La Casa Antigua Historia De Terror 2023

La-Casa-Antigua-Historia-De-Terror

La Casa Antigua Historia De Terror 2023

La Casa Antigua Historia De Terror… Desde muy joven salí del hogar paterno para viajar y conocer otras personas. Al poco tiempo de haberme ido mi padre falleció, mi madre y mis dos hermanos quedaron desamparados. Tomé la decisión de regresar a mi casa; esta se encuentra en el barrio de Mexicaltzingo en Guadalajara. Esta colonia es considerada como una de las más antiguas de la ciudad, aún se conservan casas de cantera al estilo del porfiriato.

Hay un sincretismo entre este tipo de construcciones y otras más humildes. En nuestro caso vivimos en una vecindad, de las cuales se preservan muy pocas. La vecindad en la que vivimos se compone de una privada que tiene dos salidas, una al frente y otra posterior.

Ambas salidas tienen una reja que permanece cerrada todo el tiempo, solo los dueños de las casas tienen la llave para acceder a la privada. Estas casas son antiguas, por lo general han pasado de generación en generación. Mi caso es muy similar, mi padre antes de morir me dijo que la casa ahora me pertenece, por tanto, yo soy cabeza de ese hogar.

Cuando regresé a mi casa la vi con ojos diferentes, quizás la casa no había cambiado, había sido yo. La vivienda estaba constituida por una sala a la entrada, dos habitaciones, la cocina, el baño y el patio en la parte inferior. En el segundo piso solo tenía otra habitación y la azotea está bordeada por una malla de alambre.

En la primera noche de mi regreso empecé a escuchar ruidos en la azotea de mi habitación, parecía como si alguien estuviese caminando. No le di la importancia necesaria, por un instante pensé que podría ser un gato o algún vecino que anduviera rondando por ahí.

Le comenté a mi madre de lo acontecido por la noche, ella volteó a ver a mis hermanos para darse cuenta si estaban escuchando. En efecto, ellos dejaron de jugar y voltearon a verse como si con la mirada quisieran expresar algo.

Mi madre hizo como si le importara muy poco y cambió de tema, yo hice lo mismo. Sin embargo, por la noche de nuevo escuché como si alguien caminara en la parte superior, incluso escuché cómo jalaban uno de los trastos que estaban ahí. Traté de poner atención a cualquier ruido que viniera del exterior para identificar qué lo ocasionaba. Con extrema claridad escuchaba susurros, como si alguien quisiera comunicar algo.

Busqué el momento oportuno para encontrar a mi madre sola y poder dialogar sobre el suceso. Ella adoptó un comportamiento extraño, de inmediato me señaló con el dedo índice que guardara silencio al mismo tiempo que volteó para todos lados para darse cuenta si nadie la escuchaba. Me pareció extrema su postura, pero no le dije nada.

Mi madre bajó la voz y me hizo la señal de que fuéramos a otra habitación. Me parecía una actitud extrema, pero la seguí e hice caso a lo que ella me solicitaba. Ya en la habitación me dijo que desde que murió mi padre comenzaron a escucharse con más intensidad muchos ruidos en la parte superior de la casa.

La única habitación que había en el segundo piso solo estaba llena de enseres innecesarios, así que pocas veces acudimos a esa parte de la casa. Ella me dijo que esta serie de eventos no eran nuevos ya que desde que ella llegó a esa casa ya se escuchaban ruidos y sucedían cosas extrañas. Al principio, a ella también le dio miedo, pero con el tiempo se acostumbró a escucharlos.

Me contó que en una ocasión cuando yo era bebé mientras ella realizaba el aseo de la casa me metió dentro de un corral con juguetes y ella se dedicó a realizar sus faenas. Yo tenía escaso un año y ya gateaba. Se sorprendió mucho cuando de repente yo me acerqué a ella gateando. En la vivienda solo estábamos ella y yo, mi padre se había ido a trabajar. Mi madre de inmediato fue a la habitación para saber quién me había sacado del corral y no encontró a nadie.

Cuando le comentó a mi padre el hecho, él sonrió. Ella le cuestionó sobre lo sucedido y él le explicó que esa casa era muy antigua, perteneció a sus abuelos, a sus padres y ahora a él. En la familia hubo una tía que nunca se casó y no fue madre.

Esa mujer siempre quiso serlo, pero por la época, si no estaba casada era mal visto que ella lo fuese. Mi padre con ligereza le dijo a mi madre que quizás era la tía Sara que tenía ganas de abrazar a su sobrino.

A partir de ese día sucedieron cosas extrañas conmigo y mi probable tía. En otra ocasión yo estaba carcajeando con alguien, mi madre de inmediato entró al lugar en el que me encontraba y no había nadie.

De forma clara vio cómo yo volteaba hacia un lado y sonreía; mi madre sin decir nada caminó hacia el espejo y con claridad vio un espectro reflejado en el mismo. De inmediato me abrazó y salió corriendo de la casa.

La vecina le preguntó qué le sucedía, ella le platicó a la brevedad el acontecimiento. La vecina era una anciana que ha vivido toda su vida en ese lugar. Ella le dijo que probablemente era Sara, la solterona de la casa.

En ese momento mi madre ya no quiso escuchar más de la probable tía que me quería cuidar, por lo pronto estaba muy asustada, pero después fue a buscar a la anciana para que le platicara de la tía Sara. La anciana no tuvo menoscabo en dar detalles de la mujer.

Le dijo que la tía Sara fue muy bonita de joven, tuvo un novio con el cual todos creyeron que se iba a casar. Ellos duraron más de cinco años como novios, todos los días por la noche se les veía platicar afuera de su casa. Un día el joven dejó de venir y Sara se fue apagando poco a poco. Jamás se supo que tuviese otro novio. Su belleza se marchitó al igual que su carácter.

Con el tiempo sin saber el motivo se enteraron de que ella había muerto. La anciana le dijo que ella creía que Sara se había suicidado porque todo estuvo muy extraño. Una noche llegó un grupo de personas de forma misteriosa.

Al cabo de un rato se fueron llevando consigo el cadáver, poco tiempo después nos dijeron que Sara había muerto de cólera. Su familia no quiso dar más detalles. La anciana lanzó la pregunta sin más preámbulo: ¿de verdad murió de muerte natural o se suicidó? Se encogió de hombros y se fue.

Mi madre ya no quiso entrar en detalles sobre las situaciones extrañas que acontecieron durante mi infancia. Lo que sí me dijo es que cuando yo crecí un poco más todo menguó, pero con la muerte de mi padre y mi regreso los sucesos regresaron con más fuerza.

A la noche siguiente comencé de nuevo a escuchar fuertes ruidos en la azotea, sin pensarlo me vestí y subí las escaleras. Era época estival, por lo tanto, la temperatura era cálida, pero al llegar a la azotea sentí cómo el clima cambió de cálido a frío.

Les pedí una explicación y le dije que si era mi padre que ya se fuera a descansar, este ya no era su mundo. De la misma manera le dije al resto de mis antepasados que ya nos dejaran en paz, ahora esta casa me pertenecía y no iba a permitir su entrometimiento.

Bajé de inmediato, no puedo negar que me dio miedo porque las cosas que se encontraban en la azotea continuaron moviéndose solas. Ingenuamente creí haber resuelto el problema, no sucedió así.

A partir de ese día comenzaron a haber más manifestaciones, de alguna manera creo que cuando yo subí al segundo piso les abrí el portal para que pudieran moverse en la parte baja de la casa porque comenzaron los sucesos extraños.

Primero me dejaron encerrado en el baño, otro día cerraron la puerta que da al patio encontrándome yo en él, no pude ingresar del patio a la cocina durante horas, hasta que llegó mi madre con mis hermanos, ella le quitó la aldaba para que pudiese entrar.

Otro día venía de la calle y al querer ingresar a la casa no me lo permitieron. Metí las llaves en la cerradura y, por más que intenté abrir la puerta no la pude abrir. Me asomé por la ventana y vi a mi madre con mis hermanos divertidos viendo la televisión, de alguna manera se encontraban absortos y no escuchaban que yo intentaba entrar, aunque tocase la puerta.

La Casa Antigua, Historia De Terror


La-Casa-Antigua-Historia-De-Terror
La-Casa-Antigua-Historia-De-Terror

De pronto vi con claridad un espectro que se posó detrás de mi hermano más pequeño. En ese momento entendí que ahora yo no era el blanco de ese ente, sino mis hermanos. Lo que trataba de hacer era alejarme.

No sé si mis sospechas son infundadas pero creo que la muerte de mi padre no fue del todo natural. Ya no quise hacer más indagaciones, no consentiría que lastimaran a ninguno de ellos. Resuelto a protegerlos, quebré el vidrio de la ventana para poder meter la mano y abrir la puerta.

Fue cuando mi madre y mis hermanos salieron del estado hipnótico en el que se encontraban. Mi madre reaccionó de inmediato, abrazó a mis hermanos e intentó salir, pero el espectro se paró delante de la puerta para evitar que saliéramos. Esta vez ya no le importó que lo viéramos.

Abracé a uno de mis hermanos para salir de la casa a como diera lugar. La puerta estaba trabada y no podía abrirla. Vi con claridad cómo el espectro se acercó a mí, como si intentase amedrentarme. En ese instante sentí cómo me traspasaba, solo fue unos segundos que sentí una profunda tristeza y desolación, después pude abrir la puerta y nos salimos del lugar.

Ya no regresamos a la casa, con el tiempo supe que continuaron sucediendo cosas extrañas al interior de ella. La última vez fue a través de un periódico, el cual publicó que en esa casa habían caído muchas piedras como si alguien las lanzara sin saber su procedencia.

Autor: Adriana Cuevas Herrera.

Derechos Reservados.

Share this post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Historias de Terror