El Pacto De Muerte Historia De Terror 2024

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El Pacto De Muerte Historia De Terror 2024

El Pacto De Muerte Historia De Terror… Siempre pensé que la muerte estaba presente en cada uno de los seres humanos, pero lo veía como un evento lejano, que pasaría en el futuro, y que en mi presente estaría ausente, hasta que empezó a tocar en la puerta de mi casa, todo ocurrió cuando mi madre empezó a enfermar, en aquel tiempo vivía con mi hermano Ángel y mis padres, él era cinco años menor, pero habíamos logrado hacer un vínculo muy fuerte, más que hermanos, éramos grandes amigos, le contaba todas mis inquietudes, mis alegrías, mis acontecimientos cotidianos, él también hacía lo mismo.

Mi madre comenzó a bajar abruptamente de peso, por cada mes perdía un kilo, lo malo de todo fue que comenzó a atenderse en el seguro social, en la clínica en la que estaba inscrita, el médico le dijo que lo más probable era que su pérdida de peso se debía a que tenía diabetes, sin hacerle los estudios correspondientes, la mandó a diabetimss para que comenzara el protocolo de cuidados alimenticios y de salud.

Ella estuvo asistiendo durante un año a ese grupo, modificó sus hábitos alimenticios, pero seguía bajando de peso, mi hermano Ángel tenía en aquella época dieciocho años y yo tenía veintitrés, mi padre comenzaba a tener olvidos recurrentes y lagunas mentales, cuando lo llevamos al médico, nos dijo que tenía inicios de alzheimer, a él sí le hicieron los estudios necesarios para poder darle un diagnóstico certero, también lo llevamos al seguro social, lo estuvieron atendiendo en centro médico.

            Fueron tiempos difíciles porque no teníamos la experiencia para afrontar dos situaciones de enfermedad, la de mi padre fue sencilla porque desde un momento tuvimos el diagnóstico acertado, aunque su proceso de enfermedad cada vez fue más complicado, porque con el paso del tiempo, mi papá iba perdiendo la memoria.

Con mi madre fue difícil porque para llegar al diagnóstico verdadero pasaron casi tres años, tiempo crucial para que su enfermedad avanzara lo suficiente, después del año que ella estuvo en las pláticas sobre diabetes, el médico la mandó con el especialista a la clínica 46, las citas no eran tan rápidas, la mandaron con el médico internista, él la vio seis meses después, en cuanto tuvo su primera consulta, le mandó hacer una serie de estudios para saber a qué tipo de enfermedad se enfrentaban.

Después que le hicieron todos los exámenes pertinentes el médico determinó que mi madre tenía cáncer de páncreas, se perdió tiempo crucial para que ella pudiera recibir un tratamiento de quimioterapia y tener la oportunidad de vivir por más tiempo, el cáncer estaba avanzado y en su etapa final, el médico oncólogo le dio las primera quimioterapias, pero el cuerpo de mi madre estaba muy desnutrido, no fue sostenible ingerir tantos medicamentos tan invasivos, el doctor dijo que le iba a quitar la quimioterapia, sólo podíamos darle los cuidados paliativos y esperar el día de su muerte.

            Fue un golpe muy fuerte para mi hermano y para mí, aunque teníamos el apoyo de la familia, lo teníamos de una manera indirecta, porque los momentos cruciales de enfermedad los vivíamos solos. En aquel momento fue cuando empecé a cuestionarme qué había más allá de la muerte, a dónde se iría el alma de mi madre al momento de morir, si de verdad había un infierno y un cielo, o si de plano la conciencia quedaba en un estado eterno de la nada.

Recuerdo que la última noche previa a la muerte de mi mamá, ella comenzó a preguntarnos por qué había tantas personas en la casa, le dijimos que no había nadie más que nosotros y dos de sus hermanas, pero ella aseguraba que había mucha gente dentro de su habitación, me dijo que les pidiera que guardaran silencio, porque el murmullo era muy fuerte, y le dolía la cabeza.

Ángel me volteó a ver desconcertado, le dije que todo estaba bien, sin embargo, mi mamá empezó a decirnos que no se sentía cómoda con la presencia de una persona, que le dijera que se fuera de la casa porque le daba mucho miedo, le pregunté quién era, mi madre se limitó a levantar su brazo y señalarme una esquina de la habitación, simulé que tomaba a la persona de la mano y la sacaba del cuarto, pero ella me dijo que no se había ido, seguía presente.

Después mi mamá entró en un estado de inconsciencia en el que dejó de decirnos que había gente en la casa, de manera intermitente se dormía, hasta que antes de morir despertó, como si por último momento tuviera un poco de lucidez, volteó hacia el mismo lado que me había señalado asintió, a los pocos minutos se quedó con su mirada fija al techo y murió.

            Es difícil poder describir lo que realmente sentí en aquel momento, entré en un estado de evasión, en el que no sentía nada, ni tristeza, ni dolor, fue como si estuviera fuera de mi realidad. Mis padres estaban inscritos en la mutual de la colonia, por lo que todo estaba en orden, le hablé al encargado de la mutual para decirle que mi madre había muerto, el encargado era una persona que era muy cercana a mi padre, por lo que nos facilitó los trámites y nos ayudó a conseguir el certificado de defunción con más rapidez.

Fueron momentos complejos, después que pasó el funeral, una noche que nos encontrábamos más tranquilos, estuve platicando con mi hermano Ángel, él me preguntó sobre lo que mi madre vio antes de morir, me dijo que le dio miedo tan sólo de pensar que fuera cierto que seres descarnados estuvieran presentes ante la inminente muerte de nuestra madre.

Fue en aquel instante en el que empezó a convertirse en una obsesión conocer más sobre la existencia de un más allá, empecé indagando con el encargado de la mutual, le pregunté si le había pasado alguna situación extraña cuando trasladaba a los muertos, él me dijo que no, pero como la mutual era parte de un proyecto de la iglesia de la colonia, él era muy cercano a la iglesia.

De inmediato me dijo que el alma de mi mamá ya estaba con Dios, la perspectiva religiosa era la más común y la más conocida por la mayoría de las personas que tenían fé en Dios, en la que él garantizaba la vida eterna o la inmortalidad, siempre y cuando hayamos tenido buenas acciones mientras estuvimos con vida, de la contrario era la segunda muerte en el infierno, aunque todo se basaba en especulaciones o en la fé, quería tener la certidumbre de lo que realmente pasaba con el alma de una persona al morir.

Encontré las etapas de descomposición del cuerpo humano al morir, pero no me interesaba saber qué sucedía con el cuerpo del difunto, si no con su espíritu.

            Mi hermano me dijo que tratara de dejar ese asunto, y que mejor me enfocara  en vivir, justo en ese momento se me ocurrió que podíamos hacer un trato, le propuse que el primero que se muriera vendría a decirle al otro lo que había después de la muerte, Ángel estuvo de acuerdo, me dijo a manera de broma, que le daba un poco de miedo saber que mi espíritu iría a jalarle los pies, porque como yo era más grande que él, lo más probable era que me muriera más pronto.

Con el paso del tiempo se fue diluyendo la idea de saber más acerca de la muerte, me fui a trabajar por un tiempo a la Ciudad de México, Ángel se quedó a los cuidados de mi padre, lo ayudaba pagándole a una persona que se encargara de él cuando Ángel tenía que salir a trabajar.

Mi padre fue perdiendo la lucidez poco a poco, hasta que fue necesario internarlo en un asilo, porque ya no era posible darle los cuidados que él requería, de ese lugar me llamaron en la madrugada para decirme que mi papá estaba muy grave, si quería verlo por última vez era necesario que me fuera de inmediato al asilo, también hablé con Ángel, él me dijo que ya iba en camino hacia el asilo, tomé el primer vuelo que encontré y me fui de inmediato a ver a mi padre, ahí me encontré con mi hermano.

Mi papá se encontraba en los últimos momentos de vida, ni siquiera nos reconoció, se nos quedó viendo como si fuéramos dos desconocidos, de pronto, él comenzó a balbucear unas palabras, dijo el nombre de mi madre, y se puso a platicar con ella como si estuviera presente, incluso, mi padre asentía, dando a entender a alguien en que estaba de acuerdo, sin motivo alguno recuperó por unos instantes la memoria, porque mencionó mi nombre y el de mi hermano, nos dijo que nos amaba, a los pocos segundos murió.

            Aquel evento nuevamente revivió mi afán por saber qué había después de la muerte, sobre todo por el comportamiento tan extraño que tuvo mi papá, me pareció que había visto el espíritu de mi madre, y que ella fue quien le dijo que los presentes éramos sus hijos, también me dio la impresión de que gracias a mi mamá él supo de nuevo nuestros nombres, porque ya tenía mucho tiempo en que no nos recordaba.

No tuve la iniciativa de investigar de nuevo, pero sí de recordarle el pacto que había hecho con Ángel, él me dijo que jamás lo iba a olvidar, arreglé que en mi trabajo me trasladaran de nuevo a Guadalajara, ya no quería dejar solo a mi hermano, él era la única familia que me quedaba.

Cuando llegué a la casa de mis padres, me encontré con la sorpresa de que mi hermano tenía pareja, vivía con una muchacha de nombre Irma, Ángel se puso un poco nervioso, me dio explicaciones, le dije que no eran necesarias, me iría a vivir a otro lado, sólo les pedí que me dieran asilo por unos días, en los que conseguía un departamento en renta.

No tuve objeción en que mi hermano se quedara en la casa, me estaba yendo muy bien en el trabajo, podría rentar un departamento sin ningún problema. A Irma no le encantó verme, sentí como si le molestara mi presencia, me quedé en mi habitación de siempre, con ella hablé muy poco porque me evitaba, la primera noche que me quedé a dormir en la casa de mis padres, me di cuenta que Irma tenía costumbres extrañas, se levantaba por la noche y caminaba por toda la casa sin encender la luz, sólo traía con ella una vela prendida, al mismo tiempo rezaba, después de un rato dejaba su vela encendida en el patio y la dejaba ahí hasta que se consumía.

La segunda noche hizo exactamente lo mismo, a excepción que cuando me levanté fui al patio para ver qué había debajo de la vela, porque alcancé a notar que Irma depositó algo, encontré un objeto extraño, era un amarrado de cosas raras, no pude entender de qué se trataba, lo recogí y lo guardé en una bolsa.

            Esperé una oportunidad para hablar con Ángel, antes de marcharme de la casa, porque ya había encontrado un lugar dónde vivir, Irma dijo que iría a casa de su madre, aproveché la oportunidad para decirle a mi hermano que la conducta de su pareja era muy extraña, sobre todo por la noche, no pude terminar de decirle más, cuando él reaccionó molesto, me dijo palabras que nunca esperé, su rostro estaba contraído, como si estuviera conteniendo una gran furia.

Fue un momento incómodo en el que desconocí a mi hermano, parecía que se trataba de otra persona, porque él nunca se había enojado de esa manera conmigo, le dije que no se molestara tanto, ya no le iba a decir nada de Irma, agarré mis cosas y me marché de la casa, iba muy molesta porque pensé que podía hablar de todo con mi hermano, pero estaba tan cambiado.

Por unos días no supe más de Ángel, a la semana recibí una llamada en la madrugada, era la voz de Irma, angustiada me dijo que mi hermano había tenido un accidente automovilístico, me dio la ubicación del hospital, de inmediato me trasladé a urgencias, ahí se encontraba Irma, en cuanto me vio se soltó llorando, me dijo que mi hermano acababa de morir, esa noticia me cayó como un balde de agua fría, no podía creer lo que escuchaba, sobre todo, porque no pude hacer las paces con él.

El funeral fue muy doloroso, mientras sepultaban el cuerpo de mi hermano no pude evitar ver a Irma, ella movía sus labios como si estuviera orando, aunque dudé mucho de que fueran oraciones cristianas, creí que se trataba de algún conjuro.

            Aquella noche no podía dormir, se venían en mi mente las imágenes de mi hermano cuando discutimos, me sentía tan culpable, hubo un momento en que el cansancio me venció y me quedé dormida por poco tiempo, comencé a tener un sueño muy extraño en el que me veía caminando por una vereda oscura, a los lados habían muchos árboles frondosos que no permitían que pasara la luz de la luna, al fondo de la vereda vi la silueta de un hombre, me emocioné porque vi que se trataba de mi hermano, él me extendió la mano para que la tomara.

Nos fuimos caminando juntos, quise abrazarlo pero no me lo permitió, me dijo que había venido a cumplir el trato que habíamos hecho, me iba a decir qué había más allá de la muerte, en cuanto él me tomó mi mano, sentí la de él helada, fue un frío tan extraño que hizo que me dieran escalofríos, Ángel me llevaba hacia un cementerio, me mostró una tumba que no reconocí, me dijo que ahí era donde iba a descansar mi cuerpo físico, pero faltaba decirme lo que sucedería con mi alma, me llevó por otro camino oscuro, no me fue posible darme cuenta qué más había porque me desperté abruptamente.

Me quedé por un momento sentada en la cama, tratando de organizar mis pensamientos, y darme cuenta de que todo había sido un sueño muy real, pero un sueño que me hizo recordar el pacto que hice con Ángel.

Habían pasado tantos eventos de manera tan rápida, que no me acordé del trato que hicimos, aunque creí que sería imposible que sucediera, porque hasta lo que sabía, a los muertos no se les permitía venir al mundo de los vivos y contar el enigma de la vida en el más allá, así que traté de tranquilizarme, bajo la premisa de que no era posible, poco a poco fui recuperando mi tranquilidad, y me quedé pensando en mi hermano.

            Mientras lo recordaba noté que un objeto brillaba en el buró de mi cama, era el reloj que le perteneció a mi hermano, aunque no sabía qué hacía ahí, si yo no me había traído ninguna pertenencia de él, lo agarré y estaba sin pila porque se había detenido a las 11:25, no quería hablar con Irma, pero le llamé por teléfono para preguntarle si sabía a qué hora murió mi hermano, Irma me respondió con un poco más de calidez, me dijo que según el reporte médico, falleció a las 11:25, le dije que no era posible, porque en su reloj decía la misma hora, ella me preguntó a qué reloj me refería, le respondí que al de mi hermano, me dijo que eso era imposible, porque él lo llevaba puesto el día del accidente, en las pertenencias que le regresaron no iba su reloj, no entendía cómo era que yo lo tenía, le dije que yo tampoco.

Esa fue la primera vez que me sucedió un hecho extraño, porque a partir de ese día cada noche soñaba con mi hermano, él me iba revelando lo que había en el mundo de los muertos, porque al parecer, sí había vida, aunque no era tan agradable.

En otro de los sueños que tuve me mostró un mundo de espíritus en el que vivían en completa oscuridad, eran como seres incorpóreos flotantes que vagaban sin un sentido, antes de llegar a otro mundo, mi hermano tomó con fuerza mi mano y me señaló hacia el lugar en el que él vivía, era como si mentalmente se comunicara conmigo, porque en ningún momento me habló.

Antes de llegar al lugar que me señaló, comencé a sentir un miedo inexplicable, comencé a ver seres deformes e inquietantes, algunos sonreían de forma macabra, otros eran perturbadores, con el simple hecho de mirarlos me daba miedo, quise soltarme de la mano de mi hermano sin conseguirlo, me tenía agarrada con fuerza, sentía cómo me lastimaba, antes de entrar a ese lugar, él volteó y me dijo que dejara de moverme, no me iba a soltar porque habíamos hecho un pacto de hermanos, era el momento de decirme dónde se encontraba, me lo dijo con una voz distinta, al mismo tiempo su rostro se deformó y lo vi descarnado, horrible.

El Pacto De Muerte Historia De Terror

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            Me desperté sumamente asustada, de nuevo vi otro objeto sobre mi cómoda, era la cadena y un dije que le pertenecieron a mi hermano, ya no tuve la menor duda de que mi hermano se estaba haciendo presente en mi vida, y que sólo se limitaba a cumplir la promesa que nos hicimos, lo que no entendí fue por qué me mostraba el lado oscuro y maligno del más allá, si lo que sabía por el catecismo que estudié cuando era niña, era que había un cielo y un infierno.

No quería pasar una noche más soñando a mi hermano, porque cada día me llevaba a un lugar más tenebroso, temía que llegara la hora de dormir y volver a soñar con él, hasta el momento sólo se había manifestado a través de los sueños, dejando un objeto personal que le gustaba mucho mientras estuvo en vida.

Hablé con una de las hermanas de mi madre, hacía mucho tiempo que no la visitaba, pero era a quién más confianza le tenía, a ella le dio mucho gusto escucharme, le dije que me urgía verla, ella me dijo que podía ir a su casa en el momento que quisiera, sin perder tiempo me fui de inmediato a su casa, me llevé los objetos que le pertenecieron a mi hermano.

Cuando llegué a la casa de mi tía, ella me recibió con calidez, aunque tenía mucho tiempo que no la visitaba, le conté todo sin omitir nada, ella me escuchó atenta, cuando terminé mi relato, me dijo que había hecho muy mal en hacer un pacto con mi hermano, le pregunté por qué se mostraba como si fuera un demonio, si Ángel había sido una gran persona.

Mi tía me explicó que él murió estando molesto conmigo, y que cuando ocurrió su muerte, su conciencia se separó de su cuerpo, por lo que sólo quedaron reminiscencias de su espíritu, prevaleciendo la parte de la ira y el enojo, esos sentimientos negativos crecieron tanto, que una parte de su espíritu se fue del lado del mal. No alcancé a entender lo que mi tía me decía, le pregunté cómo sabía todo lo que me dijo, mi tía me respondió que ella también hizo un pacto con mi madre, y mi mamá también vino a decirle lo que había del otro lado de la vida.

            Cuando mi tía me hizo esa revelación me quedé sorprendida, era la evidencia de que mi hermano realmente trataba de comunicarse conmigo, le mostré los objetos personales que me dejaba cada noche, mi tía me dijo que no me asustara si en algún momento se aparecía su espíritu, porque a ella le había pasado.

Me dio tanto miedo de sólo imaginar que él pudiera hacerse presente, aunque después reflexioné, no tenía por qué tenerle miedo, si siempre nos habíamos querido mucho, le pedí a mi tía que me permitiera quedarme en su casa, en lo que encontraba la manera de dar un descanso al alma de mi hermano, ella no tuvo objeción en acceder a mi petición.

Aquella noche que dormí en la casa de mi tía, mi hermano no se hizo presente a través del sueño, pude ver su espíritu, era una sombra oscura que estaba parada viéndome dormir, estaba durmiendo profundamente, era la primera vez que lo hacía después del fallecimiento de mi hermano, cuando desperté ahí estaba Ángel parado, me sobresalté tanto, que casi me caigo de la cama, me fui hasta el rincón, tratando de que él no se me acercara, le pedí perdón por haberlo hecho enojar, le dije que lo sentía mucho, él parecía que no me escuchaba, se quedó por unos segundos dentro de la habitación, enseguida se marchó, me quedé despierta el resto de la noche, cualquier sonido que escuchaba creía que podía ser mi hermano.

            En cuanto amaneció y escuché que mi tía estaba despierta, fui con ella para decirle lo que me había sucedido durante la noche, le dije que no sabía qué podía hacer, necesitaba ayudar a Ángel, mi tía trató de tranquilizarme, me dijo que me llevaría con la persona que la ayudó a ella.

Fuimos a la casa de una persona que mi tía conocía, en cuanto entramos a la vivienda, percibí un olor a perfume que me empezó a relajar un poco, enseguida mi tía me presentó a una mujer, me sentí incómoda porque ella trataba de escudriñarme con su mirada, mi tía le explicó a lo que iba, le dijo que me había pasado lo mismo que a ella.

La mujer me pidió que me sentara en una mesa redonda, ella quedó enfrente, me tomó las dos manos y comenzó a hacer oraciones pidiéndole a diferentes santos que la ayudaran a encontrar solución a mi problema, principalmente le rezó a San Judas Tadeo, se quedó callada por unos segundos, antes de terminar el ritual, me hizo una limpia con agua bendita.

Aquella mujer me dijo que mi hermano se hacía presente por el pacto que hice con él,  era verdad que había hecho un pacto con mi hermano, pero que también le habían hecho un maleficio, lo que ocasionó su muerte, él no solamente trataba de decirme lo que había en el más allá, si no que su presencia se había deformado por la magia negra que le hicieron, por ese motivo mi hermano se me presentaba tan aterrador.

No tuve la menor duda de quién le había hecho ese embrujo a mi hermano, seguramente fue Irma, incluso, llegué a pensar que ella provocó su muerte para quedarse con sus bienes, no esperaba que me presentara en la casa, por ese motivo se molestó tanto cuando me vio.

La mujer me dijo que tenía razón, me hizo otro ritual de protección, para que Irma no me quisiera dañar, le pedí que ayudara a mi hermano a encontrar su descanso eterno. Después de aquella visita con la mujer que me llevó mi tía, dejé de soñar, no volví a ver a mi hermano, me quedé con la duda si Ángel se me presentó por el pacto que hicimos en vida, o porque Irma le hizo un maleficio, aunque no dejo de pensar de que todo lo que Ángel me enseñó a través de los sueños fue verdadero, y que existe otra vida después de la muerte.

Autor: Adriana Cuevas

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