Hilos Siniestros Historia De Terror 2023

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Hilos Siniestros Historia De Terror 2023

Hilos Siniestros Historia De Terror… La primera vez que la vi, supe en el fondo de mi corazón que había encontrado la casa de mis sueños. El terreno, era una construcción impresionante que parecía haber sido diseñada especialmente para nosotros. No era simplemente grande, era enorme. Su tamaño era justo el que necesitábamos.

Lo que más me llamó la atención, sin embargo, fue el jardín. No solo era grande, era un verdadero paraíso. El pasto verde y bien cuidado se extendía por todo el lugar, incluso habían un par de árboles y arbustos que proporcionaban sombra y un refugio natural para los pájaros y colibrís que le encantaban a mi bella esposa.

Había espacio más que suficiente para que los niños y nuestro perro Bruno corrieran, jugaran a su gusto. Podía visualizarlos a todos, riendo y jugando bajo el sol, disfrutando de la libertad y el espacio que este jardín ofrecía. Y para los momentos de tranquilidad, podía imaginar a mi esposa Sol y a mí sentados en cómodas sillas de jardín, conversando bajo la sombra de uno de los árboles, disfrutando de una cerveza fría.

Pero no todo era exterior, el interior de la casa también tenía su propio encanto. La cocina, en particular, era increíble. Era gigantesca, con amplias encimeras de mármol y electrodomésticos de acero inoxidable que brillaban bajo la luz.

Sus armarios eran de un hermoso color madera, que le daba un toque de calidez y confort. Sol, mi esposa, había quedado completamente encantada desde el primer momento en que la vio.

Podía verla en mi mente, preparando el desayuno mientras el olor a hotcakes recién hechos se filtraba por toda la casa, despertando a todos con su dulce aroma. No tenía dudas de que sería en esta cocina, en esta casa, donde pasaríamos los años más felices de nuestras vidas.

Nuestros hijos eran aún pequeños. Teníamos dos: una niña llamada Victoria de 6 años y un niño de apenas 1 año llamado Santiago. Ambos eran el reflejo perfecto de nosotros. Victoria y Santiago tenían los ojos de su madre, unos ojos bellísimos que brillaban con alegría y curiosidad. Sus cabellos, sin embargo, eran negros como los míos, una herencia familiar que se había transmitido de generación en generación. Podía verlos creciendo en esta casa, corriendo por el jardín, aprendiendo a cocinar, creciendo y sintiendo esa casa como su hogar.

El agente inmobiliario nos guio por cada rincón de la casa, diciéndonos cada detalle de su diseño y su funcionalidad, nos dio una descripción tan vívida que nos hacía querer vivir en ella inmediatamente. Después de incontables años de esfuerzo y dedicación en nuestros trabajos, por fin habíamos alcanzado la posición financiera que nos permitiría darnos el lujo de adquirir una casa propia.

Mi esposa y yo nos observábamos mutuamente, cada vez que el agente nos presentaba una nueva habitación, la acogedora sala de estar, las impecables paredes recién pintadas y los numerosos detalles que evidenciaban el cuidado y la calidad de la construcción. Ambos estábamos enamorados de aquel hogar, y cuando nos compartió el precio, quedamos totalmente estupefactos. Era absolutamente increíble, no podíamos creer que el precio fuera tan accesible considerando las dimensiones y el estado de la casa. Inicialmente pensé que el costo sería muy elevado, pero afortunadamente, no fue así. Por lo tanto, sin pensarlo dos veces, decidimos aceptar el trato y utilizamos nuestros ahorros de años para poder adquirirla.

Durante10 años, habíamos vivido con mis padres, compartiendo su casa, mientras nos esforzábamos por alcanzar nuestra meta. Ya era el momento adecuado para emprender un nuevo capítulo en nuestras vidas y tener nuestro propio hogar. Además ellos también necesitaban su espacio y nosotros no contribuíamos en eso viviendo ahí. Esa misma semana, nos dedicamos a completar y organizar todos los trámites y documentos necesarios, asegurándonos de que todo estuviera en orden. A la semana siguiente, llenos de emoción, comenzamos el proceso de mudanza, guardando nuestras pertenencias y transportándolas a nuestro nuevo hogar.

Cuando por fin llegamos a la nueva casa y ya todo estaba ahí, disfrutamos un rato del jardín, cenamos y nos instalamos en nuestras nuevas habitaciones. Estábamos muy contentos todos, pero recuerdo que sentía un malestar, era algo muy raro. A pesar de la felicidad que sentía por estar ahí, había una emoción que nublaba todo y era miedo. No se escuchaba ningún ruido raro, los muebles de madera no rechinaban, tampoco se veía algún ente paranormal, era solo un miedo sin explicación, como si algo estuviera en el aire, pero pensé que era mi imaginación, a lo mejor estaba muy nervioso por vivir en un nuevo lugar, así que intenté descansar y dejar de pensar en eso.

Al siguiente día todo iba normal; yo había ido a trabajar por la mañana a la fábrica de zapatos para bebé del centro y regresé alrededor de las 4 de la tarde, pasé tiempo con mi familia. Mi hija Victoria estaba entusiasmada con su nueva habitación, ya que en casa de mi madre teníamos que dormir todos en un solo cuarto.

Vimos películas y todo fluyó. Era un nuevo comienzo que me estaba gustando mucho. El esfuerzo había valido la pena.

Por la noche, mi hija Victoria entró a la casa, venía del jardín y traía algo en la mano.

Le pregunté con curiosidad que era lo que traía, ella corrió feliz a enseñarme una marioneta, que parecía una muñeca, tenía el pelo cortó y negro, como si alguien se lo hubiera se lo hubiera mochado con unas tijeras y estaba hecho de estambre; además su piel era completamente blanca, sus mejillas tenían dibujados unos círculos rojos y sus labios eran del color de su piel. Vestía con algo parecido a una túnica de color rojo y unos zapatos de broche blancos. Los hilos que la controlaban sobresalían de su cuerpo y eran negros.

La miré y me di cuenta de que estaba llena de tierra, estaba sucia y se veía vieja.

Le pregunté a Victoria que donde la había encontrado y ella me miró sin borrar su sonrisa y me dijo que nuestro perro bruno había escarbado en el jardín y la había sacado de la tierra.

Le dije que lo mejor era que la devolviéramos a su lugar, porque podría enfermarse jugando con cosas sucias, pero ella dijo que no, que la lavaría y quedaría como nueva. Antes de dejarme decir algo más subió las escaleras rápidamente y escuché la llave de agua abrirse.

Luego me recosté a lado de mi esposa y le conté lo que había pasado, le pregunté que si Victoria no le había mostrado su nueva adquisición y me dijo que sí, que de hecho la había ayudado a lavarla.

La miré con cara de reprobación y le dije que no podía quedarse con esa marioneta, estaba muy sucia y la había encontrado enterrada, así que sí quería una marioneta se la compraría, pero no quería que tuviera a la que había encontrado en el jardín.

Hilos Siniestros Historia De Terror

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Mi esposa se encogió de hombros y arrulló a Santiago cantándole una canción de cuna y cuando se durmió lo dejó en su cuna, no sin antes darle un beso en la frente.

Esa noche fue complicada porque Santiago se despertó alrededor de las 12 de la noche y comenzó a llorar sin parar ni un solo segundo hasta llegar las 5 de la mañana. Para su madre y para mí era  algo que carecía de sentido, ya que jamás había hecho algo así, incluso pensamos que tal vez se sentía mal y por eso no dejaba de llorar, tratamos de preguntarle, pero pese a que tenía un año aún le costaba hablar.

Además bruno, nuestro perro también se la pasó aullando y llorando toda la noche. No sabíamos que estaba pasando, así que al amanecer llevamos a Santiago al doctor y nos dijo que estaba en  perfecto estado, pero lo raro fue que en cuanto lo sacamos de la casa dejó de llorar, pero cuando volvimos el llanto brotó de sus ojos nuevamente.

No entendíamos que le sucedía, pero después de un rato por el cansancio se quedó profundamente dormido y más tarde me fui a trabajar ya más tranquilo.

Saliendo del trabajo aproveche para comprarle a Victoria una muñeca. Elegí la que a mi parecer era la más bonita, la envolví en papel fantasía y al llegar a casa se la di con mucha emoción.

En ese momento Victoria llevaba consigo a la marioneta, a esa muñeca con el pelo tusado que me parecía horrible.

Pero cuando vio a su hermosa muñeca nueva dejo caer al suelo a la marioneta y la madera al caer al suelo provocó un fuerte ruido.

Victoria ni volteó a ver a su marioneta tirada en el suelo, solo abrazó a su nueva muñeca con todas sus fuerzas y subió a su cuarto. La verdad yo me sentía muy contento de ver que mi hija se había olvidado de la marioneta y que le había gustado su nueva muñeca.

Después de eso le pregunté a mi esposa por el estado del niño y me dijo que estaba mejor, pero que mientras él dormía ella se puso a lavar la ropa y después de un rato escuchó como un golpe en el cuarto donde dormía Santiago y luego comenzó a llorar como si estuviera asustado y cuando fue a ver no había sido nada, pero el niño tenía en su pequeño brazo una marca, como si algo lo hubiera agarrado fuertemente, era la marca de una mano pequeña, mi esposa me dijo que cuando trató de preguntarle que había visto él solo señaló a un juguete que estaba en el cuarto.

En cuanto me dijo eso, fui a ver a Santiago y efectivamente, tenía la marca de una mano diminuta. Me sorprendí muchísimo y mi esposa y yo comenzamos a cuestionarnos que podría haber sido, pero sin hallar respuestas decidimos mejor no dejarlo ni un minuto solo para cerciorarnos de que todo estuviera bien.

Dejé un rato a mi esposa con Santiago y fui a la habitación de Victoria para preguntarle sobre su día en la escuela y saludarla, Primero toqué la puerta y hubo silencio total del otro lado, luego volví a tocar la puerta esta vez susurrando su nombre, pero nada.

Así que decidí abrirla para asegurarme de que estaba bien y cuando entré la vi sentada en el piso, con un pequeño mantel en el mismo, una tetera y unas tacitas de té de juguete; frente a ella estaba la marioneta.

Eso fue peculiar, era una escena algo siniestra.

Cuando entré parecía que ni me había escuchado y ni me había visto entrar, puesto que estaba en una especie de trancé.

Toce su cabeza para después saludarla con un hola y al verme sonrió y me dijo que le alegraba que hubiera llegado. La abracé y le pregunté qué estaba haciendo, ella me dijo que estaba jugando con Itzel y señaló a la marioneta.

Me quedé pensando por unos segundos y le pregunté donde estaba su muñeca nueva y Victoria señaló a un rincón de su cuarto.

Fui hacía allá y vi a la que antes había sido una hermosa muñeca, con vestido rosa y zapatillas cortada en cachitos. Sus piernas estaban por un lado y sus manos por otro, su cabeza estaba más lejos aún y su cabello había sido cortado también.

Al ver esa escena volteé a ver a mi hija, quien parecía avergonzada y le pedí una explicación.

Me dijo que lo sentía, pero que Itzel, su bonita marioneta le había dicho que no quería a esa muñeca ahí y que la misma marioneta había cortado a la muñeca con sus propias manos, que ni siquiera había utilizado tijeras, porque nosotros no dejábamos que los niños utilizaran ese tipo de objetos que pudieran lastimarlos.

No le dije nada más y salí de su cuarto.

Llegué con mi esposa y le dije que porque no había guardado bien las tijeras y porque no había vigilado bien a la niña, que hubiera sucedido un accidente. Los niños no tenían por qué jugar con las tijeras.

Mi esposa me muró extrañada y me dijo que las tijeras estaban en una caja de madera con llave, la misma en donde guardábamos papeles importantes y lo poco que quedaba de nuestros ahorros.

Chequé cuidadosamente y era verdad, las tijeras estaban ahí y no podía haber abierto la caja, pues mi esposa siempre trae las llaves consigo.

No había ningún otro objeto que hubiera podido tomar para cortar la muñeca; incluso los cuchillos estaban demasiado altos, no alcanzaba ni subiéndose a un banco.

Algo raro estaba pasando, mi hija decía cosas muy extrañas, mi hijo se la pasaba llorando y hasta nuestra mascota bruno parecía no estar a gusto ahí. Pensé que era por el cambio de casa, al cual no se acostumbraban, pero era demasiado.

La verdad siempre he creído en apariciones fantasmales, mi abuelo había sido un brujo reconocido y siempre os decía que esas cosas sí existían y que debíamos cuidarnos mucho. Aunque nunca me sucedió algo así le creía a mi abuelo, porque había demostrado ser un hombre sabio.

Lo primero que pensé fue en esa horrible marioneta, seguramente esa cosa tenía algo raro, quizá era una bestia diminuta, pues también mi abuelo contaba que los demonios buscaban muchas veces poseer juguetes u objetos pequeños para llegar fácilmente a las almas más desprotegidas como son las de los niños y así apoderarse de ellos e invadirlos.

No sabía que era en realidad y a lo mejor me estaba equivocando y por eso le dije lo que pensaba a mi esposa y me dijo que podría ser cierto, aunque yo sé que en el fondo no me creyó, pero decidí seguir mi instinto y por la noche cuando Victoria dormía entré a su habitación y tomé la horrible marioneta.

Me encargué de sacarla de ahí y la enterré de nuevo en el jardín y cuando terminé, podría jurar que la tierra que la cubría se movía violentamente.

Después de eso me fui a dormir y esa noche justamente, Santiago no lloró, durmió tranquilo y hasta bruno parecía estar más a gusto.

Por la mañana desperté y en la casa se sentía un ambiente diferente, como si todo estuviera en paz y por eso me fui tranquilo al trabajo. Sabía que tenía razón, que todo lo que había pasado era gracias a esa espantosa marioneta.

Pero claro que mi hija no tardó en preguntar por su marioneta y mi esposa sospechando que había sido yo, le dijo a Victoria que ya la había regalado. Mi hija se molestó mucho, pero poco a poco se le fue olvidando.

Pasó el tiempo, varios días y aunque el primer día después de haber enterrado la muñeca de nuevo parecía que todo estaba mejor, los siguientes fueron una pesadilla. Mi esposa y yo nos la pasamos peleando, era desgastante, pues todos los días discutíamos hasta por la más mínima cosa, aunque jamás en los 10 años habíamos tenido un episodio así. Mi hija Victoria también se comportaba diferente, era más plagosa y más berrinchuda y ni hablar del pequeño Santiago quien dejaba de llorar solo para dormir o comer y hasta bruno se había vuelto agresivo, cuando lo sacábamos a pasear le ladraba a la gente.

No sabía que estaba pasando, se suponía que el problema era la marioneta, pero ya no estaba más y aun así estaba sucediendo todo eso.

Hasta que una noche supe el porqué de todos esos eventos.

Aquella vez había llegado muy tarde del trabajo, ya que teníamos un pedido muy grande, pero esa fue razón de otra pelea en mi matrimonio. Comí y preferí salirme a distraer yendo al parque más cercano. Estar en esa casa era totalmente asfixiante.

Después de unas horas regresé y cené, para después ponerme a ver la tele y jugar un rato con mis hijos.

Alrededor de la una de la mañana, el pequeño Santiago comenzó a llorar y nos levantamos a calmarlo, le dimos un poco de leche tibia y justo en ese momento el aullido de bruno nos asustó.

Y luego un fuerte golpe se escuchó de la habitación de Victoria y a continuación un grito de pánico.

Mi esposa con Santiago en brazos y yo fuimos corriendo a ver que sucedía y al abrir la puerta nos encontramos con un escenario de terror que hizo que mi esposa saliera corriendo con el niño.

Yo me quedé en la entrada del cuarto viendo estupefacto como la marioneta que había enterrado días antes estaba ahí flotando en el aire, moviéndose al igual que los hilos; como si algo o alguien estuviera controlando a esa cosa.

Mi hija estaba viendo lo que estaba pasando, temblando de miedo. Le dije que se saliera de ahí rápido y me obedeció y cuando ella salió de la habitación la marioneta cayó al piso.

Recordaba que en su cara no había expresión cuando mi hija me la enseñó por primera vez y esa noche en su rostro estaba dibujada una expresión diabólica.

La tomé con todo el miedo del mundo recorriendo mi ser y recordé que mi abuelo decía que las cosas malditas se queman para que muera y eso hice, la quemé en el patio, Cuando comenzó a incendiarse se escucharon unos gritos espantosos, que me estremecieron, era alguien o algo gritando de dolor y de coraje.  Luego dejé los restos en el contenedor de basura que estaba a unas casas de la mía y fui a ver a mi familia, quienes estaban llorando espantados.

Los abracé a todos y cuando Victoria estaba más tranquila le pregunté que como había llegado esa marioneta de nuevo a su cuarto y ella me dijo que la noche siguiente a la que desapareció, algo tocó su puerta y cuando abrió, vio a la marioneta afuera y la metió a su cuarto.

Por la madrugada me dijo que la había despertado y que le dijo que no nos dijera nada a nosotros porque si no nos iba a hacer daño y se quedaría sin papás y que todas las noches la atormentaba, pero que esa noche Itzel como la llamaba mi hija se había enojado con ella y comenzó a levitar, por eso gritó hasta que llegamos nosotros.

La marioneta llevaba días en la casa e intuí que por esa razón todo iba en declive. No podía ser posible que eso nos estuviera pasando.

Era la casa de nuestros sueños y todo se estaba viniendo abajo.

No estábamos seguros ahí y debíamos hacer algo, así que mi esposa y yo contratamos a un chamán para que fuera a hacer una limpia a la casa, nos dijo que era complicado puesto que a pesar de haber quemado a la marioneta el espíritu que estaba dentro de ella seguía en esa casa y aunque hizo muchas limpias de nada sirvió, pues nadie estaba tranquilo. Las noches eran pesadas, los niños no podían dormir y hasta bruno seguía aullando y llorando muchas veces por las noches, así que la única solución que encontramos fue poner la casa en venta y regresar por un tiempo con mis padres.

Fue una dura decisión, porque nos había costado mucho llegar hasta ahí, pero era lo mejor para todos. No podíamos seguir en donde un espíritu o demonio nos atormentaba.

La tranquilidad de nuevo estaba en nuestros corazones, ni bruno, ni Santiago lloraban más y mi hija Victoria había vuelto a ser la dulce niña de siempre.

Claro que pensé en los nuevos compradores, pero no podíamos  perder el dinero que habíamos ahorrado durante tantos años, así que en un acto egoísta después de varios meses la vendimos a una familia.

Y meses después pudimos comprar otra en donde vivimos actualmente y donde todo va bien, pero hace unos días la incertidumbre me acecho, pues el padre de la familia, quien había comprado la antigua casa me llamó para decirme que su hijo había desenterrado una marioneta y que si de casualidad no era de mi hija

Esas palabras rezumbaron en mis oídos y le dije que no tenía idea, pero que le recomendaba que mejor la tirará pues luego esas cosas antiguas traen infecciones y me dijo que eso haría.

No podía creer que la marioneta estuviera de nuevo ahí, si yo mismo la había quemado.

Autor: Lyz Rayón

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