La Cueva De Comitán Historia De Terror 2022

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La Cueva De Comitán Historia De Terror 2022

La cueva de comitán, historia de terror… Durante 30 años formé parte de la Fuerza Aérea Mexicana, que es la rama del aire de las Fuerzas Armadas de México, ingresé en 1962, cuando ingresé el Secretario de la Defensa Nacional era el General José Agustín Olachea Avilés.

De ahí le siguió Barragán, luego Cuenca, Galván, Arévalo, y cuando me retiré el Secretario de la Defensa Nacional era Antonio Riviello Bazán, que era egresado del Heroico Colegio Militar.

En 1976 yo estaba asignado a la Región Aérea del Sureste, en la sede de Tuxtla Gutiérrez, un día que parecía normal nos llegó la orden de ir a hacer presencia en una zona que había que resguardar y estudiar.

Se trataba de una cueva que ocultaba algo que, a día de hoy, aún no logro explicar, pero vayamos al inicio.

Todo comenzó con 4 niños que llegaron al hospital general en Comitán, 3 llegaron en estado de coma y uno llegó a punto del colapso, pero consciente.

Lo que el niño contó fue que habían quemado un terreno para poder realizar la siembra, al quedar ya todo el terreno despejado, el niño y sus 5 amigos andaban caminando por el lugar y encontraron una cueva.

Esa cueva tenía una abertura muy pequeña, tanto que la única forma en la que ellos pudieron entrar fue a rastras, ya en el interior de la cueva si podían caminar con normalidad.

El niño decía que adentro de la cueva, tras caminar más de una hora, habían encontrado unos sapos y hongos de color rojo.

Los niños estaban interactuando con los sapos y con los hongos, cuando una persona se les acercó y les dijo que lo mejor para ellos era regresar por donde habían entrado.

La Cueva De Comitán Historia De Terror

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Eso asustó a los niños, porque ellos muy a penas habían conseguido entrar a rastras, un adulto no cabía en la pequeña entrada por la que ellos habían ingresado.

Por lo tanto, contaba el niño, que ellos pensaron que esa persona debía vivir dentro de la cueva.

Esa persona los asustó tanto que ellos corrieron de regreso, y que cuando lograron salir, sus 3 amigos habían caído desmayados al suelo en cuestión de segundos, los otros 2 nunca salieron.

El niño siguió hablando y contestando preguntas por más de 4 horas, hasta que él también quedó en estado de coma.

Los 4 niños hospitalizados murieron.

Yo no entendía qué teníamos que ver nosotros, Fuerza Aérea con unos niños muertos por culpa de unos sapos rojos.

Cuando arribamos a Comitán descubrí que no solo nosotros habíamos sido requeridos, también estaba el ejército, y la policía recorría las calles para que nadie se acercara al lugar, el anillo de seguridad era de 8 Kilómetros.

Al lugar habían llegado investigadores enviados desde la Ciudad de México.

Se hicieron análisis con aparatos de la más alta tecnología, de aquellos años obviamente, y los primeros resultados arrojados indicaban que había betas masivas de oro, eso, aunque sonaba improbable, no explicaba el hecho de que los niños hubieran caído en estado de coma para posteriormente morir.

La zona era un caos, nosotros hicimos análisis desde el aire, a parte de ayudar con la logística, pero poco podíamos hacer porque no había comunicación entre los involucrados, cada quien estaba en lo suyo y nadie compartía su información con los demás.

Yo pienso que el gobierno era el más interesado en que nadie supiera exactamente qué estaba ocurriendo.

Una de las diferentes cosas que escuché en los muchos días que estuvimos en la zona, fue que, al parecer, dentro de la cueva había un ojo de agua, y que el estado de los niños encajaba con otros casos reportados de gente quedando completamente loca después de entrar en otras cuevas que también tenían en su interior ojos de agua.

Entonces, se estaba teorizando, que esos ojos de agua podrían tener algo que ver con la muerte de los niños.

Algunos de los militares inclusive estaban hablando de brujas, demonios, nahuales, y muchas otras criaturas de bajo astral.

También se estaba hablando de la posibilidad que dentro de la cueva hubiera uranio, de ser el caso, los cuerpos de los niños habrían absorbido demasiada radiación al punto de causarles fiebre, entonces, cuando salieron de la cueva respiraron aire fresco y sufrieron un choque térmico tan fuerte que los hizo colapsar.

Todo era muy interesante, pero lo que yo no entendía era porqué estábamos involucrados tantos, no se mal entienda, pero la muerte de 4 niños y la desaparición de otros 2 no es motivo suficiente para invertir tantos recursos.

Entonces pregunté a mi superior, él dijo que no podía decirme mucho, que habían varias razones para tanto ajetreo, una de esas razones era que uno de los niños que habían entrado a la cueva era hijo de un importante militar de la zona.

Luego de 9 días se decidió enviar a un equipo de 7 elementos, bajo el mando de un teniente, yo iba incluido.

Hicimos la entrada más grande ayudándonos de explosivos, así pudimos ingresar, recuerdo bien que era de mañana cuando entramos, si bien, no pregunté la hora ni la vi en ninguna parte, lo sabía por la posición en la que se encontraba el sol.

Nos habían dicho que íbamos a avanzar durante al menos 3 horas, que llegaríamos más allá del punto al que los niños habían llegado, porque, por los análisis que se habían realizado, se sabía que la profundidad de la cueva era considerable, además de que tenía una tendencia hacia el descenso, un metro hacia abajo por cada 9 metros hacia adentro, aproximadamente.

Nuestro objetivo no era obtener muestras de nada, lo que nosotros debíamos hacer era recorrer el lugar, y, en caso de que encontráramos a los niños, extraerlos, no importaba si estaban vivos o muertos.

Íbamos equipados con mascarillas anti gas, lentes de visión nocturna, un aparato que detectaba los niveles de radiación y por supuesto, armas y municiones para hacer pedazos a cualquier hostil que se nos atravesara.

Avanzamos, siempre de forma sigilosa y teniendo mucho cuidado de no hacer contacto con los laterales ni con el techo de la cueva, por 2 motivos, el primero era para reducir al mínimo la posibilidad de un derrumbe, y el segundo era para evitar el contacto con las posibles toxinas que, tentativamente, habían causado la muerte de los niños.

Tras avanzar 2 kilómetros hicimos contacto visual con pequeños brotes de los hongos rojos que el niño había mencionado, luego de avanzar otro kilómetro más ya encontramos zonas cubiertas de esos hongos, y en esas zonas había sapos del mismo color, al parecer era su hábitad.

Cuando avanzamos hasta los 5 kilómetros de profundidad nos percatamos que en los bordes de la cueva había pictogramas, dibujos con una antigüedad obviamente desconocida.

Los dibujos, a mi pobre entender, ya que no soy ni historiador y mucho menos antropólogo, pero, al menos para mí, esas representaciones grabadas en la piedra contaban una historia.

Primero les voy a describir los dibujos, y el resto lo dejo a su interpretación.

Se mostraba un firmamento vacío, nueve estrellas cayendo hacia 9 cerros o montañas, una gigantesca serpiente con una cola en forma de corona de 9 puntas, 9 personas alrededor de la gran serpiente, y 9 cerros o montañas en cuya cima había un animal diferente en cada una.

Había muchos otros dibujos, símbolos y demás, que, por cierto, es importante destacar que todos esos pictogramas tenían un estilo bastante similar al de los Mayas.

Ahora, para mí, la historia que se está contando es que 9 Dioses bajaron a la tierra, o tal vez fueron expulsados del cielo como castigo, cual sea que haya sido la razón, al llegar a la tierra tuvieron que enfrentarse a un monstruo muy poderoso en forma de serpiente, y, al vencerlo, se dividieron el poder entre los 9, luego, para no enfrentarse entre ellos, cada uno eligió un cerro para gobernar.

Muy posiblemente mi interpretación no sea del todo exacta, inclusive existe la posibilidad de que yo esté equivocado.

Todos estábamos impresionados por lo que podíamos ver, queríamos seguir explorando esa área de los dibujos, pero el teniente nos ordenó seguir avanzando.

Al llegar a los 8 kilómetros de profundidad, luego de poco más de 2 horas de haber ingresado, tuvimos que detenernos, porque la persona encargada de manejar el aparato que detectaba la radiación dijo que ya estábamos en el límite antes de que el ambiente se tornara peligroso para nosotros.

Sin avanzar ni un solo centímetro más, utilizamos las linternas para observar todo lo que teníamos a nuestro alrededor.

Como todos estábamos en completo silencio, alcanzamos a escuchar, muy tenuemente, el fluir de un líquido, agua de seguro, lo que confirmaba que en el interior de esa cueva, más profundo de lo que podíamos avanzar, había un cuerpo de agua de una dimensión que no podíamos determinar.

El teniente nos ordenó regresar y salimos de la cueva, no encontramos a los niños, ni un tenis ni nada que nos indicara que hubieran estado ahí alguna vez, ni ellos ni el señor que se supone que los había asustado.

Llegamos a la conclusión que los 2 niños que se perdieron, al no tener luz porque se separaron del grupo, de alguna forma corrieron más hacia el interior de la cueva y se perdieron en algún punto, nunca lo sabremos.

Ya estando afuera, y después de que el teniente emitiera su reporte, se ordenó dinamitar la entrada de la cueva, luego el ejército, especialistas, policías, y nosotros, cada quién regresó de donde había llegado.

Yo nunca supe la verdad de porqué el gobierno movió a tanta gente para investigar una cueva en la que no había nada.

Autor: RAMIRO CONTRERAS

Derechos Reservados.

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