Lucas Historia De Terror 2024

lucas-historia-de-terror

Lucas Historia De Terror 2024

Lucas Historia De Terror… Hasta el día de hoy no sé cómo interpretar lo que nos pasó, pero deja te cuento, todo empezó cuando Humberto y yo decidimos vivir más cerca de nuestro trabajo y encontramos ese lugar, aunque la verdad nunca me gustó el edificio desde el principio, aparte de que estaba ya muy viejo, se veía a leguas que estaba bastante descuidado, pero Humberto insistió en que nos quedáramos al menos unos meses y acabé aceptando, sobre todo porque fue de los pocos lugares que nos permitieron tener a Lucas, nuestro perrito, adentro del departamento, no me gusta tenerlo en el patio o en la azotea, siempre ha estado junto a nosotros, lo adoptamos desde que era un cachorrito en un refugio de animales maltratados, en cuanto lo vimos nos encantó, parecía una pequeña bola de pelos con grandes ojos que nos miraba con curiosidad, no lo dudamos ni un instante, no lo llevamos ese mismo día.

Aunque las primeras semanas se le veía algo triste y se la pasó llorando algunas noches muy quedito a mis pies, pensamos que era porque extrañaba a sus hermanitos y a su mamá, pero conforme pasaron los días se volvió muy juguetón y travieso, se la pasaba corriendo y saltando por todos lados de la casa, lo que si nos empezó a extrañar es que no ladraba para nada, lo llevamos a la veterinaria, con una amiga mía, y nos dijo que había sufrido una lesión en la laringe que le habían lastimado sus cuerdas vocales y que era casi imposible que pudiera ladrar, nos sentimos tristes por él, pero como lo veíamos tan feliz ya no nos preocupamos más por eso.

El problema en realidad empezó cuando nos mudamos a éste edificio, a partir de ahí Lucas se empezó a comportar muy raro y en ocasiones agresivo, desde el primer día que llegamos con la mudanza se resistió a entrar al departamento con Humberto, le empezó a gruñir, algo que nunca le había hecho antes, pero estábamos tan ocupados con subir nuestras cosas que solo sujetamos con su cadena a la reja de protección de la puerta, mientras nosotros seguimos apurados con la mudanza, y él se pasó toda la tarde jaloneándose y gruñendo, y cuando por fin terminamos de subir la última caja, Humberto intentó meterlo de nuevo a la casa, pero Lucas se negó a moverse y al querer acariciarlo para tranquilizarlo le lanzó una mordida que apenas pudo evitar, los dos nos quedamos sorprendidos mirándonos, preguntándonos por qué se comportaba así, entonces le dije que yo lo haría, lo cargué y se acurrucó entre mis brazos y solo así me dejó que lo metiera.

Esa misma noche mientras cenábamos se acostó a mis pies y no se me despegó ni un solo momento, comentamos que tal vez estaba así por el cambio de casa, y porque estaba muy acostumbrado al otro departamento, aun así intentamos dejarlo en su cama en la sala, pero fue imposible, no pudimos sacarlo de nuestro cuarto, apenas nos acercábamos y empezaba a gruñirnos, Humberto cansado por la mudanza, acabó por dejarlo a quedarse a dormir aquí, nosotros apenas tocamos la cama caímos rendidos, había sido un día muy pesado, pero como a eso de las tres de la madrugada me desperté, y entonces vi que Lucas estaba frente a la puerta de la recámara gruñendo otra vez, así estuvo por varios minutos, se revolvía de un lado a otro y en momentos lo hacía como desesperado, la verdad si me llamó mucho la atención, a qué le gruñía, finalmente le hablé, al escúchame corrió hacia mí y de un saltó se subió a la cama, me quedé un poco inquieta, no era algo que nos hubiera hecho antes, pero pensé que tal vez escuchó un ratón o vio algo que lo alertó, traté de no darle mayor importancia.

Lucas Historia De Terror

lucas-historia-de-terror
lucas-historia-de-terror

Los siguientes días fueron muy parecidos, Lucas se empezó a volver muy huraño y en ocasiones no se me despegaba en todo el día, y por las noches, casi a la misma hora, se la pasaba gruñéndole a la puerta de la recámara, lo llevamos otra vez a la veterinaria, pero no supo darnos una razón del cambio en su comportamiento y nos comentó que nos esperáramos unas semanas más para ver si se adaptaba al cambio, ya no nos quedaba de otra, pero así como había ocasiones en que no se me despegaba para nada, había otras en las que se me perdía por horas y cuando lo buscaba por todos lados, lo encontraba casi siempre frente a la vieja puerta del closet de la recámara que teníamos vacía, se le quedaba mirando fijamente sin ni siquiera moverse, y en otras ocasiones lo encontraba escondido abajo de la cama chillando quedito, como asustado, pero lo que definitivamente me inquietó mucho más, fue que ya no se dejaba acariciar por Humberto, las pocas veces que lo intentó siempre le lanzaba la mordida y casi siempre le rehuía, eso era demasiado extraño.

Pero esta situación se complicó todavía más, un día nos fuimos al cine y lo dejamos solo por unas horas y al llegar encontramos toda la ropa de los cajones de la cómoda y del ropero regada por toda la recámara, algunas prendas parecían como rasgadas, y a Lucas lo encontramos escondido bajo la cama aterrado, y en otra ocasión similar, salimos a comer con su familia de Humberto y al llegar encontramos todas nuestras películas destrozadas y regadas por la sala y a Lucas escondido bajo la mesa muy asustado, esto se estaba saliendo de control.

Humberto lo quería mucho, pero noches después mientras cenábamos me comentó muy serio que teníamos que hacer algo con él, porque no podíamos seguir así, yo lo entendía esto ya no era normal y le pedí un poco más de paciencia, pero ésta situación siguió empeorando cada día más, Lucas dejó de comer, ya no corría ni jugaba por la casa y solo se la pasaba chillando a mis pies, y no sé si fue coincidencia, pero en los últimos días también había visto a Humberto muy pálido y decaído, y llegó un momento en que ya no salió de cama y empezó a tener temperaturas muy altas, esa misma tarde fui por el doctor para que lo revisara y me dijo que probablemente era una infección muy fuerte, que no era de gravedad pero que tenía que estar al pendiente, ya que si no le bajaba la fiebre en unas horas habría que hospitalizarlo, me dio la receta y lo acompañé a la puerta, al regresar vi que Lucas se había subido a la cama y le lamía su mejilla, yo me quedé muy sorprendida, hacia muchas semanas que ni siquiera se le acercaba, me enterneció y empecé a llorar, Lucas al verme saltó de la cama y corrió hacia mí.

Esa noche me quedé en vela cuidando a Humberto, pero el sueño me venció y como a eso de las tres de la madruga, entre sueños sentí como Lucas saltó de la cama y empezó a gruñirle a la puerta, pero ésta vez sin esperarlo se abrió de golpe como si le hubieran dado una patada desde afuera, yo abrí los ojos muy asustada y entonces lo escuché, Lucas empezó a ladrar muy fuerte mientras gruñía y se removía de lado a lado del marco de la puerta, entonces salió corriendo de la habitación hacia el pasillo, desde la cama escuché como siguió ladrando desesperadamente como si peleara con alguien, esa tensión duró unos segundos y fue entonces cuando escuché un golpe muy fuerte y a Lucas chillar de dolor, salté de la cama y corrí hacia la sala, todo estaba muy oscuro pero alcancé a ver la sombra de una persona por la cocina, pensé que se habían metido a robar y me apresuré a prender todas las luces para hablarle a la policía, pero al encenderlas descubrí con sorpresa que no había nadie más.

Entonces encontré a Lucas debajo de la mesa, sangraba de su pancita, lo cargué y lo puse suavemente sobre el sillón, le marqué a mi hermano Ricardo para que viniera ayudarme, apenas colgué, intenté curarle la herida pero sangraba mucho, estaba aterrada, no entendía que lo había atacado. Mi hermano no tardó mucho en llegar, le pedí de favor que cuidara a Humberto mientras yo llevaba a Lucas a la casa de mi amiga la veterinaria.

Le tuvieron que dar varias puntadas por la herida que sufrió en su pancita, mi amiga me dijo que la lesión parecía haber sido provocada por una garra de algún animal o algo muy filoso como un cuchillo, yo me quedé más que sorprendida, la verdad es que nunca supimos contra quién peleó en ese momento en la sala.

En los siguientes días Humberto se fue recuperando poco a poco, y por esas fechas también le aprobaron su crédito para vivienda, en cuanto estuvo mejor nos fuimos a checar algunas casas y encontramos una que nos encantó a los dos. Nos cambiamos apenas cerramos el trato con la inmobiliaria. Lucas ha vuelto a ser el de antes, nuestro perro juguetón y travieso. 

Autor: Luis Martínez Vázquez

Derechos Reservados

Share this post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Historias de Terror