Encuentros Con Brujas Historias de Terror

Encuentros Con Brujas Historias de Terror

Soy militar, me conocen como el Safado, tengo algunas cosas interesantes para contar Encuentros Con Brujas Historias de Terror.
En la sierra de Hidalgo es bastante común ver bolas de fuego que según cuenta la gente se trata de brujas. pueden verse no solo en la noche, también se les puede ver a plena luz del Sol.
En una ocasión una de esas bolas de fuego atacó a un compañero, literalmente lo atravesó, no le causó ninguna herida, era más bien como si se hubiera vuelto intangible o algo así, la cuestión que ese compañero, al que le decíamos Dandy, a los tres días enfermó de gravedad, le sangraban las orejas, se le hicieron llagas en la espalda y se le comenzaron a gangrenar los pies, murió en menos de 24 horas.
También tuvimos encuentros con cosas. No podría decirte a ciencia cierta que rayos eran esas cosas, eran humanoides, parecían como animales mutados. Los llegamos a ver en Morelos. Recuerdo una por su grotesca forma, parecía una persona, pero estaba completamente cubierto de pelo blanco, como el de un chivo, pero de su cabeza salía una cornamenta como la de los venados, sus ojos eran rojos como la sangre.
En una ocasión nos tocó ir a algunas ciudades fronterizas a hacer cierto tipo de limpieza de cierto tipo de personas indeseables para la ciudadanía. no puedo ser más específico. El punto es que esa gente hablaba sobre como habían sido secuestrados por brujas y que los habían torturado, que los habían sometido a rituales para convertirlos en Nahuales. No sé si todos mis compañeros los creyeron locos, pero yo sí. Mientras los transportábamos a cierto lugar sin importancia yo hice algunas bromas sobre ese asunto de los Nahuales. pude sacar algunas risas. Las risas pararon cuando escuchamos un estruendoso crujido. Los prisioneros se habían soltado y pudimos verlos huir mientras ladraban.
Esa definitivamente fue una de las cosas más surrealistas que me ha tocado ver. En el ejército, cuando tienes tantas experiencias con seres sobrenaturales, vas aprendiendo cosas. cosas que por lo general no son de conocimiento público. daré un ejemplo.
Existe una clase bastante especial de brujas de las que nunca he oído historias en medios como este, se les conoce como Bruja Sombra, son abundantes en un pueblo que no puedo mencionar, pero se dice que las Brujas Sombra son una especie de bruja mayor o bruja ascendida. algo así. el punto es que se supone que estas brujas han realizado tantos sacrificios a satanás que se han convertido en espectros, pierden su cuerpo físico, no son inmortales ni nada por estilo, tampoco son inmunes a las balas, se los puedo asegurar ya que una vez matamos a una.
Estábamos trasladando cierta cosa sin importancia a cierto lugar cualquiera y tuvimos que pasar por ese pueblo, era muy de noche, prácticamente de madrugada, cortamos camino agarrando una brecha, era muy importante llevar el paquete a su destino.
Las cosas se pusieron extrañas cuando nos dimos cuenta que por más que avanzábamos no podíamos llegar a ninguna parte. el convoy se detuvo y todos bajamos. un compañero discretamente nos alertó para que volteáramos a cierta dirección, resulta que de entre los arbustos se estaba asomando una especie de cara, no tenía forma, describirla es complicado. pero les puedo decir que sus ojos eran unas esferas blancas que destellaban en un tenue color celeste.
No nos estaba mirando a nosotros, estaba mirando directo al vehículo donde llevábamos aquella cosa sin importancia. Nuestro General nos había dicho que si alguien o algo intentaba tomar el paquete debíamos evitarlo a toda costa, sin importar los daños colaterales.
No lo pensamos dos veces y abrimos fuego. Esa bruja se movía rápido entre los árboles, aún así logramos neutralizarla. cuando nos acercamos a la cosa esa vimos que no tenía ni brazos ni piernas, era más bien una masa negra con lo que se supone que era una cara. esa cara estaba infestada de arrugas y la expresión que tenía estaba muy lejos de ser una expresión de un ser humano.
Un compañero, el H, tuvo la terrible idea de tocar esa cosa. aparentemente no ocurrió nada así que volvimos a los vehículos y finalmente pudimos salir de la brecha.
Momentos después el H comenzó a quejarse de un agudo dolor en el pecho. dijo que sentía como si algo se moviera dentro de él. le dijimos que era por el susto y le dimos un poco de ya saben qué para que se alivianara.
Finalmente llegamos a entregar el paquete, era un lugar con bastante iluminación. Una persona cualquiera recibió el paquete y nos preguntó que le pasaba a nuestro compañero, se refería al H, no nos habíamos dado cuenta que tenía las manos y el cuello completamente amarillos, él tampoco se había dado cuenta dado el estado tan animoso en el que estaba.
El señor cualquiera nos preguntó si habíamos tenido algún percance de cierto tipo, le dijimos que sí sin especificar. Nos dijo que quizá deberíamos rasgar el uniforme de nuestro compañero para ver su pecho. Fue Lino quien lo hizo. Ahí nos dimos cuenta que el H tenía las marcas de algunas mordidas. esas heridas estaban muy avanzadas, tanto que ya tenían gusanos. El H no sobrevivió aquella noche.
En otra ocasión, hace como tres años, tuvimos que intervenir en un linchamiento en una comunidad del centro del país. Eran decenas de personas las que estaban paleando y apedreando a una mujer muy mayor, quizá era centenaria. La turbia enfurecida le gritaba que era una bruja.
La acusaban de secuestrar y matar a los bebés de la localidad. La vieja no negaba las acusaciones, eso me estremeció. Algunos compañeros fueron golpeados al querer evitar que la turba matara a la anciana. Entonces, ya enojado, le dije a la vieja que si no me llevaba a donde estaban los bebés la dejaríamos ahí para que los ciudadanos se divirtieran con ella.
La vieja, que ya estaba bastante golpeada aceptó llevarme. mis compañeros apoyaron con el control de la gente. se les dijo que un vehículo iría por los bebés, pero si no se controlaban no haríamos nada y nos largaríamos de ahí. La multitud aceptó esperar. Subí a la supuesta bruja al vehículo y junto con unos compañeros nos dirigimos a donde la vieja nos estaba indicando.
Llegamos a una pequeña choza que estaba cruzando el arroyo, se veía abandonada, parecía que hasta un pequeño viento podría tirarla con facilidad. Algunos cuervos nos observaban desde el techo mientras nos acercábamos a la puerta. Lo único que rompía el imperturbable silencio era el aleteo de esas aves negras. Yo iba al frente, la bruja iba detrás, siendo escoltada por 2 compañeros que no dudarían ni un segundo en abatirla en caso que intentara cualquier cosa.
Abrí la puerta, la madera crujió como un montón de huesos rompiéndose, nuestros pasos generaban un eco muy fuerte e incómodo. Apestaba ahí dentro, olía literalmente a muerte. Temíamos que se tratara de los bebés. Dentro de la casa había arañas, ratones y cucarachas por todos lados, era bastante horrido ese lugar.
En la mesa había algunos vasos con líquidos de dudosa procedencia. uno que estaba servido en una copa de cristal era de color gris y burbujeaba. También había huesos con algunos trozos de carne, había repisas llenas de hierbas e insectos. no quise acercarme a la pequeña estufa. estaba seguro que iba a encontrar algo que no quería ver.
Entonces comencé a escuchar ese inconfundible sonido del aleteo de las moscas, venía de un cuarto cerrado con grueso candado. me giré hacia la bruja sin decir nada. ella tenía una mirada cansada pero profunda. las heridas en su cara no sangraban a pesar de estar abiertas, era como si su sangre estuviera coagulada. Entonces sus labios se curvaron, estaba sonriente, era una sonrisa llena de satisfacción, una malvada y enferma satisfacción.
Apunté al candado y disparé rompiéndolo, el candado cayó sobre el cadáver de una rata. Mis compañeros empujaron con sus armas a la bruja para que fuera ella quien abriera la puerta. La anciana caminó lentamente hasta quedar frente a la puerta, levantó su raquítica mano para colocarla sobre la cerradura, la giró y abrió. En ese momento salió una horda de moscas que se abalanzó sobre nosotros. eran demasiadas, corrimos para salir de la choza mientras las moscas nos seguían. ya estando fuera los insectos se dispersaron, entramos corriendo a la casa y la bruja ya no estaba, dentro del cuarto que salieron las moscas estaban los bebés. afortunadamente todos estaban vivos, necesitaban urgentemente atención médica, estaba en un estado severo de desnutrición.
Pedimos apoyo aéreo para transportar a los bebés. Avisamos a la población que habíamos encontrado a ocho bebés y les dijimos a qué hospital serían trasladados. Por desgracia eran doce los que se habían perdido, así que la bruja se había asesinado a cuatro bebés.
Nosotros optamos por quemar la choza para que la bruja no volviera. el problema fue que a los cinco meses un poblado cercano comenzó a reportar bebés desaparecidos….
 
Autor: Ramiro Contreras
Derechos Reservados

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