El Ente y Yo, Historia De Terror 2023.

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El Ente y Yo, Historia De Terror 2023.

El Ente y Yo, Historia De Terror… Todo lo que van a escuchar fue redactado con las propias manos de quienes lo vivieron, se trata de militares ya retirados, quienes, al ver que en el canal ya hemos expuesto muchos testimonios de esa índole, se animaron a colaborar con nosotros.

Sabemos que los relatos de militares son los más solicitados por nuestros subscriptores, pero conseguir ese tipo de relatos es sumamente difícil, no es sencillo contactar con uno, ni siquiera con uno retirado, y por lo general, la gran mayoría de ellos, cuando se les contacta no quieren hablar.

Por esa razón, no podíamos desaprovechar la oportunidad de traer este especial cuyos relatos fueron enviados por exmilitares que ven nuestro contenido.

RECUERDOS DE UN MARINO

Fui marino durante muchos años, antes de entrar a la Marina, y después de que me retiré he vivido en la ciudad de Veracruz, en la colonia Vicente Lombardo Toledano.

Hoy en día en la colonia viven muchos testigos de jehová, cuando yo llegué a vivir aquí no había tantos, yo supongo que el hecho de que en la periferia de la colonia haya un templo de esa religión.

Además del templo, la colonia cuenta con un salón de eventos, una panadería, una carpintería, un DIF, varios restaurantes, una secundaria, y, como no puede faltar en ninguna colonia de México, también hay un Oxxo.

Mi padre se llamaba Luis, era médico forense, él estudió en la ciudad de México.

Durante mi infancia y la mitad de mi época de estudiante, yo fui poseedor, de, no quisiera llamarle don, por que pudiera parecer sumamente pretencioso, vamos a decir que yo poseía una aptitud que me permitía tener presentimientos, adelantarme a ciertas situaciones que pudieran resultar peligrosas para mí.

Aparte de eso también tenía la capacidad de observar seres, no sabría explicar con precisión qué eran, yo los veía como si fueran sombras que caminaban entre la gente, pero lo que no sé es si se trataban de espíritus, demonios, o criaturas de alguna otra naturaleza desconocida para mí.

Tales sombras no las podía ver todo el tiempo, solo después de la puesta de Sol, es curioso, porque esas sombras solo se reflejaban mediante la luz artificial, nunca podía verlos cuando había luz natural, entiendo que ese aspecto es importante, pero yo solamente los veía, no tengo información sobre esas criaturas sombra.

No me causaban miedo, de hecho, nunca interactué con ellos, no se me acercaban, y nunca los vi tampoco hacer nada malo, solo caminaban, era todo.

Aunque, había una criatura, era gris, destacaba entre las otras sombras, esa sí me asustaba, no la veía muy seguido, pero cada que aparecía me causaba nerviosismo, lo bueno fue que nunca intentó agredirme.

Esa criatura gris me daba miedo porque esa sí dañaba a otras personas, las empujaba, las jalaba, las hacía caer, y esas personas que eran agredidas por el gris siempre terminaban severamente heridas y, en una ocasión vi a alguien morir por culpa de esa criatura gris.

Pero mi padre, un hombre duro y criado a la antigua, dijo que lo único que a mí me hacía falta era disciplina, entonces tomó la decisión de enviarme hasta Baja California Sur, ahí sería educado por un tío que estaba en el ejército.

Ese tío me educó y me insistió mucho para que me uniera al ejército, pero yo no quería, claro que no podía decirle eso, la excusa que le daba era que no podía abandonar el trabajo que tenía.

Pero, cuando me corrieron de ese trabajo ya no tenía excusas para darle, aun así, aunque acepté hacer servicio, elegí ingresar a la armada de México, yo tenía 27 años en aquel entonces.

Pero, ni siquiera la vida de servicio pudo silenciar mi capacidad de percibir cosas que estaban más allá de mi comprensión.

Si bien, ya no veía a las sombras ni a la criatura gris, aún podía sentir la presencia de entes, yo las notaba por las vibras y la energía que emitían.

Detalles como que los bellos se me erizaban de la nada, o que sentía una corriente eléctrica recorrer mis dedos, quizás suene exagerado, pero si las vibras que estaba sintiendo eran muy densas, mis dedos soltaban pequeños chispazos al hacer contacto con cualquier superficie

El Ente y Yo, Historia De Terror

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Aparte de eso, sentía muy pesada la espalda, como si trajera cargada una mochila, yo ya era marino, estaba acostumbrado a soportar el peso de objetos muy grandes, pero, aun así, esa pesadez de la espalda que me daba cuando había entes cerca era sumamente superior a cualquier cosa que hubiera cargado antes.

Algunas veces tenía una sensación similar a como si alguien me estuviera apretando el cuello, no sentía las manos alrededor de mi cuello, solo sentía esa desesperación de no poder respirar.

Todas esas malas sensaciones desaparecían cuando me ponía a leer la biblia, el problema era que los entes que causaban eso en mí no solamente aparecían cuando yo estaba en descanso o fuera de servicio, sino que podían aparecerse incluso cuando estaba marchando, eso me ponía en una situación muy complicada.

Fui castigado muchísimas veces debido a que yo abandonaba los ejercicios por lo mal que me sentía.

Las primeras veces, antes de que me castigaran, me llevaban con el médico, pero él no encontraba nada, una de las últimas veces que fui con él, el doctor me dijo que si quería desertar solo lo hiciera, porque su obligación era informar que nada malo ocurría conmigo, por lo tanto, mis superiores lo iban a interpretar como indisciplina de parte mía.

Fui golpeado, humillado, sobajado, y todo por no poder controlar la manera que reaccionaba mi cuerpo cuando los entes oscuros hacían acto de presencia.

Me harté de la situación, entonces, durante mis días de descanso, empecé a ir con un sacerdote, yo le conté todo, temiendo que no me creyera, igual que mis padres, pero el cura, no se puso a cuestionar la veracidad de mis palabras, él se centró en ayudarme.

El padre me dijo, qué salmos debía leer para que Dios me ayudara a exigirles a esos entes que se alejaran de mí, dejarles en claro que yo no los había invitado, y por lo tanto no eran bienvenidos.

Pero, aunque los salmos sí ayudaban a eliminar los estragos que los entes causaban en mi cuerpo, nada pude hacer que yo dejara de tener esa sensibilidad para percibirlos, a pesar de que yo ya no quería.

Autor: Desconocido.

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