Huevos De Halloween

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Huevos De Halloween

Huevos de halloween… En Halloween todo es extraño, de todas las noches del año no hay otra que se le compare, pues en esta fecha ocurren sucesos tan extraordinarios como aterradores, donde nada tiene sentido. Déjenme compartirles la historia de algo que me ocurrió una noche de Halloween.

Cuando era adolescente vivía con mi madre, en un coto privado en las Cañadas, Zapopan Jalisco. En aquel lugar era costumbre cada año salir a pedir dulces, sin embargo mi madre nunca nos dejaba salir del coto, pues como vivimos muy cercanos al bosque, le daba miedo que algo nos ocurriera.

Aquel año andaban de visita unos primos de Querétaro, me contaron que salían en Halloween a hacer travesuras.

Lo que mas les gustaba era buscar algún puente desde donde pudieran arrojar huevos podridos a los autos,
de hecho nos preguntaron aquel día, a mi hermana y a mi, en donde podían ir a arrojar huevos,.

Cuando eres joven todo se te hace fácil y no mides las consecuencias, así que accedimos a sus propuestas.
Para disimular nos pusimos los disfraces y salimos a dar la ronda dentro del coto y una vez que tuvimos oportunidad fuimos a recoger unos huevos que escondieron mis primos en el patio, les esconderíamos en nuestros costales donde guardábamos los dulces y saldríamos del coto, por uno de los orificios encargados de drenar el agua de lluvia.

No fue difícil escabullirnos, ese año el numero de niños en la calle era mayor al que llegué a presenciar en años anteriores, aprovechamos esto para escondernos del guardia, aunque si hubo una persona que nos vio escapar, era un vecino que vivía frente a mi casa, era un hombre solitario, que siempre me pareció un poco hostil y no llevaba mucha comunicación con mi mamá, así que no me preocupé que en ese momento nos echara de cabeza.

Salimos justo a un lado de la carretera principal y al otro lado estaba un riachuelo que desembocaba en un pequeño bosque, era allí, donde nuestra madre nos prohibía ir, pues se contaba en el coto que antes de que llegáramos nosotros a vivir allí, se desaparecieron unos niños que eran gemelos, algunos vecinos aseguraban que jamás los encontraron, otros alegaban que si, que vieron los cadáveres boca arriba en un lodazal, muy dentro del bosque.

Mis primos me preguntaron hacia donde ir, para arrojar huevos, a lo que les dije que tendríamos que caminar un largo tramo.

Uno de ellos empezó a reclamarme, por no decirles que estábamos lejos y a modo de burla me estrelló un huevo en la cabeza, una de sus hermanas intento tranquilizarlos, pasaba todo esto, cuando vimos un camión dar vuelta al final de la calle, era uno de esos transportes de personal que llevan personas a trabajar a las fabricas.

Mis primos mayores se emocionaron muchísimo, nos indicaron escondernos en unos arbustos y desde allí dejar lanzar los huevos entre todos contra el camión, según ellos, era imposible que nos lograran ver.

Todo ocurrió tan rápido, que no sabría decir, si el camión se detuvo al recibir los huevazos o se detuvo antes y nosotros de manera estúpida bombardeamos la puerta, pero cuando menos lo esperé, la puerta del autobús se abrió, y salio a la carrera un hombre gordo gritando groserías, traía un tubo en una mano, todos nos asustamos y corrimos como locos en dirección al riachuelo.

Mi hermana y yo que eramos las mas chicas quedamos hasta atrás, escuchábamos las pisadas del chofer que nos perseguía, ya después de un rato lo perdimos, nos paramos y miramos hacia atrás, vimos como regresaba caminando gritando maldiciones.

Segundos después, recobramos el aire, nos dimos cuenta que ya empezaba a oscurecer, mi hermana y yo sentimos mucho miedo, no solo de estar en el bosque en la oscuridad, sino de la regañada que nos esperaba con mi mamá.

Mi hermana empezó a llorar y uno de mis primos le gritó que se callara, que solo era cuestión de regresar por donde veníamos, sin embargo, comenzamos a caminar largo rato sin llegar a ver ninguna calle, mis demás primas empezaron a llorar. Por aquel entonces no se usaban los celulares.

Volvimos a caminar una y otra vez, pero siempre llegábamos a un mismo lugar, a un árbol muy frondoso, era muy extraño, pues aun cuando seguíamos el rio, tanto a un lado como para otro, siempre terminábamos por llegar al mismo lugar.

Uno de mis primos encendió un cigarro, mientras lo fumaba se quedo mirando a lo lejos, dándonos la espalda, de un momento a otro se giró hacia nosotros y nos dijo que veía un foco a lo lejos, así que nos indicó que le siguiéramos.

Llegamos hasta la luz, que era un foco colgando de un muro a espaldas de un coto privado, mi hermana y yo nos sentimos aliviadas de ver casas, ya no seria tan difícil dar con la calle.

Uno de mis primos dijo haber encontrado algo junto al muro, todos nos acercamos a ver que era, se trataba de una canasta llena de huevos color marrón.
Mis primos mayores me indicaron que los cargara, no podía entender como aun después de habernos perdido, deseaban aun sentir ganas de andar haciendo travesuras, en fin, terminé por llevarlos.

Huevos De Halloween

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Creí que estábamos cerca de terminar aquella aventura, sin embargo, al seguir caminando siguiendo el muro, me di cuenta de que estábamos yendo en dirección contraria a la del coto en el que vivíamos, peor aun, volvimos a salir a una arboleda.

Mi hermana no dejaba de llorar, yo dejé la canasta de los huevos en el piso y la abracé, mis demás primos lloraron, de pronto uno de ellos gritó que escuchó algo detrás de la arboleda, todos nos hicimos para atrás juntándonos de espaldas.

El mayor de mis primos encendió su encendedor, entonces vimos frente a nosotros el rostro de una mujer horrible, no encontraría palabras para describirla, aparte de que la vi solo unos segundos, pues todos gritamos y corrimos, para mi mala suerte me tropecé frente a la canasta de huevos, y entre lagrimas vi como algunos huevos eclosionaban, fuera lo que fuera que saliera de esos cascarones, no eran pollos, pues producían un sonido horripilante, era como si un pequeño niño llorara.

Intenté ponerme de pie, cuando sentí como una garra se aferró a mi pierna, la desesperación se adueñó de mi, comencé a gritar hasta hacerme daño en la garganta.

Uno de mis primos regresó y me levantó, corrimos un largo tramo y cada cuando nos deteníamos, pues escuchábamos risas y murmullos en la oscuridad, era como si esa extraña mujer nos acechara.

Nos detuvimos cerca del riachuelo, uno de mis primos nos dijo que miráramos. En una mano sostenía prendido su encendedor y en la otra uno de los huevos que yo había dejado atrás, vimos como en su palma se retorcía una pequeña criatura asquerosa, nada parecido a un pollo, sus ojos nos miraba mientras todo su cuerpo se retorcía en agonía.

Mi primo dejó caer aquella cosa monstruosa, mientras que una de mis primas gritaba que una bruja estaba frente a nosotros.

No recuerdo mucho mas allá, solo que cuando lo esperamos varios adultos nos encontraron, todos traían linternas.

Varios de los adultos, encabezados por el vecino que nos había visto salir, nos encontraron, vieron también a la bruja, a quien iluminaron con sus lámparas, desgraciadamente, la imagen de esa espectral mujer, tal como apareció, también desapareció, no paso lo mismo con los huevos, pues cuando le mencionamos a los adultos sobre ello, alumbraron allá por donde mi primo había dejado caer uno de ellos, aunque la pequeña abominación ya no profería sonido alguno, seguía allí, asquerosa, horripilante.

Ya se imaginaran la regañada que nos pusieron, yo pase varias noches sin lograr dormir bien, tenia pesadillas con lo que habíamos vivido.

Con el tiempo yo me fui a vivir con mi padre a Hermosillo Sonora, allá le conté mi historia a una tía, quien me dijo que nos salvamos por poco, pues las brujas suelen robarse a los niños para alimentarse de su energía vital y son mas peligrosas en esos días de energía, como el Halloween o día de muertos.

He visitado a mi madre en un par de ocasiones ahora que soy adulto, de repente a salido a colación la plática sobre aquella ocasión que encontramos a esa bruja, como hoy en día ya esta todo urbanizado y lo que era el bosque se redujo como a una cuarta parte del tamaño de lo que era, le pregunté a ella que si no había vuelto a pasar algo extraño en aquella zona, ella me contesto que, cuando las

constructoras de los nuevos fraccionamientos estuvieron excavando, sacaron un par de cosas interesantes, primero los restos de mas de cinco niños, acompañados de objetos utilizados en brujería.

Quien sabe que nos pudo haber pasado aquella vez si no hubieran llegado mi madre y los demás vecinos, yo por mi parte no dejo salir a mis hijos a pedir dulces en Halloween.

Autor: Mauricio Vidal Farfan Cisneros.

Derechos Reservados.

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