El Ente Del Diablo 2023

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El Ente Del Diablo 2023

El ente del diablo… Hoy deseo compartirles un relato que me ocurrió hace apenas un años.
Soy originario de Ciudad Juárez, Chihuahua. Aquí en mi tierra, la mayoría trabajamos en fabricas o como les decimos acá, maquilas. Las jornadas son algo pesadas, mas no por eso dejamos abrumarnos o dejarnos llevar por la rutina, por lo que hemos formado tradiciones y una de ellas consiste en que, siempre que es noche de brujas, nos reunimos algunos compañeros para compartir historias de fantasmas.

En un principio lo hacíamos en la misma fabrica, pues casi siempre esta fecha caía en día laboral, pero en cierta ocasión nos toco que cayera en domingo, día en que descansamos todos los que pertenecemos al área de manufactura, y pensamos en que sería buena idea reunirnos en la casa de alguno.

Una amiga sugirió reunirnos en una casa de su padre que estaba abandonada, pues esto le daría mejor escenario a nuestras historias. A todos les pareció buena idea, así que quedamos en reunirnos allí.

La casa se encontraba en el centro, es de esos lugares por los que bien puedes pasar toda la vida frente a ellos sin notarlos, una casa común y corriente, de hecho si no me hubieran dicho que se encontraba abandonada ni cuenta me daba, pues aunque un poco despintada, la fachada se veía igual que el resto de casas por la avenida.

Entramos antes de que anocheciera. La entrada principal conducía directo hacia unas escaleras, según me contó mi amiga, su padre había vendido la planta baja para pagar un adeudo de impuestos.

Subimos las escaleras y encontramos la casa toda sucia, tal y como esperaría encontrarse una casa abandonada, llena de telarañas, con los muros carcomidos por la humedad.

Me sorprendió el tamaño de la casa, pues desde afuera no se veía tan grande, eran muchas las habitaciones, las cuales tenían solo unas cortinas rotas por puertas, de hecho, solo dos habitaciones contaban con puerta y fue en una de estas donde nos reuniríamos a contar las historias.

Todos le preguntaron a la compañera que puso la casa, si acaso asustaban en el lugar, ella nos respondió que no, que jamás había escuchado a su padre o a los vecinos hablar acerca de aparecidos o cosas así.

Aunque afirmara esto mi compañera, los demás seguían cuestionando acerca del porqué se abandonó la casa, según ella fue mala administración por parte de su padre, pues a pesar de que vendió la planta baja, no le ajustó el dinero para pagar el impuesto y prefirió dejarla así.

Yo la verdad en un principio no sentí ninguna vibra negativa en la casa, soy propenso a ver entes de vez en cuando, pero la casa se veía muy limpia en este aspecto.

Eramos siete personas y entre todos limpiamos la habitación donde pasaríamos la noche, habíamos acordado en quedarnos a dormir allí, así que la mayoría llevaron bolsas para dormir.

Para crear una atmósfera de mas misterio, encendimos algunas veladoras y las colocamos en círculo frente a nosotros.
Una de las chicas pintó con ayuda de un carbón un extraño símbolo en medio del cuarto, era una especie de estrella con una media luna en la punta, nos explicó que cuando llegara su turno nos diría el significado de su dibujo.

Pues transcurrió la noche, como requisito para contar el relato, era necesario tomar una lámpara de aceite que habíamos llevado, escuchamos historias de aparecidos, la típica historia de la niña que se aparece en la fábrica, la historia del perro negro que se transforma en diablo. Yo les platiqué sobre una ocasión en que vi una bruja en un paseo que hice a Hidalgo.

Llego el turno de tomar la lámpara a la chica que coloco el símbolo. Antes de relatar la historia dijo una oración en un idioma extraño, mientras realizaba ciertos movimientos con las manos, era como si sus dedos formaran símbolos.

Como cosa de no creer, se metió un ventarrón que apagó las veladoras, todos nos quedamos viendo extrañados. Volvimos a encender las veladoras y comenzamos a hacer bromas, ya saben, lo típico que uno hace cuando siente miedo.

Prosiguió la compañera con su relato, desgraciadamente continuamos presenciando extraños fenómenos, por ejemplo, en una pausa que hizo en su relato, escuchamos en otro cuarto un sonido como de un susurro, esto asustó a todos, que empezaron a preguntarle a la chica que puso la casa, si había traído a alguien a que nos asustara, ella les contesto que, estaba tan sorprendida como ellos y después les invitó a asomarse para ver si no había nadie, cosa que hicimos de inmediato.

Abrimos la puerta con facilidad, pues no tenia cerradura ni nada. Alumbramos con nuestros celulares el cuarto, pues la casa no contaba con electricidad, dentro no vimos nada, estaba todo lleno de polvo, si alguien hubiera estado allí, lo hubiéramos notado en el piso, pues estaba muy sucio y cualquier huella se notaba mucho.

Regresamos a la habitación y proseguimos con una segunda ronda de cuentos, pese a que algunos querían que cambiáramos de tema, ante los sucesos que acabábamos de experimentar.
Pasaron unas cuantas horas antes de que volviéramos a escuchar algo extraño.

Fue precisamente en una de mis historias, comenzamos a escuchar primero como si alguien corriera en el pasillo, después como si arañaran las paredes. No era un sonido tenue, era un sonido fuerte, era muy notable.

De nuevo salimos al pasillo y no vimos nada, mas de pronto golpearon a la puerta con fuerza, esto ocasionó que todos brincáramos, pero una vez que notamos que solo se trataba de que llamaban a la puerta, nos reímos.
Un compañero bajó a abrir la puerta, eran unos niños disfrazados que pedían dulces, como no les dimos nada, apenas cerramos la puerta, escuchamos que arrojaron algo contra la puerta, más tarde nos daríamos cuenta de que eran huevos podridos.

Volvimos a la habitación, entonces notamos que todas las veladoras se encontraban tiradas y dando vueltas por el piso, el movimiento no era natural, no es como cuando algo cae al piso y rueda, sino que giraba como por cuenta propia. Nadie se animaba a agacharse y pararlas, sentíamos miedo, sobre todo porque a pesar de que giraban y rodaban, la llama dentro de ellas no se apagaba.

Yo me armé de valor y tomé un par de veladoras, lo mismo hizo la compañera que puso la casa. Apenas teníamos las veladoras en las manos, se apagaron sin ayuda del viento, esto nos hizo soltar los vasos, que se quebraron apenas tocaron el suelo.

Encendimos la lámpara de aceite y todos encendieron las lámparas de sus celulares, apenas se iluminó el cuarto, cuando una de las compañeras gritó de puro horror, después nos indicó que miráramos en dirección a la puerta, y todos apuntamos con las lámparas de los celulares, entonces vimos a una anciana, con hábito color rojo, no alcanzamos a ver bien su rostro, pero con el simple hecho de ver esa silueta que no tenía razón de estar allí, era motivo suficiente para lograr paralizarnos del miedo.

El Ente Del Diablo

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Todos nos juntamos, muchas de las compañeras se abrazaron de mí, yo estaba igual de aterrado que ellas, pero intentaba hacerme el valiente y no demostrar mi miedo.
Empezamos a hacer oraciones, con la intención de neutralizar a ese ente, desgraciadamente las oraciones no parecían causar efecto, la bruja seguía allí sin moverse.

De un momento a otro vimos como una de sus manos se aferraba al muro de la puerta, su mano parecía mas una garra que una mano humana, se movía lentamente, vimos como igual de lento entraba en la habitación y cuando estuvo a unos escasos centímetros de nosotros, se esfumo.

Como pueden imaginarse, todos corrimos fuera de la casa. Terminamos en un local de comida de esos que abren las 24 horas del día, allí todos comenzaron a echarle la culpa de la aparición, y exigían una explicación del símbolo que dibujó, al igual que las palabras que pronunció en ese extraño lenguaje.

Ella se limitó a decirnos que todo eso lo sacó de internet, que nuca pensó en las consecuencias que provocaría.

Esa vez salimos tan a la carrera, que incluso varios olvidaron sus cosas y ya nadie se animaba a regresar, pero acordamos regresar tres personas a recoger todo al día siguiente, por la tarde.
Quedamos en regresar, un compañero, la dueña de la casa y yo.

Llegamos a plena luz del día, con la esperanza de que no presenciáramos nada y aunque en un principio así fue, manteníamos una sensación de estar observados, aparte de que todos dijimos sentirnos muy pesados. Cuando entramos en la habitación donde estaban las cosas, notamos que el símbolo dibujado en medio del cuarto, tenía por encima del gis algo parecido a sangre coagulada.

No nos demoramos en tomar las cosas, pues a partir de ese momento volvimos a presenciar fenómenos extraños, cualquier objeto en el piso se movía solo y la puerta se azotaba.

Yo fui el primero en salir, por lo que ya no alcancé a ver a la bruja del atuendo rojo, pero los demás dijeron que la vieron asomándose en otra habitación, según ellos la escucharon hablar, aunque no le entendieron nada.

Con el tiempo me enteré de que el papá de mi compañera, perdió la propiedad por adeudo de impuestos.

Yo he pasado frente el domicilio en un par de ocasiones, noté que abrieron oficinas, no puedo dejar de pensar en lo que sufrirán los nuevos propietarios, incluso a veces me he sentido tentado a llegar a advertirles sobre aquella bruja que invocamos una noche de Halloween.

Autor: Mauricio Farfan.

Derechos Reservados.

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