Un Ente En La Oficina Historia De Terror 2024

un-ente-en-la-oficina-historia-de-terror

Un Ente En La Oficina Historia De Terror 2024

Un Ente En La Oficina Historia De Terror… No soy muy religioso y aunque crecí en un hogar de creencias católicas, desde hace mucho tiempo que me había alejado de ellas, pero lo que me pasó hace algunos días en la oficina me ha hecho volver a tenerlas presentes.

Fue una noche que me quedé hasta muy tarde tratando de terminar el reporte final del mes, ya pasaban de las doce y afuera parecía que se caía el cielo de tanta lluvia, no recuerdo haber visto llover así en años en la ciudad, así que no me presioné por irme a casa, el tráfico debía estar de locos y además llevaba varios días peleado con mi esposa, así que tampoco tenía muchos ánimos por llegar, aunque debo de reconocer que una de las causas de nuestras peleas era precisamente que pasaba mucho tiempo en la oficina.

Comúnmente me quedaba solo varios días a la semana en todo el departamento y hasta ese día nunca me había pasado algo extraño o raro. Mi oficina estaba hasta el fondo y en una esquina de la única entrada de ese piso, aparte esta la salida emergencia, pero por obviedad no es lo habitual su uso, por lo que siempre estaba cerrada esa puerta. También tenía la parte de enfrente completamente de vidrio, lo que me permitía tener una vista de todo el departamento con solo pararme desde mi escritorio.

Para esa hora ya me sentía muy cansado, llevaba trabajado casi doce horas sin parar, pero aún me faltaba mucho, así que me concentré en las gráficas en la pantalla de la computadora, cuando de pronto me pareció escuchar varias voces que cuchicheaban, primero como susurros, pero poco a poco fueron subiendo de volumen hasta que llegó un momento en que los sentía aquí a mi lado, pero no entendía lo que decían, se me hizo muy raro y levanté la vista sobre el monitor para echar un vistazo, pero todo el lugar seguía vacío y en ese momento aquellas voces callaron y solo se escuchaba la lluvia que caía.

No le di mucha importancia, hubo algunas ocasiones en que a través del ducto del aire acondicionado se llegaban a filtrar las charlas de otros departamentos, así que seguí en lo mío, pero apenas bajé la vista nuevamente a mi reporte, sentí claramente como alguien me jalaba por el hombro derecho hacia atrás, en ese momento volteé enojado, pensando que quizá algún compañero quería jugarme una broma de mal gusto, pero al girarme en la silla no había nadie detrás de mí.

Me levanté todavía molesto y empecé a revisar toda la oficina, aunque ahora pienso que fue absurda la forma en que reaccioné, porque era prácticamente imposible que alguien pudiera esconderse ahí, no había manera, sin embargo, seguí en mi terquedad de encontrar al responsable, pero nada, aproveché la interrupción también para acercarme a las rejillas del aire acondicionado, a un costado de mi escritorio, para tratar de escuchar las voces de hace un momento, pero tampoco escuché nada, ni siquiera los ventiladores.

Me quedé parado en medio de mi oficina por un momento, esto no era normal, pero la presión por el trabajo me hizo no pensar más en ello, así que me regresé al escritorio, pero apenas me senté y puse las manos sobre el teclado mi computadora se apagó de repente, eso sí me extrañó mucho, porque si se hubiera ido la luz hubiera entrado el regulador y no se hubiera interrumpido la energía, además de que también la luz de la oficina seguía prendida.

Un Ente En La Oficina Historia De Terror

un-ente-en-la-oficina-historia-de-terror
un-ente-en-la-oficina-historia-de-terror

Presioné varias veces el botón de encendido de la laptop, pero nada. Algo no estaba bien aquí, me levanté y me dirigí hacia la puerta, pero apenas toqué la manija la luz de la lámpara empezó a parpadear una y otra vez, cada vez más rápido hasta que finalmente se escuchó un sonido seco como un crujido, las lámparas de tubo en el techo explotaron dejando caer los pedazos de vidrio sobre mi escritorio y mi silla.

 Es increíble lo que uno puede llegar a inventarse con tal de no aceptar que algo no es normal, y en ese momento pensé que había sido un corto en las lámparas y me lo repetí hasta convencerme, así que sin más me dirigí hacia la puerta de entrada del departamento, para ir con la chica de seguridad y reportar el daño.

Salí de la oficina y empecé a caminar entre los escritorios, en ese momento sentí un viento helado que me dio en la espalda, y a cada paso que daba se iban apagando las lámparas del techo sobre mí, me pareció ridículo y me detuve bruscamente y se mantuvieron prendidas las luces, entonces empecé a caminar más rápido, pero a cada paso se seguían apagando las lámparas sobre mí, cuando alcancé la manija de la puerta de la entrada, que también era de vidrio, volví a sentir como algo me jalaba hacía atrás, estuve a punto de voltear cuando sentí un aliento caliente en mi nuca, solo cerré los ojos y me agarré muy fuerte de la manija y al dar el último paso fuera del Departamento, alcancé a ver de reojo que todas las luces estaban apagadas, pero al girarme de nuevo, y como si se estuvieran burlando de mí se prendieron todas al mismo tiempo.

Qué me estaba pasando, me pregunté más de una vez, no podía seguir justificándolo con el cansancio, las mal pasadas o el estrés, esto era algo de locos, acerqué mi rostro a la puerta de vidrio para ver adentro, estaba muy oscuro, y entonces sucedió, de la nada apareció del otro lado de la puerta, como si fuera mi reflejo, un rostro grotesco color blanco, sin cuerpo, sin piernas, sin nada, solo una cara desfigurada con los ojos abiertos y la boca abierta, del susto di un tremendo salto hacia atrás que hasta choqué contra la pared del otro lado del pasillo y me caí de sentón, fue aterrador, y mientras intentaba levantarme sentí que algo me agarraba del hombro otra vez, me giré lo más rápido que pude y estuve a punto de lanzar un grito, pero lo contuve cuando me di cuenta que era la joven de vigilancia, quien me miraba entre sorprendida y burlona, mientras me preguntaba si todo estaba bien, de la vergüenza que me dio se me olvidó por un instante el espantoso rostro que vi en la puerta, apenas pude balbucear que al parecer había un corto en todo el departamento y que si de favor podía llamar a Mantenimiento.

Sé que no me creyó completamente y mientras llamaba al área de Mantenimiento abrió la puerta del piso, buscó el contacto general y lo prendió, todo el Departamento se iluminó de nuevo, yo me quedé más aturdido y confundido que antes.

Me sonrió comprensiva y antes de que me preguntara otra cosa recordé que en mi oficina las lámparas habían explotado, así que le pedí que me acompañara, y empezamos a caminar entre los escritorios, todo parecía normal hasta que llegamos a mi oficina, al abrirla nos llegó un fuerte olor como a drenaje, aunque ninguna tubería llegaba ahí, los pedazos de lámpara seguían sobre el escritorio y la silla, pero lo más sorprendente para mí en ese momento, es que todas mis cosas, mi computadora, mis tazas, lapiceros, hojas, folders, estaban a un costado del escritorio en el piso, exactamente igual a como las tenía encima de él, yo me acerqué por pura inercia, y la chica de seguridad me comentó que el personal de mantenimiento tenía guantes para no cortarse, que lo dejara en sus manos, yo no la escuchaba, no daba crédito a lo que veía, ella notó mi palidez y me tuve que recargar en un librero porque sentía que me faltaba el aire, me agarró del brazo y empezó a llamar a su compañero de guardia, lentamente caminamos hacia la puerta de entrada del Departamento, entonces las luces empezaron a parpadear intensamente, una y otra vez, cada vez más rápido hasta que empezaron a explotar una por una tras nosotros, yo alcancé a salir  y me desplomé en el pasillo, antes de perder la conciencia alcancé a escuchar que la chica pedía una ambulancia.

Desperté en una cama de hospital, el médico me dijo que había tenido un pre infarto pero que se atendió a tiempo, pero que a partir de ahora era necesario tener que cambiar mi estilo de vida si no quería morirme pronto. Estuve unos días más en reposo y después me mandaron a casa. Lo primero que hice cuando me recuperé fue ir a agradecerle a esa chica por haberme salvado la vida, de no haber sido por ella no lo estaría contando, pero al llegar me comentaron que ella había renunciado al día siguiente de lo que me había pasado. Ese mismo día también renuncié a mi trabajo.  

Autor: Luis Martínez Vásquez

Derechos Reservados

Share this post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Historias de Terror