se encontraba algo retirada de nuestra casa así que tuve que salir con bastante tiempo.
Y cuando llegué a la Hacienda, tuve una extraña sensación que hace tiempo no percibía, pude percibir un sentimiento de agonía y ansiedad en el ambiente, esto me incomodo pues entre los trabajadores me observaban cuando llegue, desde la servidumbre hasta los jardineros, me veían pasar preguntándose en donde me acomodarían o para que puesto estaba buscando trabajo.
Fue así como me llevaron hasta una estancia donde me pidieron que me esperara un poco hasta que los Patrones llegaran.
Fue inevitable observar a todos lados y examinar el lugar, la casa era bastante grande y hermosa, realmente se podía ver que los Patrones tenían dinero. Al fin de un par de minutos llegaron ante mi y la señora traía consigo al bebe a quien acostó en una cuna que tenían a un costado.
Ciertamente me hablaron sobre lo que hacían y que el bebe seria mi responsabilidad, me preguntaron sobre la experiencia que tenia y como me habia desempeñado, hubo un par de ocasiones que con un chiste rompimos el hielo y todo parecía fluir.
Se mostraron muy complacidos con mi forma de ser a lo que me dieron la noticia de que sí estaba contratada y requerirían de mis servicios desde el día de mañana.
Muy contenta les dije que sí y aproveché para preguntar si podía ver al Bebe a lo que la madre tajantemente me dijo que No. Parte de las reglas que tenia que seguir era que podía arrullarle y cantarle al bebe, y estar al pendiente por si lloraba, lo que me aseguraron que no pasaría, y en caso de que suceda solo podía arrullarle en su misma cuna.
No podía verlo, alimentarlo o cambiarlo, eso ya era parte de lo que podía hacer solo la mamá. En cierto modo lo comprendí, solo que me confundió bastante el hecho de que no podía verle, pues no sentiría que lo estaba cuidando del todo.
El trabajo seria tan simple por una muy buena paga. No entendía por qué los que habían renunciado antes de mi se había ido si era muy sencillo todo. Yo tendría derecho a comer lo que quisiera o hasta dormir allí, la condición era no separarme del Bebe de su habitación hasta que llegaran los Padres.
Le platiqué de esto a mi Madre cuando regrese a casa, ella me dijo que era muy probable que el bebe era muy sobreprotegido y que una vez que tuvieran la confianza necesaria me dejarían verlo.
Al día siguiente, al llegar a la Hacienda, la servidumbre me menciono que aun no estaban listos los patrones para dejarme a cargo del bebe, por lo que me indicaron que podía conocer la Hacienda por el momento, allí fue donde conocí a Maria, una cocinera con la que congenie muy bien y me hizo un comentario que me inquieto bastante.
Me hizo mención que apenas lo patrones se retiraban, cosas extrañas empezaban a suceder dentro de la casa, muchos de los trabajadores se salían hasta que ellos regresaban y todo era debido al bebe, pues se había notado que el bebe percibía la ausencia de los patrones y había algo malo en él.
Además de ello Maria fue muy tajante en recomendarme que no lo viera, pues se decía que no tenia facciones de un bebe y me alteraría al ver la terrible verdad.
Minutos después un chico de la servidumbre llego por mi comentándome que ya todo estaba listo para que cuidara del Bebe. Me despedí de Maria quien me comentó que esperaba que todo saliera bien y en orden.
Los Patrones se encontraban dentro de la habitación del bebe, ciertamente se podía ver que lo tenían muy consentido, que lo tenía todo, su habitación era muy grande para él, simplemente su cuna era mucho mas grande que mi humilde cama y en una esquina se encontraba precisamente todo listo para en caso de que me quedara a dormir.
Me comentaron que llegarían tarde, y que en caso de que yo quisiera me llevarían hasta donde vivía con uno de los trabajadores.
Así mismo la madre me recordó que era importante que no me alejara tanto, no mas allá del mismo cuarto pues no querían que lo descuidara, a lo que les prometí que todo estaría bien.
Se despidieron del bebe y salieron de la habitación. Yo empareje la puerta con la intensión de que no se sofocara el cuarto.
Al cabo de unos diez minutos me acerqué, no tanto para verle el rostro si no mas bien para ver si respiraba pues en todo ese momento no había emitido ningún ruido.
Pude ver que su pancita subía y bajaba, me retire hacia donde me habían preparado la cama y me recosté un momento, apreciando todo lo que tenia el bebe para él solo y que era mucho mas de lo que yo tendría en tanto tiempo.
Me estaba quedando dormida cuando escuche unos pasos provenientes de fuera de la habitación, ciertamente nunca pensé que se tratara de algo malo, siempre se me ocurrió que era la servidumbre que estaba de un lado a otro, pero recordé lo que me dijo Maria respecto a que todos salían al Jardín y dejaban sola la casa nada más se iban los Patrones.
Me asomé por la ventana y pude ver a todo el personal incluyendo la servidumbre reunida, y en ese instante la puerta de la habitación se abrió de golpe.
Él bebe comenzó a llorar y fui rápidamente a arrullarle, la puerta no tuvo por que abrirse, no había nadie afuera que la empujara o alguien que la abriera, comencé a mecer la cuna y a cantarle al bebe hasta que se durmiera, sentía algo de desesperación de escuchar al bebe llorar, pero después de un tiempo llegas a acostumbrarte.
Pero las cosas se habían empezado a poner algo extrañas en ese momento. Un bulto oscuro, igual que una sombra, pero con cuerpo pasó frente a nosotros por fuera de la habitación.
Pensé que quizás no habia visto que me encontraba con el bebe, pero nuevamente una sensación de ansiedad y agonía se albergo en mi corazón. Él bebe empezó a llorar nuevamente y empecé a cantarle. Fue cuando escucho una voz maligna proveniente de afuera de la habitación.
Dame a aquel bebe Fue lo que escuche con una voz macabra, la cual provenía de afuera. Inmediatamente me levanté y cerré la puerta con bastante fuerza.
Él bebe empezó a llorar nuevamente e insistieron a su vez con la puerta. Alguien estaba allí afuera y no se trataba precisamente de alguien de la servidumbre, era alguien o algo que no era de esa casa. No tuve otra opción, pues aquella cosa estaba a punto de tirar la puerta a golpes y se iría contra el Bebe, por lo que tuve que desobedecer lo que me indicaron.
Abrí la cortina de la cuna y pude ver al bebe, el cual tenia el rostro cubierto con una mantita delgada, pero se sacudía bastante por que se encontraba enojado, empecé a cantarle para tranquilizarlo y después lo tomé en mis brazos. Poco a poco se fue quedando en silencio y lo que estaba afuera ya se había retirado.
El Bebe Maldito Historia De Terror
El bebe ya estaba tranquilo y durmiendo en paz, cuando escuche que detrás de la puerta alguien tocaba y preguntaba por mi dirigiéndose por mi nombre.
La única persona que sabia mi nombre y se encontraba en la Hacienda era Maria, sin embargo, la voz de quien me hablo no era nada similar a la de ella, no quise responder, y en un par de segundos nuevamente la puerta se abrió por si sola.
No lo pensé ni dos veces, tome al bebe y Sali rápidamente del cuarto, no pretendía quedarme ese lugar a solas con aquello que nos estuviera molestando, lo primero que tenía que hacer era ir a buscar otro lugar para escondernos pero después a unos segundos de haber salido de la habitación del Bebe, pude sentir que su cuerpecito estaba más liviano de lo esperado, pensé que algo malo le había pasado, así que no tuve otra opción que revisarlo para verificar que se encontrara bien, fue cuando lo descubrí, aquello por lo que todos hablaban.
No era un bebe real, de hecho, se trataba de un bebe falso. No lo podía entender, yo estaba completamente segura de que lo había incluso escuchar llorar, lo había visto respirar también.
Así que me imagine que era uno de esos bebes de juguete que se movía por sí solo, regrese a su habitación y lo acosté nuevamente en la que cuna y como si fuera una broma empezó a llorar. Lo que hice fue ignorarlo, y dejarlo llorar.
Pasaron un par de horas él Bebe aun lloraba, ya habían dejado de molestarme del otro lado de la puerta, así que se me había ocurrido que quizás podía quitarle las pilas al juguete para que dejara de llorar, y al recorrer la cortina, cual sería mi tremenda sorpresa que si era un bebe real allí.
No sabia que decir, no se parecía en nada al bebe de juguete de antes, por lo que no tuve otra opción mas que cargarlo y arrullarlo. Se sentía muy diferente al Bebe de juguete de antes.
Varias horas después los Patrones regresaron y me encontraron dormida en la mecedora cargando al bebe, la Madre toda histérica se acerco a mi y me dijo que estaba prohibido que lo cargara, trate de explicarles que alguien estaba del otro lado de la puerta pidiendo que le abriera para llevarse al bebe, pero no me creyeron, el Patrón me pidió que tomara mis cosas pues ya me llevarían a casa, me entrego un sobre con mi parte del dinero y me comento que lo siguiera hasta la entrada.
Llevaba al bebe consigo, yo me sentía muy confundida, apenas estaba coordinando bien cuando al Patrón se le resbalo el bebe y cayo al piso, yo me espanté, pero inmediatamente me di cuenta de que era un Bebe falso. Pero también estaba del todo seguro que le habia pedido al bebe a su esposa. Ciertamente esto me tenía confundida.
Al pasar el tiempo me entere de una verdad que quizás en su momento me hubiera ayudado bastante pera comprender la situación. Supe que los Patrones querían tener hijos, pero que por azares del destino esto se complicó bastante. Por ello buscaron el apoyo de un chaman quien les dio el muñeco.
Las reglas eran simples, solo en el cuarto del bebe él se mantendría con vida mientras que en los demás cuartos o fuera de su cuna se tendría un aspecto terrible.
Hoy, han pasado mas de 30 años, tengo bastante que no se de esa Hacienda, incluso un día podría regresar para ver esos lugares que tanto extraño.
Autor: Mario Franco Corrales Lengua de Brujo
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