Animas Perdidas Historia De Terror 2024

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Animas Perdidas Historia De Terror 2024

Animas Perdidas Historia De Terror… No tiene sentido que les diga mi nombre, mucho menos de donde soy. Mas aun lo que si tiene sentido es decirles que esto que me paso a cualquiera le puede suceder, no tiene edad, género o algo en especial, me quedé mudo por un susto que viví hace tiempo.

Mas he de comentarles que hoy en día, aunque ya puedo hablar y comunicarme de forma normal aun esa experiencia sigue pasando por mi cabeza y esa sensación de miedo que sentí en su momento aun me da escalofríos y prefiero quedarme sin hablar por un rato.

            Me pasó justo cuando estaba por cumplir los diez años, mi familia me había organizado una fiesta en la casa de mis abuelos, allá por un rancho cerca de Salvatierra, en el cual le decíamos que se encontraba hasta las llamas del infierno, no solo por lo lejos que estaba si no mas bien por lo que pasaba allá algunas noches precisamente en verano.

            Mis abuelos viven en una casa muy grande, el trabajo de ellos es ofrecer hospedaje a los peregrinos o sacerdotes que requirieran asilo durante sus viajes.

La casa estaba muy bien acondicionada para recibir mucha gente pues el lugar consistía en muchas habitaciones, una enorme cocina e incluso baños funcionales para ambos sexos todo esto que al paso del tiempo y la facilidad en que se podía trasladar la gente, se fue quedando en el olvido “La casa del Peregrino”, hasta donde yo sé, aun dan asilo a uno que otro que lo requiera, pero son casos muy contados al año. Aun así una casa de esta magnitud era mucho para mis abuelos solamente, solo en vacaciones era cuando se juntaba la familia y se llenaba de parientes.

            Parte de las tradiciones que teníamos era juntarnos en la noche en el comedor para que mi abuelo nos contara historias de miedo a los más pequeños de la familia.

Parte de los relatos que nos contaba era que cuando ellos ya estaban por dormir se podían escuchar que alguien andaba por los pasillos, y no solo era una persona, se trataba de varias, pues cada cierto tiempo en vacaciones de verano que era cuando más había visitas, se llenaba de visitantes en forma de espíritus.

El abuelo nos contaba que mientras el se encontraba en el Baño se podían escuchar que detrás de la puerta alguien corría y seguido a sus pasos una serie de murmullos y risas, además que hablaban entre si de una manera tenue que si uno ponía la atención suficiente podías escuchar lo que se decían.

Mi abuelo salía del baño esperando mínimo encontrar a la abuela, pero para ello sería muy complicado pues ya no podía andar por su cuenta debido a que se requiere de la ayuda de una silla de ruedas para trasladarse.

En otra ocasión y en la noche, mientras que se encontraban los dos viendo la televisión, una serie de ruidos provenientes de la cocina los alerto, al principio creyeron que se trataba de algún mapache pues ya habían tenido problemas con ellos antes, pero estos animales no saben prender la luz.

En cuanto mi abuelo noto que se había encendido el foco de la cocina, se acerco a la repisa donde tiene guardado su revolver y justo al momento de asomarse le apagaron la luz. Inmediatamente busco el interruptor para encender las luces y cual seria su sorpresa que todas las gavetas y puertas de alacena estaban abiertas.

            De este tipo de situaciones son las que han pasado mis abuelos quienes me dicen que ya hoy en día están acostumbrados y casi siempre son en las mismas fechas.

Pero aun así les guardan su respeto, sin embargo, a todo que han vivido hay algo que lo ha superado, según cuenta mi Abuelo que a él le ha tocado ver a alguien que acarrea estas almas, lo describe como una monja de estatura muy alta, cubierta del rostro por un velo negro que cuando la ha visto es la señal para que los demás espíritus se vayan, y por un tiempo ya no se vuelven a ver éstas animas en la casa.

Animas Perdidas Historia De Terror

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            Mi Abuelo nos mantenía siempre al filo de nuestro asiento contándonos estas historias y a mi me dejaban helado del miedo y lo que me llamaba tanto la atención es que cada año, en cada vacación que íbamos a pasar con ellos tenia una historia nueva pero siempre terminaba hablando de esta Monja alta.

Y dio la casualidad de que las vacaciones en la que harían mi fiesta de diez años, aquellas animas ya tenían tiempo sin aparecerse.

            Como les comentaba, siendo la casa de los abuelos muy grande, a todos los primos nos tocaba dormir en las habitaciones que se les otorgaban antes a los peregrinos cuando iban de paso, se trata de un ala de la casa que esta apartada de las habitaciones principales y siendo que están retiradas nos daba la oportunidad de hacer el ruido que quisiéramos en la noche sin molestar a alguien. Cada cuarto tenía por dentro cuatro literas.

            Debido a que aún no llegaba toda la familia, decidí adueñarme de una habitación para mí solo y de una vez elegir mi cama, cada año era una competencia entre primos haber quien se quedaba con la parte de arriba de cada una, y siendo yo el único primo que había llegado antes pude adueñarme de mi litera favorita.

             Me encontraba solo y ya acostado en mi cama, apenas habían dado las doce cuando escuche que alguien caminaba fuera de mi cuarto por el pasillo, me despertó el ruido que estaba haciendo pues parecía que arrastraba algo por la pared y le pegó un par de veces a la puerta de metal de mi habitación.

Me levanté a abrir imaginando que era mi Papá o Mamá para verificar si no me faltaba algo y al abrir la puerta no vi a nadie, pero a mí se me ocurrió asomarme para ver a ambos lados del pasillo y del otro extremo hasta el último tramo frente a los baños pude ver a una persona caminando lentamente con su mano extendida a la pared y tocando las puertas.

No lo reconocí como algún familiar, me imagine que quizás un peregrino había pedido asilo y mis abuelos no lo habían comentado, pero ciertamente una sensación de escalofríos me invadió en todo mi cuerpo, pensé en hablarle, pero algo me impulsó a que mejor no lo hiciera y cerrara la puerta.

Yo no le quitaba la mirada de encima a aquella persona y en un abrir y cerrar de ojos se desvaneció. Me desconcerté totalmente, no daba crédito a lo que había visto… pero por lo tarde que era me imagine que ya estaba cansado y no me di cuenta que aquella persona o quizás aquel familiar se metió al baño por ello no lo vi bien, pero aun así yo podía jurar que lo vi desvanecerse.

            Siempre se me ha dificultado agarrar el sueño nuevamente cuando me despierto a mitad de la noche, más aún cuando me dieron bastante ganas de ir al baño. Siendo honesto lo menos que quería hacer era tener que levantarme para ir pues aún sentía algo de miedo por lo que había visto.

Mas no tuve de otra, ya no podía aguantarme. Así que agarre el poco valor que tenía y salí de la habitación, la noche era helada y muy despejado el cielo, recuerdo que la luz de la luna era mas que suficiente para alumbrar mi camino, así que procedí con cautela hacia los baños.

No note nada extraño en el momento, todo estaba muy callado, pensé que los demás tíos y mis Papás ya estaban completamente dormidos en las demás habitaciones de la casa. Llegue a la puerta del baño justo enfrente donde vi desvanecerse la otra persona y entré.

Afortunadamente las luces eran bastante buenas, había un total de tres cubículos con sus respectivas puertas, no todas las puertas cerraban herméticamente siempre quedaba un espacio de un centímetro entre la puerta y el marco del cubículo, yo siempre elegía el del final por costumbre.

No me llevé nada con que entretenerme así que me puse a pensar en lo que haría al día siguiente con mis primos cuando llegaran y en ese instante escuche que nuevamente alguien golpeaba las puertas de los cuartos, al principio no supe si había sido mi imaginación, pero después que se repitió el ruido mi corazón casi se me volcó pues aquel ser se estaba acercando a donde yo estaba.

Pensé en salir rápidamente y encerrarme en el cuarto pero seguro me lo toparía, así que lo que mejor se me ocurrió fue quedarme encerrado en el baño, y a los pocos segundos aquella cosa se escuchó entrar.

Yo estaba en absoluto silencio no quise hacer ruido alguno para que pasara desapercibida mi presencia allí, pero sería difícil pues las luces estaban encendidas fue cuando escuche que aquello arrastraba ambos pies y avanzaba de forma dificultosa, me repetía en mi cabeza que no respirara tan fuerte para no delatarme, por debajo de la puerta del baño pude ver un par de pies descalzos, llenos de lodo, negros de tanto caminar en el barro, se había parado justo frente a donde yo estaba.

             Por la posición en que se encontraban los pies, aquel ser me estaba mirando de frente a mi puerta, definitivamente sabía que yo me encontraba allí, yo no quería quitar la mirada de los pies de aquel ser y en ese instante tuve una sensación de que algo me observaba, así que levanté lentamente la mirada para encontrarme que justo en la separación entre la puerta y su marco podía ver el ojo de alguien.

Me petrifique al mirar aquella mirada sobre mí, no supe que decir en ese instante que a los pocos segundos quise gritar, pero algo no me dejo, trataba de hablar, pero las palabras no me salían, y al intentar hacerlo me ahogaba, no me quitaba de encima la mirada de aquella cosa y yo no podía emitir ningún ruido o sonido, era desesperante que por más que le decía yo a mi boca que gritara no salía nada, solo arqueaba y me ahogaba. Pero por si fuera poco escuché que alguien más entraba a los baños.

Un Bulto negro, que llegaba casi al techo se acerco justo frente a donde yo estaba, no tenía rostro, era oscuro y sin señales de expresión, pues en vez de ojos tenia cuencas, su nariz no se podía apreciar y no tenia boca. Desde la punta de la cabeza parecía que traía una sotana puesta, muy parecida a la de las monjas.

Aquello se quedó inmóvil sin prestarme atención a mí, a pesar de que con tan solo girar un poco podría verme desde arriba solo le ponía atención a lo que estaba frente a mi puerta. Y en unos segundos el ente que no me quitaba la mirada de encima se movió para irse de allí y al mismo tiempo aquel ser tan alto también se retiró.

No se en que momento paso, o como fue que comenzó, pero yo me encontraba llorando por el susto, me acurruque en la taza de baño y me quede allí hasta que amaneció al día siguiente. Quien me encontró fue mi Papá pues ya tenia un buen rato buscándome.

Por mas que me hablaba y me preguntaba que me había sucedido de mí no salían palabras, les juro que yo quería hablar, pero algo pareció sellar mi garganta que no podía hacerlo, mis labios permanecían pegados y ni un sonido de una palabra salía.

            Mi abuelo al verme se me acerco para preguntarme varias cosas, yo solo asentía o negaba con la cabeza, y con lo que me pregunto pudo deducir exactamente lo que me había sucedido. Le pidió a mis Papás que me dejaran con él, pues dijo que conocía la forma de hacerme regresar el habla. Me llevo a su habitación donde me pidió que me relajara e intentara comenzar a hablar con solo una palabra, por mas que lo intentaba no salía nada, fue cuando el de manera amorosa me abrazo y me dijo:

            – La primera vez que los vi también me quede sin habla, tomate tu tiempo que aquí me quedare hasta que tu estés listo.

            Esto me ayudo bastante, pues la primera palabra que salió fue un gracias muy entrecortado, pero poco a poco fui recobrando él. Le explique lo que había sucedido y hasta mucho después de haber concretado todas mis ideas el me explicó que aquella monja cuidaba de que las animas perdidas de los peregrinos, siguieran su viaje, que no me pasaría nada, pues lo mas fuerte ya me había pasado.

            Hoy en día llevo una vida de lo mas normal, aun seguimos visitando a los abuelos en su casa, y nos siguen contando historias para los mas pequeños, solo que a mi me ha invitado a que cuente la mía.

            Muchas cosas me han pasado ya en esa casa las cuales espero contarles pronto.

Autor: Mario Franco Corrales   Lengua de Brujo

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