Claudia Historia de Terror 2023

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Claudia Historia de Terror 2023

Claudia, Historia de Terror… Mi nombre es Mario, después que terminé la universidad, comencé a buscar trabajo como egresado en la carrera de sociología, la verdad, fue muy complicado encontrar un lugar para laborar.

En ese momento comprendí que no iba a ser nada fácil entrar en el mundo productivo, intenté hacerlo a través de instituciones de gobierno, pero sin una recomendación era prácticamente inútil, después traté en el sector privado, pero había escasas vacantes para mi perfil, me sentía muy decepcionado por no poder entrar a ninguna empresa, cuando pasaron casi dos meses, no me quedó otra opción que trabajar de cualquier cosa.

Un vecino que me orientó para que fuera chófer de uber, así fue como logré conseguir ingresos, no estaba convencido por el resultado, sin embargo, creí que sólo sería cuestión de tiempo para poder encontrar un trabajo que fuera más de acuerdo con lo que había estudiado.

Por lo regular, me gustaba trabajar durante el día, pero a veces no había mucho pasaje, por lo que me iba a mi casa, y buscaba otro horario, era la manera que tenía para sacar la cuota diaria, todavía me sentía frustrado por no trabajar en lo que quería.

Hasta que un día, me llamó por teléfono un buen amigo de la universidad, me dijo que por razones personales, él se había ido a trabajar a Tepic, porque su pareja era originaria de allá, y cuando terminó la licenciatura decidió regresar a su estado de origen, mi amigo decidió irse con ella a probar suerte.

Me compartió que trabajaba para una asociación civil que se dedicaba a realizar procesos metodológicos y asesoría a otras organizaciones civiles, para mejorar los resultados de sus intervenciones, ese día estaba muy contento, lo único que no me gustó, fue tener que cambiarme de residencia, siempre había vivido en la ciudad  de Guadalajara, después de pensarlo durante el día, le dije que sí me iba presentar en la entrevista.

Gestioné lo del permiso de chofer, y me fui a Tepic. Mi amigo Daniel me estaba esperando en la central de autobuses, nos fuimos a su casa, y al día siguiente me presenté a la entrevista de trabajo, salí muy contento de ahí porque después de más de un año buscando una oportunidad laboral, apenas se vislumbraba algo bueno para mí, quizás porque iba recomendado por Juan, y le dijo a la gerente de recursos humanos que no era de Tepic, pronto me llamaron para decirme que había sido aceptado para ese puesto.

Mi amigo me dijo que me podía quedar con él y su pareja durante el tiempo que quisiera, pero se me hizo un abuso de mi parte, de inmediato comencé a buscar casa o departamento en renta, me di cuenta que el costo de la renta de una vivienda era muy elevada, pero entre mi búsqueda me encontré una casa cuya renta era más accesible, de inmediato llamé por teléfono, la persona que me atendió me dio una cita por la tarde para ver la vivienda.

Cuando llegué al domicilio indicado, la agente de bienes y raíces ya había llegado, me mostró la casa, se rentaba amueblada, el precio no era elevado, no lo dudé, sin pensarlo más le dije que aceptaba, firmé el contrato y al día siguiente me mudé a mi nuevo lugar de residencia.

La primera noche no la pasé muy bien, comencé a sentir nostalgia por mi ciudad, por mi familia, por todo a lo que le tenía afecto, estuve la mayor parte de la noche en vela.

Afuera, podía escuchar cada auto que pasaba por la calle, incluso, oí cuando alguien arrastraba como un costal, cuando reflexioné lo que podía ser ese ruido, me levanté de inmediato, pero no pude ver nada al exterior de la calle, estuve durante varios minutos viendo hacia el mismo lugar, sin conseguir ver nada, pensé que todo era producto de mi insomnio.

Al día siguiente, me presenté a mi primer día de trabajo, mi horario de salida era hasta las seis de la tarde, así que cuando salí de trabajar me fui un rato a caminar en el centro, para conocer un poco más del lugar, estuve un rato sentado en una banca, me llamó la atención la manera en que jugaban los niños, pensé que eran diferentes costumbres, porque una niña se divertía mucho con una cuerda mientras saltaba, cantaba una canción, hacía mucho tiempo que no había visto esa manera de jugar.

Conforme se hizo de noche pensé que ya era hora de partir a mi nueva vivienda, del centro me quedaba relativamente cerca, por lo que decidí hacerlo caminando, además, la zona era muy agradable, a medida que me alejé de la parte céntrica de Tepic, las calles estaban desoladas y oscuras, cuando llegué a la calle donde ahora vivía, no percibí cuando una  pelota me pegó en la cabeza, era de una niña pequeña, como de seis años.

Recogí la pelota para entregársela en sus manos, le pregunté su nombre y por sus padres, le dije que ya era muy tarde para que anduviera en la calle, le pedí que me dijera cuál era su casa, ella se limitó a apuntar con su dedo hacia mi casa, le dije que estaba equivocada, yo vivía en ese lugar.

La pequeña se me quedó viendo fijamente con una mirada profunda, intenté acercarme a ella para llevarla con sus padres, ella de inmediato corrió hacia la esquina, ya no la seguí, creí que ella vivía en alguna casa de la esquina, sólo me quedé pensando en lo descuidados que eran sus padres, para permitir que estuviera en la calle a esas horas, además, estaba completamente sola.

En ese momento pensé que la niña podría ponerse en peligro, caminé hacia el lado que la niña se fue, pero no la vi, me vine más tranquilo pensando que ya estaba en un lugar seguro. De pronto, sonó mi teléfono, era mi hermana para decirme que mi madre había tenido un accidente y se encontraba en un estado delicado.

No quise pedir permiso en el trabajo, apenas llevaba pocos días en él, lo consideré imprudente, me esperé hasta el fin de semana para ir a verla.

El viernes en cuanto salí de la oficina, me dirigí hacia la central de autobuses, llegué a Guadalajara a medianoche, por fortuna, mi madre se encontraba mejor de lo que esperaba, no iba a ser fácil su recuperación, pero el hecho de que estuviera consciente ya era un gran avance.

Me regresé el domingo por la tarde, para poder integrarme al día siguiente a mis actividades laborales, llegué a mi casa como a las diez de la noche, de nuevo me pareció ver a la misma niña del otro día corriendo por la banqueta, pero en esta ocasión vi que se metía a mi casa, cuando llegué y abrí el cancel, pensé que estaría en la cochera, pero no la encontré por ningún lugar.

Claudia Historia De Terror

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Creí que quizás me había equivocado, sin embargo, en cuanto entré a mi casa, escuché unos pasos corriendo en el pasillo, de inmediato encendí la luz, me quedé parado durante un instante en el umbral de la puerta, pensé que alguien al ver sola la casa, se había metido a robar, saqué el celular para marcar al número de emergencia, principalmente porque temía por mi seguridad, porque cosas de valor no tenía.

Escuché de nuevo unos pasos corriendo, alcancé a distinguir a una persona pequeña en el fondo de la cocina, no les puedo mentir, tuve miedo de quién podría estar al interior de mi casa, me salí por un momento a la cochera y le marqué a mi amigo Daniel, le dije lo que estaba ocurriendo, le pedí una disculpa por parecer un poco infantil, pero no sabía qué hacer.

Daniel llegó en poco tiempo a mi casa, en realidad, él vivía a escasas calles de ahí, me dijo que ambos entraríamos a la casa, así lo hicimos, entre los dos empezamos a revisar cada habitación sin encontrar nada, le pedí una disculpa diciéndole que había sido cierto lo que vi, y lo que escuché.

Él de manera comprensible me dio una palmada en el hombro, también me dijo que era normal, que no me preocupara, entendía que estaba solo y podía confundir cualquier ruido, me dijo que por cualquier cosa le podía llamar.

Cuando mi amigo se fue, me quedé con una desazón, estaba convencido de lo que había visto, pero al parecer Daniel no me creyó, porque pareció una historia inverosímil, en ese momento, yo también comencé a cuestionarme si de verdad lo que había visto era real.

Con un poco de desconfianza revisé de nuevo toda la casa, sin encontrar nada extraño, me preparé un sándwich y un café, me fui a cenar a mi habitación y ver un poco de televisión, me acomodé con varias almohadas en mi espalda y me dispuse a descansar, me encontraba muy divertido cuando escuché de nuevo que alguien corría por el pasillo hacia la sala, en esta ocasión ya no quise salir a revisar, pensé que de nuevo no iba a encontrar nada en absoluto.

Me acomodé de nuevo en la cama, de repente, la puerta de mi habitación se fue abriendo poco a poco, se me hizo muy extraño porque tenía todas las ventanas cerradas y no entraba ninguna corriente de aire, fue cuando comencé a ponerme nervioso.

De pronto, vi con claridad cuando la cama se hundía, como si alguien se estuviera acostando a mi lado, aventé el plato y me salí de inmediato del cuarto, tuve la intención de hablar de nuevo con Daniel, pero me dio mucha pena hacerlo, además, al día siguiente teníamos que levantarnos muy temprano para ir al trabajo.

Me fui al sofá de la sala y ahí me quedé durante un buen rato, esperaba ver de nuevo algo extraño, no ocurrió, pero la verdad dormí, muy mal, cuando sonó la alarma del despertador sentí que apenas había dormido pocos minutos, me levanté por la responsabilidad, y me fui a trabajar.

En cuanto Daniel me vio, me preguntó qué me había sucedido, me veía muy mal, de inmediato me cuestionó por el estado de mi madre, le dije que ella estaba muy bien, le platiqué sobre lo acontecido en la noche, él se quedó pensativo, me dijo que averiguaría un poco más sobre la casa.

Esa misma noche, me habló mi hermana para darme la gran noticia de que a mi madre la daban de alta, sólo que necesitaría acudir a rehabilitación para mejorar su movilidad, mi hermana me dijo que era complicado para ella cuidarla, porque tenía programado un viaje al extranjero desde hacía un año, me comentó que no podía perderlo.

Mi hermana me metía en un apuro, yo no estaba facultado para cuidarla, por mi mente no pasó la idea de dejar el empleo, había sido muy complicado conseguirlo, como para perderlo, lo único que se me ocurrió fue traer a mi madre a Tepic, si ella estaba de acuerdo.

Cuando mi hermana le comentó mi propuesta, ella estuvo muy alegre de hacerlo, creo que en el fondo me extrañaba, y esa era una oportunidad de estar juntos de nuevo, así que el siguiente fin de semana fui por ella, y la instalé en la habitación contigua.

En cuanto mi madre entró a la vivienda, se quedó parada en la sala, me dijo que sentía algo en la casa, le pregunté a qué se refería, ella me respondió que había una energía extraña en toda la vivienda, no le quise comentar los hechos raros que había tenido, porque ni siquiera estaba seguro de lo que había ocurrido, mucho menos tenía idea de lo que sucedió.

En la madrugada, escuché que mi madre gritaba mi nombre, de inmediato fui a su habitación, ella estaba muy asustada, me dijo que había visto a una niña que caminó por el pasillo, le dije que todo había sido un sueño, en esa casa sólo estábamos ella y yo.

Mi mamá se puso a decir que no, había visto a una niña vestida con un camisón blanco y con su cabello suelto hasta el hombro. La descripción que mi madre me dijo de la pequeña, era muy similar a la de la niña que había visto en la calle, fue en ese momento, cuando comencé a relacionar cada uno de los hechos.

Traté de calmar a mi madre, le preparé un té de manzanilla, era lo único que tenía, me acosté en su cama, le dije que iba a dormir con ella, para que se sintiera más tranquila, ella estuvo de acuerdo, sin embargo, despertaba a cada momento sobresaltada.

Al día siguiente, le indiqué dónde se encontraban sus medicinas y la comida, le dije que no hiciera ninguna actividad doméstica, ella necesitaba descansar, a mi regreso la llevaría a su terapia de rehabilitación, antes de irme ella se acercó y me susurró al oído que si de nuevo se aparecía esa criatura no iba a poder lidiar con eso. Le dije que todo estaba bien, no había ninguna niña en la casa, yo ya llevaba varios días viviendo ahí y no había visto nada extraño, quizás sólo era cuestión de que se acostumbrara a su nueva residencia, ella estuvo de acuerdo, pero no la vi muy convencida.

No tenía mucho tiempo para continuar charlando con ella, así que me despedí y me fui rumbo al trabajo, no tuve el cuidado de observar los detalles con más detenimiento, sólo salí sin darme cuenta que en la cochera había varios juguetes regados, lo primero que se me vino a la mente fue pensar en los niños de los vecinos, también encontré un zapato de niña en la entrada de la cochera, sólo lo aventé con mi pie, pensando que a mi regreso resolvería lo de los vecinos invasores.

En la oficina, cuando me encontré con Daniel, le comenté que mi madre estaba conmigo, le platiqué los motivos por los que la había traído a Tepic, él me dijo que por la noche irían a verla y llevaría a su esposa.

Continué con todos los pendientes que tenía en el trabajo, se me pasó el día muy rápido, al llegar a la casa, ya no vi los juguetes regados, fue hasta ese momento que me acordé de ese detalle, pensé que quizás mi madre los había recogido.

En el momento en que entré a la vivienda, me encontré a mi madre sentada en el sillón con la mirada perdida, sólo balbuceaba unas palabras que no alcanzaba a distinguir, estaba en un estado catatónico, no sabía qué le había ocurrido, le hablé a Daniel para decirle cómo estaba mi mamá, él me dijo que no me preocupara, ya estaba en camino junto con su esposa, llegarían muy pronto.

Cuando vi a mi amigo en la casa, sentí su apoyo, él me dijo que era necesario llevarla al médico, antes de salir, mi madre de nuevo comenzó a decir unas palabras, y apuntó hacia la cocina, la esposa de mi amigo sí le entendió, me preguntó quién era la niña a la que mi madre se refería.

Me sentí desesperado, les conté el extraño acontecimiento que teníamos con una pequeña, pero que no tenía la certidumbre de qué era.

La esposa de Daniel de nombre Alma, nos dijo que quizás lo que mi madre necesitaba no era precisamente un médico, sino alguien que entendiera sobre cosas sobrenaturales.

Sentí que eso de nada nos iba a servir, pero lo cierto era que necesitaba hacer algo con urgencia, la esposa de Daniel nos dijo que una de sus amigas nos podía ayudar, así que sin dudarlo le llamó, nos dijo que en ese momento estaba ocupada con una sesión, no le era posible apoyarnos, sería hasta el fin de semana, la esposa de Daniel insistió en que era urgente su presencia, después de que colgó nos dijo que ese día ella no nos ayudaría, mientras tanto su amiga sugirió que investigáramos sobre las personas que han vivido con anterioridad en esa vivienda, era una buena manera de comenzar a entender los sucesos.

Alma dijo que ella podría ir con los vecinos a preguntar, Daniel comentó que el investigaría en internet, quizás encontraba algo, yo no supe qué decirles, me sentía muy abrumado y mi cerebro estaba como dormido, no podía pensar, mis dos amigos salieron a buscar información sobre la casa.

Después de casi dos horas Daniel y su esposa regresaron con  noticias, me dijeron que había un hecho que ocurrió hace poco tiempo, apenas unos cuantos meses, los dos se quedaron callados mientras se veían entre ellos, les pedí que dejaran de ser misteriosos, era mejor saber la verdad que vivir en esa incertidumbre.

Su comentario confirmó todo lo que sospechaba, en la casa que habitaba había vivido un matrimonio joven con una niña de seis años, la madre de ella decidió dejar a su esposo y a su hija, dejando a su pequeña al cuidado de su padre.

Para el hombre no fue sencillo enfrentar el abandono de su esposa, así como los cuidados que necesitaba su hija, a la pequeña siempre la había cuidado su madre.

Unos días después de que la madre de la niña se había marchado, la pequeña quedó al cuidado de su padre, los primeros días no fueron fáciles para ninguno de los dos, un día el padre de la niña estaba inmerso en su trabajo, ya que le habían permitido quedarse a trabajar desde casa, al menos de manera temporal, para que pudiese cuidar a su hija.

El hombre trabajaba en la computadora cuando la niña se salió a jugar, él no se dio cuenta de lo que había sucedido, hasta que escuchó unas llantas de automóvil que rechinaron muy fuerte, el hombre de inmediato pensó en su hija, gritaba su nombre desesperadamente, esperando que ella estuviese dentro de la casa, al no obtener respuesta salió inmediatamente en su búsqueda.

El espectáculo fue muy triste, ahí estaba la niña tirada sobre el pavimento, con su cabeza volteada hacia un lado, de ella escurría un hilo de sangre grueso.

Su padre corrió a abrazarla y le gritaba desesperado, esperando que ella le respondiera, él trató de darle respiración de boca en boca, le oprimía el pecho con las dos manos, para reactivar de nuevo su corazón, pero todo fue en vano: la pequeña había muerto, el que la atropelló se había fugado.

Llegaron los de servicios de urgencias, pero dijeron que no era posible llevársela porque estaba sin vida, el padre se puso a gritar como loco, dijo que había sido su culpa, él la había matado, fue necesario ponerle un calmante para poder controlarlo, la calle ya no volvió a ser la misma a partir de ese incidente.

El padre de la pequeña fue cayendo en un estado deplorable, perdió el trabajo por no cumplir con sus responsabilidades, un día dejaron de verlo, después de muchos días de su ausencia un vecino decidió ir a tocar a su vivienda, encontró la puerta emparejada, al abrirla, un fuerte tufo del interior de la casa lo recibió, el hombre estaba sin vida.

Alma fue la que logró obtener toda la información de los anteriores inquilinos, ella fue la primera que expresó su punto de vista, me dijo que lo más seguro era que el espíritu de la pequeña, de nombre Claudia, aún se encontraba en este mundo material, que ella no había podido trascender, y menos, después de que su padre se quitó la vida.

En ese momento recordé el primer día que llegué a esa casa, la pequeña estaba jugando con su pelota, cuando le pregunté dónde vivía, ella señaló mi casa, ahora todo tenía sentido.

Reconocí que lo que mi madre había visto era el espíritu de la niña que reconocía su casa, lo que no me quedó claro, fue el motivo por el que mi madre se había quedado en un estado de shock, creo que no sólo fue porque vio a la niña, lo más probable era que vio algo más.

Alma le habló de nuevo a su amiga, para explicarle lo que había sucedido en la casa, de manera inmediata le sugirió que encendiera veladoras en cada esquina de la vivienda, y más cosas que decidí no hacer, le dije a Daniel que lo mejor era llevarme a mi madre de ese lugar, no intentaría alejar esos espíritus de la casa, era una labor que a mí no me correspondía.

Tomé la decisión de llevarme a mi madre de regreso a su casa y a su ciudad, ya había pasado por muchos sucesos desagradables, me regresé con ella a Guadalajara, después de que estuvo en tratamiento psicológico pudo decirme lo que vio aquel día en la casa de Tepic, me dijo que no sólo vio a la pequeña que rondaba por la casa, sino que vio el momento en que el padre de la pequeña se quitó la vida.

Cuando ella me explicó con detalles lo que había visto comprendí que habíamos hecho muy bien en irnos inmediatamente de esa casa.

Sé por comentarios de Daniel, porque él siguió viviendo en Tepic, que todavía dicen los vecinos que la niña se aparece en la calle jugando con su pelota, sobre todo por las noches, cuando la calle está oscura y desolada, incluso, hay quienes comentan que la niña se asoma a través de la ventana.

Autor: Adriana Cuevas

Derechos Reservados

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