La Casa De La Esquina Historia De Terror 2023
La Casa De La Esquina, Historia De Terror… La casa que se encuentra en la esquina de la calle Helmet y Howard Phillip, es una vivienda que se ha estado poniendo en renta desde los últimos veinte años, sin embargo, los inquilinos que ahí han llegado a vivir, no comparten una experiencia agradable con los demás, pues no algunos, ni la mayoría, sino todas las personas que han llegado a estar en el sitio, aseguran que dicha vivienda está maldita por varios espíritus.
El dueño del lugar siempre ha asegurado saber de los rumores que los ex inquilinos se encargan de propagar, sin embargo, él asegura que lo dicho son solamente creencias que las personas le asignan a sucesos que no tienen una explicación clara aparente, pero que, sin embargo, seguramente la tendría si se investiga con los debidos procedimientos, y claro, el dueño del lugar no va a aceptar que su casa está maldita o algo así, pues dicha afirmación ahuyentaría a los posibles arrendatarios
La casa es un lugar grande, cuenta con dos habitaciones, un baño, un patio, cocina y sala de estar, además de estar amueblada, lista para ser usada desde el primer día en el que el huésped decida comenzar a vivir ahí, sin embargo, es curioso como el precio de la casa está muy por debajo del que una casa como esta tendría, algo que llama fuertemente la atención, y hace pensar que el arrendador tiene conocimiento de algo, pero no quiere revelarle ese algo a los inquilinos que llegan.
Yo renté el lugar hace dos años, pues en ese entonces era foráneo en la ciudad, y necesitaba un lugar de renta económico, pues no tenía compañeros o conocidos con los que pudiera dividir los gastos de una renta, después de ver la opción ya mencionada, los rumores acerca del lugar pasaron a ser secundarios para mí, pues el lugar era óptimo para que yo pudiera vivir en él, sinceramente era más grande de lo que necesitaba, yo solo ocupaba un departamento con una habitación, no una casa completa, sin embargo, cualquier condominio doblaba o triplicaba el precio de esta casa en renta, además de que personalmente, nunca he creído en fantasmas, apariciones o cosas del tipo sobrenatural, creo que más allá de mi experiencia con estos temas, la cual es nula, uno siempre ve las cosas de la manera en la que desea verlas, si quieres ver un fantasma en una habitación, lo vas a ver, si quieres pensar que la puerta se cerró por una corriente de aire, entonces eso es lo que vas a creer, y yo siempre me decantaba por el lado del escepticismo, o más bien del lógico o físico y posible, aun así, tengo que admitir que mi experiencia en el lugar, cambió varios aspectos en mi forma de pensar y de ver algunas cosas.
Al llegar a la casa de la esquina, me impresionó todo el espacio interno que había en esta, pues desde fuera se veía como una casa mediana, o más bien pequeña, pero la sala de estar era bastante amplia, la habitación principal también, y el patio no era exactamente bonito, ni estaba arreglado, pues había tierra por todas partes, y una barda de concretos in pintar, algunas palas, cubetas y otros escombros, pero no le di la más mínima importancia a esto, pues esta área de la casa era algo que no necesitaba, estaba completamente de sobra, eso sí, había un árbol de mangos que estaba a unos cuantos meses de dar frutos maduros.
El casero era una persona muy reservada, de muy pocas palabras, con una mirada un tanto extraña, conspiranóica diría yo, por lo que más pronto que tarde, me dejó a solas en el lugar, me sentía extraño, pues pasaría los siguientes dos años en dicho lugar, pero a la vez estaba feliz, pues no tendría que vivir en un pequeño y apretado apartamento donde la gente y apenas cabe, tenía toda una casa a mi disposición para mí solo.
Durante mi primera noche en la casa, desperté en la madrugada, eran pasado de la una, cuando escuché unos leves golpeteos en el techo, o por lo menos arriba de mí, no sabía a qué se podía deber, la primera impresión que me llevé es que el árbol del patio que había visto cuando revisé el patio junto con el casero, había empezado a dejar caer frutos, los cuales estaban haciendo el sonido que me había alertado. Salí a verificar esto, pero al árbol del patio le faltaban uno o dos metros para que sus ramas pudieran quedar encima del techo de la casa, por lo que mi idea original fue descartada inmediatamente.
Pensé en subir al techo y ver qué era lo que golpeteaba con tanta insistencia alguna parte de la casa por encima de mi cabeza, pero era demasiado tarde y no tenía ánimos (y tampoco posibilidad) de llegar al techo en medio de la madrugada, por algún sonido que seguramente dejaría de sonar en algunos minutos. Así fue, volví a la cama y sin darme cuenta, me quedé dormido de nuevo.
En la mañana siguiente, pensé que quizás había sido un error ignorar el golpeteo del techo, pues en este mismo apareció una pequeña mancha de humedad, la cual estaba totalmente seguro de que la noche anterior no se encontraba ahí, pero salí apurado hacia la universidad y pensé que al regreso llamaría al casero para avisarle sobre eso, para que la mancha no empezara a gotear y no fuera más difícil de repararse con posterioridad.
Cuando estaba en el campus, empecé a recordar el suceso de la noche anterior, y aún a sabiendas de los rumores que hay al respecto de esta casa, recordé que en ningún momento pasó por mi cabeza el hecho de que el sonido que escuchaba se debiera a algo paranormal, de hecho más que nada fue una molestia, en lugar de miedo, lo que el percance me hizo sentir, lo cual me hacía sentirme todavía confiado de que en la casa no acontecía nada de índole paranormal.
Cuando volví a la casa por la tarde, la mancha de humedad de la habitación principal era un poco más grande, lo peor es que empezaba a tornarse en una tonalidad negra y marrón, lo cual resultaba extraño a la vista. Me comuniqué con el casero, y este me dijo que en el transcurso de la semana iría a revisar la mancha de humedad, en ese momento tuve la sensación de que el casero solamente me seguía la corriente, y que antes ya había recibido quejas de ese tipo, las cuales nunca atendía, en sabía porque, pero era la impresión que tenía.
Al caer la noche, el tamaño de la mancha era el doble de lo que era en la mañana, y la negrura dentro de ella se intensificaba, había un patrón de ramificación que se formaba en el radio de la mancha, era extraño, parecían venas de color gris que surcaban el techo, teniendo como origen el centro de esta mancha. Lo único que pude hacer en ese momento, fue mover un poco la cama hacia la ventana, pues la mancha quedaba justo donde ponía mi cabeza, y de empezar está a gotear, el líquido caería en mi cara, preferí evitarme ese disgusto y mover la cama.
La mañana siguiente ocurrió algo demasiado extraño, la mancha seguía ahí, pero se había movido, moví la cama más o menos un metro de manera lateral, pero la mancha seguía apuntando hacia mi rostro, me puse de pie y vi el sitio en el techo donde se supone que antes estaba mácula, fue algo muy desconcertante, pero no podía hacer nada al respecto, en ese momento pensé que quizás había calculado mal el lugar donde se encontraba la mancilla, pero estaba casi seguro de que no fue así, pero ¿cómo era posible que una mancha en el techo se hubiera movido?
La Casa De La Esquina Historia De Terror
Me fui a la universidad, y cuando volví la mancha seguía cambiando, ahora era mucho más grande y empezaba a gotear un extraño y pegajoso líquido negro, parecía un tipo de aceite o algo así, lo peor es que estaba goteando encima de mi almohada, moví la cama de nueva cuenta y volví a llamar al casero, a lo que respondió lo mismo de la vez anterior, que haría lo posible por ir en el transcurso de la semana.
Moví la cama en una dirección en la que estuviera seguro de que la mancha no quedaba ni siquiera cerca de mi cabeza y me acosté a dormir.
Desperté a la mañana siguiente y mi primer pensamiento fue sobre esa maldita mancha en el techo, giré la cabeza para ver qué tanto había crecido en el transcurso de las últimas horas, pues su tamaño incrementaba de manera alarmante, pero fue grande mi sorpresa al no ver nada, simplemente la mancha ya no se encontraba en ninguna parte del techo, lo que me causó demasiada confusión, no sabía cuál podía ser el motivo de que de pronto la mancha de humedad ya no se encontrara, no podía haberme imaginado todo eso, no era solamente un producto de mi imaginación, era algo real, y la confusión que sentía me hacía cuestionar mi salud mental, pero no podía hacer nada más que ignorar lo que había visto, y esperar que el casero no viniera a reparar el techo, pues no sabría cómo explicarle que la mancha en realidad nunca estuvo ahí.
Posterior a esto, empecé a despertar en las madrugadas, entre la una y las 4 de la media noche sin saber exactamente porque, sentía que había algo, un sonido repentino que me despertaba, pero nunca seguía escuchándolo, por lo que no tenía claro si era real, o un producto de algún sueño que terminaba de manera abrupta, y me hacía creer que escuché algo que en realidad no está ahí, a diferencia del sonido del techo de hace unas cuantas noches. Después los sonidos empezaban a replicarse. Una noche, después de despertar de esta manera a las 3 de la madrugada, creí haber escuchado un sonido constante, como de algo desplazándose por la casa, me levanté para averiguar qué era lo que sucedía, con el temor de que alguien se haya metido a robar, caminé despacio por la oscuridad de la casa, sin encender ninguna luz para no alertar a un posible intruso, y de ser el caso, poder tomarlo por sorpresa, estaba haciéndome ya toda una escena en mi cabeza de qué era lo que podía estar pasando.
Al llegar a la sala principal no encontré nada extraño o fuera de lugar, pero el sonido persistía, parecía venir desde debajo del suelo, me puse de rodillas para pegar mi oído al suelo, en busca del rastro ruidoso, pero este era muy difuso, incluso confuso, sonaba como si algún metal se estuviera ajustando, rechinando o apretándose por debajo del suelo, nunca me había pasado eso, el escuchar un sonido tan notorio desde debajo de una casa, era como si ese ruido estuviera de alguna manera amplificado, pensé que podían ser las tuberías, o un sistema de ductos que se encontrara por el vecindario, el cual pasaba justo por debajo de la casa, pero el sonido parecía progresar, daba la impresión de ir avanzando poco a poco hacia una dirección.
Seguí el sonido que se desplazaba por debajo del suelo gateando, intentando no perder ese rastro de ruido a tuberías viejas y oxidadas, por las cuales parecía estar pasando algo muy a duras penas, como si un ducto estuviera tapado o siendo obstruido quizás por desperdicios.
El sonido me llevó hasta el lava trastes, y las tuberías que conectaban a este con las llaves para que salga el agua. Me levanté del suelo y me quedé viendo esta parte de la cocina, tomé la llave del agua fría y la abrí, no sucedió nada, era extraño que no saliera agua, pues esa misma noche había usado la misma llave, en lugar de eso, los sonidos que venían desde el suelo siguieron subiendo hasta hacerse más y más fuertes, después de unos segundos, todo sonido se calló de golpe, y de la llave empezó a salir un espeso líquido color vino, primero eran unas cuantas gotas, pero después era un chorro enorme que salía a una presión mayor a la de la capacidad del lavabo, el líquido empezaba a salpicarme la ropa y la cara y retrocedí, esa extraña sustancia no se iba por el desagüe, sino que se acumulaba hasta desbordarse y empezar a llenar el suelo.
Intenté cerrar la llave pero fue inútil, el líquido seguía fluyendo como una cascada en miniatura, ese extraño fluido era entre pegajoso y aceitoso, además de que tenía un horrible olor a metal, no podía ser sangre, era inexplicable que tal cosa estuviera sucediendo, que de pronto, de las tuberías estuviera emanando un montón de sangre a chorros, no tenía sentido, pero la mancha en el techo tampoco la tenía, y aparentemente nada de lo que ocurría en ese lugar.
Corrí a buscar algo para tapar el grifo y evitar que el suelo se llene por completo del fluido, encontré una camisa, pero para cuando volví a la cocina, no había nada. Cuando digo que no había nada, me refiero a que todo estaba en orden, el fluido había desaparecido de todos lados, la llave que había abierto emanaba agua, aguan común y corriente, cristalina, me quedé parado viendo la cocina por minutos, tratando de encontrar una explicación a lo que había visto, pero aparentemente no había ninguna. Las manchas oscuras que habían salpicado mis manos, mi cara y mi ropa ya no estaban por ningún lado, de pronto todo se detuvo y se fue sin dejar rastro, esa noche no pude volver a conciliar el sueño, y me quedé toda la noche pensando en qué era lo que me estaba pasando, porque empezaba a ver este tipo de cosas, porque me pasaba esto solamente dentro de esta extraña casa, y nunca en otro lugar, o acompañado de personas, empecé a creer que estaba volviéndome loco, que tal vez así empiezan enfermedades mentales que te hacen ver cosas que no están ahí, pero no sabía qué hacer, no sabía ni siquiera si podía hacer algo, por lo que los siguientes días, los pasé solamente pensando en esto, y en qué sería lo próximo que vería, y si acaso todo se trataba de extrañas ilusiones o jugarretas que mi mente me hacía pasar, una cuestión que solamente el pasar de los días me respondería.
Pasó una semana en la que tuve un periodo de relativa calma, pero los sucesos continuaron poco después.
Como ya empezaba a ser costumbre, una madrugada me despertó un sonido, este era diferente a los que había escuchado anteriormente, lo que escuché me daba razones de peso para pensar que alguien no intentaba, sino que ya se había metido a la casa, a la parte del patio exactamente, pues podía oír como revolvían tierra seca, como si alguien estuviera escarbando con una pala.
Me levanté en silencio y me asomé por la ventana de la cocina que da hacia el patio, pero no vi nada, los sonidos seguían ahí, pero aparentemente no había nadie cerca.
Salí al patio, y en el medio de este pude ver una pequeña montaña de tierra, la cual no había visto antes debido al irregular terreno de esta parte de la casa, me acerqué y vi que había un hueco en la tierra, no era demasiado profundo, pero estaba seguro de que dicho agujero no estaba ahí antes, además de una pala tirada enseguida.
No sé porque, pero sentía que tenía cavar en el lugar, era como si alguien me lo estuviera pidiendo sin pedírmelo, sin hablar, esta vez sin ver algo como la mancha en el techo, o sin un sonido constante e insistente como el del lavabo.
Tomé la pala y empecé a hacer más profundo el extraño agujero de tierra del patio, cavé durante buen rato, más de una hora seguramente, hasta que la punta de la pala topó con lo que en ese momento pensé que era una piedra entre la tierra.
Intentaba remover la piedra de en medio con las manos, quitando poco a poco toda la tierra que la rodeaba e intentando desenterrarla, hasta que al meter más la mano por debajo, me di cuenta de que el objeto tenía una peculiaridad, con la cual las rocas no cuentan, uno de mis dedos se introdujo en un agujero dentro de este objeto. Tiré con fuerza y lo saqué del todo del suelo, lo que ahora tenía entre mis sucias manos no era ninguna clase de roca, era un cráneo humano, el cual estaba agrietado y roído por el paso del tiempo.
Salí del agujero con el cráneo en la mano, entré a la casa y llamé a la policía, me quedé esperando a la patrulla que me dijeron habían enviado, sentado en la entrada de la casa, con los pies descansando sobre la banqueta, y el cráneo en mis manos, sé que no debía hacer esto, debía de haber dejado todo lo que encontré en el lugar donde estaba, peor mi miedo de que la policía de pronto llegara a mi casa, y que los restos humanos que encontré de pronto desaparecieran, al igual que la mancha en el techo, y la sangre que salía del lavabo, me hacían tener esta incómoda y siniestra precaución. Vi el cráneo, lo sujeté fuerte con las manos, rogaba porque de pronto no se desvaneciera, pues entonces mi llamada iba a ser sumamente sospechosa, y seguramente empezarían a investigarme como un loco, quien ve cosas donde no lo están, o por otro lado, alguien que hace llamadas falsas a la policía, pero en el momento en el que llamé, era tal mi impresión, que no había considerado que los restos desaparecieran de la nada, pues no sería la primera vez que esto me sucedía.
Llegaron dos patrullas, sentí un gran alivio cuando desde la lejanía, un policía me pedía que dejara el cráneo en el suelo, que me diera media vuelta y que me mantuviera quieto.
Después de que me llevaron a la estación de policías, y de hacerme un largo y tedioso interrogatorio, me dejaron libre, me ponía nervioso que me preguntaran como era que me di cuenta de que en el lugar había algo enterrado, a lo que respondí que me parecía extraño que estuviera ahí todo ese material de construcción, luego dije la verdad, que había empezado a escuchar sonidos provenientes del patio y que, al ver el agujero, lo terminé de cavar para ver qué era lo que habían puesto en ese lugar.
Encontraron 6 cuerpos enterrados en el patio de la casa, 4 en el subsuelo y los cimientos, y 2 en el desván, cuando esto sucedió el casero desapareció por completo, se fue sin dejar el más mínimo rastro de hacia donde se había ido, parecía que tenía un plan de huida ya maquilado, el cual pondría en marcha ya que fuera descubierto.
Por obvias razones, no podía seguir quedándome en el lugar, por lo que me mudé a otro departamento, uno chico, de precio bastante más alto que la casa de los cuerpos.
Después de eso no volví a despertar en la madrugada por el extraño sonido de algo que parece querer llamar mi atención, bueno, si me sucedió, pero solamente en una ocasión.
Una noche en el nuevo departamento, y a tan solo pocos días de lo sucedido, desperté a la una de la madrugada, pues sentí que un leve susurro me había llamado, al abrir los ojos, vi como 12 sombras me rodeaban a los pies de la cama, por alguna razón no sentí temor, solamente me quedé sentado viendo como cada una de esas 12 sombras se iban desvaneciendo en el aire, iban desintegrándose poco a poco, como pasando hacia otro lugar para ya no volver nunca más aquí. Después de eso no volví a vivir nada similar, ni tampoco supe sobre ese extraño hombre de mirada sospechosa, esa experiencia es algo que me marcó de por vida, pero a veces, recordándolo todo, me da gusto haber podido descubrir los cuerpos en el patio, lo cual nunca hubiera podido lograr, si no hubiera recibido esos extraños y peculiares indicios, los cuales hasta hoy no termino de entender de qué manera era que hacían posible sus manifestaciones.
Autor: Lyz Rayón.
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