Territorio Embrujado Historia De Terror 2023

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Territorio Embrujado Historia De Terror 2023

Territorio Embrujado, Historia De Terror… Fui policía por muchos años, desde niño tuve ese sueño, que se volvió obsesión, yo no jugaba con carritos ni con balones, jugaba a hacer policía,  y cuando cumplí la mayoría de edad,  aplique en la secretaría de seguridad pública de Nuevo León.

Para disgusto de mi padre y preocupación de mi madre, me aceptaron y  empecé a patrullar las calles de monterrey muy joven,  primero en el turno diurno, luego de cumplir unos años, me cambiaron al turno nocturno.

Puedo contar tantas cosas tan atroces,  pero esta vez me enfocaré solo en las cosas paranormales que viví, y que fueron parte importante de mi decisión de retirarme del cuerpo policiaco, tal vez no recuerdo las fechas o la hora exacta pero lo que les cuento es verdadero.

No sé ahora,  en ese tiempo nos cambiaban de Jurisdicción y  a veces  patrullaba en Guadalupe o en Apodaca,  pero casi siempre en Monterrey.

Durante esos años,  lo más aterrador que recuerdo haber vivido no tiene nada que ver con los peligros de ser policía, tiene que ver con lo paranormal.

Quiero decir que ser policía  no era como yo me lo imaginaba de niño, ahí conocí lo que es enfrentarse al peligro,  lo que se siente tener miedo, conocí las drogas,  las armas, y lo terrible que es perder a los compañeros.

Siempre he sido muy supersticioso,  creo mucho en los fantasmas, en brujas,  no creo en los vampiros, pero siempre traigo un crucifijo que me regaló mi madre para mi protección.

 Cuando me tocaba hacer una detención o estar en  un enfrentamiento, primero me buscaba a ver si traía el crucifijo, y así me sentía confiado, porque todos los días que fui policía viví en el peligro, y creo que Dios siempre me cuidó.

Lo que me tocó vivir a lo largo de estos años de policía,   tal vez es muy conocido aquí en monterrey, pero si eres de otra ciudad ahora te cuento la historia.

Quiero empezar diciendo que cuando me cambiaron al turno nocturno,  hubo un reporte de robo cerca de una bodega abandonada,  donde todos menos yo sabían que espantaban.

Cuando llegamos se bajaron mis dos compañeros,  yo solamente me quedaría en la patrulla a vigilar,  me dijeron que si tardaban más de diez minutos, entrara a buscarlos, resulta que el presunto ladrón se había metido a esa bodega.

Era una construcción muy vieja, totalmente a obscuras y obviamente abandonada, entraron mis compañeros y pasaron más de diez minutos y no se veían, yo baje de la unidad y empecé a revisar los alrededores.

No teniendo otra opción entre a ese lugar, era un lugar frio, tenía miedo,  pero mis compañeros estaban de por medio,  así que caminé hasta lo más adentro que pude, solamente se escuchaban mis pasos.

Revisé por todos lados con mi linterna,  pero no había rastros de ellos, cuando regresaba escuche el ruido que produce una pelota, y en seguida miré la silueta de  un niño correr y esconderse debajo de unas escaleras, no tenía sentido,  ya que eran altas horas de la noche, además esa bodega estaba muy apartada de las colonias.

Si me puse nervioso, solamente pregunte quien estaba ahí,  pero nadie respondió, decidí salir  y cuando camine de regreso, se escucharon algunas risas de niños.

Antes de salir,  me rebotaron la pelota en la espalda, me asuste tanto que quería correr hacia la salida, pero no reaccionaba, solamente camine  sin voltear.

De tras de mi salieron mis compañeros, el ladrón se había escapado.

 Esa fue la primera vez que tube Una experiencia  paranormal.

Ya pasado el tiempo, en una ocasión patrullando ya muy noche junto con dos compañeros, recibí por radio frecuencia la orden de ir a la estación de policía, que se encuentra junto al parque Alamey,  en la colonia vidriera, a identificar al un ladrón,  que presuntamente se trataba del mismo que se nos había dado a la fuga la noche de los niños.

Durante el trayecto,  mi compañera que se llamaba  Nohemí, me pregunto que si sabía lo que ahí pasaba y le dije que no, que me contara.

Se puso muy seria y empezó diciendo que esa estación estaba embrujada, que años  atrás alrededor de los noventas todavía no estaba la estación, era solo un parque, pero fue considerado maldito por lo que ahí ocurrió.

Me dijo que una joven perdió la vida en ese parque,  un hombre al parecer su pareja fue el agresor, y a partir de esa fecha se empezaron a escuchar lamentos, además dice la gente que en la noche se aparece la  mujer.

Después cuando pusieron la estación,  cuentan los compañeros que empezaron a suceder  cosas paranormales,  hasta el día de hoy  se mueven las cosas en las oficinas, dicen que tocan las puertas de los  baños, y a veces se escuchan gritos.

Pero el comandante encargado de la delegación es muy escéptico, además no permite que nadie hable de fantasmas ni muertos durante su turno,  así que eso es un secreto a voces.

En ese momento llegamos a la delegación y terminó la plática, serian como las dos de la mañana, estacione la patrulla y me dirigí a las oficinas, cuando iba caminando escuchaba que me chistaban, a veces volteaba pero no veía a nadie.

Pensé que sería cualquier persona, no tendría que ser precisamente un fantasma.

Después de unos minutos regresé a la patrulla, cuando nos retirábamos del lugar,  pasamos por el parque y mire a  una mujer de blanco, no dije nada a mis compañeros.

Solo la mire de reojo, era una joven que estaba en medio del parque y pareciera que nos seguía con la mirada, su vestido color blanco estaba manchado de rojo.

Aunque pasamos prácticamente enfrente de ella,  mis compañeros parecía que no la miraban, se comportaron como si no estuviera ahí, o tal vez solo yo podía verla.

Lo que restó del turno,  solo fue rutina, para lo que a un policía le parece normal,  ya saben patrullar, revisar sospechosos y cosas de todos los días,  cuando regresé a mi casa ya por la mañana desayune ligero y me fui a dormir, seria por la sugestión pero empecé a tener un mal sueño, y me costó trabajo dormir.

A partir de ese día empecé a sentirme nervioso durante mi turno de trabajo, tal vez mi compañera lo notó y empezó a platicarme todo lo que se contaba de aparecidos y lugares embrujados en la ciudad.

Siempre que pasábamos por un lugar así, supuestamente embrujado, Nohemí me platicaba la historia, por ejemplo,  la casa de los tubos, donde espantan y dicen que en medio de la noche se aparece una niña que ahí falleció, cuenta la gente que también se escucha un fuerte lamento y la niña le grita a su papá y le pide que no la deje sola.

O la casa de Aramberri, donde mataron a unas mujeres, madre e hija y por las noches se escuchan gritos de agonía, y se miran espíritus rondar por toda la casa, y muchas personas han sido asustadas en ese lugar.

 También lo que pasa en la clínica veinticinco del seguro social,  donde se cuenta que un piso entero se encuentra cerrado por todas las manifestaciones que ahí pasan, compañeros policías les ha tocado ver como se abren solos los elevadores y muchas cosas más.

Así pasábamos las noches vigilando y escuchando historias de terror que mucha gente conoce y cuenta aquí en Monterrey.

Una noche, haciendo nuestro recorrido ya pasada de la una, recibimos un reporte de una riña  con tentativa de 10- 72 en el barrio antiguo, muy cerca de la macro plaza.

 Era en el callejón del diablo, ya lo había escuchado pero nunca había pasado patrullando en la noche  por ahí, cuando llegamos,  al ver las torretas,  corrieron las personas para todas partes, pedí apoyo y nos bajamos a investigar.

Los vecinos del lugar cerraron sus puertas y alcancé a ver  una silueta que entró en una casa abandonada,  realmente muy antigua y decidí ir tras de ella.

Cuando estuve frente a la casa,  empecé a ponerme nervioso por la adrenalina, encendí mi linterna y saque mi arma, era un ambiente muy pesado, de pronto se escucharon unos lamentos que salían de esa casa, pensé que tal vez seria una persona herida,  así que decidí entrar.

Antes de hacerlo, voltee para la patrulla,  se escuchaba el sonido de la radio y me llegaban las luces azules y rojas de las torretas, mi compañera ya venía hacia donde yo estaba y la espere.

Le pedí que me cubriera y entré por una ventana, se escucharon los lamentos de nuevo y supuse  que si había  una persona herida, camine lentamente y dirigía la linterna de un lado para el otro.

 En un rincón de la casa estaba una mujer hincada, su larga cabellera cubría su cara,  le pregunté en dos ocasiones si estaba herida,  pero no obtuve respuesta, cuando  camine hacia ella,  de repente azotaron una puerta, por inercia y sobresaltado alumbré hacia el lugar donde vino el ruido, era otro cuarto pero la puerta estaba abierta.

Cuando alumbre de nuevo hacia donde estaba la mujer,  ya no había nadie, empecé a decir que era  la policía,  que si había alguien, pero todo era un silencio sepulcral.

Revisé toda la casa sin resultado,  así que  decidí salir, de repente  se escuchaban algunos ruidos,  alumbraba,  pero no se veía nadie,  ya estando afuera me reuní con mi compañera Nohemí, quien estaba espantada, llena de nervios me dijo que nos subiéramos a la patrulla,  que ahí me contaría.

Avisé por radio que ya no era necesaria la ayuda,  que no había ninguna novedad, dimos algunas vueltas y nos retiramos del lugar.

Ya lejos de aquel tenebroso sitio,   me platico mi compañera que había visto una mujer de blanco, a la cual no se le veía la cara por su larga cabellera,  que cuando le pidió que se identificara volteo a verla y aterrada miro como esa mujer tenía la cara de la muerte.

Territorio Embrujado Historia De Terror

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Me dijo todavía tartamudeando un poco,  que se quedo paralizada de la impresión, sin saber cómo,  de un momento a otro se le desapareció la mujer,  escuchándose un lamento horrible.

A partir de ese día,  tratábamos de evitar patrullar  por ahí, ya que la última vez que pasamos por el barrio antiguo,  se nos atravesó un fantasma. La cosa estuvo así,  íbamos por la calle a una velocidad moderada,  cuando en un parpadeo,  una mujer apareció a mitad del camino,  alcance a frenar antes de golpearla y en cuanto nos bajamos a preguntarle si estaba bien, se fue volando.

Es nuestro trabajo,  pero les digo que los policías somos personas normales, conozco algunos compañeros que le tienen fobia a las arañas y otros a los payasos, pero hay que vencer todo eso para cumplir con nuestro deber, que es proteger y servir.

En una ocasión patrullando en Guadalupe por la carretera a villa de Juárez, en la unidad  a parte de mi compañera Nohemí, venia otro  agente que le llamaban el perro, no recuerdo su nombre,  ya que todos nos acostumbramos a llamamos compañeros. Por radio recibimos un reporte extraño, que no tenía mucho sentido, hablaban de un demonio o algo así, no recuerdo.

Antes de que se cortara la transmisión por radio,  alcanzamos a escuchar la ubicación,   era en Guadalupe.

 Cuando llegamos al lugar,  ya había varias patrullas y los compañeros murmuraban cosas extrañas, nos bajamos de la unidad y caminamos rumbo a la casa,  alumbrándonos con las linternas.

Mientras avanzábamos  por la casa,  se sienta un ambiente extraño, denso, e incomodo, las paredes estaban llenas de símbolos y algunos pentagramas, en una de las paredes decía Dios está muerto, además de otras frases.

Llegamos hasta donde estaban varios compañeros rodeando a otro compañero y preguntamos qué era lo que había pasado, ahí nos explicaron,  el compañero había ido a atender un reporte de gente haciendo ruidos y cosas extrañas en el interior de la casa, era la sexta vez que recibía un reporte así en los últimos tres días.

Ese fue el motivo que fuera a meterse a la casa,  en cuanto entro,  se dio cuenta que se estaba llevando a cabo un ritual, con arma en mano exigió a los invasores que abandonaran la propiedad, las tres personas que estaban ahí voltearon a verlo,  cuenta el compañero  que los rostros de esas personas tenían expresiones inhumanas, él insistió con firmeza pero esa gente hizo caso omiso a la orden, uno de ellos levanto un cuchillo y dio unos  pasos en dirección al compañero,  él inmediatamente, como intento disuasorio dio un par de tiros hacia arriba, en ese momento los rostros de los tres tipos volvieron a parecer normales y salieron corriendo.

El compañero pidió apoyo a una patrulla cercana, y en lo que llegaba se puso a inspeccionar el área donde esta gente estaba haciendo el ritual, dijo que había un polvo negro formando un círculo y en cuanto lo piso perdió el conocimiento de sí mismo.

Un par de minutos después llego la otra patrulla,  los policías entraron a la casa,  llegaron hasta donde estaba el compañero y lo vieron parado en una esquina de la habitación, estaba con la cabeza agachada y decía algunas cosas raras, ellos le hablaron y le preguntaron si estaba bien, en ese momento él se volteó y les apunto con su arma, los 3 se dieron cuenta que él tenía los ojos en blanco.

Claramente algo no estaba bien, 2 de ellos empezaron a caminar hacia él muy despacio, mientras le hablaban y le decían que se calmara, que bajara el arma, cuando estuvieron lo suficientemente cerca, los sujetaron de los hombros entre los 2, lo obligaron a soltar el arma y trataron de someterlo, pero no podían con él, tenía una fuerza sobrehumana, fue entonces que pidieron apoyo por radio.

Ese mensaje frenético, fue el que mis compañeros y yo escuchamos y que por eso acudimos al lugar, uno de los primeros en llegar, traía consigo una medalla de San Benito, él siendo fiel creyente del Santo, y viendo que aquello claramente era una posesión, se quito su medalla y se la impuso en la frente, mientras le rezaba un Padre Nuestro, así estuvo hasta que el compañero recobro la conciencia.

Posteriormente se llevaron al compañero para su debida revisión.

Nos retiramos del lugar después de eso.

Cuando me subí al vehículo caí en cuenta que ya no traía   mi  Crucifijo, no me di cuenta en qué momento se me caio, pero baje a buscarlo.

Les dije a mis compañeros que iba a regresar por él, que no tendrían que acompañarme si no querían.

De nuevo, pero más nervioso que la primera vez, caminé hacia la habitación en la que habíamos estado, 

Desde el primer momento que entré  empecé a sentir que alguien me observaba, constantemente volteaba para todos lados porque me parecía mirar sombras,  al mismo tiempo que aluzaba el piso, buscando mi crucifijo.

Era un ambiente tan pesado y tan incomodo que podría jurar que ahí estaba el diablo vigilándome, me encontraba muy tenso, temiendo que en cualquier momento, alguna fuerza desconocida me atacara. 

De pronto mire mi crucifijo  y lo levante, respire aliviado,   y camine rumbo a la salida sin hacer ruido.

Cuando salí no quise voltear para atrás,  con el corazón latiendo al cien por fin abordé la patrulla y nos fuimos de ese lugar a seguir con nuestro trabajo. 

La casa del diablo es un lugar peligroso, no sé cómo puede estar sin protección,  exponiendo a cualquier curioso de caer en las garras del diablo como le pasó a nuestro compañero.

Todo esto que les cuento es parte de lo que vivimos diariamente todos los policías, además de enfrentarnos al peligro, tenemos que vivir situaciones paranormales, las cuales la mayoría de las veces no se nos cree.

Después, en una ocasión me tocó apoyar a un compañero allá por una colonia a orillas del cerro de la silla, serian como las cuatro de la mañana, andábamos persiguiendo a unos vagos que nos habían aventado piedras y corrieron perdiéndose por esos caminos obscuros y sin pavimentar.

Avanzábamos fanaleándo las veredas para ver si encontrábamos alguno de esos malvivientes, cuando miramos que alguien venia corriendo hacia nosotros gritándonos que lo ayudáramos.

Para nuestra sorpresa,  era un compañero policía el que nos pedía apoyo, nos detuvimos y después de que se identifico y saber que sí era policía se subió a nuestra patrulla, nervioso nos dijo que arrancara rápido  y nos empezó a contar lo que le tocó vivir.

Nos platicó que él y otro compañero andaban haciendo un rondín a las faldas del cerro de la silla, cuando su unidad se apago por completo,  fue una falla eléctrica que no pudieron arreglar y quedaron completamente a obscuras.

Según nos comento era muy extraño, ya que no funcionaba nada sin motivo aparente, cuando bajaron de la unidad se escuchaban varios silbidos muy cerca de donde ellos estaban, las luces de algunas casas se podían distinguir como a unos quinientos metros.

Después de una hora de intentar de todo, decidieron regresar caminando, era un lugar solitario y estaban bastante lejos, solamente se alumbraban con sus linternas, ya que era una noche nublada.

Empezaron a moverse por el camino de terracería, resignados, ya que no podían hacer otra cosa, pero a pesar de estar acostumbrados a diferentes situaciones, sentían algo extraño en el ambiente, algo que les hacía sentir que algo no estaba bien.

Abrían avanzado como unos tres cientos metros, cuando pasó una sombra volando por enfrente de ellos, policías al fin y acostumbrados a reaccionar, sacaron sus armas pero no se veía nadie, segundos después sintieron que pasó por detrás de ellos.

Se notaba muy nervioso cuando nos dijo que en medio de la obscuridad se escuchaban algunas risas, así que eso ya no era una situación normal.

Llenos de nervios, empezaron a correr sintiéndose perseguidos sin saber por quien, con terror se dieron cuenta que ya no nada más era una cosa de esas la que los perseguía,  ya eran varias, solo escuchaban los matorrales que se movían cuando avanzaban esas sombras rápidamente a la par de ellos.

Con voz temblorosa nos contó que su compañero empezó a rezar,  aunque no se considera una persona miedosa, estuvo a punto de entrar en una crisis.

Una de esas sombras persiguió a su compañero quien corrió hacia otra parte perdiéndolo de vista y que él corrió sin parar hasta encontrarnos, que no lo podría asegurar pero que él creía que eran brujas, cuando dijo eso se sintió un golpe en nuestra patrulla, como si algo pesado nos hubiera caído encima del techo.

De verdad nos sobresaltamos, quise frenar pero aquel policía que aviamos ayudado nos gritó que no nos detuviéramos, así que acelere alejándonos de ahí.

Durante el trayecto de regreso pasamos el reporte a la base para que buscaran al otro policía, quien según se  encontraba por ahí  y al que llevábamos con nosotros lo dejamos en la delegación más cercana.

Esa noche en especial no nos sentíamos seguros para seguir patrullando, así que nos quedamos en la patrulla esperando que amaneciera, serian las cinco y media de la mañana.

Cuando regrese por la tarde a la delegación para iniciar mi turno de trabajo, ya se contaban algunas cosas de lo sucedido la noche anterior y algunos compañeros hasta hacían algunas bromas, ya saben así es esto.

Durante los siguientes meses estuvo el ambiente relativa mente tranquilo, refiriéndome a lo paranormal, pero claro a otros compañeros les tocó vivir cosas similares o peores.

Lo último que quiero contarles sucedió a principios del dos mil cuatro, serian como las tres de la mañana, nos habían designado vigilar algunas colonias de Guadalupe, colonias difíciles de transitar y de recorrer, además un tanto peligrosas.

Acababa de cambiar de compañero,   era muy escéptico, me decía que él no le tenía miedo a nada y que esperaba que yo tampoco, porque en las colonias donde andábamos se veían cosas extrañas. 

De pronto por el radio de comunicación,  recibimos un llamado de auxilio, muy cerca de donde estábamos, nos avisaban de la base que un compañero casi gritaba pidiendo auxilio desde su patrulla, decía que una mujer loca y extraña se le había echado encima, que estaba golpeando su patrulla y que trataba de sacarlo de su unidad, que no se podía ir, porque el motor no le respondía.

   Me enfilé rumbo a la dirección que nos notificaron, era en valle de la silla, como dije en ese tiempo eran colonias difíciles.

Cuando nos acercábamos al lugar, cuando estábamos ya cerca de llegar,  se miraban las torretas de esa patrulla,  la cual estando más cerca nos  percatamos que había chocado de reversa contra  un árbol.

Al mismo tiempo que nosotros,  también llegaron otras patrullas a brindar apoyo. Al revisar el vehículo, encontramos al compañero policía inconsciente, supongo que por el choque. Lo que no entiendo, es como si el motor no funcionaba choco contra un árbol de reversa, en lugar de irse hacia delante y tampoco veía a la mujer loca.

Aparte de todos los policías, ya se encontraban civiles, llamamos a la ambulancia, y tardaron un poco en llegar, para revisarlo, cuando reacciono yo fui a tratar a alejar a los civiles, para despejar el perímetro, se me acerco una señora y me dijo ‘oiga yo vi todo’, y me  empezó a contar su versión de lo acontecido.

La señora me dijo que ella estaba despierta porque su hijo no había llegado del trabajo, se estaba preparando un café, para mantenerse despierta, cuando se le ocurrió asomarse por la ventana de la cocina.

Ella vio la patrulla parada a mitad de la calle, se le hizo raro, porque parecía que el policía no hacía nada,  miro a lo lejos una luz extraña que le llamo la atención,   con asombro miró que calló algo negro y grande de uno de los arboles,   pero para su sorpresa esa cosa no toco el suelo,  si no que se quedo levitando.

Que con las luces de la patrulla miro que era una horrible figura,  que lo primero que pensó fue que era una bruja, estaba totalmente vestida de negro y volvió a repetir que no tocaba el suelo.

La bruja se  cubría el rostro con sus manos,  porque estaba deslumbrada con las luces de la patrulla, de pronto la bruja se abalanzo sobre el policía y este grito.

El policía quería arrancar su vehículo, pero no funcionaba, seguía gritando como si estuviera pidiendo ayuda.

 Entre que la bruja forcejeaba con el policía, el vehículo funciono, solo que en lugar de ir hacia adelante, como sería lo más lógico, la patrulla por alguna razón desconocida, se fue de reversa hasta chocar contra un árbol, al momento del impacto la bruja ponía sus manos sobre el parabrisas, mirando hacia dentro de la patrulla,  pero luego se trepo al árbol donde había chocado la patrulla y la perdió de vista.

Luego de escuchar la historia de la señora, me quedaron muchas dudas, las cuales claramente la doña no me podía aclarar. Para este punto ya había llegado protección civil, y yo fui a echarle un vistazo a la patrulla.

 El vehículo estaba golpeado y rasguñado, como con  algún objeto punzocortante, quizás unos cuchillos, como si aquella bruja tuviera garras enormes.

La escena era muy extraña, solo por descarte y un poco de curiosidad, aluce el árbol donde se supone estaba escondida la bruja, en ese momento, salió volando una sombra negra, todos los perros de la cuadra empezaron a ladrar furiosos, y todos los curiosos, que ya se habían amontonado, empezaron a gritar de miedo.

Ya había sido suficiente para mí por esa noche, así que aprovechando que protección civil se puede encargar de todo, le dije a mi compañero, que ya mejor nos fuéramos

Ya en el trayecto, y todavía pensando en lo recién ocurrido, no pude evitar acordarme, del policía que habíamos ayudado en el cerro de la silla, el mismo que decía, que lo persiguió una sombra negra.

Al día siguiente apareció en algunos periódicos y en las noticias de la televisión.

Hay varias versiones de lo que yo acabo de contarles, simplemente lo que salió en las noticias, dista un poco de lo que me conto la señora, también está la versión del policía que experimento todo en carne propia. La versión de la televisión, obviamente tiene arreglos, para que la noticia venda, la versión del policía, puede estar alterada, debido a que él se golpeo la cabeza al momento del choque y en cuanto a la versión de la señora, pues ya se trataba de una persona de la tercera edad, tampoco se le puede creer todo lo que dice.

Sin embargo, las tres versiones, tienen algo de verdad, nunca se sabrá la verdad completa, lo único que me consta, y porque yo lo vi con mis propios ojos, es que del árbol salió volando una sombra negra.

Autor: El Gato Negro.

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