El Hijo Del Nahual Historia De Terror 2024

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El Hijo Del Nahual Historia De Terror 2024

El Hijo Del Nahual Historia De Terror… Sé que te puede parecer muy fantasioso lo que te platicaré, yo todavía a veces lo dudo, y aunque yo no lo viví directamente, sé que mi familia no inventaría algo así tan fuerte. Todo esto empezó cuando fuimos mi hermana y yo a visitar a mi tía Rosa a su casa, ella vive en Nezahualcóyotl en el Edo. De México, en esa ocasión mientras platicábamos de cómo era mi papá de niño, mi tía nos dijo que tenía unas fotos de todos mis tíos de cuando eran pequeños, se levantó de la mesa y del librero sacó un viejo álbum de fotografías que puso frente a nosotras, lo abrimos maravilladas y empezamos a revisarlo, y ahí encontramos varias fotos de mi papá de niño, la verdad si se veía algo gracioso, en ese momento tocaron a la puerta y mi tía se levantó a abrir, nosotras seguimos revisando el álbum y al darle vuelta a una hoja salió volando una foto al piso.

Mi hermana levantó la foto, nos llamó mucho la atención, en la imagen aparecía mi tía Rosa muy jovencita, yo creo que tenía unos quince o dieciséis, abrazada a un muchacho muy guapo, se veía mucho más alto que ella, traía un pantalón vaquero, una camisa de cuadros azul y un sombrero vaquero, ella se veía muy feliz con él, en ese momento volvió a entrar a la sala mi tía Rosa y al ver que teníamos esa foto, puso una cara de espantada que nos sorprendió, poco faltó para que se la arrebatara a mi hermana y toda nerviosa guardó la foto en el álbum y lo metió en el librero otra vez, mientras lo hacía nos pidió de favor que no le dijéramos a nadie que tenía esa foto y mucho menos a mi papá, la verdad la vimos tan angustiada que prometimos no decirle a nadie, se fue a la cocina y regresó con unas tazas de café, la vimos más tranquila y seguimos charlando toda esa tarde.

De regresó a casa mi hermana me comentó que le había parecido muy exagerada la reacción de mi tía por aquella foto, yo también pensé lo mismo en ese momento y empezamos a bromear sobre su “romance secreto” del que no quería que se enterara la familia.

Al llegar a casa mi mamá nos esperaba en la sala, apenas nos sentamos junto a ella mi hermana le preguntó si sabía quién era el enamorado misterioso de aquella fotografía, mi mamá se nos quedó mirando muy sería a una y a otra, y después de un silencio incomodo nos dijo que ella no sabía nada de ninguna foto, nos dio las buenas noches y se fue a su recámara. Mi hermana y yo nos quedamos más que sorprendidas, nunca habíamos visto a mi mamá así por una simple pregunta, estábamos tan intrigadas, que aquella noche no dormí pensando en todo esto.

Las siguientes semanas estuvimos preguntando discretamente entre la familia de mi papá por qué la tía Rosa no se había casado o juntado si era una mujer muy atractiva, la respuesta siempre fue la misma: “así lo quiso”, por supuesto evitamos mencionar al joven de la foto, pero si preguntamos si había tenido pretendientes, y todos nos dijeron que en el pueblo hasta hacían fila para invitarla a salir, pero que ella los había rechazado a todos.

Estábamos más que sorprendidas, algo grave había pasado y tenía que ver con ese “enamorado secreto” para que ella hubiera tomado una decisión de ese tamaño, pero no pudimos averiguar más y al paso de los días se nos fue olvidando un poco todo éste misterio, pero coincidió que ese fin de semana nos visitó mi abuelita, la mamá de mi papá, solo se quedaría hasta la tarde y después se iría a quedar a dormir a la casa mi tía Rosa.

Aprovechamos un momento en que nos quedamos a solas con ella en la sala y le preguntamos sin mucha vuelta del porqué no se había casado la tía Rosa, la abuela sonriendo nos dijo que cuando cumplió los diecisiete se vino a la ciudad a trabajar y estudiar, y que al parecer ya no le dieron muchas ganas de formar una familia, entonces yo le dije sin pensarlo mucho, y rompiendo la promesa que le habíamos hecho, que habíamos visto aquella fotografía de la tía Rosa con aquel joven misterioso, al parecer su ultimó pretendiente, mi abuelita se puso sería y se quedó callada por un momento, volteó a todos lados como cerciorándose de que no hubiera nadie cerca y finalmente lanzó un gran suspiro de resignación, y nos empezó a contar que aquel joven se llamaba Braulio Martínez, y que la tía Rosa lo conoció desde niña, iban en el mismo salón en la escuela y como su casa estaba muy cerca de donde ellos vivían, pues pasaban mucho tiempo juntos después de clases, pero el abuelo no veía con buenos ojos a la familia de Braulio, porque en el pueblo se corría el rumor de que el papá era un nahual, la verdad es que apenas y lo conocíamos y muy pocas veces cruzamos palabras con él.

Las cosas hubieran quedado hasta ahí, pero hubo una temporada en que se nos empezaron a desaparecer algunos de nuestros animales del corral, el abuelo creyó que era cierto el rumor, agarraron un par de armas de la estantería y fue a amenazarlo hasta la puerta de su casa, iba con su papá y su tío Rodolfo, y le dijo que si desaparecería uno más de nuestros animales él la pagaría, el papá de Braulio confrontó al abuelo y le dijo que él no lo había hecho y empezaron a pelear, pero la verdad su abuelo parecía un muñeco de trapo en sus manos a pesar de que era mucho más alto y parecía más fuerte, cuando el papá de Braulio lo tuvo del cuello contra la pared su abuelo empezó a desfallecerse, entonces en su desesperación su papá le disparó por la espalda, el papá de Braulio se quedó recargado contra la pared quejándose, y su papá y su tío Rodolfo aprovecharon para levantar al abuelo y salir huyendo de ahí.

Al día siguiente de la pelea la casa de los Martínez apareció abandonada, y de Braulio y la familia no se supo más, creímos que hasta ahí había llegado el asunto, hasta que muchos años después llegó Braulio de nuevo al pueblo, al principio nadie lo reconoció y se presentó como Eulalio, además de que era ya todo un joven, muy apuesto y caballeroso, y parecía no preocuparle mucho el dinero, incluso su tía Rosa tampoco lo reconoció al principio, o al menos eso fue lo que nos dijo.

Lo primero que hizo fue recuperar la casa donde había vivido su infancia, buscó trabajo de jinete en la hacienda de los Hernández, y los fines de semana se dedicó andar de fiestero, su fama de noviero se extendió muy rápido, parecía que todas las chicas del pueblo caían rendidas ante sus encantos, y más de un novio o marido celoso tuvieron que recoger sus dientes del suelo cuando intentaron confrontarlo, infundía respeto y en ocasiones hasta miedo entre los hombres.

Después de unos meses de la llegada de Braulio al pueblo, se empezó a rumorear que tenía ya una enamorada con la que se casaría, cual sería nuestra sorpresa cuando Rosa lo llevó a casa para presentárnoslo como su novio, a su abuelo le agradaba el muchacho y fue cosa de unos meses para que se planeara la boda, todo parecía marchar sobre ruedas, su tía no cabía de la felicidad, pero unas semanas antes de la fecha de unión por el civil, sus tíos y su abuelo se pusieron una tremenda borrachera con Braulio en la casa hasta la madrugada, y a su abuelo se le soltó la lengua y le dijo que aquella casa que había comprado había sido de un miserable nahual que él había matado con sus propias manos, la abuela hizo una pausa y nos dijo: «lo que les contaré si no lo hubiera visto yo tampoco lo creería».

El Hijo Del Nahual Historia De Terror

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Braulio se transformó en una bestia en un instante, sus manos y brazos parecían las patas de lobo pero con garras muy grandes, con una sola de ellas sujetó a su abuelo del cuello, o con la otra de un solo manotazo aventó la mesa y la sillas de alrededor, y entonces  lo levantó por los aires como si fuera un muñeco de trapo, su rostro por momentos me parecía que tenía hocico y colmillos, ya me quedé paralizada en la puerta de la cocina, su papá y sus tíos asustados empezaron a golpearlo con lo que pudieron, pero Braulio ni se movía, no dejaba de apretar el cuello de su abuelo que ya ni siquiera pataleaba, parecía un guiñapo, agarró a su papá de la camisa y lo aventó hasta la sala y a su tío Rodolfo le dio un santo golpazo que cayó al suelo como si lo hubiera tocado un rayo, yo creí que me lo mataba, pero en ese momento entró su tía Rosa que había escuchado todo el escándalo, y llorando se arrodilló ante Braulio suplicándole por la vida de su abuelo, aquella bestia se detuvo por un momento y aventó furioso a su abuelo contra la pared, yo en ese momento sentí que me desmayaba y me agarré de la puerta, todo se me nubló por unos minutos, cuando pude recuperarme un poco, alcancé a ver a sus tíos salir de la casa con las escopetas y después escuché un montón de disparos, su mamá se acercó atender a tu abuelo, mientras su tía Julieta me ayudaba a sentarme ahí en la cocina, para cuando regresaron sus tíos y su papá, a su abuelo ya lo estaba atendiendo el doctor del pueblo.

Al otro día muy temprano su papá y sus tíos fueron a la casa de Braulio, pero como paso años atrás estaba abandonada y de Braulio nunca se supo más, y por un momento creímos que ahí se había terminado toda esta pesadilla, pero en el pueblo se empezó a correr el rumor de que el hijo del nahual había regresado para cobrar venganza por la muerte de su padre a manos de nuestra familia, al principio tratamos de ignorar las miradas y los cuchicheos cuando pasábamos junto a la gente, y pensamos que con el tiempo se olvidarían de esto, pero entonces empezaron aparecer muchos animales muertos en sus corrales, y de alguna forma nos empezaron a culpar a nosotros, dejaron de comprarnos nuestro grano y la cosecha y nadie quería dirigirnos la palabra, pero la gota que derramó el vaso fue que uno de los pretendientes de tu tía Rosa, apareció muerto una mañana en plena plaza frente a la iglesia.

La gente que lo alcanzó a ver antes de que llegara la autoridad a recogerlo, empezó a decir que lo había destazado a mordidas, que no podía ser más que Braulio, el hijo del nahual, y entonces todo el pueblo nos acusó de haberlo provocado, en las calles nos empezaron a amenazar y en ocasiones agredir, y buscaban cualquier pretexto para provocar a sus tíos, vivir ahí los siguientes meses fue un infierno, su tío Rodolfo consiguió trabajo en el municipio de la Esperanza y sin pensarlo mucho dejamos todo y nos fuimos con él, pero hasta allá nos persiguió esta maldición, así que cada vez nos fuimos alejando más y más de nuestro pueblo, hasta que finalmente su papá se pudo acomodar en un trabajo de planta aquí en Neza, para cuando llegamos aquí había muy poco vecinos y decidimos no volver hablar de esto otra vez, nunca más.

La abuela se quedó callada por un momento y después se levantó del sillón, Karen y yo nos quedamos con la boca abierta, nunca en nuestra vida hubiéramos imaginado siquiera que hubiera pasado algo así en nuestra familia.

Autor: Luis Martínez Vázquez

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