El Niño Demonio, Historia De Terror 2023

El Niño Demonio, Historia De Terror 2023

El Niño Demonio, Historia De Terror… Soy parte de una familia en la que han llegado a vivir varios eventos de los cuales aún no les hayamos una explicación clara, cuando los contamos en familia siempre salen detalles que olvidamos y también historias nuevas, me he dado cuenta de que somos una especie de imán para sucesos fuera de lo común u ordinario, quizás a algunos de ustedes les ha llegado a pasar algo como lo que escucharán, pero me temo que se necesita estar maldito para tener la mala suerte que tenemos nosotros con un demonio en el poblado en el que vivimos.

Les platicaré una serie de experiencias por las que pasamos mi Padre, mi hermana y yo.
Somos de Morelos y vivimos en un pueblo llamado Casasano, es un lugar lleno de magia, brujería, chaneques, nahuales, y hasta animas perdidas. Allí mis Padres se conocieron muy jóvenes y tuvieron ocho hijos de los cuales éramos cuatro hombres y cuatro mujeres, cuando las cosas comenzaron a pasar en la familia si no mal recuerdo yo tenía diez años. La casa donde vivíamos se ubicaba muy cerca de la que es ahora la Ex hacienda de Casasano.

En aquellos días en los que crecí en aquel Pueblo no era tan concurrido como lo es ahora pues se lograba ver muy poca gente a los alrededores y los que te encontrabas los podías reconocer debido a que eran vecinos de hace años, era sencillo aprenderse los rostros de los demás.

Pero entre los vecinos se empezaban a escuchar historias sobre fantasmas y animas perdidas que se veían deambular por las calles a altas horas de la noche, se hablaba de vecinos que ya habían muerto que aún se les veía caminar por las noches, mucha gente temía de reencontrarse con aquellos que se adelantaron en vida y por esa razón no salían mucho ya tarde, pero para mi Padre que recién trabajaba en la Albañilería en la hacienda, muy seguido salía a altas horas de la noche del trabajo.

Siempre nos esperábamos a que llegara para cenar juntos, pero nos dimos cuenta con el tiempo que cada vez llegaba más tarde y una ocasión no llegó a dormir, mi Mamá se imaginó que se fue a tomar con sus amigos y se quedó dormido en la cantina o en la calle, pero al parecer las cosas fueron muy distintas.

Ella lo esperó despierta lo más que pudo en el sillón de la sala y él llegó hasta la mañana siguiente pero cuando mi Mamá estuvo a punto de regañarle se percató que mi Papá venía pálido con la ropa roída y llena de tierra y lodo.

Le preguntó qué sucedió pues parecía que se encontró con un fantasma y que lo maltrató, mi Papá pidió una silla al lado de las brasas de la chimenea que quedaron de la noche anterior, y mientras intentaba agarrar calor nos contó todo lo que le ocurrió.

Salió del trabajo como siempre igual de tarde, no obstante, por alguna rara situación el ambiente se podía sentir más helado de lo habitual, el cielo se encontraba nublado a tal grado que ni la luz de la luna serviría para ver el camino a casa. Aun así, mi Papá conocía muy bien por donde irse de vuelta a casa, él decía que, aunque le vendaran los ojos sabría cómo llegar, así que, aunque no había mucha luz se aventuró a andar por la oscuridad.

Fue entonces que al pasar muy cerca de la arbolada lo vio allí, primero vio una silueta de una persona caminar muy rápido entre los árboles, le llamó tanto la atención que se acercó más para ver si se trataba de algún vecino, luego se imaginó que podía tratarse de una persona mayor pues la vio caminar un poco chueco.

Después se dio cuenta de que se trataba de solo un niño, traía puesto un chaleco gris y un pantalón blanco, a mi Padre le llamó tanto la atención que estando tan pequeño estuviera solo y en plena oscuridad. Le habló, el niño lo volteo a ver, pero después se volvió a dar la vuelta, mi Papá le preguntó nuevamente si se encontraba con bien.

Él no le contestó nada, pero mi Papá terminó acercándose más y le preguntó si se encontraba solo, y se ofreció para llevarlo a casa. Fue cuando el niño por fin lo miró y le dio la mano, mi Papá al tocarle su manita se dio cuenta de que estaba helada. Le prometió que lo llevaría hasta donde estuviera su casa y el niño lo llevó más adentro del bosque.

El Niño Demonio, Historia De Terror

Así caminaron durante más de diez minutos, el niño no mencionaba aún ninguna palabra, a mi Papá le costaba algo de trabajo seguirle el paso a pesar de que el niño caminaba chueco de una pierna, además caminar a oscuras no era fácil para él, cuando de pronto el aroma a azufre le llegó a la nariz.

Él se alarmó bastante pues conforme caminaban entre los árboles tuvo la sensación de que entre las sombras alguien los observaba a los dos, vio un par de ojos brillantes en ellas y saliendo de las sombras delgados brazos que apenas estaban en los huesos, el sentía que trataban de agarrarlo, pero a la vez se repetía a sí mismo de que solo se trataba de ramas, luego le preguntó al niño si les faltaba mucho pero no le contestó así que él decidió detenerse para que no lo llevara más adentro del bosque, no obstante la fuerza del chiquillo era mucho más fuerte que la de él, allí comprendió que algo no estaba bien.

Mi Papá se tiró al piso para que no le fuera fácil jalarlo, pero era en vano, podía sentir que algo además del niño lo jalaba de su cuerpo hacia la oscuridad, no se le ocurrió otra cosa más que ponerse a rezar en voz alta y resistirse pero esto tampoco parecía funcionar y por si fuera poco se comenzaron a escuchar la risa de varios niños.

Mi Papá sentía que en cualquier momento se le pararía el corazón y cuando sintió que todo estaba ya perdido y se andaba ya despidiendo de mi Mamá pudo ver la raíz de un árbol, se sostuvo fuertemente de ella y de pronto las voces de los niños se acercaron a donde él estaba pero ya no parecían ser risas normales, parecían ser carcajadas y burlas.

Mi Papá cerró los ojos para no verlos, sus piernas se elevaron y lo jalaban con más fuerza, sus manos ya no resistían más el aferrarse a la raíz que lo último que se le ocurrió fue tirar un par de patadas al aire, pudo sentir que golpeaba algo y cayó al suelo, apenas podía moverse por el dolor que tenía en el pecho así que con lo que le quedaba de fuerzas huyó de allí gritando por Ayuda. Siempre vi a mi Papá como una persona de carácter fuerte, pero desde ese día me di cuenta de que también podía sentir miedo.

Con el tiempo la Leyenda del niño que se aparecía llorando por las noches tuvo más fuerza, hubo gente del pueblo que desapareció de la noche a la mañana, la tierra parecía tragárselos pues de un día a otro se les dejaba de ver en las calles y sus casas se quedaban abandonadas. Los niños de mi escuela comenzaron a llamarle “Chueco”, porque aquellos que llegaban huir de él siempre decían que lo veían caminar de lado o cojeando.

Y justo en fiestas de navidad, en la familia tuvimos una experiencia desagradable con aquel niño chueco.

Mi hermana mayor llegó de visita para las fiestas de navidad. Siempre los primos y hermanos nos desvelábamos jugando, pero el más pequeño de los primos era el hijo de mi hermana de tan solo un año de edad. Ya pasaba de la media noche y mi primito se quedó dormido en sus brazos, ella lo llevó a acostar a una habitación cerca de donde estaban platicando.

De vez en cuando le daba sus vueltas para asegurarse de que estuviera con bien y siguiera dormido mientras que ella convivía con los demás, conforme pasaron las horas algunos primos y hermanos les ganaba el sueño y se iban a dormir, hasta que se quedaron solo los mayores, cuando de pronto se escuchó el llanto de un niño, mi hermana se levantó y fue a revisar, pero su hijo seguía dormido en la cama, el llanto se seguía escuchando aún muy cerca de donde estábamos todos.

Mi hermana nos aseguró que no se trataba de su hijo, estaba envuelto en las cobijas, pero era extraño pues el llanto provenía de su habitación, ella fue a revisar y sin encender la luz miró a su hijo y después se acercó a la ventana para revisar si se trataba de alguien que estuviera afuera, y en eso alguien le habló, preguntándole “Si alguien podría llevarlo a casa.

Se dio la vuelta y parado sobre la cama se encontraba un niño mayor que su hijo, solo se le notaba la silueta de la figura, nuevamente se escuchó que lloraba un niño y mi hermana se dio cuenta que se trataba de su hijo corrió a encender la luz y al hacerlo el otro niño ya no estaba sobre la cama, se había esfumado de la habitación, mi hermana nos gritó por ayuda, quito cobertores, sábanas y almohadas, ella seguía escuchando el llanto de su hijo, para cuando yo llegue a la habitación note que mi hermana estaba arañando el colchón gritando que “El Chueco” se lo había llevado.

Pasaron varios minutos desde la última vez que lo escucharon llorar y teníamos miedo de lo peor, pero de pronto se le escuchó llorar nuevamente. Abrieron el colchón y entre los resortes y el relleno del colchón, se encontraba allí el hijo de mi hermana. Por fortuna no le pasó nada serio, tenía arañazos y hasta pequeñas arañas entre su ropa, pero parecía que estaba bien.

Después de un tiempo no volvieron a ocurrir sucesos extraños en la familia hasta un par de años después a mí me pasó algo que jamás olvidaré y que a la fecha me sigue causando pesadillas.

Como ya estábamos un poco más grandes mi Madre ya no pasaba por nosotros a la escuela así que me encargaba a mí como mayor traer de vuelta a mis dos hermanos más pequeños que estudiaban donde yo, los llevaba siempre de la mano.

Teníamos poco minutos de haber salido de la escuela cuando nos encontramos con un niño llorando sentado en la calle, desde que mi Papá tuvo esa mala experiencia con el Chueco siempre me ha dicho que mantenga mi distancia con lo que vea fuera de casa y no me meta en lo que no me importa pero hubo algo que me causó inquietud por saber que le ocurría, además ya pasó mucho tiempo después de que se dejó escuchar cosas de “El chueco”, así que no tenía nada que temer sobre lo que pasara, aun medio día y con plena luz del sol no creía que algo malo fuera a pasar, el Chueco solo aparecía por las noches.

Me di cuenta de que el niño traía ropa rota y estaba descalzo, tenía un olor muy fuerte y penetrante, parecía que no tocó el agua en semanas, cuando me respondió si lo podía acompañar a su casa. Miré a mis hermanos quienes me veían de lejos, algo habían notado ellos que yo no me daba cuenta, le pregunté que donde vivía, yo conocía a los vecinos de allí y a él nunca lo llegué a ver y él me contestó, Si, ahí vivo, abajo en la tierra.

Me asusté bastante cuando me miró a los ojos, pude sentir un terrible escalofrió recorrer mi espalda, corrí por mis hermanos y nos alejamos de allí, temía por si en cualquier momento me comenzaba a jalar del brazo o de las piernas. Después de un rato y de estar muy cerca de la casa, mire hacia atrás para ver si nos seguía.

Mis hermanos me cuentan que detrás del niño se encontraba un demonio rojo con sus alas rotas y que cuando nos alejamos corriendo de allí se podía escuchar cómo se carcajeaba de nosotros, yo no lo vi en ese momento, pero a decir verdad en sueños lo he llegado ver.

Con el tiempo he estado platicando todo esto con amigos y conocidos sobre las experiencias que hemos estado viviendo en la familia, mi Papá no se ha vuelto a acercar aquel lugar.

Mi hermana no ha vuelto a Casasano nunca más, ella insiste en que nunca más volverá la casa de nuestros Padres. Por mi parte, aunque ya me encuentre lejos de allí, sigo teniendo pesadillas por la noche.

Y hasta donde yo sé, y quienes me han compartido su opinión, me han dicho que puede tratarse de un demonio disfrazado de un niño además que la piel de un niño no es tan elástica y probablemente por ello caminaba chueco. Pero lo que más me ha llegado a llamar la atención es que me han comentado que aquel demonio aún tiene una cuenta pendiente con mi Padre, y que seguirá aterrando a la familia hasta que mi Padre cumpla su promesa de llevarlo hasta su casa.

Autor: Mario Franco Corrales                      Lengua de Brujo

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