Terror En los Muros 2023

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Terror En los Muros 2023

Terror en los muros… El primer negocio que abrí, fue una cafetería. Decidí abrirla en una zona industrial, para poder ofrecer desayunos a los trabajadores de las fábricas.

Corrí con suerte de encontrar un local barato. Estaba tan entusiasmada, pues después de un fracaso amoroso, que me dejó dos hijos, era la oportunidad perfecta para demostrar que podía mantener a mis hijas.

Tan entusiasmada estaba, que no importó la ubicación del local, mismo que se encontraba afuera de un edificio abandonado.

El local estaba en optimas condiciones, contaba con su propio patio, un baño, e incluso había una pequeña habitación detrás, que con el tiempo acondicioné para usarlo como bodega.

No tardé en hacerme de muchos pedidos, a los pocos meses, me vi en la necesidad de contratar a dos personas para que me ayudaran; una muchacha para que me ayudara en la cocina y un niño que hiciera las entregas en su bicicleta.

Todo iba de maravilla, de hecho no recuerdo en que punto comenzamos a notar las cosas raras que estaban sucediendo, ahora que lo pienso, creo que quizás debido a tanto trabajo que teníamos, no nos dábamos cuenta de que algo extraño ocurría.

Solo recuerdo que la primera en darse cuenta fue Melina, la chica que me ayudaba. Pasó que un tiempo se quedó en las noches preparando salsas en el local y picando verduras, ella me decía que escuchaba voces en el muro que conectaba con el edificio continuo.
Al principio no le creí, pensaba que Melina, solo tenia miedo de estar sola en las noches en el local, así que preferí no dejarla sola.

Me llevaba a mis hijas al local durante las noches, así entre Melina y yo, preparábamos todo para el día siguiente.
Entonces mis hijas comenzaron a decirme que también escuchaban murmullos en la bodega.

Yo me dirigí a ver que ocurría y efectivamente, se escuchaban murmullos y otro sonido parecido al golpeteo de un tambor.
Platiqué con Melina, le dije que ese edificio estaba abandonado, no había motivo por el que se escucharan ruidos.

Les dije a mis hijas que se alejaran de la bodega, subimos el sonido de la música que teníamos e intentamos ignorar los ruidos extraños.

Al pasar los días, intentamos seguir ignorando los extraños sonidos, pero el pequeño sonido de tambor, sonó mas fuerte, parecía como si alguien estuviera golpeando el muro.

En mas de una ocasión vi en las noticias, casos en los que un ladrón, abre un agujero en los muros de los negocios, para robar mercancía.
Con miedo de que el sonido en el muro, fuera provocado por las herramientas de un ratero, llamé rapidamente al dueño del local, para contarle lo ocurrido.

El mismo dueño del local, era el dueño del edificio abandonado. El me dijo que era imposible que alguien entrara en el edificio, ademas, aunque así lo hiciera, el local daba a un doble muro cerrado.

Yo le pedí que me mostrara, pues solo así me sentiría mas tranquila. El hombre no se negó a abrirnos el edificio, a pesar de que se le veía algo incómodo de entrar.

El lugar se veía bien a pesar de estar abandonado. No quise preguntarle a que se había dedicado esa empresa, pues algo me decía que podía molestar al hombre. Pero pensé que quizás había sido una fábrica de ropa, ya que en el lugar, aun se veían varias máquinas de coser industriales y unas mesas enormes de trabajo.

Llegamos hasta la parte que comunicaba con el local. Tal como dijo el dueño, el lugar parecía una pequeña habitación clausurada, de hecho había una enorme puerta de metal cerrada con candados.

El hombre me volvió a decir, que aparte de esa puerta, había doble muro entre el local y la fábrica.
Quedé conforme con la respuesta del dueño y regrese al local.

Con el paso de los días se formó una enorme mancha negra en el muro de donde provenían los ruidos, también todo lo que dejáramos en la bodega, verduras o frutas, se echaban a perder, aun cuando estuvieran súper frescas.
Otra cosa extraña que notamos, era que amanecían a veces, ramos de flores secas o podridas en la entrada del negocio.

Melina me dijo, que ella creía, que alguien nos estaba haciendo un trabajo de brujería, yo también lo creía, pero se me hacía muy raro lo que pasaba en la bodega, no tenia explicación alguna, tanto los sonidos y la mancha.

A veces encontrábamos caras en la mancha del muro, no se veía siempre de la misma manera, cambiaba constantemente, tanto de lugar, como de forma.

Se dio el caso, que tuvimos que cubrir un evento para una empresa, era algo grande, así que nos quedamos hasta tarde preparando las cosas. Terminamos pasadas las dos de la mañana y cuando salimos, vimos a una mujer en la calle de manera sospechosa. Llevaba un hábito negro y en cuanto nos vio apresuró el paso. Melina me dijo que estaba segura, que esa mujer era la bruja que nos estaba haciendo el trabajo.

Melina lejos de sentirse asustada, se puso a perseguir a la mujer para encararla.
No tardó en alcanzarla, pues la otra mujer se movía torpemente. Yo no quise correr y me quedé parada, vi como Melina tomaba a la mujer del brazo y después de lanzar un grito aterrador, soltó a la mujer, quien desapareció dando vuelta a la esquina.

Cuando Melina regresó hasta donde estaba, me dijo que la mujer tenia unos ojos muy raros y que su tono de voz era aterrador, según ella, la mujer le dijo que deberíamos salirnos del local, pues existía algo malévolo que habitaba dentro de la fábrica.

Se me hizo muy raro lo que aquella mujer le dijo a Melina, no tenia sentido, pues nosotras creíamos que lo que estaba ocurriendo, era causado por ella, a quien consideramos una bruja.

Días después de que cubrimos el evento, le volví a llamar al dueño, para contarle sobre la mancha en la pared. Acudió el mismo a revisar, según el, solo era una mancha de humedad, así que hizo venir a un albañil para que reparara el muro.
Cuando el dueño del local estuvo allí, le platiqué acerca de la mujer que vimos en la madrugada, el se quedó callado unos minutos, después me dijo que no hablara con esa mujer.

Yo le seguí haciendo preguntas sobre esa mujer, pero el hombre no me quiso contestar. No quise insistir mas, me sentía incómoda de hacer preguntas sin recibir respuesta.
Comencé a formarme ideas en mi cabeza acerca de esa mujer, era obvio que el dueño sabía quien era, y quien sabe que relación tendrían.

El albañil comenzó a raspar el muro, intentando quitar la mancha negra, pero como les dije, esta cambiaba de posición, así que terminó tirando todo el recubrimiento del muro, dejando los ladrillos a la vista. Algunos estaban sueltos, el albañil los retiró, entonces vimos que por dentro el muro estaba como hueco.

Reviso dentro del hueco, entonces extrajo un frasco de vidrio algo grande, estaba lleno de un líquido amarilloso, dentro vimos dientes humanos y un muñeco del tamaño de un feto, con clavos en los ojos.

Nos pareció horrible el contenido del frasco, sin embargo, al albañil no pareció molestarle, tomó el frasco entre las manos, lo echó en una bolsa negra y después nos dijo, que ya había visto ese tipo de cosas en la fábrica.
Aproveché que el albañil comenzó a hablar sobre el tema, para preguntarle si sabia del porque la fábrica había cerrado.

Entonces el señor me contó una historia, en la que el dueño perdió a una de sus hijas en un accidente con una maquina trituradora, el hombre culpó a la encargada, la despidió y esta mujer juró vengarse, pues ella alegaba que no tenia la culpa de nada.

A partir de entonces, comenzaron a escucharse cosas dentro de la fábrica, murmullos en los muros, aparte los accidentes laborales continuaron, una empleada perdió una mano, a otra se le atoró el cabello en una máquina, esto la mandó al hospital, pues se le alcanzó a desprender parte del cuero cabelludo.

Al final las demandas laborales eran tantas, que el dueño prefirió cerrar la fábrica.

Yo le conté lo que ocurría en el local y Melina le contó sobre la mujer que vimos rondando, el albañil dijo que era muy posible, que esa mujer fuera la misma que maldijo al dueño del local.

Después nos aconsejó que dejáramos el local, pues no sabíamos si nos podía afectar, o que intenciones tendría esa bruja contra nosotras.

Por esos días, encontré un local mas grande, cerca de un mercado, aun no me decidía a cambiarme, con las remodelaciones ya no vimos aparecer la mancha y los ruidos desaparecieron también. Por cualquier cosa, decidí guardar el numero de ese otro local.

Lo que nos hizo salir de ese local, ocurrió a plena luz del día.

Probablemente si lo escucho de otra persona no lo creería, pero fue algo que no solo yo vi, estaba Melina y el niño que nos hacia los repartos.

Comenzamos a escuchar los mismos murmullos tras la pared, esta vez, en lugar de asustarme, me dirigí al muro y comencé a gritar groserías, me sentía molesta de tener que tolerar esos fenómenos.

Entonces, vimos aparecer un rostro horrible en el muro, no era como la mancha que aparecía, este parecía formado como por una especie de plasma.

Terror En Los Muros

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Melina gritó que era el mismo rostro de la bruja que vio en la calle. Nos echamos para atrás, pero el rostro se nos echó encima, después desapareció.

Como podrán imaginar, llamé de inmediato al otro local y a los dos días nos cambiamos.
Hasta la fecha no he vuelto a ver nada extraño o paranormal.

Aunque me quedó mucha curiosidad acerca del pasado de aquella fábrica, prefiero que se quede como un mal recuerdo, pues uno nunca sabe si puede salir afectada con ese tipo de maldiciones.

Autor: Mauricio Farfan

Derechos Resevados

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