El Bosque, Historia De Terror 2023.

El Bosque Historia De Terror

El Bosque, Historia De Terror 2023.

El Bosque, Historia De Terror… Me enlisté en el ejército en el 83, ya estoy retirado, pero en los casi 30 años que estuve activo aprendí varias cosas, por ejemplo, si ustedes piensan que aquí en México no existen instalaciones secretas se equivocan.

Claramente no puedo revelar ubicaciones exactas, pero sí puedo decirles que las organizaciones criminales no son los únicos que utilizan las zonas boscosas de Oaxaca para realizar ciertas operaciones fuera del ojo público.

Tampoco crean que se trata de complejísimas instalaciones secretas donde se llevan a cabo grandes proyectos. Estas bases, que también están en Morelos, Ciudad de México, Hidalgo, Coahuila, Jalisco y Michoacán, sirven más que nada como cedes de personal del cuerpo de inteligencia.

En algunas ocasiones el servicio secreto ha resguardado ahí a altos funcionarios cuando se presentan situaciones de verdadero peligro.

Una cosa peculiar que ocurre cuando a uno le toca hacer guardia perimetral de las bases es que suelen ocurrir encuentros con ciertos seres.

La gran mayoría de las ocasiones eran encuentros sin importancia, pero había una base en particular donde los encuentros eran más significativos y hasta peligrosos a veces.

Esta base se encuentra cerca del punto donde colindan 3 estados: Oaxaca, Puebla y Veracruz.

Bueno, en aquel entonces todo lo relacionado con la base en cuestión era coordinado por un teniente de Operaciones.

Aún recuerdo la primera vez que acudí al sitio, no es fácil acceder al sitio, eso se los garantizo, y todo el equipo y armamento que llevamos lo hace todavía más complicado, además dimos muchas vueltas innecesarias.

No tenía ni la más mínima idea de a qué lugar iríamos ni porqué. En aquella ocasión un camarada, que ya había estado antes en el sitio, me dijo que tuviera mucho cuidado con las cosas, yo le dije que los animales salvajes no me asustaban, él me miró muy serio y me aclaró que no era de los animales de lo que me tenía que cuidar.

No tuve ningún encuentro extraño esa vez. Los meses posteriores todos los mandos del cuartel me cargaron la mano, pero muchísimo, era como si quisieran que abandonara.

Bueno, la segunda vez que me tocó ir a esa base ya nos trasportamos en helicóptero, ahí entendí una cosa, no hay necesidad de llegar a pie, pero lo hacen cada que algún activo nuevo tiene que visitar el lugar por primera vez, y se dan tantas vueltas para que no le sea fácil llegar ahí por su cuenta, en caso de que vaya a desertar.

Por eso te agarran a carrilla antes de llevarte por segunda vez.

En fin, la operación siempre es la misma, en cuanto llegamos al punto de control un hombre se queda en la entrada y los demás desplegamos 3 perímetros alrededor de la base, el primero está a 200 metros, el segundo es a 1 kilómetro, y el tercero es a 2 kilómetros.

En total somos 27 hombres los que nos debemos asegurar que nada ni nadie se acerque a la base. Doce son los que están en el perímetro exterior, bueno, el perímetro exterior siempre está en movimiento, cada hombre mantiene una distancia entre sí de más de 150 metros y menos de 200.

Una de las ocasiones que estuve en el perímetro exterior tuve mi primer encuentro con algo extraño.

Apenas me estaba dirigiendo a tomar mi posición en el perímetro, pasé al lado de un tronco caído cuando noté que había unas piedras un poco grandes acomodadas de tal forma que hacían un círculo casi perfecto y en el centro había trozos de corteza y ramas del árbol que estaba tirado, y eso estaba acomodado en forma como de una pequeña choza.

Me detuve un par de segundos para mirar bien aquello, luego, sin más, seguí mi camino.

Otro día, que me había tocado en el perímetro central, el que está a un kilómetro, yo estaba caminando tranquilo por el área que debo cubrir, que son 50 metros cuadrados, cuando noté que algo se escondía entré los árboles.

No podía verle, pero sí lo escuchaba, eran pisadas, yo, tras quitarle el seguro a mi arma, me quedé quieto para escuchar mejor y así evitar sorpresas de mal gusto.

Y, tras escuchar una rama partirse, apunté inmediatamente hacia una dirección, ahí estaba una persona, o al menos algo muy parecido a un humano, se estaba escondiendo en un tronco, me observaba con detenimiento.

El Bosque, Historia De Terror

El Bosque Historia De Terror
El Bosque Historia De Terror

Solo podía ver su cara, no parecía tener mucha altura. Luego de unos segundos dejó de asomarse, yo me acerqué lentamente listo para disparar. Cuando estaba a pocos metros un ave blanca salió volando desde detrás del árbol.

Eso me dejó consternado. Ya estando de vuelta en la base le conté al camarada mi experiencia, él me dijo que era de esas cosas de las que me tenía que cuidar, que aparentaban no ser peligrosos, pero que si uno se descuidaba podría sufrir un brutal ataque, y quizá no viviría para contarlo.

Yo le pregunté qué eran esas cosas, él no sabía, de hecho, dijo que nadie sabía, que aquellos que los habían visto les apodaban la gente del bosque.

También le platiqué sobre la extraña choza que me había encontrado la vez pasada, me dijo que esas cosas vivían dentro de esas chozas.

Inmediatamente pensé en brujas y se lo dije, pero él me contestó que se trataba de algo diferente, de otra naturaleza.

Aquel año me tocó ir a la base como unas 9 veces en total, al menos en 6 escuché o vi alguna cosa rara, seguramente relacionada con la gente del bosque.

Algo curioso es que nadie habla de esto, ni entre nosotros mismos, nadie nos dice que no podamos contarlo, al menos a mí nadie me lo prohibió, por eso accedí a narrar mis experiencias.

Pero cuando alguien intenta sacar el tema durante la comida o en algún otro momento, se puede sentir como el ambiente se pone tenso y nadie quiere seguir con la plática, es como si quisiéramos fingir que en el bosque no ocurre nada raro.

Lo más que llega a ocurrir es que cuando alguien dice, oye yo vi esto o escuché lo otro, le responden, a sí yo también. Pero hasta ahí, eso es todo, no se intercambian opiniones.

En fechas posteriores me tocó escuchar bastantes veces una especie de risa, quizá llanto, no lo tengo claro, sonaba similar a una hiena, pero hasta donde yo sé en aquella zona no hay hienas ni de chiste.

Así que lo que yo estaba escuchando era a la gente del bosque. De vez en cuando yo le preguntaba a algún camarada si también había escuchado las risas, y casi todos me dijeron que sí.

En una ocasión que fuimos a pie, ya alguien iba por primera vez, nos encontramos con una escena bastante inquietante.

A los pies de un árbol estaban los restos de lo que posiblemente había sido una fogata, había restos de ropa por aquí y por allá, pero lo que más llamaba la atención eran las cadenas que estaban alrededor del árbol.

Era fácil suponer que una persona, la dueña de la ropa que estaba tirada, había estado encadenado a ese árbol, claramente no por su propia voluntad. Seguro la gente del bosque estaba detrás de eso.

Afortunadamente yo nunca sufrí ningún ataque, pero un camarada sí, me consta, porque yo y otro tuvimos que ir a buscarlo cuando dejó de contestar el radio.

Lo encontramos tirado, noqueado, parecía que lo habían golpeado con una piedra o con algo. Tenía una fractura terrible en el pómulo, hasta un trozo de hueso le había atravesado el cachete.

Fue trasladado en helicóptero para atender sus heridas, no pasó a mayores por suerte. Platicando con él nos dijo que lo último que recuerda es que escuchó la risa extraña y cuando volteó había una persona viéndolo desde detrás de un tronco, luego no sabe qué fue lo que pasó.

Cuando uno piensa en bosques habitados por seres extraños por lo general lo primero que piensa es en otros países, pero aquí en México algunos de los bosques sirven como casa de seres muy misteriosos.

Autor: Ramiro Contreras.

Derechos Reservados.

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