la muñeca historia de terror

La Muñeca 2022

La muñeca… Los juguetes suelen ser objetos con los que los niños se divierten a menudo, casi siempre cualquier niño desea un juguete con muchas ganas ¿quién no recuerda en su niñez haber deseado un juguete que aparecía en televisión o simplemente que algún amigo, compañero de la escuela o vecino tuviera?

Todos en algún momento tuvimos ese deseo y lo mejor es que a algunos se nos cumplía, sin embargo, en ocasiones el apego a estos juguetes puede ser peligroso como pasó con mi sobrina.
Darla tenía 6 años y cursaba el primer grado de primaria, esto, en el Estado de México.

Ella era una niña alegre como todas las niñas de su edad, corría, gritaba, hacía nuevos amigos en cualquier lugar que se encontrara, es decir, era una niña extrovertida, pero también se dedicaba al estudio y a realizar labores en casa con mi hermana y mi mamá, en 2020, casi a mitad del curso y por cuestiones de emergencia sanitaria por COVID 19, tuvimos que comenzar un aislamiento que duró básicamente 2 años.

Darla como todos los niños de su edad y de su escuela comenzaron a tomar clases virtuales por la misma situación, pero para ella era bastante difícil, pues era una niña que acostumbraba a estar en movimiento y socializando, a pesar de que mi hermana y mi mamá le asignaban ciertas tareas y actividades después de clases para que no se aburriera, Darla siempre terminaba aburriéndose y

haciendo travesuras por la casa, pues todo lo terminaba muy rápido y necesitaba sacar su energía de alguna forma.

Una vez durante el periodo vacacional de julio y agosto Darla vio en la televisión una muñeca que inmediatamente llamó su atención y le pidió a mi hermana que se la comprara, pero mi hermana por temor a la situación que se vivía por emergencia sanitaria no quiso comprarla, entonces Darla de alguna manera convenció a mi mamá de adquirir la muñeca, pues ella como abuela, no se negaría debido a que era una de sus nietas favoritas, se realizó la compra en línea y a los pocos días la muñeca llego al domicilio solicitado.

Darla muy emocionada se acercó al paquete para abrirlo con desesperación, después de hacerlo y con la vista perdida abrazó muy fuerte a la muñeca y no tardó en llevarla a su cuarto para jugar con ella.

Todo marchaba de manera habitual, las rutinas diarias eran las mismas, sin embargo en el transcurso de los días Darla comenzó a prestar poca atención a sus clases, a no cumplir con sus actividades en estas, a no realizar los quehaceres domésticos que se le asignaban, pues pasaba el tiempo pensando en el momento en que pudiera jugar con la muñeca, Darla no la soltaba en ningún momento, pues tomaba clases, comía y se dormía con esta a un lado, hasta este punto mi familia y yo lo tomamos como normal, pues pensábamos que por la ausencia de convivencia con sus compañeros, canalizaba esa energía jugando con la muñeca.

Tiempo después Darla le asignó un nombre a esta.

Su nombre era Leonor. ¿Mi hermana por curiosidad le preguntó a Darla por qué le había puesto Leonor a la muñeca? pues antes esta no tenía nombre y simplemente de un día para otro la nombró; Darla le comentó a mi hermana que la muñeca le había dicho como se quería llamar y fue por eso que así la nombró, mi hermana rió un poco, pues se le hizo algo tierno que Darla se imaginara que la muñeca hubiera elegido su nombre.

La actitud de Darla poco a poco fue cambiando aún más, comenzó a ser más seria, no reía tanto, en clase no participaba ni hablaba con sus compañeros virtualmente, solo hacía las actividades que se le asignaban y de un momento a otro se levantaba de las clases y salía al patio a jugar con su muñeca sin importar que estuviera en horario escolar.

Mi mamá en seguida se dio cuenta de eso y llamó a mi hermana a la sala para observar a Darla por la ventana; mi mamá le contó a mi hermana lo sucedido y ella un poco más preocupada de lo normal observó con atención las actitudes y comportamiento de Darla por unos instantes, antes de indicarle que regresara sus clases, pues para mi hermana era muy importante no perder clase alguna.

Mi hermana con una voz enérgica le dijo a Darla que entrara a la casa a tomar clase, pues no debería estar haciendo otra cosa más que poner atención a sus maestros, no obstante Darla con una mirada fría volteo a ver a mi hermana y le contestó exaltadamente que no quería tomar clases, esta actitud era rara en mi sobrina, pues ella a pesar de ser una niña extrovertida e inquieta nunca contestaba de esa forma, pues le habíamos inculcado ser respetuosa y contestar de una manera cordial.

Mi hermana al observar la actitud de Darla se dirigió hacia ella y bastante molesta le quitó la muñeca de las manos y le llamó la atención por haber contestado así y al mismo tiempo le exigió que entrara a tomar sus clases.

Darla muy molesta y manoteando entró y se sentó en su silla frente a la computadora, para escuchar lo que faltaba de la clase, transcurrieron unos minutos y la maestra a cargo les dio tiempo para que los alumnos tomaran un desayuno y descanso, Darla aprovechó el momento para ir corriendo al cuarto con su mamá y exigirle de una forma no muy agradable que le regresara su muñeca para jugar con ella, sin embargo ella se negó rotundamente y comentó que se la daría hasta que las clases terminaran y realizara las actividades diarias que le tocaban en casa, pues desde hace tiempo se había olvidado de llevarlas a cabo.

Darla hizo un berrinche, se dio media vuelta y con una voz intensa le advirtió a mi hermana que sino le daba la muñeca esta se desquitaría de alguna forma con ella.

Mi hermana en un tono sarcástico le comentó a Darla que no importaba, que esperaría con ansias que la muñeca le dijera algo.

Mi sobrina se encerró en su cuarto sin siquiera probar bocado del desayuno que mi mamá le había preparado, después de una última llamada de atención Darla se resignó y termino su horario escolar, realizó sus actividades y mi hermana le dio de nuevo la muñeca, pasó varias horas jugando con ella, pero antes de ir a dormir, Darla le dijo a mi hermana que Leonor ya no quería quedarse sola en el ropero, pues le daba miedo y pidió permiso para dormirse con ella, su mamá contestó con un rotundo no.

Cabe mencionar que mi hermana y mi sobrina dormían en la misma cama y el mismo cuarto, se dispusieron a dormir y al otro día al despertar mi hermana vio a la muñeca colocada entre ellas dos, despertó a Darla y le preguntó que hacía la muñeca ahí, a lo cual mi sobrina solo contestó que ella no la había llevado hasta ese lugar, que lo mas seguro es que la muñeca hubiera llegado ahí por cuenta propia.

Mi hermana estaba mas preocupada por que ya era tarde para desayunar y comenzar su día laboral así como la jornada escolar de Darla, no tomó mucho en cuenta el comentario y esta vez colocó a la muñeca en un cajón del ropero, el cual tiene una cerradura y solo se puede abrir si cuentan con la llave, la cerró asegurándose de que Darla no pudiera abrirla y le comentó a mi sobrina que solo jugaría una hora con ella al terminar sus actividades, Darla de mal humor y una vez más resignada lo aceptó, mi mamá que dormía en un cuarto aparte entró por la ropa sucia al cuarto de mi hermana y vio sobre la cama la muñeca sentada en la almohada y recargada en la cabecera, la tomó y fue con mi hermana a preguntarle porqué la muñeca estaba ahí, pues habían llegado al acuerdo de que se guardaría bajo llave.

Ella le mencionó a mi mamá que hace unos momentos había dejado la muñeca encerrada en el cajón del ropero y solo ella tenía la llave, que no era posible que la muñeca estuviera ahí, mi sobrina escuchó el alboroto, se acercó y les dijo a ambas que Leonor había podido salir de ahí sola y que estaba muy molesta.

Mi hermana pensando en que el aislamiento le estaba provocando a mi sobrina ese tipo de reacciones, tomó la muñeca y la aventó de nuevo al cajón, mencionando que quería ver que de nuevo apareciera la muñeca en la cama, Darla asustada le dijo que no la provocara, pues esta podría hacerles daño, mi mamá entró a la conversación y le dijo a mi sobrina que eso solo ella lo imaginaba, pues la muñeca no podía tener vida, porque era solo un juguete.

Preocupada, Darla se giró y volvió a sus clases, terminó su jornada y corrió a buscar a su mamá pues quería explicarle lo que sucedía, sin embargo, al dirigirse a la recámara a buscar a mi hermana, escuchó un grito muy fuerte y vio a esta salir corriendo antes de que Darla abriera la puerta y sin tomar en cuenta a mi sobrina siguió de largo y le dijo a mi mamá que la muñeca estaba de nuevo en la cama y que además ésta le había sonreído.

Mi mamá incrédula fue a la recámara para asegurarse que fuera cierto lo acontecido, pero al abrir la puerta vio a la muñeca dejarse caer en el suelo al instante que mi mamá se asomó al cuarto.

Darla llorando les dijo a las dos que Leonor estaba muy enojada porque la habían encerrado y que no quería que les hiciera daño, mi hermana y mi mamá salieron de su casa para ir a la mía a contar todo lo que sucedió.

Al escuchar que tocaban el timbre insistentemente en mi casa, salí a ver quien era y vi a las 3 en la calle paradas, sin pensarlo abrí la puerta, ellas sin decir nada entraron apresuradamente y noté que Darla estaba llorando, mi mamá con la voz cortada y con falta de aire me dijo que tenían que contarme algo.

Me dijo lo acontecido y al terminar de hacerlo Darla agregó que Leonor estaba muy enojada y temía que les hiciera daño a las 3, yo como apoyo a ellas y con la finalidad de transmitirles seguridad y valor les dije que probablemente todo había sido una ilusión provocada por el mismo aislamiento, pero ellas negaron con la cabeza que lo fuera.

Sin dudarlo les hice la propuesta de acompañarlas a su casa y comenté que yo entraría a la recámara para ver qué pasaba, después de un par de horas más asistimos a la casa, entré yo por delante y me dirigí directamente a la recámara, para darme cuenta que efectivamente la muñeca estaba tirada en el suelo con la cabeza agachada, la recogí la saqué a la sala, mostrándola a las tres, ellas con miedo se alejaron de mí asustadas, yo sarcásticamente les mencioné que no pasaba nada, pues era solo un juguete, pero ellas me dijeron que me deshiciera de ella, por mi parte pensé que esa no era la solución pero si ellas lo deseaban lo haría.

Posteriormente mi plan fue venderla a través de una red social, la tuve un par de días en mi auto sin recordar que estaba ahí, hasta que decidí llevarlo a lavar y al abrir la cajuela la vi aventada, pero lo extraño era la sonrisa que tenía.

La Muñeca Historia De Terror

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Yo recordaba que cuando la dejé por ultima vez ahí no había esa sonrisa en ella, no lo tomé muy en cuenta y la llevé a mi casa para proceder a dejar el auto lavando, regresé y me di cuenta que la muñeca no estaba en el lugar donde la dejé, la busqué por todos lados en mi casa, pero nunca la encontré, en algún momento pensé que alguien se había metido a robar mientras dejaba el auto a unas cuadras para lavarlo, pero descarté esa teoría cuando me di cuenta que no faltaba nada más que la muñeca.

Comencé a preocuparme pues la inquietud de saber donde estaba Leonor no me dejaba tranquilo, media hora después sonó mi celular y al contestar mi mamá preocupada, pero tratando de tranquilizarse me dijo con una voz de angustia que por que no me había llevado la muñeca, pues habían mencionado que me deshiciera de ella; yo le contesté que, si me la había llevado, pero no la encontraba en la casa.

Mi mamá alterada me dijo que fuera a ver, pues la muñeca esta encima del bote de basura sentada, corrí a casa de mi mamá pues está a 3 calles de donde vivo, llegué y me abrió la puerta apresuradamente, entré sin dudarlo y observé que efectivamente la muñeca estaba arriba del bote de basura, no podía explicarme como había llegado ahí, llegué a imaginar que mi hermana y Darla habían ido por ella a mi casa, pues creí que mi sobrina la extrañaba.

Le mencioné a mi mamá si estaba segura de que no habían ido por ella, ella contestó que la noche anterior Darla y mi hermana se habían ido a quedar a casa de una tía que vive aproximadamente a unos 20 km de ahí, entonces fue cuando me extremecí pues no hallaba la forma de que la muñeca estuviera ahí, mi mamá y yo tomamos un par de minutos, nos fuimos a mi casa dejando la muñeca en el lugar donde apareció, fui por mi auto y regresamos por esta a casa de mi mamá, entré rápidamente por la muñeca que aun se encontraba en el lugar donde había aparecido, me subí al auto, la coloqué en el asiento trasero y me quité una medalla de San Benito que mi hermana me había regalado para proceder a colocársela a la muñeca, la coloqué pensando en que Leonor haría algo, pero no sucedió nada en lo absoluto, nos dirigimos a la iglesia que está cerca de la casa y apresuradamente entramos con la muñeca, al entrar a la iglesia con la muñeca cargando, comenzó a sentirse más y más pesada mientras avanzaba por el pasillo principal antes de llegar al púlpito.

En ese momento el padre iba saliendo por un costado de este y con una sonrisa nos dijo si podía ayudarnos, mi mamá se apresuró y le dijo que llevábamos una muñeca maldita, pues esta tenía vida; en el momento me detuve, pues ya no pude avanzar más, estaba a unos 5 metros de llegar con el padre, este se acercó, tomó la muñeca, no sin antes decir una oración muy corta en voz baja y la levantó fácilmente, como sino pesara en lo absoluto.

Le platicamos lo acontecido y mencionó que era un típico caso en que la muñeca servía como recipiente para alguna energía maligna que anduviera alrededor, la cuál vio la oportunidad y entró en Leonor para después convencer a mi sobrina de dejarla entrar en su cuerpo o de lo contrario debilitar su espíritu para que pudiera tomar posesión de ella, pero algo o alguien había interrumpido dicho proceso y debido a eso no había cumplido su cometido, todo esto lo contaba el padre mientras sostenía de la cabeza a la muñeca y mencionando que había sido buena idea pero muy arriesgado colocarle la medalla a la muñeca, pues no siempre funcionaba, además podía ser contraproducente y hacer enojar al ente, pero que al parecer no era una energía tan pesada, por eso no había pasado algo tan fuerte, más bien, este ente estaba tomando fuerza al absorber la energía del espíritu de Darla.

Posteriormente nos dijo que la dejáramos con él ya que se encargaría de ella, no sin antes mencionar que no permaneciera nadie por lo menos ese día en la casa de mi mamá, pues el, al otro día a primera hora llegaría a bendecirla.

Ese día por la tarde llegó mi hermana y sobrina a mi casa, se quedaron ahí y por primera vez después de algunos días las vi tranquilas y vi a Darla sonreír nuevamente a pesar del cansancio que se le notaba, había vuelto a ser la misma.

Al otro día a las 8 de la mañana recibimos al padre en casa de mi mamá y comenzó a bendecir la casa, advirtiéndonos que lo dejáramos solo por dos horas, transcurrieron esas dos horas, regresamos a la casa y a los pocos minutos el padre salió dando un suspiro profundo y comentando que ya estaba lista la casa, que por la noche ya podrían regresar a dormir en ella.

El padre nos dio algunas recomendaciones y se marchó; a partir de ese día todo fue tranquilo, no volvieron a pasara acontecimientos raros en casa de mi mamá, todo transcurrió normal durante la contingencia, mi sobrina recuperó su energía después de asistir a la iglesia y además llevarla con un señor recomendado por la amiga de mi hermana que ayuda a regenerar la energía, no sé si es un tipo de médium o chamán pues nunca me ha quedado claro que hace cada uno.

Hace apenas algunos meses que Darla regresó a clases presenciales le hablaron por teléfono a mi mamá de parte de la escuela de mi sobrina, pues ella es la que se hace cargo de ella unas horas mientras mi hermana trabaja, para comentarle que Darla había tenido una crisis nerviosa, sin explicarle nada más.

Mi mamá me habló con urgencia pues sabía que yo estaba disponible y fuimos a la escuela, la directora nos comentó que una de sus compañeras de salón había llevado una muñeca consigo y darla al verla entró en una crisis bastante intensa, una vez que lograron tranquilizarla y mientras llegábamos le preguntaron a Darla que pasaba y ella comentó que la muñeca era mala y que tenía miedo de que le hiciera algo, cuando nosotros llegamos estaba a punto de tener otra crisis, mientras mi mamá llenaba el papeleo para poder llevárnosla, me agaché con mi sobrina y le pregunté qué había sucedido, ella más segura y tranquila me dijo que su compañera llevaba una muñeca igual a Leonor y que le dio miedo que fuera la misma, yo le dije a mi sobrina que no se preocupara pues la muñeca se la había quedado con el padre y que ya no iba a poder hacerle daño, nos fuimos a la casa, llegamos y le marqué a mi hermana para que se apresurara a llegar después de que saliera de trabajar.

Platiqué con ella y le pedí que le marcara a los padres de la compañera de Darla para persuadirlos y saber que pasaba con la muñeca, para de esa forma asegurarse que no fuera Leonor la muñeca que la niña tenía, mi hermana aceptó y al otro día personalmente platicó con los padres de la niña, asegurándose que la muñeca no fuera Leonor, mi hermana me comentó que no era la misma muñeca que había tenido mi sobrina, comentó que los padres de la niña mencionaron que la habían comprado apenas hace 2 semanas, nueva, por ese motivo nos quedamos más tranquilos, pero después de un mes la niña dejó de asistir a clases, esto nos lo comentó Darla pues le preocupaba su compañera que llevaba 1 semana sin ir a la escuela, además mi sobrina comentaba que su compañera se volvió callada a pesar de que era una niña que participaba mucho en el salón y a partir de ahí comenzó a faltar.

A pesar de tratar de saber más de la niña y su familia nunca supimos más, ni siquiera de sus padres, pues en la escuela la directora nos mencionó discretamente que la compañera de Darla y sus papás de la nada se cambiaron de casa.

Tiempo después y por recomendación de la psicóloga que atendía a mi sobrina la cambiaron de escuela, en la cual hizo nuevos amigos y creo que a la fecha ha superado en gran parte todos los acontecimientos que vivió con la muñeca.
No quiero despedirme sin antes mencionar que tengan cuidado con los juguetes que compran a sus hijos, tomando en cuenta de donde provienen y evitar siempre comprar juguetes usados, pues no sabemos la energía que estos puedan llevar consigo.

Autor: Hugo De gante

Derechos Reservados.

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