Casa De Campo Historia De Terror 2023

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Casa De Campo Historia De Terror 2023

Algo habita la casa del campo.

Casa De Campo, Historia De Terror… Honestamente no sé a quién más contarle esta historia pues nadie parece creerme, mi familia dice que no se trata más que de un simple sueño con el que estoy bastante obsesionado, pero simplemente no creo que esto pueda ser algo normal.

Todo comenzó hace algunos años, cuando era apenas un niño, mis padres compraron una casa en el campo. A decir verdad, era una casa muy bonita, todo en ella tenía un bonito toque hogareño y por si eso no fuera suficiente, también estaba rodeada de terrenos verdes. En dónde supe que podría jugar todo lo que yo quisiera, honestamente estaba muy emocionado por estar ahí.

Recuerdo que mis tres hermanos y yo estábamos muy emocionados por pasar las vacaciones de verano en esa casa, y honestamente no nos decepcionó para nada, podías disfrutar perfectamente de la naturaleza, pero, también si te aburrías de ella, podías conectarte al internet, y los teléfonos y la electricidad, rara vez fallaban, además de que rápidamente nos hicimos amigos de los chicos de los alrededores, los días en la casa transcurrían con mucha alegría.

Pasaba horas explorando los rincones de la nueva casa y jugando en los jardines interminables. Pero, poco a poco, empecé a notar cosas extrañas. Pequeños detalles que se escapaban a la atención de los adultos, pero que mis ojos de niño curioso podía notar.

En una ocasión, estaba jugando con uno de los niños de la zona, hockey de aire en el sótano, el cual había sido remodelado como un salón de juegos. Cuando de repente empezamos a escuchar algunos susurros, primero si les estábamos poniendo atención y tratando de ver quién los estaba haciendo, pero después de un buen rato sin poder localizarlos bien, supusimos que eran mis hermanos quienes me debían estar jugando una broma o algo por el estilo, así que decidimos dejar de darles importancia y simplemente comenzamos a fingir que no nos importaban, para que así de esa forma, solo se aburrieran y dejaran de hacerlo. Sin embargo, por más que lo ignorásemos, esos susurros no se iban.

En otra ocasión, recuerdo que estaba lloviendo, y como no podía salir a jugar, estaba armando una maqueta de un dinosaurio, cuando de repente escuché que tocaron la puerta de mi cuarto, pensando que podía ser mis papás o alguno de mis hermanos, solo le dije que podía pasar, sin embargo, siguieron tocando la puerta, eso se repitió unas tres veces, antes de que, ya un poco arto de que no entraran me levanté para abrir personalmente la puerta.

Recuerdo bien que podía ver la sombra de los pies de quién sea que estuviera del otro lado de la puerta, sin embargo, en el momento en el que abrí la puerta, no había absolutamente nadie ahí, tampoco en el corredor, eso ya de por sí, fue algo muy extraño, pero lo que vino después fue aún peor. Pues antes de que pudiera voltear, la maqueta salió disparada por si sola, estrellándose justo a un lado de mi cabeza,

Recuerdo que, eso me dio tanto miedo que salí corriendo de mi habitación y fui a dónde estaban mis padres, sin embargo, ambos me consolaron y aunque escucharon mi historia, terminaron diciéndome que todo era producto de mi imaginación, que la casa era un lugar seguro y acogedor. Pero mi intuición me decía lo contrario. Sentía que algo se escondía en las sombras, aguardando pacientemente el momento preciso para atacarme.

En otra ocasión, me acuerdo que, mis hermanos y yo habíamos pasado varias horas haciendo lo que nosotros denominamos como “el fuerte perfecto” y habíamos usado todos los cojines de los sillones de la sala y las mantas de nuestras habitaciones, quedando algo realmente grande y hermoso, me acuerdo que todos decidimos que queríamos dormir ahí adentro esa noche, por lo cual quisimos ir a preparar palomitas y helado a la cocina, para ver películas hasta quedarnos dormidos, y, como era el menor, fui el encargado de empezar a llevar las cosas de la cocina al fuerte en la sala.

Pero, cuando estaba a punto de abrir la cobija para entrar, escuché a alguien susurrando algo que no podía entender, provenía de adentro del fuerte, sabía que no podía ser ninguno de mis hermanos, pues los acababa de ver en la cocina y solo había una salida, por lo que, forzosamente, debí de haber visto a cualquiera de ellos salir de la cocina y entrar al fuerte, recuerdo que puse los dos bol de palomitas en uno de los sofás y aunque sabía que no podían ser mis hermanos, los llamé, pero no obtuve respuesta, solo los susurros.

Entonces, pensé que, talvez uno de ellos había dejado la Tablet encendida y había comenzado a reproducir algún vídeo de terror o algo por el estilo, me sentí algo tonto por asustarme, y abrí con un poco más de confianza, y no sé cómo explicarlo, adentro estaba demasiado oscuro, se que, los fuertes se ven algo oscuros, pero quién sea que haya hecho un fuerte alguna vez, sabe que si la luz está encendida, las cobijas no son suficientemente gruesas como para frenar por completo la entrada de la luz.

Entonces ahí estaba yo parado frente un fuerte, que estaba tan oscuro como una caverna, realmente no podías ver nada, como si fuera un portal a la nada, estaba a punto de gritarle a mis hermanos, para que fueran a ver eso, pero, antes de poder hacerlo, el fuerte se desbarató, como si una bomba silenciosa, hubiese estallado adentro, todos los sillones y cobijas salieron disparados a todas direcciones, tirando las palomitas y haciendo que la pantalla de la televisión se tambaleara tan bruscamente que creí que se caería también, todos mis hermanos creyeron que yo lo había hecho solo porque si y se molestaron conmigo.

Cosas como esas me pasaban cada vez que visitamos esa casa de campo, sin embargo, a nadie más de mi familia parecía que le pasaran ese tipo de cosas, era como si, lo que sea que habitara esa casa, se hubiese obsesionado conmigo, tratando de molestarme y haciéndome la vida imposible durante mis vacaciones de verano.

A medida que crecía, las visitas a la casa en el campo se volvieron menos frecuentes. Mis responsabilidades y compromisos me permitían lograr mantenerme alejado de aquel lugar tan tenebroso, que solo de recordarlo me erizaba la piel y me revolvía el estómago. Aunque, como jamás nadie me había creído, llegó el día en el que mis padres me hicieron pasar algunos días de mis vacaciones en la casa.

Al principio, recuerdo que todo parecía normal, tanto así que, por un momento, consideré que realmente sí había imaginado todo lo que había vivido en esa casa cuando era un niño, en ese momento realmente creí que todo lo que creí haber sentido y visto, tenían una explicación lógica, y que mi mente infantil había vuelto todo una loca historia paranormal. Y creí eso hasta esa noche mientras me preparaba para ir a dormir, sentí una extraña tensión en mi cuarto. Miré hacia la puerta, la cual estaba abierta, aunque yo recordaba haberla cerrado, el pasillo parecían más oscuro, el cuadro que estaba hasta el fondo parecía seguirme con la mirada.

Aunque, por el pensamiento de que podría estar imaginándolo todo, decidí ignorarlo, me acomodé mejor en la cama, cerrando los ojos, tratando de relajarme. Pero no podía dejar de sentirme muy inquieto. De repente, sentí como la habitación se enfriaba rápidamente, como si el aire se hubiera vuelto como si estuviera dentro de un congelador. Mi piel se erizó, y un escalofrío recorrió mi espalda. De repente, sentí algo helado en mi pierna. Mi cuerpo se estremeció y abrí los ojos de golpe. La habitación estaba sumida en la oscuridad, pero pude distinguir una figura borrosa que estaba sobre mí. No podía ver su rostro, solo una sombra oscura y amenazante.

Intenté gritar, pero mi voz quedó atrapada en mi garganta. Traté de moverme, pero mi cuerpo estaba paralizado, incapaz de responder a mis órdenes. La figura levantó la cabeza, quedando cara a cara conmigo, su aliento frío chocaba contra mi rostro, y podía notar que se movía hacia mi oreja. Un susurro ronco, escapó de sus labios: “Vendré por ti algún día”.  Use todas las fuerzas que tenía para intentar moverme o al menos poder gritar para pedir ayuda.

Finalmente lo logré, solo que mi grito fue muy bajo y mis movimientos fueron más como pequeños espasmos, me quedé temblando en la cama, con el corazón latiendo tan fuerte, que creí que me rompería una costilla. Mi mente se llenó de preguntas sin respuesta. ¿Quién era esa presencia siniestra que se había atrevido a invadir mi sueño y amenazarme de esa manera? ¿Por qué me había elegido a mí?

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A la mañana siguiente, le dije a mis padres que ya no quería estar ahí y aunque intenté contarles el motivo, ambos me dijeron que ya estaba demasiado grande como para seguir contando esas historias, así que me inventé un trabajo de la universidad que debía terminar en la ciudad y volví, pasando lo que restaron de las vacaciones solo en la casa de mis padres en la ciudad, y desde ese momento, decidí que no volvería y hasta el día de hoy lo e logrado.

Sin embargo, este año, llevaron a uno de mis sobrinos a la casa del campo por las vacaciones y tuvieron que volver antes, solo porque el niño no dejaba de decir que el hombre sombra, se le aparecía en todos lados a los que iban, mis padres y hermanos dicen que es mi culpa, aunque en realidad, jamás e entablado una conversación con mis sobrinos, más haya de un saludo ocasional o algún agradecimiento por haberles comprado algún regalo, jamás trataría de asustarlos con algo así, pero no creo que alguien de mi familia pueda creerme.

Honestamente no me interesa saber que es esa cosa o el porqué se obsesiono conmigo y ahora con mi sobrino, pero si me gustaría que alguien me creyera, me haría sentir un poco menos solo, pero creo que esa clase de apoyo nunca lo tendré con mi familia, por lo que,  solo me resta seguir evitando esa maldita casa del campo.

Autor: Aurora Escalante

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