Departamento 18 Historia De Terror 2023

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Departamento 18 Historia De Terror 2023

Departamento 18, Historia De Terror… Desde que tengo conciencia, mi vida no ha sido más que un evento desafortunado tras otro, o al menos así había sido hasta la edad de 10 años.

Mi madre era una persona de la cual lo único que puedo recordar vívidamente es su olor a cigarrillo y aliento alcohólico. Sobra decir que aquel estilo de vida no le permitió ser el mejor modelo de crianza para mí o siquiera permitirle darme una vida digna, al mismo tiempo que le dio como resultado una muerte temprana.

Luego de su muerte, servicios infantiles tardó un poco en saber qué hacer conmigo. Para mi suerte, un familiar apareció.

Se trataba de un hermano de mi madre, el cual desconocía tanto de mi existencia como yo de la suya. Al parecer, se había distanciado de mi madre por algunas situaciones, las cuales no valen la pena resaltar en esta historia.

Solo diré que de haber tenido la oportunidad, yo también me hubiera alejado de mi madre como él lo había hecho.

No tardaron mucho en ubicarme con mi tío después de que este aceptara recibirme. Él vivía en un pequeño departamento con su mejor amigo, el cual se llamaba Gabriel.

Mi llegada hizo que su ya de por sí pequeño departamento se sintiera cada vez más acogedor, por lo que mi tío rápidamente comenzó a buscar un mejor sitio el cual fuera mejor para todos nosotros. A decir verdad, a mí no me importaba el espacio reducido.

Sin duda, era mucho mejor que la caja de zapatos en donde vivía con mi madre con anterioridad. Aquello, sin mencionar la gran mejora en mi alimentación, la cual pasó de sopas instantáneas y frituras a deliciosa comida casera preparada por el amigo de mi tío, el cual estudiaba para chef.

Mi tío encontró el departamento 18 en un día en el que ambos volvíamos de la escuela. Lo leyó en un muy viejo anuncio en un poste. Para ser sinceros, mientras marcaba el número en su teléfono, dudé por un momento en que si el departamento aún estuviera en renta, pero no se lo dije.

Él llamó en el mismo momento en el que el número estuvo guardado en su teléfono. La llamada fue respondida casi de inmediato. Hablaron un par de minutos antes de acordar verse en 40 minutos.

Estábamos a solo unas cuantas paradas del metro, por lo que teníamos tiempo de sobra. Así que al llegar al lugar decidimos explorar aquella colonia antigua, la cual era conocida por su belleza y sus leyendas.

El barrio estaba repleto de grandes árboles y casas antiguas que albergaban historias y recuerdos de generaciones pasadas. Todo era muy hermoso y por mi parte, me emocionaba la idea de vivir en ese lugar.

En medio de una calle se encontraba una antigua vecindad, la cual al parecer era el lugar al que nos dirigíamos. Sus paredes recién pintadas de blanco contrastaban con la herrería verde de las ventanas, con barrotes retorcidos de hierro forjado, al estilo de épocas pasadas.

Un letrero que anunciaba “Se renta” nos hacía saber que estábamos en el lugar correcto. Aunque aún faltaba un poco para la hora acordada, decidimos entrar a echar un vistazo.

Al ingresar, no encontramos a nadie en el patio ni en la recepción, pero eso no nos detuvo para explorar por nuestra cuenta. Recuerdo estar especialmente emocionado debido a que en aquel sitio había una hermosa fuente en medio del jardín, la cual tenía una inscripción que aseguraba que esta era una fuente de los deseos. Caminamos hasta que en el fondo divisamos una puerta roja con un número 18 pintado en azul.

Ambos nos sentimos especialmente atraídos hacia ese departamento en particular. Aquel no parecía estar habitado aún, por lo que ambos pensamos que ese sería el departamento que nos enseñarían.

Por curiosos, decidimos acercarnos un poco más. Mi tío intentó ver a través de las cortinas, pero lo que podía ver era bastante limitado. Yo decidí empujar la puerta, la cual, para sorpresa de ambos, se abrió en el momento en el que la empuje.

Mi tío, el cual siempre hacía chistes ante situaciones de mucho estrés o extrañas, insinuó que casi parecía estarnos esperando, afirmación a la cual asentí.

Al poner un pie en el departamento, pude ver que había algo inquietante en ese lugar. No solo eran las paredes blancas, las cuales parecían haber sido pintadas hace poco en un intento por cubrir algunas manchas, las cuales aún se podían percibir si prestaba suficiente atención, sino que era un sentimiento de incomodidad que se sentía en todo el departamento.

Caminamos unos cuantos pasos dentro del vacío departamento. Este parecía ser lo suficientemente grande para todos, e incluso mi tío dijo que seguramente podría tener mi propia habitación.

Aquello me lo dijo mientras señalaba una de las habitaciones, la cual tenía la puerta abierta. Yo quería irme de aquel lugar, no me gustaba en lo absoluto, pero en ese momento no era un niño que expresara su punto de vista hacia los adultos, por lo que simplemente seguí a mi tío para ver aquella habitación, la cual era la habitación más fría en la que había estado nunca.

La luz de la tarde se filtraba por la ventana, iluminando el polvo que danzaba en el aire.

Había una cama y un gran crucifijo colgando en la pared, junto a la cabecera. Una cómoda con un espejo y una palangana de cerámica sobre un pedestal de hierro también se encontraban en la habitación.

Cerca de la cama, se encontraba un sillón cubierto por una sábana. Mi tío entró a la habitación conmigo detrás, parecía que deliberadamente había decidido ignorar por completo el frío.

Mi tío y yo observamos detenidamente el entorno. Aunque, para ser honesto, no había mucho que mirar. El polvo era algo que recubría casi todo el lugar y mi tío me animaba diciendo que el polvo nunca había matado a nadie. De repente, sentí como si alguien estuviera detrás de nosotros.

Giré la cabeza y no vi a nadie, sin embargo, pude sentir cómo algo rozó mi pelo. Inmediatamente alerté a mi tío, el cual se puso alerta, pero al no ver a nadie allí, me aseguró que seguramente solo se había tratado de una araña. Mientras decía esto, comenzó a sacudir con delicadeza mi cabello, simulando ahuyentar cualquier alimaña.

Aquel gesto me hizo sentir un poco más tranquilo. Sin embargo, esa tranquilidad se fue en cuanto ambos escuchamos claramente un inconfundible sonido. La cama emitió un chirrido.

Ambos volteamos al mismo tiempo directo a la cama y observamos claramente cómo algo invisible se acostaba en ella, ya que el colchón se hundió ligeramente, como si alguien hubiera apoyado su cabeza en la almohada.

Aquello fue más de lo que mi frágil mente podía soportar, así que le supliqué que nos fuéramos de ahí, ya que tenía mucho miedo. Sin embargo, él no me contestó, estaba completamente absorto mirando directamente al espejo sobre la cómoda.

Repetí un par de veces que quería irme pero finalmente me acerqué para poder ver mejor lo que él estaba viendo.

Hoy en día, desearía no haberlo hecho, pues en él se veía reflejado que justo detrás de nosotros, se encontraba una figura vestida de blanco que nos observaba con una mirada la cual reflejaba tristeza y mucha ira.

Departamento 18 Historia De Terror

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Está parecía ser una mujer. Giramos rápidamente, pero no había nadie allí. Sin embargo, inexplicablemente, volví a mirar en el espejo y pude ver la silueta de la mujer flotando hacia el sillón y sentándose en él.

Cuando dirigí la mirada al sillón, noté que la sábana estaba hundida, como si alguien se hubiera sentado en él.

Mi tío, alarmado, me tomó inmediatamente de la mano para salir de ahí lo más rápido posible. No hizo falta decir más. Caminamos hacia la salida, pero el camino parecía ser mucho más largo de lo que recordábamos.

Era como si nos hubiéramos adentrado mucho en la casa en lugar de los pocos metros que habíamos caminado.

Aún así, mi tío no se detuvo ni un momento hasta que finalmente nos encontramos frente a frente con la salida. Pero antes de que mi tío pudiera tocar siquiera la puerta, un espantoso espectro se hizo presente, impidiéndonos el paso.

Mi tío me puso detrás de él y me dijo que no lo soltara, corriendo hacia la puerta y atravesando aquel espectro. Al cruzarlo, sentí una mezcla de miedo profundo, acompañado de un horrible sentimiento de angustia, todo envuelto en un frío que me calaba hasta los huesos.

Sin embargo, aquel sentimiento duró solo un segundo, ya que finalmente logramos salir de aquel departamento. La luz del sol de la tarde iluminaba el patio de la vecindad con un resplandor amarillo y un calor reconfortante. Miré a mi tío, el cual parecía haber experimentado aquellos sentimientos aún más intensamente.

Incluso tenía los labios de un tono azul, como si hubiera estado expuesto a un frío intenso durante horas. A pesar de su aspecto, lo único que le importaba era asegurarse de que yo estuviera bien.

Una vez que constató mi salud, me puso de pie para irnos de aquel lugar antes de que cualquier otra cosa sucediera. Mientras nos alejábamos, la puerta roja se cerró suavemente, como si alguien la hubiera cerrado con llave desde dentro.

Llegamos a la salida y nos encontramos con la persona con la que mi tío había hablado por teléfono. Parecía ser un hombre amable, pero no pudo ocultar su sorpresa al notar nuestro aspecto.

Aun así, intentó desviar el tema preguntando si éramos nosotros los que íbamos a ver el departamento. Mi tío respondió rápidamente que ya lo habíamos visto y que claramente no estábamos interesados.

El hombre se extrañó y cuestionó a mi tío a qué se refería. Mi tío le mencionó que apenas habíamos logrado salir del departamento 18, lo cual desconcertó al hombre, quien aseguró que no existía un departamento 18 y que el último número era el 9.

Al principio, mi tío creyó que el hombre intentaba jugar una broma, así que lo llevó casi arrastrando hasta donde se suponía que estaba el departamento 18.

Pero en el momento en que llegamos, un escalofrío recorrió nuestro cuerpo al ver que en el lugar solo había una pared. Nos miramos el uno al otro antes de que mi tío tomara el control de la situación y dijera que volveríamos en otro momento.

Regresamos a casa con la mente llena de preguntas y el corazón lleno de temor. Aquella casa de huéspedes ocultaba un extraño misterio , y nos habíamos adentrado en su oscura trama sin siquiera sospecharlo. La mujer de blanco, la habitación invisible y la desaparición repentina de aquel departamento eran enigmas que no lográbamos resolver.

En los días siguientes, mi tío y yo intentábamos no pensar demasiado en ello. Sin embargo, era algo que no podíamos dejar atrás. Empecé a tener pesadillas con los eventos acontecidos, lo que me provocaba terrores nocturnos. Pero eso no se comparaba con lo que le sucedía a mi tío.

Desde aquel día, empezó a sufrir una extraña enfermedad que ningún médico podía diagnosticar ni encontrar su origen.

Pasaban días enteros en los que mi tío sufría un intenso frío que afectaba todo su cuerpo, impidiéndole levantarse de la cama. Por eso, mi cuidado y el de mi tío recayó completamente en su amigo, quien era un creyente ferviente en lo paranormal.

Se puso a investigar sobre la historia de aquel lugar y descubrió una famosa leyenda la cual era muy popular por aquella zona.

Está contaba como Una mujer vestida de blanco, la cuál había perdido la vida en circunstancias misteriosas, vagaba por aquel barrio en busca de paz, algunas versiones de la leyenda cambiaba la paz por venganza, pero a decir verdad no era como si importara mucho.

El departamento invisible, el frío helado y las manifestaciones sobrenaturales eran señales claras de que la presencia de aquel espíritu aún persistía en aquel departamento maldito.

El amigo de mi tío se dio cuenta de que habíamos sido testigos de fenómenos paranormales, lo cual explicaba la sensación de opresión y malestar que sentimos en aquel lugar, y también supuso que lo que sea que estuviera en aquel departamento seguramente se había impregnado en nosotros.

Ya que aquello explicaría aquel ambiente pesado que se había hecho presente en nuestro hogar desde aquel día.

El amigo de mi tío tenía una buena amiga que pensó que seguramente podría ayudarnos. Esta amiga suya era una joven de unos 25 años que al parecer había nacido con un don heredado en su familia durante generaciones.

Ella tuvo que ir directamente a nuestro departamento, ya que en ese momento mi tío había empeorado mucho en su salud y apenas tenía la fuerza suficiente para ponerse en pie y caminar con ayuda para ir al baño.

En cuanto entró al departamento, hizo el comentario de que el ambiente era bastante pesado, pero pensó que podría deberse a todos los problemas que habíamos tenido en tan corto período de tiempo.

Lo primero que revisó fue a mí, y al tocar mi mano, me dijo que había experimentado mucha tristeza durante mi corta estancia en este mundo. Al mismo tiempo, le decía a Gabriel que era un milagro que los malestares que aquejaban a mi tío no me hubieran afectado también.

Después de hacerme una breve limpieza y darme una pijama blanca, me dio instrucciones de que esa noche, después de bañarme, debía ponerme esa pijama blanca y bajo ninguna circunstancia debía levantarme de la cama hasta el día siguiente.

Luego de eso, fue a ver a mi tío, y por la expresión en el rostro de la amiga de Gabriel, supe que lo que lo aquejaba era algo más grave que lo que me pasaba a mí.

Aquella chica pidió que me sacaran de la habitación, pero antes de salir, escuché que mi tío estaba en ese estado debido a que, en un intento de protegerme, había absorbido toda la mala energía de aquella entidad.

No estoy seguro de qué ocurrió en la habitación, ya que una vez que estuve fuera, ellos cerraron la puerta y no se abrió hasta el día siguiente.

Por mi parte, seguí las indicaciones de la amiga de Gabriel al pie de la letra, y cuando desperté al día siguiente, miré con horror cómo la pijama blanca que llevaba puesta ahora tenía un repugnante color café y estaba completamente empapada con un líquido espeso y pegajoso, muy similar a la saliva.

Era como si me hubiera sumergido por completo en agua sucia, y también olía horrible, así que me levanté rápidamente para quitarme la pijama.

La amiga de Gabriel dijo que eso era normal y que, a pesar de lo que yo pudiera creer, era algo bueno, ya que de esta manera ahora podía estar segura de que todo el mal había abandonado mi cuerpo.

Y eso resultó ser cierto, porque desde ese día no solo sentí que aquel malestar había abandonado mi cuerpo, sino que también muchos de los malestares que había vivido con mi madre años atrás, malestares de los que no tenía idea que llevaba en mi interior, abandonaron mi cuerpo y mi alma para siempre.

A pesar de que la limpieza fue suficiente para mí, no lo fue para mi tío. A pesar de despertar con su ropa blanca exactamente igual a la mía, su salud no mejoró lo suficiente.

No importaba cuántos rituales y limpiezas realizara la amiga de Gabriel, mi tío continuaba sufriendo esos malestares. Por eso, decidió hacer una investigación más exhaustiva para saber exactamente a qué se estaba enfrentando.

Al parecer, descubrió que aquellos departamentos estaban construidos sobre lo que en algún momento de la historia había sido un centro psiquiátrico donde maltrataban a sus pacientes con los cuales también utilizaban como conejillos de indias humanos.

Además, parecía que aquella mujer era un espectro que había albergado mucho odio durante su vida y que ese odio había traspasado la barrera entre los vivos y los muertos.

Una vez que supo eso, la amiga de Gabriel se dio cuenta de que enfrentar eso sería muy difícil. Mientras pensaba en algo mejor, decidió darle a mi tío algunos amuletos de protección, que al menos funcionaron para evitar que su enfermedad empeorara.

Pasaron algunos meses en los que nuestra vida fue prácticamente un limbo, donde nada mejoraba pero tampoco empeoraba, así que supongo que era lo mejor que podíamos esperar.

Esto continuó hasta que un día la amiga de Gabriel, quien estuvo todo ese tiempo ayudándonos a superar nuestras penurias, decidió poner fin a nuestra situación.

Sin embargo, resultó ser un espectro demasiado poderoso y lo único que podía hacer era crear un escudo de protección que, aunque no rompía la conexión con ese espectro, lograba mantenerlo a raya y mejorar la salud de mi tío. Este ritual se llevó a cabo con mucho éxito y, como era de esperar, mi tío mejoró rápidamente.

Sin embargo, desde ese día, siempre debe llevar consigo un amuleto. Aunque en ocasiones aún podemos ver a esa mujer, es algo a lo que todos nos hemos acostumbrado con el paso del tiempo.

Mi tío y yo llevamos siempre el recuerdo de aquella noche. Aprendimos que existen fuerzas más allá de nuestra comprensión y que la realidad puede ser mucho más compleja de lo que percibimos. La casa de huéspedes se convirtió en un recordatorio palpable de la existencia de otro plano de realidad, donde los espíritus vagan y los secretos esperan ser revelados.

Hasta el día de hoy, la casa de huéspedes sigue en pie, recibiendo a nuevos residentes que, al parecer, nunca se quedan mucho tiempo, ya que siempre están buscando nuevos inquilinos. Y, para ser honesto, puedo entender perfectamente por qué. He escuchado que algunas personas aseguran haber presenciado sucesos inexplicables, mientras que otros disfrutan de la tranquilidad y el encanto de la antigua residencia sin ser conscientes de su turbulento pasado.

Autor: Canek Hernández

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