Misterio En El Edificio Historia De Terror 2023
Misterio En El Edificio, Historia De Terror… Desde hace tiempo tengo una escuela de alta costura. Por lo regular cuando sobre sales en algo que realmente amas, atraes mucha envidia.
Algunas personas, quizás no de primera mano o tal vez hasta sea algo que hacen inconscientemente, pero siempre te acarrean problemas. Por este tipo de situaciones he tenido que mudar un par de veces mi salón de clases.
Por obra del destino, me encontré con un salón de renta en una zona muy urbanizada en Guadalajara, Jalisco. La construcción se encuentra por avenida de las Américas, la calle exacta me la reservo por respeto a las otras personas que rentan salones o consultorios allí.
El caso es que en ese lugar, me rentaron un espacio lo suficientemente grande para meter varias máquinas de coser, ademas de que el salón ya estaba acondicionado con un enorme pizarrón, ademas, el dueño me permitió usar otra habitación frente al salón.
No tardé en llenar mis horarios de clases, ya que son muchas las personas que me siguen, ademas, como les he dicho la ubicación del lugar es muy céntrica.
Suelo ser una persona muy social y no tarde en conocer a las demás personas del edificio. Las personas de allí, tienen profesiones muy variadas, había una psicóloga en uno de los salones de la segunda planta, en la entrada hay otro salón, que es usado como spa y en todo el edificio, solo vive una chica, que según se, es estudiante de leyes.
Antes de llegar a ese edificio, jamas percibí algo paranormal, siempre he sido una chica que intenta encontrarle una explicación lógica a todo, mis padres son profesores en la U de G y me criaron siempre en una atmósfera laica, casi rallando en el ateísmo.
Ahora bien, lo primero que supe, fueron rumores por parte de mis alumnas. Ellas me decían que después de las seis de la tarde, comenzaban a ver personas en los cristales del salón. El lugar donde doy clase, tiene cristales en todo alrededor y cuando empieza a caer el sol hace sombra, yo intenté explicarles en un principio, que quizás esas caras que veían en los vidrios, eran simple reflejos de sombras en la calle, pero ellas me comentaban que eso no era posible, pues estos rostros se movían y no parecían humanos.
Les confieso que al principio no les creí nada y la única solución que se me ocurrió, es estarlas mandando al salón continuo, ya que este no tiene ventanas ni puertas, solo lo divide una cortina con dibujos de estrellas que puse yo.
La chica que atendía el spa, me pregunto un día si yo había permitido a mis alumnas entrar temprano por la mañana, yo le comente que no tenia clase por la mañana y ninguna de las chicas tenia llave para entrar al edificio, por lo que me extrañaba que me hiciera ese comentarío, pues ella perfectamente era consciente de que solo nostras tenemos llave y ya varias veces le había tocado abrirles a mis alumnas. Ella se quedo pensativa, después me dijo que iban varias veces que escuchaba ruido en el salón, yo le aclare que nadie tenia permiso de ingresar al salón en mi ausencia.
La chica del spa se quedo callada.
Un día una de las chicas llegó con un proyecto, era un vestido algo elaborado. Yo accedí a a ayudarle todos los días cuando acabara la clase. Un par de días acabamos temprano, sin embargo, el tiempo de entrega que dio para el vestido se nos venia encima, así que decidimos quedarnos hasta muy tarde.
Es extraño, siempre que te quedas en un lugar donde asiste tanta gente, ves como poco a poco se van y te quedas sola, no puedes evitar sentirte algo nerviosa. El salón con sus cristales tan descubiertos me hacían sentir miedo, pensaba en lo que me contaban las alumnas y la chica del spa. Le pedí a mi alumna irnos al salón continuo, allí también tenia un par de máquinas, ademas el lugar estaba mejor iluminado.
Intente concentrarme en el trabajo, pero algo en el ambiente no me lo permitía, me sentía como nerviosa, como si presintiera que algo malo iba a ocurrir.
Estábamos marcando unos trazos en la tela del vestido cuando, de repente se encendió la máquina que no estábamos utilizando, ni siquiera estaba conectada. Aunque el fenómeno duro solo unos segundos, fue tiempo suficiente para lograr que nos espantáramos. Dejamos el trabajo y salimos del edificio.
Misterio En El Edificio Historia De Terror
Afuera, nos encontramos a la chica que vivía en una habitación del segundo piso, que al vernos asustadas, nos preguntó sobre lo que nos ocurría. Yo no se mentir, así que le conté lo del incidente con la maquina de coser, a ella le dio risa y después nos dijo que en el lugar ocurrían cosas extrañas de vez en cuando, pero que después de un tiempo te acostumbrabas, a fin de cuentas esas apariciones no podían tocarte y si las ignorabas desaparecían.
No quise regresar en ese momento, aparte mi alumna estuvo de acuerdo en que mejor continuáramos el trabajo el día siguiente.
Al día siguiente que regrese, me sentí avergonzada, pensaba en que la maquina pudo haber sido accionada por un corto circuito en el pedal.
De nuevo nos quedamos hasta tarde. Esta vez preferí que nos quedáramos en el salón, sentí cierta seguridad al poder observar los pasillos a través de los cristales en los muros, aparte encima del pizarrón hay un cristo de madera, que de cierta manera me hacia sentir segura.
Pasaban de las once de la noche y aun no ocurría nada extraño, desafortunadamente, mi alumna me dijo que escuchaba unos sonidos extraños en el salón de a lado, yo le sugerí que no prestara atención como nos dijo la chica el día anterior. En eso los vidrios comenzaron a rechinar, como si alguien pasara sus uñas, el sonido nos aturdió, obligándonos a taparnos los oídos. Entonces cometí el error de salir del salón.
En el pasillo vi lo que probablemente sea lo mas aterrador que he visto en toda mi vida. Era un maniquí de los que usamos para medir la ropa, solo que era mas alto y llevaba una tela encima, se movía de una manera extraña. Corrí al salón, donde mi alumna estaba paralizada del miedo, lo único que se me ocurrió, fue cerrar la puerta con seguro. Esa criatura se quedo afuera, sin moverse. Entonces me di cuenta de que si era un maniquí, pues la tela no lo cubría todo, parte del rostro iba descubierto.
Mi alumna comenzó a llorar del miedo, yo intentaba mantener la calma, no se me ocurría nada que hacer para tranquilizarla o hacer que esa horrible aparición desapareciera. No se cuanto tiempo habrá pasado, probablemente habrán sido solo unos segundos que a mi me parecieron una eternidad. Recuerdo que cerré los ojos y abracé a mi alumna, cuando volví a abrirlos, escuchamos una puerta cerrar de golpe, en eso el ser camino hacia el otro lado del pasillo y se esfumó en la oscuridad.
La puerta que se había escuchado, era la de la psicóloga, que al vernos nos dijo que se le hizo tarde organizando los expedientes de sus pacientes, nosotras estábamos mudas del miedo, por lo que no le contestamos nada. Ella noto que estábamos pálidas y nos preguntó sobre lo que nos ocurría. Le conté sobre lo que vimos, ella se quedo seria unos segundos, luego miro en dirección al pizarrón sorprendida.
Yo no me había fijado, pero el pizarrón estaba todo rallado con lo que parecían símbolos extraños. Hasta donde yo recordaba en el pizarrón solo había anotado algunas medidas y trazos a seguir durante una de las clases, no hubo manera en la que alguien pudiese haber escrito algo así.
La psicóloga nos dijo que ella nunca noto nada extraño en el edificio, pero que de igual manera no es mucho el tiempo el que pasaba allí, solo iba cuando tenia pacientes. Salimos juntas las tres del edificio.
Comencé a pensar en cambiar de nuevo la escuela, aunque esto me traía mucho pues apenas me instale en el lugar y en ningún otro lugar donde estuve tuve tantas alumnas. Lo analice toda una noche.
En la mañana me sentía mas serena, pensaba que sobre dimensione la situación, si bien vimos una aparición, quizás solo fuera obra del cansancio. Total que no busque otro local.
Mi alumna me mando un mensaje que no asistiría pues estaba enferma.
Pude irme temprano a mi casa sin ningún problema.
Pasaron los días y mi alumna no asistía.
Una de las chicas me llevo una bolsita de tela, amarrada con un listón negro. Lo abrimos en el escritorio y dentro encontramos un muñeco hecho de tela, tenia muchos alfileres en la parte que simulaba ser la cabeza.
Le dije a las chicas que como enterara que alguna de ellas anduviera haciendo brujería, la sacaría de la clase. Ninguna de la chicas acepto ser la autora del embrujo en cuestión.
Pasaron los días sin que ocurriera algo extraño de nuevo, sin embargo mi alumna seguía sin aparecer. Le llame porque no me contestaba los mensajes. No me contesto de inmediato, pero después de rato me regreso la llamada. Me dijo que se encontraba espantada, que le encantaba mi clase, sin embargo no quería regresar al edificio, porque según ella, algo maligno la acosaba desde aquella vez que nos ataco el ser con forma de maniquí. No me quiso dar detalles y yo cortésmente le dije que si quería podía seguir trabajando en el vestido.
Pasaron varios días sin que ocurriera nada, hasta llegue a creer que quizás, todo lo que vi, fue culpa de mi ex alumna. Desafortunadamente no fue así.
Un día se me descompusieron dos máquinas y tuve que quedarme hasta tarde con el técnico que las reparaba, soy un poco desconfiada en temas de mis cosas. Total que salí pasadas las once de la noche, cuando iba a salir del salón, el maniquí estaba afuera, parecía que me esperaba, en esta ocasión no llevaba una tela cubriendo su cuerpo. No se parecía a ninguno de los que teníamos en el salón, mis maniquíes son solo torsos de mujer, y ese cuerpo era completo, con cabeza.
Me encerré en el salón, tome el crucifijo, me senté cerrando los ojos abrazando el crucifijo. De repente empecé a sentir muchas punzadas en el rostro. Abrí los ojos, me vi en uno de los espejos junto a las máquinas, por unos segundos me vi el rostro lleno de alfileres, parecía un alfiletero. Grite como nunca lo hice en mi vida, sin embargo cuando me volví a ver en el espejo los alfileres desaparecieron.
Miraba a través del espejo, el maniquí seguía en el pasillo, quería irme de allí, pero no tenia otra opción que pasar por un lado de ese ser.
Hice algo que no suelo hacer a menudo, le llame a mi padre. Le dije llorando que estaba asustada, que necesitaba que pasara por mi. A mi padre esto se le hizo muy extraño, pues desde muy joven he sido una chica independiente.
Pareciera mentira, pero en cuanto sonó el auto de mi padre estacionándose, el ser desapareció.
Salí corriendo. No quise contarle nada a mi padre, pues dudo mucho que hubiera creído.
Busque otro lugar y les di aviso a mis alumnas. Afortunadamente, una de las chicas me rento un espacio de su casa, vivía cercas del edificio, así que no tuve que invertir tanto en mudanza y esas cosas.
Con el tiempo me enteré de varias cosas. La chica que disque era psicóloga, en realidad se dedicaba a echar las cartas y ofrecer servicios de brujería. No digo que ella fuera la causante de lo que me ocurrió estando allí, aunque puede ser una posibilidad, pues ese tipo de prácticas atrae malas energías. Quien sabe, la verdad que es horrible pasar por algo así, es como si esas energías deformaran la realidad o te hicieran alucinar.
Hasta la fecha no nos ha ocurrido nada extraño y hasta mi alumna regresó a terminar el vestido en la nueva ubicación. A los días me contó que el tiempo en que no fue, tuvo pesadillas sobre el lugar, ademas de que le paso lo mismo que a mi, un día de la nada sintió mil agujas en la cara, se miro al espejo y de la desesperación se desmayó. Ella si creía que la falsa psicóloga nos hizo algo, yo la verdad, como lo he expuesto, no estoy segura, afortunadamente ya no tenemos que compartir edificio.
Autor: Mauricio Farfan
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