La Pintura, Historia De Terror 2023
La Pintura, Historia De Terror… Hace tiempo, fui de intercambio a estudiar a Chile.
Siempre he sido un alumno destacado, solía ser una persona muy escéptica, pues en todo el tiempo que viví en México, jamás me ocurrió nada paranormal y aunque en mi familia suelen ser algo supersticiosos, yo siempre intentaba encontrarles una explicación racional a las historias de mis abuelos o mis padres. Hoy en día pienso diferente, sé que existen cosas más allá de nuestra comprensión, a las cuales, siempre intentamos darle un nombre, pues esto resta miedo a lo que no comprendemos, aun así, sabemos que estamos lejos de conocer la verdad acerca de los fenómenos paranormales.
No viajé solo, éramos varios estudiantes de la universidad, en total íbamos cinco, tres chicas y dos chicos. Nos recibieron en una casona antigua que funcionaba como hogar para estudiantes. Siempre me han gustado las construcciones antiguas, siento que reflejaban un arte que hoy en día no puede ser creado de la misma manera.
En verdad que la casa se veía muy antigua y estaba llena de cuadros, pinturas y esculturas de todo tipo. Desde el primer día que llegamos, me quedé largo rato mirando cada una de esas obras, no conozco mucho de arte, pero si tengo cierta sensibilidad para sentir lo que transmiten las pinturas, y la mayoría eran coloridas y alegres, excepto una pintura que estaba en la entrada de una pequeña biblioteca.
Realmente no mostraba algo siniestro esa pintura, me parecía más bien algo bizarra extraña. Se trataba del retrato de una mujer, con el rostro pintado de blanco y llevaba un largo olán alrededor del cuello, tenía los ojos cerrados, la palma derecha arriba viendo hacia arriba, y sobre ella un extraño amuleto.
Sentí mucha repulsión hacia esa pintura, no sé, como que me transmitía cierta sensación horrible, debido a esto, cuando tenía que entrar a la biblioteca, lo hacía sin mirar en dirección a la pintura. En esa casa, vivían más estudiantes, pero no de intercambio, eran originarios de Chile. Dos chicas estudiaban literatura y eran fanáticas de las leyendas de fantasmas.
Un día me hicieron unas recomendaciones algo extrañas. Me dijeron que intentara no salir de mi habitación después de las tres de la mañana, sobre todo, no pasar ni por el patio central, ni tampoco entrar a la biblioteca. Yo pensando que solo me querían jugar una broma, me reí de sus recomendaciones, pues como les dije antes, era escéptico. Durante un par de días después de que me hicieran sus recomendaciones, evité salir, pues presentía que, si lo hacía, seguramente las chicas intentarían asustarme.
No necesité salir del lugar para asustarme, una noche, no podía dormir, así que me paré de la cama para encender la luz y leer un libro, esto casi siempre logra cansarme la vista y caigo dormido, sobre todo si son libros de la escuela. El apagador está a un lado de un enorme espejo en forma oval. Encendí la luz y vi mi reflejo en el espejo, mientras lo hacía, vi reflejada una mano ajena en la parte inferior izquierda del espejo.
Me sobresalté de la sorpresa y me tallé los ojos, pensando en que lo que vi solo fue a causa de la falta de sueño, pero no era así, la mano seguía allí, era una mano de mujer, la visión era algo muy extraño, no es como sale en las películas o series de terror, la mano no era como un reflejo, sino como si estuviera realmente tras la pared. Comencé a escuchar como si arañaran el espejo.
Comencé a reírme de nervios, lo que me estaba ocurriendo no tenia explicación alguna. Lo único que se me ocurrió hacer, fue apagar la luz y salir de la habitación. Me quedé en un sofá de la sala de estar que se encontraba en la entrada. Allí estaba una de las chicas chilenas haciendo tarea. Apenas la vi, inmediatamente le pregunté sobre por qué no cumplía sus recomendaciones, ella me contestó, que en esa sala no ocurría nada extraño, era un lugar seguro en la casa, enseguida señaló un enorme crucifijo en la pared.
No quise contarle lo que me acababa de ocurrir, pues aún estaba en negación, intentaba darle una explicación a lo que me ocurrió frente al espejo. Estuve sentado en el sillón, hasta cerca de las cinco de la madrugada, tenía clase a las diez, así que a esa hora me regresé a mi habitación, Por fortuna la aparición
había desaparecido y caí dormido como tronco.
Desperté quince minutos antes de mi clase, así que ni alcancé a desayunar nada.
En el plantel universitario, me encontré a otro compañero de intercambio. En un receso me contó, que en la noche vio una sombra caminar por el pasillo de la biblioteca. Estuve casi a punto de platicarle mi incidente con el espejo de mi habitación, pero me mordí la lengua, mis compañeros sabían que yo no creía en esas cosas y ya me imaginaba la burla que me harían.
Dos noches seguidas escuché como si arañaran el espejo, no me atreví a pararme a encender la luz, mejor me coloqué mis audífonos y les subí el volumen intentando ignorar los extraños sonidos. Pasando los días, varios estudiantes fueron abandonando poco a poco la casa y terminamos quedando, solos los de intercambio.
Durante este tiempo, escuché de voz de mis compañeras, que estaban ocurriendo cosas extrañas en la biblioteca, fenómenos que desafiaban la realidad, decían haber visto un libro que se elevaba en el aire, para caer estrellarse contra un muro. También decían haber visto a una mujer detrás de un estante, con una cara demasiado blanca y llevaba una vestimenta muy anticuada. Yo les pregunté si la mujer que habían visto se parecía a la mujer que estaba en el cuadro en la entrada de la biblioteca. Mi pregunta exaltó a mis compañeras, que afirmaron el parecido de la aparición que vieron rondando en la biblioteca.
La Pintura, Historia De Terror
Una cosa curiosa de todo el tiempo que pasé en esa casa fue que a pesar de lo que estaba ocurriendo, jamás tuve una pesadilla, de hecho, ahora que lo recuerdo no tuve sueños. Otro día en la universidad, me encontré a una de las chicas que se habían mudado de la casa, le pregunté por formalidad, porque se salió de la casa y solo me dijo que había conseguido un lugar mejor, enseguida me preguntó con una mirada de asombro, si yo seguía en ese lugar, me limité a responder que sí, pero dentro de mí se despertaba cierta intriga sobre el tono en que me hizo la pregunta, era como si ella deseara ocultar algo.
Llegó la temporada de exámenes. Cuando se tiene beca, no puedes permitirte tener un bajo promedio, así que varias noches me quemé las pestañas estudiando. Recordando los sonidos que ocurrían en mi habitación, me instalé en una de las salas. La primera noche que estuve allí no ocurrió nada fuera de lo normal, sin embargo, los días siguientes, comenzaron a ocurrirme varias cosas. Primero, escuchaba la madera de los sillones y demás muebles tronar, después vi como una silla colocada frente a mí, se movió unos centímetros por si sola.
Lo mismo ocurrieron los siguientes días, aparte de que sentía como una presencia, no sé cómo explicarlo, pero era como si algo invisible de repente llegara, desatando los fenómenos paranormales que ocurrían a mi alrededor. Me moví de lugar al tercer día, hasta otra sala casi a un lado de la biblioteca. Aquí, al igual que en la sala anterior, la primera noche no ocurrió nada, pero a partir de la segunda noche volví a experimentar los mismos fenómenos y algo peor.
Vi unas extrañas luces dentro de la biblioteca.
Convencí a dos de mis compañeros para que me acompañaran en la sala a estudiar. Estando ya en la sala, les confesé que ya no era escéptico, al contrario, creía que algo muy extraño estaba ocurriendo en esa casa. Pensé que me harían burla, pero eso no ocurrió, al contrario, ellos dijeron creerme, pues era claro que algo paranormal ocurría en aquella casa antigua.
Platicábamos sobre el asunto, cuando vimos varias luces avanzar en dirección a la biblioteca, todos nos quedamos mirando en esa dirección. De pronto, vimos saliendo a esta extraña mujer. Al principio creímos que se trataba de una persona disfrazada, pues se veía demasiado real.
No fue hasta que vimos su rostro que reconocimos que se trataba de una bruja. La nombramos así, porque eso parecía, una bruja. Se movía con torpeza esbozando una sonrisa malévola, el terror se apoderó de nosotros, por lo que terminamos saliendo hacia la calle. Pedimos alojamiento en otra casa, donde tuvimos que compartir habitación entre varios compañeros, no importaba que estuviéramos incómodos, no pensábamos regresar a esa casona, donde la bruja en la pintura rondaba los pasillos.
Tiempo después nos enteramos de que esa casa tenía un pasado turbio, se contaba que el dueño de la casa se casó con una mujer, que practicaba la brujería, según las personas, la mujer raptó y asesinó a varios de los hijos de la servidumbre, lo que desató el odio entre los empleados, que la terminaron linchando y enterrando, bajo la biblioteca de la casa.
La pintura de la biblioteca era un retrato de ella.
Autor: Mauricio Farfan.
Derechos Reservados.
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