Esfera De Cristal Historia De Terror 2022

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Esfera De Cristal Historia De Terror 2022

Esfera de cristal, historia de terror… Había sido una increíble función, Billy realmente sentía que se había lucido por lo que realmente no comprendía por qué no había sido elegido como protagónico en la función de la próxima semana, miraba con cierto recelo a Iván, sabía que este no se merecía el protagónico su pirouette era un desastre casi tanto como el resto de sus movimientos torpes y rígidos y es que ni sus zapatillas de diseñador o su ropa de marca podrían jamás equivaler al talento natural que este poseía.

Todos podían corroborar que éste era simplemente el mejor bailarín de la academia a pesar de tener que comprar, sus accesorios en tiendas de segunda mano y tener que trabajar medio tiempo en una clínica veterinaria para poder pagar la academia de ballet y el resto de sus estudios, muchas veces terminaba completamente rendido al final del día sin embargo nada de esto realmente le interesaba a Billy, él solo deseaba bailar.

Este amaba el ballet desde que solo era un pequeño de 5 años, para él no había arte más sublime que el de una presentación perfecta y él quería asegurarse de ser el más perfecto, el mejor bailarín del mundo, por lo que el hecho de tener como contrincante a Iván, un joven el cual no apreciaba realmente un arte tan sublime como lo era ballet tanto como él lo hacía, un joven el cual solo debía llamar a papi para obtener sus protagónicos gracias a las generosas donaciones, era un insulto para Billy y lo era aún más para el ballet y es que Iván jamás había tenido que pasar por todas las adversidades por las cuales Billy había pasado.

Sin lugar a duda nunca había tenido que pensar en si comer o comprar nuevas zapatillas y seguramente nunca tuvo que soportar el acoso de una escuela pública al ser el único niño en clases de ballet y sin duda por lo que se dejaba ver en sus movimientos este jamás había practicado hasta que sus pies sangraran, hasta que su cuerpo gritara en agonía de dolor implorando que parase y aun así continuar todo para obtener la satisfacción de haberlo hecho perfecto, aquellos pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de Mery, una joven por demás talentosa inclusive para los altos estándares de Billy esta era bastante buena, sin duda no como él, pero sin podía mejorar para ser perfecta.

Mery lo invitaba a una fiesta de piscina en su casa, normalmente este siempre rechazaba cualquier tipo de invitación que pudiera distraerlo de practicar, pero esta vez Mery acorraló al decir que este no tendría excusa esta vez ya había planeado aquella fiesta, pensando en el único día que Billy le había comentado que tenía tiempo libre, en ese momento Billy odió aquel momento en el que dijo eso frente a Mery por lo que no le quedó de otra más que aceptar aquella invitación luego de hacerlo jurar que este asistirá.

Finalmente pudo irse, de camino a su departamento este aún pensaba en cómo mientras Iván viviera él siempre se encontraría a su sombra y sin duda no era algo él planeaba seguir soportando, al mismo tiempo que se recordaba que sin importar cuánto sé esforzarse él nunca podría hacer nada al respecto, lamentando su suerte y renegando de la vida que le había tocado, algo en su trayecto llamó por completo su atención, se trataba una vieja tienda de antigüedades la cual Billy jamás había notado, “debe ser nueva”

Se dijo a símismo en voz baja, antes de decidir continuar su camino, sin duda alguna una tienda de baratijas no era algo que a Billy le interesara, pero antes de que siquiera pudiera desviar la mirada una hermosa esfera de cristal fue colocada en el aparador, Billy quedó maravillado o más bien dicho hipnotizado por aquella belleza.

Esfera De Cristal Historia De Terror

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En su interior contaba con un pequeño bailarín el cual parecía estar fabricado de un extraño material el cual no podía saber con exactitud lo que era, ya que este casi parecía un ser humano diminuto bailando perfecta y eternamente en aquel universo nevado, y aun sin saber bien lo que hacía, ingresó a la tienda la cual por dentro era aún más extraña y vieja de lo que se veía por fuera.

Parecía a aquellas tiendas de brujería esotérica que uno miraría en cualquier película barata de horror, el olor a viejo y a tabaco saturaban su nariz por lo que su voz interior le aconsejo dar media vuelta y salir de ahí, sin embargo la otra voz la cual siempre se encargaba de meterlo en problemas también tomó partido en todo aquello, recalcando que aquella tienda se veía completamente vacía por lo que seguro podría obtener aquella linda esfera a un muy buen precio, al mismo tiempo que le recordaba que él también merecía cosas tan lindas como las de Iván y sin duda aquella esfera era la cosa más linda que este jamás había visto en toda su vida.

Era casi tan hermosa como el mismo ballet, miró a su alrededor antes de tocar la campanilla en el mostrador la cual hizo eco por todo el lugar, dando pie a qué de la nada un viejo hombre elegante saliera de detrás de una gruesa cortina de terciopelo, a Billy le pareció que este hombre vestía demasiado elegante para atender aquella vieja tienda de antigüedades, su esmoquin negro perfectamente planchado hacía juego con sus lentes oscuros, su bigote y barba de chivo perfectamente recortados y peinados provocaban en Billy un sentimiento extraño el cual se dividía entre intriga y una carcajada, aun con esto solo atinó a saludar cordialmente antes de preguntar por aquella hermosa esfera de la vitrina, el hombre camino firme, pero lentamente hasta la vitrina donde después de tomarla volvió de la misma manera lenta, pero firme.

Colocó aquella bella esfera en el mostrador en donde Billy pudo apreciar mejor lo hermoso de los detalles y acabados de la base la cual parecía ser de oro, en esta tenía grabado una gran letra B en el centro, era casi como si aquella esfera de cristal hubiera sido diseñada específicamente para él, la tomó entre sus manos cuidadosamente mientras preguntaba su precio, el hombre elegante sonrió de una forma bastante extraña, era casi como si supiera que Billy jamás podría pagar algo como aquello, pero finalmente mencionó que un viejo dicho el cual el padre de Billy sola decir mucho “No se le puede poner precio a un sueño”

Aquellas palabras captaron su atención total, ya que este casi podría jurar que había sido como si su padre hablara a través de aquel anciano, ignorando aquel escalofrío que recorrió su espalda y le cuestiono al hombre si es que la esfera no estaba a la venta, por lo que solo recibió una sonrisa y una historia sobre aquella bella esfera de cristal, el hombre elegante aseguraba que ésta no era una esfera común, estaba rodeada de sueños, esperanzas y anhelos.

Aquello dibujó una sonrisa incrédula en Billy la cual al notar la el hombre le pregunto cuál era su mayor sueño en todo el mundo, Billy no se lo pensó dos veces, tenía la misma respuesta desde que solo era un pequeño y era convertirse en toda una estrella, el mejor bailarín jamás antes visto y está vez agrego algo más a su sueño ser siempre el protagonista del espectáculo, el anciano le sonrió y ofreció un trato bastante interesante el cual consistía en que él podría hacer realidad sus anhelos, todos y cada uno de ellos y lo único que pedía a cambio no eran más que tres favores.

Cuando esté cuestionó de que se trataban aquellos favores, el hombre solo se limitó a sonreír y respondió con un “algo que a ti se te da muy bien, dar un espectáculo perfecto” aquello confundió aún más a Billy, pero no se atrevió a preguntar nada más de una manera la forma en la que aquel anciano sonreía lo hizo sentir algo incómodo, dudo un poco en aceptar aquel trato, sobre todo porque creía que todo aquello no era más que habladurías de un viejo loco.

Cuando estaba a punto de negar aquel extraño acuerdo el hombre quiso endulzarlo agregando la esfera al trato, aquello hizo cambiar todo para Billy, deseaba tanto aquella esfera y se cuestionaba en que si aquello era buena idea, disparates de un viejo loco o simplemente debía salir corriendo de ahí, este último pensamiento llegó junto con una acusación a su persona de ser un paranoico, ya que de todas formas qué es lo peor que un viejo dueño de una tienda de antigüedades podría pedirle hacer, seguro aquellos favores no eran más que trabajo de limpieza en aquella sucia tienda o tal vez boletos para alguna de sus funciones sin mencionar lo mucho que Billy realmente quería aquella esfera de la cual ya se había enamorado, este dio un suspiro y aceptó aquel trato, estrechando su mano, posterior al trato el anciano dejó ir a Billy con ahora su esfera de cristal la cual decidió colocarla cuidadosamente en la repisa frente a su cama para que así esta fuera la primera cosa que viera al despertar y la última antes de dormir.

Después del trabajo Billy decidió pasar por la tienda de antigüedades, estaba decidido a saldar su deuda, pero para su sorpresa Billy vio como el lugar en donde debería estar aquella tienda de antigüedades ya no se encontraba ahí se sentía completamente extrañado estaba seguro de lo que había visto la noche anterior, pensó en tal vez había cerrado, pero aquello era absurdo, ya que no abriría un solo día para después cerraría el día siguiente, con más preguntas que respuestas Billy volvió a su casa en donde miró que aquella hermosa esfera de cristal seguía en el mismo lugar en donde él la había dejado.

Aquello era una confirmación de que la tienda sí existía, pero aquello no lo dejaba más tranquilo, pero aun así Billy tuvo que dormir aquella noche con la interrogante en su cabeza, mientras dormía Billy soñó con aquel hombre elegante el cual lo observaba a lo lejos desde un mostrador mientras le sonreía y recordaba que aún tenía que cumplir su parte del trato, Billy despertó de pronto completamente exaltado aquel sueño había sido por demás extraño aunque rápidamente se tranquilizó al repetirse que solo había sido un sueño y que lo había tenido por sobre pensar en todo aquello por mucho tiempo, así que decidió volver a dormir.

Éste ni siquiera se pudo imaginar que aquel sería el último sueño que este volvería a tener, a partir de aquel día Billy solo pudo tener “sueños lúcidos”

Aún recuerda perfectamente el primero de ellos fue justamente cuándo volvió a intentar dormir se vio a sí mismo caminando por las calles de la ciudad en un barrio desconocido que parecía sumamente peligroso, no sabía lo que hacía ahí con exactitud, pero si sabía que estaba buscando a alguien.

Caminó por los callejones casi como un zombi y no se detuvo hasta encontrar a una mujer con un bebé, está mujer se miraba bastante intoxicada por lo que pareció perfecta para Billy el cual le arrebató de los brazos a aquel infante, sin que ésta pudiera hacer nada, este podía escuchar y sentir cada cosa de ese extraño sueño, escuchaba los gritos desgarradores y desolados de aquella madre a la que le habían arrebatado a su hijo, podía sentir los arañazos que la mujer le había hecho al intentar proteger a su bebé, pero nada de ello le importaba en ese momento, solo siguió caminando hasta la tienda de antigüedades la cual nuevamente parecía estar ahí, podía sentir el olor a tabaco y el encierro de lugar era casi como si de verdad se encontrara ahí, el elegante hombre lo miraba desde el mostrador sonriendo y extendiendo los brazos para que este le diera al infante lo cual hizo sin siquiera dudarlo al entregarlo.

El sueño se volvió difuso, solo tenía breves escenas de un gran círculo con un pentagrama y los llantos del bebé taladraban sus oídos y perforaban su alma, aquello lo hizo despertar, ya era de día y este se hallaba extraña mente cansado como si no hubiera dormido en toda la noche, sintió un leve ardor en los brazos y al verlos pudo notar como si estos tuvieran arañazos, aquello lo puso en alerta solo podía pensar en el sueño qué había tenido, pero este siempre había sido alguien escéptico que quería buscar la respuesta lógica a todo por lo que imaginó que su colchón debería tener algún resorte salido lo cual había ocasionado los arañazos mientras dormía y aquello había desencadenado aquel extraño sueño.

Aún con explicación Billy no había quedado completamente satisfecho pero el hecho de pasar por la calle de la tienda y ver que se encontraba completamente vacía lo hizo convencerse un poco más de que todo aquello solo era un simple sueño.

Al caer la noche Billy dudaba en ir a la cama aun cuando estaba muy cansado no quería volver a soñar con él robando bebés por alguna razón qué no entendía, pero aunque esté no quería hacerlo términó sucumbiendo ante su cansancio.

En aquel siguiente sueño lúcido se vio a sí mismo caminando por el mismo barrio peligroso, solo que esta vez metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta para sacar una navaja la cual ni siquiera sabía de donde la había conseguido, el corazón de Billy se aceleraba hasta que casi lo sentía salir del pecho, pero extrañamente no era porque este tuviera miedo, la sensación era más como de ansiedad de cumplir con su mandato, caminaba por los callejones hasta qué encontró a un vagabundo lo extrañamente vivido de aquel sueño lo hacía estremecer, podía oler aquel fétido aroma que emanaba el vagabundo, pudo sentir los golpes que este le dio al tratar de quitárselo de encima, pero sobre todo pudo sentir su navaja perforar la piel de aquel hombre, sintió la sangre entre sus dedos mientras intentaba que la mayor cantidad posible entrara en una pequeña botella de vidrio la cual nuevamente llevo hasta la tienda de antigüedades, cuando estaba ahí, se le entregó aquel hombre el cual sonreía gustoso y mencionaba que estaba a punto de pagar la deuda y que el siguiente favor no solo le beneficiaría a él, cuándo Billy despertó lo hizo sudando el cuerpo entero le dolía se miró al espejo para notar como su cuerpo estaba lleno de moretones y algunos cortes hechos por aquella navaja, la cual no se encontraba por ningún lado, intentó tranquilizarse y pensar las cosas con lógica, pero sin importar cuánto lo intentara este no lograba encontrar una explicación, desesperado tomó aquella hermosa esfera de cristal la cual maldecía la hora de haberla deseado tanto, la arrojó con furia a la pared rompiéndola en mil pedazos, con extrañeza observó como aquel perfecto hombrecillo de porcelana hacía en el suelo completamente inerte, sus brazos y piernas casi parecían estar rotos, olvidando el tema salió corriendo directo a aquella tienda de antigüedades y aunque la vio completamente vacía como las otras veces decidió ingresar a la construcción grito con todas sus fuerzas y hasta quedarse sin voz retando al hombre elegante a aparecer, pero sin importar nada este no se hizo presente por lo que sin más remedio tuvo que irse de ahí.

Aquella noche no dejó que el sueño lo venciera no deseaba tener que dar más explicaciones de cómo es que tenía tantas heridas en el cuerpo, por lo que éste tomo todas las bebidas energéticas y café que su cuerpo pudo soportar, logrando así no dormir esa noche, repitiendo lo mismo tres noches seguidas provocando así que su rendimiento bajara en tanto su trabajo como en lo más importante para él, el ballet lo había hecho tan mal que incluso su maestro le pidió retirarse y volver hasta que se sintiera mejor, completamente harto de la situación Billy se hallaba en los vestidores dormitando por momentos mientras guardaba sus cosas.

Fue ahí cuando escucho la voz de Iván el cual hacía énfasis él lo extremadamente torpe que había estado Billy ese día, aquella fue la primera vez que Billy sintió por Iván algo más que recelo, era más bien una creciente furia acecina, deseaba con cada fibra de su ser arrojarse hacía él y cortarle la garganta justo como lo había hecho con aquel vagabundo y de no haber tantos testigos pensó que no se podría hacer responsable de sus acciones.

Por lo que antes de cometer una locura salió de ahí sin decir una sola palabra, esa noche Billy se encontraba bebiendo las bebidas energéticas que tanto lo habían ayudado, pero está vez parecían estar haciendo menos efecto, intentaba de todo para no quedarse dormido, pero nada le parecía dar resultado y completamente en contra de su voluntad Billy terminó quedándose dormido sentado frente a su televisor.

Nuevamente este se encontraba caminando bajo el manto de la noche solo que esta vez era un sitio que él conocía a la perfección se trataba de la calle en donde se encontraba la veterinaria donde trabajaba, no entendía lo que hacía ahí, solo tenía una idea en la cabeza la cual era tomar las bolsas de sangre de perro, lo cual fue relativamente sencillo debido a su pase de acceso, una vez haciéndose con las bolsas este se encaminó nuevamente a aquella tienda de antigüedades, al entrar por primera vez no pudo ver al hombre elegante, pero aquello no le importó en lo absoluto ingresó hasta la gruesa cortina de terciopelo Billy casi sabe lo que sigue y es el momento en el que aquel sueño lúcido deja de serlo tanto, todo se vuelve confuso y después despierta en su cuarto solo que esta vez se sentía algo diferente él pudo sentir la cortina de terciopelo Billy la recorrió y pidió ver todo lo que se encontraba del otro lado, se trataba de Iván casi inconsciente atado a una mesa, el hombre elegante se halla justo a un lado de él sonriéndole, Billy se acercó a Iván, el mirarlo semi inconsciente lo hacía sentir extrañamente bien, inclusive pensó algo como “Quien párese un torpe ahora”

Miró de nuevo al hombre el cual se hacía aún lado para dejar ver todo lo necesario para una transfusión de sangre, una parte de Billy se horrorizó, pero la otra parte de él, la parte la cual había florecido apenas esa misma tarde, quería dejar que todo aquello fluyera, había hecho aquello un millón de veces en su trabajo por lo que con una sonrisa maliciosa tomó todo el instrumental necesario, puso la intravenosa en el brazo de Iván el cual para su desdicha solo pudo reaccionar en el momento justo en él que la sangre de perro comenzaba lentamente a entrar a su sistema, Billy no podía explicar aquella gran satisfacción al mirar a Iván retorcerse sobre aquella mesa, gritando, chillando y suplicando Billy miró a Iván hasta que el último suspiro de vida dejo su cuerpo y no fue hasta ese entonces que escuchó aquella firmé voz la cual parecía satisfecha y divertida mientras aplaudía lentamente, el hombre elegante agradeció los tres favores y que sin duda había disfrutado aquel gran final y que sin duda él cumpliría su parte del trato.

Tomó a Billy por la cabeza y entonces fue ahí cuando esté despertó, solo que esta vez no se encontraba en su cuarto este se hallaba en un lugar que en un principio no reconoció y antes de que pudiera hacerlo sintió un deseo incontrolable de bailar, sentía mucho frío, ya que se encontraba sin camisa al igual que descalzo, pero no podía dejar de bailar, giraba y danzaba tan perfectamente como solo él sabía hacerlo y después de varias horas sin poder detenerse sentía una total fatiga, por el frío intenso sentía su piel desquebrajarse al mismo tiempo que el suelo frío casi había descarnado la planta de sus pies, pero sin importar que Billy continuaba danzando, después de todo aquel había sido su deseo, ser la estrella, el centro de atención de todo el escenario y ahora lo era, era la estrella del espectáculo en aquel invierno perpetuo en la esfera de cristal, miraba como la gente apreciaba los detalles del pequeño bailarín el cual bailaría sin descanso hasta el final de los tiempos.

Autor: Canek Hernández

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