La Curandera Historia De Terror 2023

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La Curandera Historia De Terror 2023

La Curandera Historia De Terror… Mi niñez la viví en un pueblo recóndito de San Luis Potosí durante la década de los 80.

Los niños de antes no éramos como son los niños de estos tiempos, por poner un ejemplo yo me despertaba alrededor de las 6 de la mañana para ayudar a mis padres con las tareas del hogar.

A veces me ponía a recoger los huevos de las gallinas o alimentaba a los marranos y a la vaca, también ayudaba yéndome todos los días a la ciudad a vender un pan que preparaba mi madre.

La educación no estaba disponible para todos en esa época y muchos niños no tenían la oportunidad de asistir a la escuela, precisamente porque, como era mi caso, teníamos que trabajar para aportar en la casa.

El camino que tenía que recorrer para llegar hasta la ciudad era largo y difícil, le calculo unos 6 kilómetros, en el trayecto pasaba por un río y un arroyo.

El ir hasta la ciudad para vender pan yo no lo veía como una carga, todo lo contrario, a mí me gustaba, queria ayudarla, veía como mi madre, despertarse a las 4 de la mañana para preparar el pan se iba caminando a venderlo, y no me gustaba verla tan cansada.

Cuando regresaba al pueblo luego de vender el pan me ponía a jugar con los otros niños.

La cena era mi momento favorito porque en la mañana mi padre no estaba porque se iba al trabajo, en la tarde yo estaba en la ciudad vendiendo pan, entonces en la noche ya estábamos todos en casa.

Como yo era el único de mis hermanos que trabajaba mi madre me preparaba la cena igual a la de mi padre, ella y mis hermanos cenaban otra cosa.

Mi padre y yo siempre cenábamos un poco de pollo o de carne, ya fuera en guiso o en tacos, ninguno de mis hermanos se quejaba porque sabían que si querían carne tenían que salir a trabajar, ni siquiera mi hermano mayor se quejaba, porque él estudiaba, entonces no podía exigir nada, porque ya se le daba para la escuela.

La vida que llevábamos antes distaba mucho de lo que hoy se acepta como normal, sobretodo aquellos a quienes nos tocó vivir en un pueblo, pero las personas que vivían en los pueblos también eran diferentes, había gente que al día de hoy no existe, por ejemplo ahí en el pueblo había una anciana que podía curar todo tipo de males, desde la adicción al alcohol, hasta comportamientos violentos he inclusive una amplia variedad de enfermedades.

Ella era considerada una verdadera curandera, con un conocimiento ancestral y habilidades únicas para sanar a la gente.

Ese fue un secreto muy bien guardado del lugar donde crecí, no se le permitía a nadie hablar del tema por que nos daba miedo que hasta nuestro pueblo llegaran personas con malas intenciones buscando aprovecharse de la curandera, éramos muy desconfiados.

Ya pasaron muchos años desde que murió, pero sí alcancé conocerla, de hecho mis padres me llevaron a que me curara una vez, creo que fue de neumonía, recuerdo que su casa estaba llena de plantas y objetos curiosos que parecían tener un propósito especial.

Me curó en un santiamén, simplemente me preparó una infusión a base de hierbas y raíces, que olía fuerte y tenía un sabor amargo.

Nadie sabía realmente cuál era el origen de sus místicos conocimiento, pero se tenía la creencia de que posiblemente los ancestros de la curandera venían de alguna parte de Europa.

Debo aclarar que ella no podía curar todo, cáncer por ejemplo no, nunca lo intentó, por eso primero había que ir a consultarle si podía ayudar, cuando ella decía que sí podía era porque así era.

No cobraba nada, decía que no necesitaba dinero, que los espíritus le proveían de comida.

Un día se presentó en su casa un hombre con su pequeño hijo de unos 9 años, el infante estaba padeciendo de algo que ahí en el pueblo conocíamos como la enfermedad de los mosquitos, yo supongo que tiene un nombre científico pero desconozco de cuál pueda ser.

Los síntomas de lo que nosotros llamábamos enfermedad de los mosquitos son: una fiebre muy fuerte, anemia, problemas para respirar con normalidad, dolor en la cabeza y dolor en los riñones.

Como se podrán imaginar el niño estaba muy mal, ya se estaba muriendo, la curandera ya había sanado antes a varias personas de la enfermedad de los mosquitos, pero el niño ya llegó con la enfermedad muy avanzada, eso complicó mucho la sanación.

Dicen los que estuvieron ahí que la doña no pronunció ninguno de sus conjuros, que se mantuvo en absoluto silencio, que puso sus manos en su propia cara durante varios minutos y que luego le impuso ambas manos al niño en la frente, cuentan que en ese momento el niño comenzó a respirar con normalidad.

Era la primera vez que la curandera hacía algo por el estilo, todas las curaciones que había hecho antes habían sido con conjuros y con hierbas, suponemos que el niño estaba tan delicado que se vio obligada a utilizar otro método con tal de salvarlo.

Pero esa no era la única habilidad secreta que la curandera tenía, recuerdo bien que hubo un caso, un día mientras varios jugábamos, uno de mis amigos se encontró tirada una piedra que bastante peculiar, era de un color rojo muy intenso y brillante, como si fuera una roca que contuviera fuego en su interior.

En cuanto mi amigo tocó esa piedra su rostro se puso pálido y los ojos se le pusieron en blanco, también empezó a temblar violentamente.

Fue como si algo hubiera entrado en su cuerpo y tomado el control.

Intentamos ayudarlo, pero era como si estuviera poseído por un demonio o alguna entidad, y eso salió de la piedra, lo sabemos porque la roca se volvió gris en cuanto mi amigo la tocó.

Nosotros fuimos corriendo a hablarle a los papás de mi amigo y ellos lo primero que hicieron fue llevarlo con la curandera, le explicamos lo que había pasado, ella nos preguntó dónde estaba la piedra, la necesitaba para volver a encerrar al demonio en su interior.

Tuvimos que ir a buscar esa piedra, no fue fácil encontrarla porque se había quedado entre las ramas y las hojas secas, pero sí la encontramos.

Nadie quería tocarla, ya que temíamos que algo malo sucediera de nuevo.

Finalmente, decidimos tomar la decisión lanzando una moneda varias veces, y le tocó a otro amigo.

Por suerte, yo me salvé.

Ya le llevamos la roca, nos estábamos retirando de su casa para dejarla trabajar pero ella nos dijo que nos teníamos que quedar para que viéramos todo y así entendiéramos lo peligroso que era agarrar cosas que no sabíamos qué eran o para qué servían.

Para sorpresa nuestra y también de los papás de mi amigo, la curandera empezó a trabajar sobre la piedra y no sobre mi amigo, a él solo lo dejó ahí acostado.

La curandera nos explicó que sacar a la entidad de su cuerpo sería el menor de los problemas, que lo más complicado era volver a encerrar a la entidad dentro de la roca porque solo las rocas purificadas podían almacenar seres en su interior, por lo tanto primero tenía que purificar la piedra.

Sumergió la roca en agua dentro de un recipiente, llenándolo hasta cubrir completamente la roca.

Luego, vertió sal en el agua mientras movía su mano derecha en sentido contrario a las manecillas del reloj, diciendo algunas palabras en voz baja.

Después, tomó un poco de romero y lavanda seca, y las esparció por encima del agua en el recipiente.

Con su mano izquierda, agarró un puñado de tierra y también lo agregó al recipiente, mientras seguía murmurando oraciones.

La curandera continuó rezando y de repente las hojas de romero y lavanda comenzaron a arder con una pequeña llama dentro del agua.

El fuego desprendió humo y un fuerte aroma a copal que llenó la habitación.

La curandera tomó con mucha delicadeza los trozos de madera que había preparado previamente y con ellos empezó a mover el humo de tal forma que dibujó símbolos con el humo.

Luego, la curandera se dirigió hacia un estante cercano que tenía dibujados el Sol y la Luna en las puertas y tomó dos pequeños jarrones.

Uno de ellos contenía un líquido de color lila y el otro era de color dorado.

Con cuidado, vertió un poco de cada uno de los líquidos en la mezcla que estaba en el recipiente.

El humo se intensificó, adquiriendo un aroma agradable y una tonalidad más brillante.

La curandera continuó moviendo los palos de madera, creando formas cada vez más complejas con el humo, mientras seguía rezando en voz baja.

Luego se quitó las pulseras que llevaba en ambas manos, en cada pulsera llevaba 2 cuarzos, una de las pulseras tenía un cuarzo azul y uno amarillo, la otra pulsera tenía un cuarzo verde y uno morado.

Las pulseras también las metió al recipiente, en ese momento la piedra se volvió cristalina.

La curandera se acercó al lugar donde mi amigo se encontraba acostado.

Colocó sus manos sobre los pies de mi amigo, luego pidió a los padres que se situaran en el otro extremo, junto a su cabeza.

Les pidió que colocaran su mano izquierda en la frente de mi amigo.

Con los ojos cerrados la curandera comenzó a entonar un cántico muy rápido.

Las palabras que decía eran incomprensibles para nosotros, pero la manera en la que estaba hablando me dejó aterrorizado, nunca había escuchado una melodía que diera tanto miedo.

A medida que continuaba el cántico se empezó a enfriar la habitación.

En eso mi amigo abrió la boca de una manera extraña, como si estuviera tratando de vomitar algo.

De repente, se vio un hilo de humo negro que salía de su boca, eso definitivamente fue lo más espeluznante que he visto en mi vida.

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La curandera extendió su mano izquierda hacia el humo negro, moviendo los dedos de uno en uno hasta cerrarlos todos.

Luego, con un movimiento rápido de su mano, envió el humo hacia el recipiente con agua y sal que había preparado anteriormente.

Todos ahí pudimos ver cómo el humo se deslizó hacia el interior del agua y la piedra recuperó su intenso y brillante color rojo.

Esa fue la experiencia más impactante que he tenido en mis casi 50 años, y después de eso jamás he tocado ningún objeto que no sea mío por miedo a que me vaya a pasar lo que le pasó a mi amigo por tocar aquella extraña piedra.

Autor: Desconocido

Derechos Reservados

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