hospital embrujado (1)

Hospital Embrujado 2022

Hospital embrujado… Muchas veces intentamos enterrar los malos recuerdos, incluso llegamos a perder propiedades, con tal de no ver aquello que nos recordaría todo lo malo que nos ocurrió.

Desgraciadamente el mal reaparece una y otra vez, por mas que se le quiera hacer desparecer.
Hace algún tiempo que soy considerado como un fracaso para mi familia, esto debido a que la mayoría de mis hermanos y primos cercanos, son médicos especializados en algún área.

Yo la verdad jamás me sentí atraído por alguna carrera, y al final he venido trabajando como guardia de seguridad.

Como podrán imaginarse mis padres se han sentido decepcionados por decisión y por mi bajo salario no había tenido la oportunidad de independizarme.

Un día uno de mis tíos, que jamás me ha juzgado, en cambio siempre ha intentado apoyarme y motivarme, me ofreció trabajar en una clínica que estaba por abrir, me ofreció un muy buen sueldo e incluso alojamiento en una pequeña casita en el estacionamiento de la clínica.

No desaproveché la oportunidad, aunque la clínica era de difícil acceso ya que se encontraba a las afueras de Saltillo, Coahuila, en una colonia rural, siendo este el único hospital de la zona, eran muchos los pacientes que acudían constantemente.

El hospital a simple vista lucia algo tenebroso, posicionado en una zona árida, donde la maleza y espinos están al por mayor, ubicada sobre una colina muy alta.

Al principio solo eramos dos guardias, que nos intercambiábamos los turnos, pero mi tío, al ver que nuestra carga de trabajo era muy pesada decidió contratar a otros dos.

Uno de estos dos nuevos guardias, me dio mala espina desde el principio, aunque su personalidad parecía bastante agradable, tenia ciertas características físicas que me desagradaban, por ejemplo era extremadamente delgado, sus ojos eran raros, parecían sobre salir de sus cuencas, ademas de que en diferentes partes de su cuerpo tenia cicatrices.

Como fuera, me sentía feliz, en verdad que me gusta ser guardia de seguridad, sin embargo, después de un mes de trabajar allí, comencé a notar cosas extrañas, a veces veía en las cámaras gente parada en la entrada, que no entraba, solo se quedaba allí, después comenzaban a caminar de manera errática y cuando salía a ver que es lo que necesitaban, desaparecían.

Algunas veces encontraba a otros pacientes que iban llegando, a quienes les preguntaba si no habían visto a una persona extraña merodeando la puerta, estas personas me respondían que estaban solas y que al llegar no había nadie.

En repetidas ocasiones me llegó a suceder situaciones así, era tan constante esto, que sentía vergüenza ante las personas y preferí enfocarme solo a mi trabajo, intentando ignorar la cámara delantera y no salir a menos que hubiera alguna emergencia.

Mi tío, seguido me visitaba en la caseta, para preguntarme acerca de como me sentía con el empleo, yo le decía que me sentía bastante cómodo y siempre le agradecía, algo que era común en el, era que siempre me repetía una y otra vez, que la clínica estaba completamente remodelada, que el mismo supervisó la obra, creo yo que esto le hacia sentirse lleno de orgullo.

Yo a pesar de que veía muchas fallas estructurales en el edificio y que incluso existían áreas que se veían muy deterioradas, no se lo negaba, ni le mencionaba que ya me había dicho lo mismo una y otra vez.

Estaba muy agradecido con el.
No suelo ser una persona muy curiosa, no me gusta indagar en donde no me incumbe, desafortunadamente me vi en una situación en la que tuve que comenzar a investigar el edificio.
Durante una guardia nocturna, vi en las cámaras, a una persona merodeando en una parte de la clínica que se encuentra cerrada.

Como nos habían ordenado no permitir que nadie pasara por allí, pues esta parte estaba en remodelación aun, se encontraba apuntalada con barras de acero y vigas de madera, acudí de inmediato a sacar a esa persona de ese lugar.

Cuando llegué allí, no logre alcanzarlo, solo pude notar que llevaba una gabardina, parecida a la de nuestros uniformes.

El hombre escapó saltando una cerca, en la parte trasera de la clínica. No quise perseguirlo, no tenia caso, no había robado nada, ni hecho nada malo, en cambio el hombre seguramente se habría hecho daño al brincar la cerca, pues para hacerlo, tuvo que agarrarse de unos alambres de púas.

Cuando llegó mi relevo, le conté lo ocurrido en la noche. El me platico que también le tocó ver algo parecido hace algunas noches, solo que el en cambio, ni siquiera se tomo la molestia en seguir al extraño.

Me metí a mi dormitorio, puse algo de música y me quede dormido.
De regreso a mi turno, nos llamaron a junta. Se nos pidió que pusiéramos mas atención a las cámaras y vigilancia, pues muchos médicos estaban reportando el extravío de material quirúrgico e incluso algo mas siniestro, se trataba de partes de cuerpos humanos, extraídas durante las cirugías.

A la junta acudimos todo el equipo de seguridad, también asistió el guardia del que les hablaba al principio, el hombre delgado de aspecto extraño, noté que sus manos estaban vendadas, sus heridas parecían recientes, se le veía sangrar a través de la tela de sus vendas.

Mi tío también lo notó, así que hizo que atendieran al hombre inmediatamente.

Hablé con mi tío a solas, le conté lo del asunto del hombre que vi merodeando en el área que aun estaba en remodelación, el me contesto que llevaba tiempo notando que ocurría algo raro.

Quise contarle que sentía sospechas del guardia con las heridas en las manos, pero mi tío corto
la plática de inmediato, se disculpo y me pidió estar atento a cualquier movimiento raro que notara.
Pues bien, para entonces, comencé a incrementar las rondas que daba a la clínica.

Durante estos rondines, me encontraba con varios médicos, con quienes tenia buena comunicación, incluso algunos de ellos eran mis amigos. Todos me referían que uno de los nuevos guardias no les daba confianza, era extraño, aunque el hombre parecía amable, su comportamiento parecía fingido, ademas desprendía cierto olor desagradable y de que siempre hacía muchas preguntas.

No quise formarme una idea errónea acerca de este sujeto, pero como dicen, cuando el rio suena, agua lleva.

No estaba seguro de lo que estaría tramando este sujeto, o si el era en verdad quien estaba robando el material quirúrgico, pero teníamos que estar atentos y sobre todo revisar los videos de las cámaras.

Durante una ronda que hice, se me ocurrió, investigar en el área prohibida. Se suponía que por seguridad nadie debía meterse allí, pues esa área estaba muy delicada, tenían miedo de que se fuera a caer de un momento a otro.

Según tenia entendido, la parte frontal de la clínica era edificio nuevo, mientras que la zona media, donde estaban algunos quirófanos, pertenecían a una edificación antigua, mi tío había invertido mucho dinero en la obra y rescatar lo mas que pudo, pero la parte trasera, la cual en ese momento ignoraba que función cumplió en el pasado, estaba casi inservible, estaba apuntalada como he dicho, aunque era muy probable que terminaran derribándola.

Me adentré durante mi turno. Tuve que entrar por una ventana a la que se le retiro la herrería, pues no me daba confianza abrir la puerta, en mi imaginación pensaba que en cuanto abriera la puerta, todo el edificio se me vendría encima.
Encendí mi linterna, olía mucho a humedad allí dentro. El piso era de esos azulejos viejos, de color blanco y negro. Lo primero que vi, fueron varios esqueletos de camillas oxidadas, algunas lámparas colgando del piso.

Caminé un rato, vi que varias de las salas llevaban barandales de acero, esa zona mas que hospital parecía una cárcel.

Llegué hasta una habitación, que lucia diferente a las demás, esta tenia un par de sillas de escritorio y algunos cuadros en la pared, eran varios, pero solo uno aun mantenía la mitad de la imagen visible, era una persona en habito rojo, el rostro no se le alcanzaba a ver pero sus manos estaban posadas una sobre la otra.

Salí de ese cuarto y noté que en el piso había pisadas de botas, seguí el rastro con mi linterna, llegaban justo hasta la puerta de madera agrietada, quise dirigirme hacia allá, cuando recibí una llamada al radio, había un problema en la entrada.

Estaba a punto de cruzar la escalera, cuando sentí que alguien me tocó el hombro, me giré de inmediato, iluminando con la lámpara que llevaba, vi algo muy extraño, a simple vista pudiera describirse como un payaso, aunque no estoy seguro de que así lo fuera, tenia ropa muy antigua, con holanes y moños, se le veía muy floja y su mirada reflejaba una angustia muy profunda, sentí un terror que me obligó a alejarme de allí sin ver si quiera por donde pisaba.

Me sentí estúpido por haber entrado allí. No podía quitarme de la cabeza la cara de ese ente, no sabía si su cara estaba maquillada o si era así naturalmente.

Iba pensando en ello, cuando me topé con uno de los médicos, que al verme me preguntó si me ocurría algo malo, pues mi rostro estaba totalmente pálido, entonces me di cuenta de que estaba sudando frio.

Le dije en un tono muy seco, que acababa de ver un espanto, intenté esquivarlo, lo veía con ganas de sacarme plática, pero necesitaba llegar a la entrada para ver por que se me solicitaba.

Cuando llegué a la entrada, todo lo que ocurría, era que unos pacientes chocaron ligeramente sus autos, ya habían llamado al seguro, sin embargo uno de los conductores se puso un poco agresivo, nada que no pudiera solucionar.

Me quedé un rato sentado en la cabina frente a los monitores, no había muchos pacientes ese día, en las pantallas se veían enfermeras entrando, algunos doctores que salían a fumar a los jardines.

Llegó a buscarme una de las encargadas de lavandería, se veía asustada, me pidió que la acompañara
La lavandería se encontraba en el sótano, era un enorme habitación con cuatro lavadoras gigantes y dos secadoras de un tamaño aun mayor, fácilmente cabrían unas tres personas y con lo ruidosas que son las máquinas nadie las escucharía gritar.

Sonará un poco macabro, pero siempre que veía esas enormes máquinas, no podía dejar de imaginar que algo así ocurriría.

La mujer encargada de lavandería era una chica muy joven, yo creo tendría apenas unos veintidós años.

Me pidió que revisara dentro de una de las lavadoras, ella no quería ni arrimarse.
Me paré un segundo dudando en revisar, presentía que vería algo horrible allí dentro, al final me ganó la vergüenza y revisé dentro.

En medio de una sábana estaban pedazos de piel y demás tejidos extraídas durante las cirugías. Casi me vomito cuando lo vi.

Era muy extraño encontrar algo así en las sábanas, los doctores llevan un protocolo para tirar los desechos en bolsas especiales, lo único que se me ocurría era que alguien estuvo hurgando en uno de los vertederos del hospital.

La encargada de la lavandería, me comentó que no fue ella quien recogió las sábanas, sino uno de los encargados de limpieza.

Fui a buscar al encargado de limpieza en turno. Lo encontré en el jardín que se encuentra frente al área de maternidad.

El me dijo que cuando el quitó todas las sábanas de las camas, no vio nada extraño, sin embargo, encontró una sábana hecha bolas afuera de uno de los quirófanos.

Le hablé a mi tío, para informarle del incidente, pues este tipo de residuos son muy peligrosos, pueden estar contaminados con alguna enfermedad, así que mandaron al encargado de limpieza con un traje de quirófano y guantes, aunque a mi esto se me hacia ya exagerado, ya habíamos estado expuestos a los desechos la empleada de lavandería y yo, aunque no tocamos nada directamente.

Mi tío me mandó llamar a su oficina. Tuve que esperarlo, porque estaba atendiendo unas llamadas.

Mientras miré todos sus reconocimientos colgados en la pared y note un cuadro que contrastaba, era un retrato de una persona con un habito rojo, como el que llevaban los cardenales de la iglesia, sus manos estaba colocadas una sobre otra, se parecía mucho al retrato que encontré en el área prohibida del hospital.

Intenté preguntarle a mi tío sobre esta persona del cuadro, pero me interrumpió. Me señaló que ese tipo de situaciones estaban ocurriendo, como el robo de residuos, ya iban varias veces que se desaparecían los desechos y era algo muy extraño, pues quien en su sano juicio quería exponerse a adquirir una enfermedad por tener contacto con esto.

Mi tío me dijo repetidas veces que no deseaba meter a la policía en esto, pues para empezar no creía que le hicieran caso, aparte de que el material que se robaron, no era tan valioso, un par de tijeras, algún bisturí, ese tipo de cosas.

Ya ni le pregunté sobre la identidad de la persona del retrato.
Durante otro turno, vi en los monitores de nuevo a una persona sospechosa en la puerta. Antes de que alcanzara a salir, vi que entró y se metió por el pasillo que lleva a urgencias, lo seguí hasta uno de los jardines, solo le veía la espalda, iba vestido muy raro, como anticuado.

Por su modo de vestir, creí que se trataba de una persona en situación de calle, suele pasar que aveces entran al hospital este tipo de personas, pero no era el caso.

Justo lo alcancé llegando a la zona de rayos x, cuando desapareció ante mis ojos, como si jamás hubiera estado frente a mi.

Uno de los medicos venia caminando desde el otro lado del pasillo. Apenas me lo topé y le pregunté si no había visto a alguien extraño pasar, el me respondió que no había nadie en ese lado de la clínica, después me empezó a preguntar si estaba bien, según el, yo me veía algo pálido.

Como tengo buena amistad con ese doctor, me invitó un café de la maquina despachadora de la entrada.

El café me soltó la lengua y le platiqué un poco de todo lo que estaba ocurriendo; lo de la desaparición de los residuos, de la aparición en el área trasera de la clínica.

El medico escuchó todo sin interrumpirme, sin embargo apenas terminé mi historia, comenzó a decirme que el podía recetarme algo si seguía así de intranquilo, después me preguntó que si dormía bien, tuve que decirle la verdad, soy propenso a padecer insomnio y rara vez puedo dormir bien.

Por ultimo, dijo creerme, sin embargo me hizo una receta para conseguir unos sedantes y antes de irse me dijo que los podían surtir en la farmacia del hospital.

Me quedé sentado un rato pensando en todo lo que me estaba ocurriendo, desde que empece a trabajar en ese hospital comencé a ver apariciones, siendo que antes de allí, no recordaba haber visto nada.

Por un momento pensé que quizás el doctor algo me quiso dar a entender, tal vez necesitaba empezar a dormir bien.
Pase a la farmacia por los medicamentos e inmediatamente que termine mi turno, tome una pastilla y me eché a dormir.

Logre dormir sin problemas, desafortunadamente tuve una especie de parálisis del sueño, nunca antes padecí este fenómeno.

Estaba acostado, veía y escuché todas las personas afuera, sentía que algo malo me iba a ocurrir, intenté moverme para despertarme, pero no podía. Después de un rato logré abrir los ojos, aunque seguía sin lograr moverme.

De la nada vi entrar a dos hombres con trajes de cirujano, mas estos no se parecían en nada a los que utilizaban los doctores de la clínica, lucían muy extraños.

Se acercaron a mi, marcaron una linea en mi frente, la desesperación se apoderó de mi, seguía sin poder moverme.

Sentí que moría del miedo, entonces pude despertar. Me puse a llorar, jamas en mi vida sentí tanta desesperación, y eso que he tenido peores pesadillas.

En mi siguiente turno, exactamente como alrededor de las dos de la madrugada, vi entrar alguien de manera sospechosa por el área de urgencias, por la complexión de la persona, estaba casi seguro de que se trataba del guardia de las extrañas cicatrices.

Fui a seguirlo, siempre a algo de distancia de el, quería ver que es lo que hacía ese sujeto. Caminó hasta el área prohibida, aun no le veía el rostro pero sabía que era el.

Entre por la ventana intentando no hacer ruido, quería agarrarlo de sorpresa.

Caminé y revise varias habitaciones, pero no lograba encontrar a ese hombre, casi empezaba a sospechar que fui victima de un espectro nuevamente, sin embargo, empecé a notar una luz que tintineaba en un muro, también olía a cera, sabía que el hombre estaba cerca.

Entré en la habitación en la que se encontraba, traía una especie de capucha roja y se encontraba en medio de un círculo de veladoras.

El hombre no se asustó ante mi presencia, al contrario, me dijo que esperaba que yo también llegara, después dijo algo extraño, si mal no recuerdo era algo así como: las energías negativas nos atraen a todos.

Le pregunté que estaba haciendo allí, en lugar de contestarme me pregunto que si quería ver un fantasma, le respondí que no, que ya había visto bastantes rondando el edificio.

El me dijo que esos solo eran recuerdos que se quedan anclados al edificio. Enseguida me volvió a decir que si quería ver un fantasma, no le respondí, entonces se acercó a mi, me dijo que me sentara junto a el, por alguna extraña razón le hice caso, me senté a su lado.

El empezó a rezar una oración al revés, creo que era el padre nuestro.

Me dijo que mirara en dirección a una lápida que estaba apoyada en la pared; como la habitación estaba muy oscura, ya que las veladoras no iluminaban mucho, no noté que allí estuviera una lapida.

Después de forzar un poco mi vista pude verla. El olor a cera quemándose me asfixiaba, le dije al hombre que no veía nada, desgraciadamente apenas terminaba de decirle que no veía nada, cuando algo muy extraño paso.

Las veladoras se apagaron, el olor a cera fue sustituido por un olor indescriptible y pesado, al fondo de la habitación se escucharon pasos, sabía lo que iba a suceder, intenté ponerme de pie, pero el tipo ese me detuvo, me dijo que era peligroso salir ahora.

Lo que vi fue lo mas horrible que jamás he visto en mi vida. No lograría describirlo por mas que quisiera, era tan real como mis manos, un hombre con dos rostros horribles, caminaba arrastrando un pie y hacia un sonido horrible.

No se cuanto tiempo habrá durado ese ente en la habitación con nosotros, quizás fueron unos segundos solamente pero a mi me parecieron una eternidad.

Cuando todo terminó, las veladoras se encendieron de nuevo y el otro guardia se echó a reír como desquiciado.

Encendí mi lámpara, entonces pude comprobar que sobre el piso estaban algunos desechos del hospital, ese hombre era el maniático que se los estaba robando, los estaba usando para invocar quien sabe que cosas.

Le dije que lo iba a reportar, pero este hombre se veía fuera de si, seguía riendo como lunático, cuando intenté salir de allí, me detuvo con fuerza, utilizando sus manos, me sentía intimidado, la fuerza de un loco es mayor a la de cualquier persona.

Con esfuerzo logré zafarme, mas de inmediato se puso a obstruir la entrada, en eso saque mi tolete y le di un par de golpes en la cabeza, después se arrojó sobre mi, le hice a un lado y me escabullí. No miré hacia atrás, aunque no escuchaba su voz ni sus pasos tras de mi.

Me quedé en el pasillo que daba entrada al área de urgencias, saque mi radio y llame a mi tío, quien decidió llamar a la policía. Yo me quede vigilando que aquel hombre no saliera por el pasillo.

Para cuando llegó la policía el sujeto se había escapado. Investigaron el lugar, estaba lleno de desechos de hospital en varias habitaciones, también estaba el material que no encontraban, junto a varias cosas que pertenecían al guardia, al parecer estaba viviendo en ese lugar.

Después de eso, mi tío contrató dos guardias mas y los turnos teníamos que hacerlos en parejas.

Reanudaron la remodelación de la zona faltante de la clínica. Tuvieron que derribar la mayor parte de habitaciones, sin embargo los cimientos y las divisiones quedaron iguales.

Mientras realizaban las remodelaciones, encontraron un enorme túnel debajo de una habitación, que quien sabe a donde rayos daría, ni los albañiles ni nadie desearon recorrerlo, mencionaban que se desprendía un olor nauseabundo.

Según supe, sellaron bien el túnel.
Yo comencé a tener pesadillas con el otro guardia de seguridad, soñaba que se escondía en la lavandería e intentaba meterme a la enorme secadora.

Ese hombre en verdad era extraño, quien sabe cuanto tiempo llevaría realizando sus rituales en el hospital.
Poco tiempo despues, los demás guardias de seguridad comenzaron a murmurar que habían visto fantasmas, uno de ellos incluso mencionaba que uno tenia un aspecto parecido al de un payaso con cara de angustia.

Comencé a hacer amistad con una de las chicas de farmacia. Teníamos mucho en común y no tardamos en sentirnos atraídos el uno por el otro. Ella se llamaba Erika. Salíamos durante nuestros descansos y nos hicimos la costumbre, de todos los días platicar un rato en el estacionamiento del hospital.

La vista que hay desde este lugar, es impresionante, aunque siempre veía todas las construcciones debajo de la carretera, como un mundo post apocalíptico.

Una tarde, mientras fumábamos un cigarro en el estacionamiento, comenzamos a escuchar algo arrastrándose entre los autos. Ya estaba completamente oscuro y las escasas lámparas en el estacionamiento no facilitan la visión.

De primero no hicimos caso a ese sonido, sin embargo después de escucharlo mas fuerte una y otra vez, nos pusimos de pie y comenzamos a revisar entre los autos.

Yo tenia miedo de que alguna serpiente anduviera rondando, ya que en un par de ocasiones tuvimos que lidiar con eso.
Erika me acompañó a revisar, aunque le dije que mejor entrara a la clínica para que nada malo le fuera a ocurrir, ella se negó diciéndome que no pasaba nada.

Revisamos los coches que estaban mas cercanos sin encontrar nada. Decidimos regresar, ya en cinco minutos mas tendríamos que regresar a nuestros trabajos.

Justo antes de entrar a la clínica, volví a percibir ese sonido, era extraño, parecía como si se moviera debajo de los autos, yo lo describo como parecido a las serpientes, pues no sabría como explicarlo, era demasiado extraño. Me giré por ultima vez en dirección a los coches, apunté con mi lámpara, entonces por unos segundos vi como si una sombra se moviera por debajo de los autos.

Esa misma noche, un medico me contó que una paciente de maternidad dijo haber visto algo horrible en el techo de su habitación, según la mujer, era una especie de araña con cabeza de muñeca.

El medico había intentado tranquilizar a la mujer, pero la única manera en que lo lograron, fue cambiándola de habitación.

Yo por lo regular no caminaba mucho por el área de maternidad, pero si iban varias veces que escuchaba a pacientes decir que veían cosas extrañas en algunos cuartos.

Casi siempre era la misma historia, aunque variaba un poco, por ejemplo una enfermera me contó que vio una niña con cara de muñeca asomándose debajo de la cama de una paciente.

Son muchos los fantasmas que circulaban ese viejo hospital. Bueno, según la mayoría dice que son fantasmas, aunque yo no estaría muy seguro de que sean fantasmas, pues muchos de estos seres no desaparecen simplemente, algunos son mas agresivos.

Yo diría, que mas bien existe una maldad que toma la forma de tus peores temores.
Durante una temporada, nos tocó quedarnos de planta en la zona de maternidad, esto a causa de que en una clínica del seguro social se robaron a una niña recién nacida, así que el ayuntamiento, exigió a todos los hospitales privados, doblar la seguridad de esa área.

Esta área, originalmente se localizaba en la planta baja, pero, con las nuevas remodelaciones, se pasó al segundo piso, de la zona donde encontré al guardia realizando sus rituales.

Todos los guardias le tenían miedo a ese lugar, dos de ellos decían que habían visto a la niña con cara de muñeca.

Hospital Embrujado

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Yo la verdad, ya eran tantas cosas que veía en el lugar que me daba igual quedarme allí o en la entrada, en el estacionamiento también ocurrían cosas, pero al parecer solo yo las había presenciado.

En cambio del área de maternidad todos hablaban. Así pues, llegamos a un acuerdo entre todos, me quedé yo supliendo la mayor parte del tiempo la vigilancia de esa área.

Quedó muy amplia el área, de todo el edificio era el que mas cubículos tenia. Para entrar, tenias que pasar por una puerta doble, en medio de estas, se encontraba nuestra caseta, después atravesabas otro pasillo y allí estaba otra puerta, donde una de las enfermeras era la encargada de recibir a pacientes y visitantes.

Una noche que solo estaba una paciente en el área, me quedé sentado leyendo un libro, de repente empecé a escuchar pasos en el corredor.

Tuve la mala ocurrencia de asomarme por la ventanilla, vi caminando en el pasillo algo tan aterrador, que ni siquiera en mis peores pesadillas he visto.

Era una especie de bebé, pero su piel era tan pálida como la cera de una veladora, caminaba en dos pies, a pesar de que sus piernas se veían débiles, llevaba el corazón por fuera del pecho y su rostro era como el de un demonio enojado.

El corazón me latió deprisa, la llamé por radio a la enfermera que se encontraba en la otra puerta.

Le conté lo que estaba ocurriendo, vi que ella también se asomó desde el otro lado del pasillo, para mi mala suerte, el pequeño demonio se esfumó ante mis narices.

La enfermera me dijo que me creía, pues en varias ocasiones ella también presenció apariciones aterradoras, me recomendó ponerme a rezar. Le hice caso, sin embargo todo el turno me sentí nervioso.

No se ni a que horas ni como, pero me quedé dormido. Me despertó un horrible ardor en mi pierna derecha.

Me revisé de inmediato, el pantalón tenia unas marcas de quemaduras, eran extrañas, formaban algo parecido a una pequeña mano.

Mi pantorrilla también estaba marcada, fui a que me revisara el medico que se encontraba de guardia en el área de urgencias.

El medico se sorprendió al ver las marcas, no parecían quemaduras comunes y corrientes, según el, parecían internas. Hizo que me revisara otro medico, no se parecía a nada que hubieran visto antes, ningún animal dejaba una marca así. Me dieron una crema que me aminoraba el ardor.

Cuando salí, busqué a Erika, que ya me esperaba en el estacionamiento con un café y un cigarro.

Le platiqué lo que me ocurrió en la madrugada, luego le enseñé las marcas en mi pierna. Ella me dijo que le tocó ver una vez esas mismas marcas en una enfermera, según supo, les llamaban marcas de demonio, este tipo de cicatrices eran provocadas al tener contacto con seres de otro plano astral.

Seguimos hablando de todo lo que vimos en el hospital y ambos concordamos con que el lugar mas embrujado era el área de maternidad, aunque ella me confesó que el lugar que mas le aterraba, era la lavandería, pues desde hace varios días había estado apoyando a la chica que se encargaba de esta área, pues estaba embarazada y tenia amenaza de aborto.

Erika al igual que yo, sentía un miedo irracional a la enorme secadora,

decía que no podía dejar de imaginar que dentro cabrían varias personas, pensaba que morir sofocado allí dentro sería algo horrible.

Pero no era solo su imaginación lo que le daba miedo, decía que en varias ocasiones, vio a un hombre escondido en el pequeño patio donde almacenan la ropa de cama, este hombre era ultra delgado, con unas horribles cicatrices en la piel, ella era consciente de que no era real, pues una persona así de delgada no podía existir.

Erika veía que esa aparición se escondía entre las montañas de ropa, había aprendido a ignorar a ese ente, pero que a veces inconscientemente lo veía y no podía evitar salir corriendo de la lavandería, decía que los ojos de ese ser parecían los de un lunático.

La descripción que me dio Erika parecía a la del antiguo guardia de seguridad que atrapé realizando un extraño ritual, en el que prácticamente me obligó a participar, pensé que quizás el hombre se quedo atorado en el túnel que taparon los albañiles y al morir ahora era parte de las tantas ánimas que merodean en la clínica.

Terminamos el café y la luz del día iluminó por completo el estacionamiento. Me estaba despidiendo de Erika, cuando por unos segundos vimos algo asomarse debajo de un auto. Era una cabeza de muñeca. Erika grito y yo la abracé, pero cuando volví a mirar, ya no había nada.
Erika se fue a su casa y yo me metí a dormir al cuarto.

Cuando al fin estuve en mi cama, no soportaba el ardor en mi pierna, la pomada ya no me ayudaba en nada. Decidí ir a enfermería a ver si me prestaban una bolsa de gel fría.

Regresé con un par de bolsas de gel en una hielera.
Me puse una de las bolsas y solamente así me dejó de arder.

Conecte unos audífonos a mi celular para arrullarme. Empezaba a quedarme dormido, cuando una de las canciones que escuchaba, se detuvo, pensé que había fallado mi teléfono, pero de repente comencé a escuchar la voz del guardia a través de los auriculares, me preguntaba de nuevo si quería ver un fantasma.

Me saqué de onda, me quité los audífonos y reinicié el celular. Ya no quise volverme a colocar los audífonos esa noche.
Cuando desperté, note ciertas marcas negras en el colchón donde dormía, lo retire de la base y también la base estaba manchada, eran marcas extrañas, no parecían producidas por la humedad, mas bien parecían quemaduras.

Volví a cubrir mi turno en el área de maternidad, en esta ocacion la jefa de enfermeras me informo que un ente maligno la atacó durante su guardia. Según ella era una especie de niño que iba con el corazón por fuera del pecho, el pequeño engendro se le acerco y le quemó la pierna, me enseño sus marcas, eran idénticas a las que llevaba yo, aunque a diferencia de ella, mis quemaduras ya casi no se notaban.

Le dije de broma, que quizás eso era esbirro demoníaco, pero no le causo gracia, me dijo que ella creía que existía una maldad muy profunda en los cimientos del hospital, cuando acabo de hablar, me regalo un rosario de piedras color verde.

Las palabras de la jefa de enfermeras rondaron toda la noche en mi cabeza, recordaba el cuadro en la antigua área, el tipo del traje rojo que aunque no se le veía la cara, estaba seguro de que era el mismo cuadro que vi en la oficina de mi tío.

Me propuse indagar un poco, quizás, este personaje revelaría el pasado oscuro del que me habló la enfermera.
Pasé el turno sin ningún detalle, solo un sonido como si arañaran los vidrios de las puertas, pero cada que ocurría esto, tomaba el rosario y contaba las cuentas con mis dedos, una a una, al final desaparecían los ruidos.

Al terminar mi turno Erika me busco corriendo. Me dijo que tenia algo importante que decirme.
Me contó que vio la misma aparición de la lavandería acechando afuera de su casa.

Me dijo que se veía demasiado real para ser un simple fantasma, sus ojos en especial era lo que le espantaban, mencionaba Erika, que tenia una nube en un ojo, tenia unas ojeras muy marcadas, los ojos como hundidos y muy poca carne en el cuerpo, parecía un cadáver en la morgue.

Yo intenté tranquilizarla diciéndole que quizás solo era su imaginación que quedó muy asustada con ese fantasma en la lavandería, pero ella me decía que no podía ser posible, pues lo vio afuera de su casa, parado exactamente frente al ventanal de su sala. Insistencia en que se veía demasiado real para que solo se tratara de un espectro.

Me ofrecí acompañarla hasta su casa, ella vivía con sus padres y uno de sus hermanos con su esposa, pero para esas fechas sus padres se fueron de vacaciones, mientras que su hermano y su mujer, llegaban ya a muy tarde, incluso a veces se quedaban con sus suegros.

Yo no podía quedarme mucho tiempo con ella, pues a la hora que ella salía, yo entraba una hora mas tarde a trabajar, por eso siempre nos quedábamos platicando en el estacionamiento.

Fuimos a su casa, ella me indicó el lugar en el que vio al hombre. Revisé el piso por si hubiera alguna pista de que en verdad alguien la estaba siguiendo y no un fantasma, pero no vimos nada, ni siquiera una huella.

Me tuve que ir rápido, pues su casa se encuentra a media hora de camino del hospital, le dije a Erika que se encerrara muy bien y que tuviera a la mano el numero de la policía por cualquier cosa.

Cuando llegué al hospital, uno de los guardias seguía en la caseta, me informó que mi tío nos mandó a llamar.
Nos citaron en la lavandería. Otro de los guardias descubrió restos de ropa quemada y cera pegada en el piso, exactamente en el patio de la lavandería.

Mi tío nos pidió revisar muy bien las cámaras, pues iban varias personas que le decían ver a gente extraña.

Yo le dije a mi tío que lo que se veía eran fantasmas o algo mas aterrador, pero no me contestó, solo se me quedo viendo y después nos volvió a decir que estuviéramos al tanto, que aumentáramos las vueltas que dábamos a la clínica y que también revisáramos los videos y si veíamos algo extraño hiciéramos respaldo.

Antes de irse, me dijo que fuera a su oficina en una hora.
Nos dimos a la tarea de revisar los videos, pero lo único que vimos raro, fueron sombras y objetos moviéndose solos, puertas que se abrían sin que nadie saliera, un montón de cosas raras, pero ninguna persona sospechosa.

Se llegó la hora de ir a la oficina de mi tío.
Recordé el cuadro del hombre del atuendo rojo, esta vez le preguntaría a mi tío sobre la identidad de ese personaje.

Mi tío lucia muy serio, creí que me regañaría por algo.

Afortunadamente no era contra mi, comenzó a preguntarme si había notado algún comportamiento extraño en los guardias o en los demás empleados de la clínica, me recordó lo que pasó con el guardia que me ataco y después me dijo que donde se enterara que alguien mas estaba haciendo brujería en el hospital, lo despediría sin pensarlo.

Esto ultimo pareció molestar mucho a mi tío, pues su rostro se puso rojo, luego comenzó a decirme que ese hospital había sido remodelado varias veces, no solo por el, sino en otras épocas.

Aproveché que su plática tomo ese rumbo para preguntarle sobre la identidad del hombre de rojo.

Mi tío me dijo que el había sido la primera persona encargada de ese hospital, era un arzobispo, pues durante un tiempo perteneció a la iglesia, sin embargo el lugar terminó en el abandono y pasó a manos de otro medico, quien prácticamente enterró el antiguo hospital y construyó este encima.

Sin embargo las cosas no salieron bien, ocurrieron muchas tragedias y de nuevo quedo en el abandóno, pero las cosas no le salieron bien, luego mi tío que lo remodeló también y hasta ahora el hospital iba bien por primera vez en la historia, pero que el hospital parecía un imán para las personas que practicaban brujería.

Mi tío sacó de un archivero varias copias de periódicos viejos y hasta un documento que llevaba el sello de la iglesia. El periódico hablaba de sucesos extraños en el hospital y la nota de la iglesia, denunciaba a un obispo de herejía. Una vez que me enseñó los documentos, me dijo que el no iba a permitir esas actitudes, pues todas esas prácticas atraían la mala suerte y llevarían al hospital a la ruina.

Antes de irme, me pidió que no le platicara a nadie lo que me acababa de decir y que si notaba cualquier comportamiento raro en mis compañeros o cualquier medico o empleado, se lo reportara de inmediato.

Quedé muy pensativo esa noche. Algunos misterios se me revelaron, pero surgieron otros, sabía que si investigaba, seguramente encontraría cada una de las tragedias que ocurrieron en el antiguo hospital, no obstante preferí no hacerlo, de por si ya eran muchas las situaciones extrañas que se me presentaban y si me obsesionaba con la historia del hospital, seguramente terminaría presenciando aun mas actividad paranormal.
Colocamos una cámara oculta en el área de lavandería.

Tuvieron que pasar varios días para que notáramos algo extraño en las grabaciones de la lavandería. Analizamos la grabación que se veía mas extraña. En el video, estaba la encargada de lavandería, que salió corriendo muy asustada.

Después de un rato regresó con el guardia de seguridad, ella le señaló el pequeño patio donde amontonaban la ropa sucia. La cámara solo abarcaba la entrada a ese cuarto, por lo que no logramos ver que fue lo que le enseño.

Contactamos al guardia en turno para preguntarle lo que había pasado en esa grabación. El nos dijo que la empleada de lavandería le aseguró haber visto a un hombre escondido entre los carritos de la ropa sucia, pero cuando el guardia revisó no encontró nada y eso que según el, volteo de cabeza el lugar.

Pasaron tres días en los que no pude ver a Erika, pues nuestros turnos no se prestaban. Cuando al fin la vi, me sorprendió su aspecto, se veía muy delgada, tenia muy marcadas las ojeras. Me dijo que llevaba varios días sin dormir bien, yo le pregunté que si su falta de sueño era causada por los cambios de turno, pero ella me respondió que no, que la causa era que seguía viendo al tipo afuera de su casa y lo peor de todo era que ese sujeto aparecía en sus sueños.

Su pesadilla era siempre la misma, el hombre la raptaba, la llevaba a un lugar del hospital donde la obligaba a bajar por un túnel hasta un área subterránea, llena de habitaciones enjauladas, camillas oxidadas.

Allí el sujeto le preguntaba que si quería ver un fantasma. Cuando escuché estas ultimas palabras, le pedí que callara.
Me quede congelado del miedo, no lo podía creer, eran las palabras del maldito guardia que estuvo realizando sus rituales, el que me atacó esa noche.

Le platiqué que por la descripción que me daba, ese lugar era idéntico al área antigua del hospital y lo mismo que le dijo el tipo ese en su sueño, me lo dijo a mi y que incluso hasta la fecha, yo tenia pesadillas con ese sujeto y hasta en mas de una ocasión escuché decirme esas mismas palabras antes de despertar.

Mis historias pusieron mas asustada a Erika. Que después de varios días, mencionó, comenzar a ver a esa misma aparición en ciertos rincones del hospital, se sentía enferma, parecía que ese ser la acosaba.
No supe que hacer para ayudarla, solo pude decirle que mientras estuviéramos en el mismo turno, yo la protegería.
En una semana renunciaron dos empleadas de lavandería, ni siquiera presentaron renuncia, simplemente se fueron, pero se corría el rumor entre algunas enfermeras que a una de esas chicas, algo maligno las ataco.

De la misma manera, Erika dejó el trabajo de la noche a la mañana.

Yo no me di cuenta de inmediato, pues como nuestros turnos no se cruzaban, solo no veíamos en los días de descanso y como no nos mensajeabamos tanto, por cuestiones del trabajo, no me di cuenta de que abandono el empleo hasta que una de las enfermeras me pregunto por ella.

Yo le dije que no sabía nada de ella, revisé mi teléfono pero no tenia ningún mensaje de ella, la enfermera me dijo que le preocupaba el aspecto de Erika, pues se veía demacrada ademas llevaba ya varios días diciéndole que veía a un tipo que la seguía por el hospital, yo le respondí que noté lo mismo en ella y que iría a buscarla en cuanto terminara mi turno.

Como ya era parte del trabajo, empezamos a revisar los videos de la guardia anterior, revisé en especial la cámara del área de lavandería, esta vez si note algo extraño. Vi a alguien asomando la cabeza por el pequeño cuarto donde se guarda la ropa. Detuve el video para ver mas a detalle, no reconocí muy bien al sujeto, pero no era posible de que se tratara de un empleado, pues se le veía el cabello largo.

Le dije a mi compañero que mirara la imagen del hombre, aunque no era muy clara la imagen, su rostro tenia algo que se me hacia conocido, no parecía un fantasma, se veía real.

Fuimos a revisar el área, aunque uno de los guardias ya había investigado, yo sentía una extraña corazonada. Llegamos y no estaba nadie en el área. Nos pusimos a revisar, esta corazonada me decía que debía encontrar algo, pero para hacerlo, necesitaba mantener muy abiertos los ojos.

De primera vista no encontramos nada. Me quedé parado pensando, mirando el pequeño cuarto.

De repente empecé a escuchar una gotera. Seguí el sonido, este venía de una secadora que no se usaba y estaba arrumbada en ese cuarto.

Movimos la secadora entre mi compañero y yo, entonces notamos que estaba hueca, pues no pesaba nada, ademas de que en la parte trasera se le cortó un pedazo de lámina.

Debajo de la lavadora, estaba una trampilla de metal. Pensamos que era la puerta del aljibe, pero el aljibe no se encontraba en esa área, así que procedimos a levantar la puentecilla de metal.

Un olor asqueroso nos recibió. Dentro todo estaba oscuro, iluminamos desde arriba con nuestras lámparas.

Vimos varias cobijas y mucha basura, parecía como si alguien estuviera viviendo allí. Decidimos bajar y revisar mas a fondo, por lo que empezamos a buscar una manera de llegar al fondo, iluminamos en busca de alguna escalera dentro.

Lo único que encontramos, fue una tela a modo de cuerda, con varios nudos en varios puntos. Nos atrevimos a bajar por allí.
En este punto yo me sentía paranoico, en mi mente imaginaba que Erika fue raptada y la encontraría allí debajo.
Bajamos con mucha dificultad, sobre todo mi compañero, que estaba algo pasado de peso.

Apestaba horrible, el piso estaba lleno de excrementos y orina.

El espacio era muy amplio, el piso lucia los mismos azulejos del área antigua del hospital. Había muchas cosas raras que colgaban del techo, algunas me atrevo a decir, eran partes humanas o de algunos animales, no nos detuvimos mucho, pues de repente chocamos con algo que parecía una cabeza de simio.

Nos asustamos muchísimo, sin embargo, después de tocarla, nos dimos cuenta de que era falsa, parecía una máscara rellena con periódico.

De repente vimos algo moviéndose hasta el fondo.

Alguien se puso de pie y se dirigió violentamente contra nosotros. Lo golpeamos con nuestros toletes, pero el extraño sujeto no se detenía en su intento por atacarnos.

Me encajó sus uñas en un brazo, en respuesta, mi compañero saco su teaser y lo electrocuto. Solamente solo así lo pudimos derribar.

Amarramos al sujeto con lo que pudimos, era muy difícil maniobrar a oscuras, ni siquiera le habíamos visto la cara al tipo, pero cuando habló, reconocí perfectamente su voz.

Apunte su cara con mi lampara, no parecía, pero era el maldito guardia que me ataco aquella noche, el mismo que soñaba Erika y que yo había escuchado antes de despertar. Lucia aun mas demacrado, no era posible que una persona así pudiera mantenerse en pie, estaba con la piel pegada a los huesos, su cabello todo hecho rastas. Comenzó a gritarnos que lo dejáramos ir, que no comprendíamos el poder que tenia aquel lugar.

El hombre se veía fuera de si, no entendía como una persona en sus condiciones era capaz de moverse con tanta fuerza como el lo hacía.
Le llamé de inmediato a mi tío para informarle de la situación y para saber que hacer. Aun no le colgaba, cuando algo se ilumino en el fondo de aquel lugar. Parecía una esfera de fuego.

La presencia de aquel extraño objeto hizo que el tipo en el piso se pusiera mas frenético, se retorcía de una manera antinatural. Poco a poco la esfera se acercó hasta nosotros. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, pudimos verla a detalle.

No sabría de que manera explicar lo que vi, pues no existe nada en la tierra que se le compare, dentro parecía tener varios ojos y algo parecido a plumas, la verdad no soporté mirarlo por mucho tiempo, porque la presencia de esa cosa me puso todo tembloroso, no podía controlarme, ni siquiera me di cuenta de que tiré el radio y ya no le seguí contestando a mi tío.

Afortunadamente la aparición no tardo en desvanecerse y cuando al fin me pude controlar, le volví a llamar a mi tío, que nos indicó quedarnos en el sitio que estábamos, pues llegaría la policía.
Tuvimos que esperar en aquel horrible lugar, donde comenzamos a escuchar sonidos extraños y la cabeza falsa parecía moverse, aparte el hombre no dejaba de decir locuras.

Llegó la policía y después de tomarnos declaración tuvimos que volver al trabajo. Yo ya no estuve cómodo, fuera lo que fuera que vimos allá abajo, me dañó los nervios.
No tuve que ir a buscar a Erika, pues esa misma noche me llamo.


Me contó que no dejaba de ver al tipo de sus sueños en el hospital, que lo vio asomarse entre las medicinas de la farmacia, he incluso en el baño. Por eso abandonó el hospital, se sentía muy aterrada. No quise contarle lo que acababa de ocurrir, pues seguramente esto la pondría peor, aunque los chismes corrían rápido, seguramente no tardaría en enterarse.

Me dijeron que al hombre lo tuvieron que encerrar en un hospital psiquiátrico, donde después de un mes murió de una manera extraña.
Yo terminé dejando el trabajo, como les dije, sentía mal los nervios, no soportaba estar en la clínica, sobre todo porque cuando caminaba por ciertos lugares me empezaba a temblar el cuerpo sin ningún motivo.
Los chismes comenzaron divulgarse entre las personas y según supe por un primo, el hospital ya estaba en problemas económicos.

Mi tío estaba molesto conmigo, por haber dejado el trabajo, aunque no me lo dijera, yo lo notaba, perdimos comunicación y hasta donde supe, tuvo que buscar un socio para poder mantener la clínica.

Erika me consiguió un buen empleo, que aunque no me pagaban lo mismo que mi tío, era suficiente para salir adelante. Con el tiempo ella y yo nos casamos.

Un día, vi un dibujo en Facebook que me puso a temblar. Se parecía mucho a lo que vi debajo del hospital, era muy raro, unas alas con ojos. Debajo del dibujo, decía que esa era la manera en que se representaba a los ángeles en el antiguo testamento.

Son muchos los horrores que viví en ese hospital, muchos jamás les encontré explicación alguna, pero de todos el que mas me aterro fue esa cosa, pienso que de alguna manera todas estas energías utilizaban al guardia que logro burlar la seguridad. Quien sabe, ya no mantengo comunicación con nadie de ese lugar.

Autor: Mauricio Vidal Farfan Cisneros

Derechos Reservados.

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